Pudimos tenerlo todo


PROLOGO

4:00 de la tarde edificio abandonado al este de la ciudad

-¡MALDITO SUÉLTAME, DISPÁRENLE¡- gritaba una pelinegra desesperada intentado zafarse de las manos que la sujetaban y del arma que apuntaba a su cabeza, estaba furiosa -¡MATEN A ESTE HIJO DE PUTA, NO DEJEN QUE SE BAYA!- les gritaba como desquiciada a sus compañeros que apuntaban desde las patrullas al que fue el amor de su vida, ahora solo la quería matar, pero ella ya no se dejaría pisotear.

En un intento desesperado tomo la mano de su atacante y coloco el arma apuntando al lado derecho de sus costillas, la puerta del edificio donde unos minutos antes habían salidos, se abre y se ve salir a una castaña que al ver la situación de su amiga abre sus ojos verdes por la sorpresa y sin dudarlo se lanza a donde ellos están, para intentar salvar a su amiga, a su hermana.

Lo que sucede después nadie lo hubiera imaginado, la amatista toma la mano del pelinegro, apunta con el arma su propio cuerpo y hala del gatillo, la explosión se escucha fuertemente dando un poderoso eco, la bala la traspasa limpiamente y traspasa al hombre que la sujeta por atrás y sale de los cuerpos dejando salir disparada sangre, el hombre abre sus ojos por lo que hizo la mujer, y suelta el arma y desciende lentamente por la pared hasta caer en la cera, en ningún momento soltó a la mujer, a la que arrastro con él, imperceptibles lagrimas salieron de la joven mujer, que sentía que con cada segundo su vida se extinguía, la castaña lloraba mientras corría a socorrer a su amiga, con sus brazos extendidos intentaba alcanzar a la pelinegra, el capitán de la policía corría y decia una y otra ves -Oficial caido, oficial caido- para salvar a esa joven que en su estupidez estaba a punto de morir.

La amatista no pudo pensar en nada mas, sentía mucho cansancio y sueño, no recordó lo que unas horas antes había sucedido, no recordó a su familia, sus ojos que estaban por cerrarse solo la veían a ella, a su hermana, con el rostro distorsionado por el dolor, pero ya no tenia fuerzas y cerro sus ojos y su vida dejo de existir, su brazo derecho con el que intento alcanzar a su prima cayo a la cera inmóvil.