Kaichou wa maid sama no es de mi propiedad.


—Estoy en casa.

El aviso llegó después de que la puerta del apartamento se cerrara, el fuerte portazo hizo retumbar las paredes distorsionándose con el sonido hueco de sus pasos al caminar, dejó a un lado el equipaje que llevaba todo el camino del aeropuerto hacia su casa. Con un suave bufido se desabrochó los primeros botones de su camisa, se extrañó al no escuchar ningún recibimiento por lo tanto continuó caminando.

Buscó con la mirada a su novia¹ intentando no desesperarse al no lograr ningún resultado.

— ¿Yume? —preguntó al aire casi con los nervios descontrolado.

¿Dónde estaba su hija?

Kuuga estaba sumamente asustado, hacía más de un mes que no veía a su familia; la disquera seguía recurriendo a su presencia para giras mundiales, él ya había rechazado varias e incluso pensó dar por finalizar la pesada vida de un Idol, cosa que borró de sus pensamientos tan rápido. Lo admitía, la música es su arte y le encantaba cantar una de las primeras razones por la cual la había conocido.

Para él es muy difícil mantener su rol como padre e idol a la misma vez, si visitaba a su familia tan pocas veces que tenía miedo que su niña no lo recordara, le era muy obvio que era tan inútil de no poder hacer a un lado su vida famosa para estar con su verdadera vida, con ella, su hija y su próximo también.

Cada noche cuando estaba lejos de ellas pensaba, ilusionado en lo pronto que las vería, ambas personas que más amaba, tenía miedo de que alguien se las arrebatara por su irresponsabilidad.

Las amaba.

Las amaba de una manera incontrolable como jamás había amado a alguien; a su hermosa hija pequeña caracterizada por aquellas redondas mejillas rosadas y el cabello rubio corto, adornadas por coletas, su sonrisa tan brillante cuando lo veía después de bastante tiempo, su terrible y tierna voz que hacia salir su instinto protector, y los ojos de Sakura. La pequeña Yume Sakurai tenía una personalidad idéntica a la de su madre, risueña y alegre, no obstante, podía ser igual de irritador que él si se lo proponía.

— ¿Papi?

Kuuga Sakurai abrió los ojos consternado y al instante un delicado y frágil cuerpo se aferró a su brazo en un abrazo lleno de amor y cariño. Yume lo miraba con los ojos cafés clavados en su persona, lo miraba mientras gritaba "papi" con euforia. Kuuga jamás pensó que los hijos crecían así de rápido, su ausencia era cada vez más notable, nunca pudo ver su primer gateo, ni la primera vez que caminó, ni siquiera sus primeras palabras.

Sólo recordaba que su niña había crecido y hasta le decía papá.

— ¡Mami, Papi vino a visitarnos!

A medida que se iba acostumbrando a aquel calor en su corazón pudo divisar a Sakura, ella se encontraba de pie con una enorme sonrisa en el rostro con un irresistible sonrojo en las mejillas.

—Bienvenido Kuuga-kun—.

Ella llegó hasta él abrazándolo con fuerza y el correspondió con sutileza para no lastimar su abultado vientre de meses-que cada vez era más grande-, la besó con el extraño sentimiento de querer estar toda su vida a su lado sin separarse.

— ¿Te encuentras bien? —Se alejó de ella para hincarse en una rodilla, después acarició el vientre de Sakura sonriendo de lado sin poder evitarlo— ¿Cuánto falta?

—Sin miedo Kuuga-kun no soy un cristal delicado—Sakura le sonrió—pocos días, cada vez patea más fuerte y siento las contracciones más seguido.

— ¡Mierda! —masculló.

¿Qué debía hacer? Era el peor padre del mundo, en pocas horas se iría de nuevo hacia otro concierto y Sakura lidiaría sola con el parto, otra vez…

—No te preocupes Kuuga-kun, Misaki pasa conmigo casi las 24 horas, nunca se aleja de mí sin saber que estoy bien.

— ¡Aun así!

—Te amo—le susurró—y no quiero preocuparte, estaré bien. Misaki es muy linda conmigo, sé que si ella está a mi lado podré afrontarlo como aquella vez.

—Realmente aprecias a esa mujer demonio.

—Mucho. Con Misaki me siento bien, me siento amada. Ella es genial, siempre tratando de ayudar a todos sin poner sus propios problemas primeros. Misaki es una hermana mayor—un sonrojo evidente se posó en ella.

Kuuga suspiró. Debía admitir que aquella mujer no le daba buenas vibras, si era sincero le temía pero hasta él sabía lo increíble que Misaki era, y le dolía admitir que la consideraba una cercana amiga casi tanto como Aoi-quien tenía una estrecha amistad desde los últimos años-. Observó a Sakura quien subió a Yume a sus brazos para después caminar tranquilamente por la casa.

— ¡Por cierto! —le gritó desde el cuarto de Yume—Misaki te dejó una carta, está en la mesa.

Kuuga volteó el rostro hacía la dicha mesa, con desconfianza agarró el papel sellado, y la abrió sin delicadeza, descubriendo con asombro las letras que contenía.

—Sin duda eres genial Misaki—murmuró para sí mismo, sonriendo y convencido en que visitaría a la mujer demonio pronto para darle las merecidas gracias.

Por lo pronto, Kuuga miró la ventana, con una sigilosa sonrisa feliz.

— ¿Qué decía la carta, Kuuga-kun?

Él no respondió sólo mantuvo su mirada en la ventana donde los árboles se mecían. Estaba súper agradecido, por fin haría su rol de padre bien, quería saber el verdadero significado de una familia.


Para: Kuuga Sakurai.

De: Misaki Usui.

¡¿Qué demonios tienes en la cabeza imbécil?! ¡Sakura está por tener tu hijo! ¡¿Acaso no puedes tener un poco de conciencia, idiota?! ¡No iras a la estúpida gira! Arreglaré todo esto ya que conozco a Fuku-san le ayudé en unos trámites bancarios y, además aun siendo tu manager sé que él entenderá en la posición que estás ¿No le has comentado aun sobre Sakura, tonto?

¡AHRG! Me debes una idiota, hace poco hablé con él y claro que pospondrá la gira para otra fecha a lo mejor dentro de tres semanas, Sakura ya habría tenido a tu hijo, eso era todo lo que tenías que hacer cerebrito, comunicarle lo importante que sería estar con Sakura en el nacimiento de tu segundo hijo. Eres tan idiota Kuuga.

No te preocupes por tus fans, él mismo inventará una buena excusa. ¡Me la pasé todo el día ignorando me esperaba un cliente en la compañía sólo para concluir este problema!

Espero que no dejes ni un puto segundo sola a Sakura o yo misma te mato.
No tienes nada que agradecer.
Te veré cuando nazca tu hijo.
Cuídate, idiota; cuida de Sakura y tus hijos.


A/N: Siempre tuve las ganas de escribir de ellos desde hace tiempo que leí el manga, ahora que lo volvía a leer, pensé que era buen momento. Sinceramente siempre creí que Kuuga y Misaki se llevaban bien, él le prestaba un poco de atención y siendo amiga de Sakura era obvio que no le desagradaría tanto. El nombre de la hija de Kuuga y Sakura no es ficticio el mismo manga lo dice en el último capítulo.

Tengo varias ideas de diferentes parejas, así que no podrán huir de mí (?)

Espero que hayan disfrutado.
Un saludo.

Inochan-Uchiha.

06/03/15