Inesperado

Su boda no fue en un castillo, no hubo pastel de siete pisos, ni doce damas de honor vestidas de rosa. Ella tampoco vistió de blanco, y no fue llevada del brazo de su padre hasta el altar. El único detalle de su boda soñada cuando niña que se hizo realidad fue el novio. Pero la vida es irónica y muchas veces te da lo que pediste de manera torcida.

Sasuke no se arrodilló en medio de un cuarto lleno de rosas y le propuso matrimonio. No le dijo que ella era la mujer que amaba y con la que quería pasar su vida. De hecho, Sasuke ni siquiera la soportaba y las circunstancias que los llevaron a contraer nupcias fueron muy desafortunadas.

Rogó que el resultado fuera negativo. Una raya, por favor. Pero después de cinco minutos la prueba de embarazo casera leyó lo mismo que las otras cuatro habían leído: positivo. Estaba embarazada.

Había sido un error, y uno muy estúpido. Llevaba casi cuatro años tomando píldoras anticonceptivas, ¿cómo pudo olvidar tomarla por dos días consecutivos?. Ella quería hijos, dos o tres, pero no ahora, no así. No cuando estaba en el medio de establecer su práctica privada. No cuando el padre de su bebé era un hombre con el que ella ocasionalmente se reunía para sexo, y nada más.

Lo había conocido en la primaria de su escuela privada. Era el sueño de toda niña: guapo y misterioso (hay que enseñarles a las niñas a ver más que eso en un niño, ¿no?). Después de la graduación de secundaria no lo volvió a ver. Aparentemente había dejado el país y no regresó hasta muchos años después. Fue en la boda de sus amigos Naruto y Sakura que todo comenzó. Sasuke la había encontrado embriagada en el balcón, llorando porque ella nunca encontraría un amor como el de ese par, y por lástima terminó acostándose con ella. Cuando el azabache se vino con el nombre de la pelirrosa en los labios, Ino supo que no fue lástima…fue despecho.

Debió haber tenido dignidad y no volver a reunirse con él después de esa noche, pero como una mosca atraída a la luz, cada vez que él llamaba, ella iba. Sus encuentros siempre eran tarde, no habían palabras más que gemidos y gruñidos, y nunca pasaban la noche juntos. Ella sabía que merecía algo mejor, a alguien mejor. Pero se decía así misma que Sasuke podría elegir a cualquier otra mujer, que sí la llamaba a ella significaba que era especial. Tan solo bastó ver su reacción a las noticias del embarazo para darse cuenta de lo equivocada que había estado.

Lo hiciste a propósito acusó él, sus palabras cargadas con odio al igual que su dura mirada negra. Siempre has estado obsesionada conmigo y ésta es tu manera de amarrarme a ti.

Quería pegarle una cachetada, sin embargo para acabar de faltarse al respeto, sintió como los ojos se le llenaban de lágrimas. Sasuke viró los ojos despectivamente y aún así ella no encontró palabras con las que defenderse.

Desperdició la única oportunidad que tuvo para redimirse consigo misma y accedió a casarse con él. Sabía que él sólo lo había propuesto porque era 'lo correcto', pero una idiota parte de ella se dijo que ese hijo los traería más cerca. Físicamente, quizás. Ella se mudó con él después de haber firmado el certificado de matrimonio en el registro civil. Pero vivir bajo el mismo techo no los había cambiado en absoluto, él seguía siendo hosco con ella y a veces por la noche buscaba su cuerpo. Hasta que el embarazo se hizo más notable, ahí murió el único contacto que tenían.

Sasuke nunca la acompañó a ninguno de sus controles prenatales, ni a preparar lo esencial para la llegada del bebé, ni siquiera se interesó cuando ella le preguntó sí quería saber el sexo que había revelado el ultrasonido, mucho menos ayudarla a decidir nombres. Por cierto, era una niña y se llamaría Inori.

Tocó el saliente bulto en el que se había convertido su estómago. Tenía veinte semanas de embarazo, justo a la mitad del camino. Quizás las cosas cambiarían cuando su hijita llegase al mundo y quizás no lo harían, pero estaba en paz con eso. Sasuke ya no le interesaba tanto como lo hacía su pequeñita. Iba a ser mamá.

