N/A: ¡Hola! Ok, sé que tengo pendientes (no me gusta dejarlos así), pero esta tarde está lloviendo y no hay ganas de salir así que tuve una iluminación (LOL) después de leer el diálogo que hay entre Leona y Kula en el KOF XIII, y también el de Leona y Ralf, antes de que luchen. No sé si se dieron cuenta los que tienen el juego, pero al momento de hablar con Ralf, Leona sonríe suavemente (por esas pequeñas cosas digo que es la pareja perfecta n_n) . Y bueno, no sé... espero que guste. Los reviews me vienen como anillo al dedo, así sea para criticar: es bueno saber la opinión de los demás. Primer fic que no tiene romance (o que tiene muy poquito xD, lamento decir que el romance es mi fuerte, al parecer no soy tan buena escritora :/) Dejo de hinchar y pues... ¡a leer!

DISCLAIMER: Los personajes pertenecen a SNK Playmore. (¡No me demanden, no tengo plata!) Sólo escribo esto por diversión :D.

Capítulo uno.- Una misión inesperada

Se dice que todas las personas tienen un "niño interior", pero ¿qué tan cierto es eso?

A simple vista, Leona Heidern parecía haber nacido adulta. Todo en cuanto a su personalidad emanaba frialdad, como si calculara y analizara cada movimiento o palabra a su alrededor, siempre alerta. Las pocas personas que tenían el ¿privilegio? de intercambiar con ella aunque sea unas pocas palabras necesarias ya se habían acostumbrado a esto, pero aún así, se trataba en lo posible de sacarla de ese caparazón en el que vivía encerrada. Sobra decir que ella tenía razones, referentes a su pasado, que justificaban su actitud, pero no parecía ser feliz siendo así, simplemente parecía conforme.

Por otro lado, existían personas como Kula Diamond. En realidad, ella sí podría calificar como "niña", pues aún era una chiquilla de dieciséis años, o tal vez menos... Tal vez más. No sabía la fecha de su cumpleaños, había puesto una cualquiera para celebrarlo con la intención de recibir cuantos regalos y dulces pudieran comprarle sus amistades. A excepción, tal vez, de K' Dash, a quien la "mocosa" (como él solía llamarle) le colmaba la paciencia en ocasiones con su actitud de niña caprichosa. Pero aunque se podía respaldar en que era aún muy joven, Kula parecía no estar dispuesta ni a considerar la idea de madurar, o siquiera de comportarse como alguien de su edad.

Raramente se la podía ver sin su sonrisa de oreja a oreja, sin su paleta de caramelo o sin congelar el suelo para después deslizarse con sus zapatillas especiales por él. Todo en ella desparramaba alegría y cualquiera disfrutaba de su compañía, siempre y cuando no se ponga pesada.

Era un sábado cualquiera en la base, en la que el Ikari Team se encontraba descansando de sus tantas y tediosas misiones. Como era de esperarse, Ralf y Clark miraban la tele mientras tomaban cervezas, Whip estaba ofuscada en la computadora, y Leona simplemente revisaba los informes de sus misiones. Uno de esos momentos en los que estaba revisando cada punto de los papeles, sintió como se la arrancaban de las manos. Buscó al culpable y no vio otro más que su superior, el Coronel Jones. Lo miró inquisitivamente, pero no preguntó nada porque ella creía que, en su posición, no tenía que cuestionar sus órdenes. Él simplemente le sonrió, al tiempo que guardaba los papeles en uno de los cajones y cerraba éste con llave. Ella miró de reojo el hecho, y con voz algo débil, dijo:

—Coronel: mi deber es revisar todos los archivos que...— de pronto fue silenciada al sentir los dedos de Ralf tapando sus labios. Cualquiera sería acreedor de una de sus "V-Slasher" por una osadía así, pero ¡diablos! ¿Por qué con él parecía ser totalmente permisiva? ¿Era alguna especie de "excepción" o lo dejaba hacer lo que quería porque era su superior?

