Hola, esto va dedicado a una amiga nueva que estoy teniendo. Me he sentido un poco 'mal' por problemas en mi casa, así que el fic no creo que sea particularmente humorístico, aún así espero que les guste.
Disclaimer: No me pertenece Hetalia, corta.
Escocia era un ser algo más serio que los otros países, algo más osado y atrevido pero sin dejar su carácter amargado de lado, dominante como siempre, sin rendirse. Nunca lo haría y aún así estaba como si nada en ese sillón, en esa casa que podía compartir con muchos, porque dejó de ser sólo él quien importaba, estaba reunido con otros, era conformado por otros, no, incluso peor.
Dio una calada a su cigarro, una que alejara esos nauseabundos pensamientos de su ser, pero no servía, no con su estúpido hermano allí, con una sonrisa asquerosa en su rostro. Recuerda los viejos tiempos, era mejor verlo llorando como un niño bajo su cínica sonrisa que presumirle prepotentemente lo obvio, pero era normal, la venganza era dulce, su hermanito lo aprendió bien.
"Eres Reino Unido" susurra Inglaterra frente suyo, con una sonrisa que apenas y logra contener.
Porque Inglaterra vivió con terror gracias a ese hombre allí sentado, pelirrojo y con una calmada expresión.
"Y yo… soy el representante de Reino Unido" susurró con una pequeña sonrisa que su hermano contestó con una fría mirada de sus ojos verdes, aspiraba con más fuerza el cigarrillo entre sus manos deleitándose con la nicotina.
"Ahora yo tengo el control" la victoria en los labios era casi palpable, el escocés era capaz de verlo en sus ojos, Inglaterra aún temía cualquier movimiento que realizara.
Se estaba dando una presuntuosa charla de poderes, dejándole en claro que lugar tenía en la familia, el escocés sonrió, alterando con severidad a Inglaterra, pero sólo mantuvieron ambos una sonrisa ladeada, una cínica como ellos mismos. El británico aclaró nuevamente el anterior punto y dejó al escota en esa casa, mientras éste aún sonreía.
El mayor, abandonado en el sillón de la casa no hizo más que reír, porque cuando su 'representante' llegara a casa, agotado, débil y seguramente herido por algún idiota que no puede conseguir él estaría allí, desde las sombras, con su cínica sonrisa dispuesto a no sólo consolarlo, sino hacerle pagar un precio por sus palabras. Porque era verdad, quizás ahora Arthur Kirkland tuviera el control.
Pero él siempre…siempre lo dominaría.
El poder de dominio que tenía Escocia hacia Inglaterra se acabó hace mucho, pero sé que aún lo puede dominar en otros aspectos, sabiendo, amargamente, el lugar que le corresponde.