—No mientas, Leo— dijo él, divertido. ¿"Leo"? Ralf era la única persona con las agallas suficientes para decirle así. —Te he estado observando: ya leíste este como cuatro veces, y estoy seguro de que hiciste lo propio con todos los demás. ¡Es nuestro sábado libre, princesa! ¿Enserio piensas gastarlo revisando una y otra vez el mismo informe?

Leona bajó la mirada, y no pudo evitar sentirse patética. Patética como ser humano. Ni siquiera pasaba los veinticinco años y actuaba como su padre adoptivo (al que no le faltaba mucho para cumplir los cincuenta y seis). Y sin embargo, Ralf, que ya había pasado los treinta tenía esa actitud de veinteañero que hacía encantar a todos, a veces hasta algo inmaduro, pero eso era precisamente lo que atraía más de él.

—¿Qué me sugiere que haga?— preguntó levantando la mirada, esperando que el otro le diera alguna buena idea para cambiar eso.

—Primero que nada, no me preguntes a mí. Estoy seguro de que hay algo que te gusta hacer más que el deber...— dijo él, pensando que tal vez eso ayudaría.

—Bueno... Me gusta visitar fábricas... y cumplir con las misiones. Creo que es todo— contestó Leona, con su típica y monótona voz de militar. Ralf borró un poco la sonrisa de su rostro. "Es peor de lo que pensé" se dijo a sí mismo.

De pronto, Whip pegó uno de sus famosos gritos histéricos. Los otros tres la miraron extrañados.

—¡Olvidé que hoy tengo que llevar a Kula al parque de diversiones!—exclamó Whip, al tiempo que apagaba su computadora.

—Vaya, eso justifica tremendo grito...— comentó en tono irónico Clark, pero después recibió un golpe venido de Whip.

—¿Al parque de diversiones?— preguntó Ralf. Hace tiempo que no iba a uno. Entonces se le prendió un foco en el cerebro. Miró a Leona con una sonrisa traviesa. "Oh, no. Está tramando algo..." suspiró Leona para sus adentros.— Dijiste que te gusta cumplir las misiones, ¿no, princesa? Bueno, tengo una nueva para ti...

Kula estaba esperando impaciente en su habitación cuando escuchó el timbre de la puerta. Bajó resueltamente las escaleras, ansiosa. Al abrir, se emocionó al ver a Whip, pero no esperaba encontrar con ella a la militar de cabello azul.

—¡Hola, Whip!...y Leona— saludó Kula, algo confundida. Algo en esa chica le daba miedo.

—¡Hola, Kula! Escucha... Surgió una misión nueva para mí, así que no te podré llevar...— empezó a decir Whip, a lo que Kula puso un puchero.—PERO, mi querida amiga Leona se ofreció amablemente a llevarte a cambio.— Leona frunció casi imperceptiblemente el ceño ante esas palabras.

—¿Le-Leona?— preguntó débilmente Kula. "¡Oh, no! ¡Pobre de mí! ¡Esa chica me asesinará, estoy segura!" pensó con angustia.—Bueno, pues, no hay problema, podemos ir el sábado siguiente...

—Te dije que no querría ir conmigo, Whip...— susurró Leona a su compañera con pesar, pero Kula logró oírla.

—¡No, no es eso! Es sólo que no quiero ser una molestia para t- ¡para usted, señora!— se apresuró a decir nerviosa Kula. Leona posó sus ojos en ella, causando que el corazón de la joven se disparara de miedo.

—Pues no lo eres... Aparte que yo también quiero ir a ese... ese lugar— contestó Leona, haciendo su mayor esfuerzo por sonar amable. No porque quisiera, sino que el Coronel le había dado una orden, y ya sea de cualquier tipo, ella debía cumplirla.

Kula lo pensó. "Bueno, de cualquier modo, si quiere matarme, no hubiese venido con Whip" se dijo finalmente, y entonces asintió. Fueron hasta un jeep color verde militar y, tras despedirse de Whip, partieron rumbo al parque de diversiones. No se dijo nada en todo el camino.

Continuará…

N/A: En realidad no iba a hacerlo en capítulos, más bien en uno entero, pero creo que es mejor así. Para no cansarse, jeje.