§§§

Sasuke despertó en la madrugada ante la sensación de algo húmedo debajo de su muslo. En la oscuridad palpó por debajo del cobertor la zona media de la cama que estaba empapada, a ciegas encendió la lámpara de la mesa de noche y vio con horror que su mano estaba cubierta de un líquido carmesí.

– Mierda – murmuró sacando el cobertor de encima. Mierda, mierda, mierda. La sangre de Ino manchaba las sábanas en una gran piscina sombría. –Ino – la llamó a la vez que la sacudía para despertarla.

Ino entreabrió los ojos, ¿qué hora era?, ¿qué quería?... ¿por qué la estaba viendo así?

§§§

El médico en urgencias confirmó lo que ambos ya sabían. Ino había tenido un aborto espontáneo. No les había sabido dar una causa, pudieron haber sido muchos factores o la combinación de estos, esas cosas pasaban y a veces no había manera de encontrar una explicación. Pero aquello no fue suficiente para ella.

Sólo un par de semanas atrás todo había estado en orden, sus controles y monitoreo no habían mostrado alguna anormalidad. Entonces, ¿por qué el corazón de su hija había dejado de latir?

El doctor explicó que dado a su nivel de gestación tendrían que inducir el parto para sacar al feto. Mi hija, quiso decir ella. No era un feto, era Inori Uchiha Yamanaka. Pero estaba demasiado consternada para hablar. Que cruel era la vida, tenía que dar a luz a su hija muerta. Tenía que pasar por ese arduo proceso de horas sabiendo que nunca oiría el llanto de su bebé, que no sentiría su manita envolver su dedo, que sus ojitos jamás la mirarían.

Se hundió en la cama después de recibir las hormonas que la harían entrar en labor, deseaba que el colchón se la tragase. Esperó por horas a que empezaran las contracciones, su mente en blanco. No había en nada más que podía concentrarse que el dolor de su pérdida. Se sintió como si pasaron siglos antes de que empezara a pujar.

Su hija llegó al mundo durmiendo pacíficamente. El tiempo se detuvo cuando la enfermera la colocó en sus brazos. Era tan chiquita, menos de 30 centímetros, y toda rojita. Lo más hermoso que jamás había visto. Acarició sus manitas, sus piecitos, la pelusita oscura que apenas se veía en su cabeza. La enfermera, que ya había presenciado muchos de esos casos, le recomendó capturar el momento, que muchas madres se arrepienten de no hacerlo. Años más tarde cuando Ino miraba las fotografías de aquel día agradeció el consejo de la mujer.

Sasuke había estado ahí todo ese tiempo. Era como una sombra en una esquina de la sala. Había posado para la foto que tomó la enfermera cuando ésta le pidió que lo hiciera. La mujer lo había llamado papá y esto molestó a Ino a otro nivel. Sabía que no había manera que la mujer pudiese saber de la relación de ellos, que lo más natural era asumir que el hombre parado junto a ella era su cariñoso y comprensivo esposo. Pero Sasuke no había estado ahí para su hija por cinco meses. No merecía el título de padre.

Sin embargo lo que más rabia le dio fue cuando Sasuke preguntó sí la podía sostener. Quiso gritarle que no, que su hija era suya y no de él, pero al final cedió. Habría sido infantil y egoísta negárselo, después de todo él había contribuido a su existencia.

El personal les permitió estar con ella por el resto del día, pero eventualmente se la tenían que llevar. Y cuando este momento llegó, Ino lloró. Era la última vez que la vería.


Dedicado a todos esos pequeños que pasaron a mejor vida muy muy temprano y a las madres y padres que han sufrido esta pérdida.

Es algo que pasó un par de años atrás en mi familia (sí leen otros de mis fics creo que entenderán ahora porque esto de los embarazos es una temática que siempre incorporo) , y es más común de lo que creen. Sí esto les ha pasado, sabrán que hay mucha incertidumbre, pero lean, investiguen, no están solos. Hay mucha ayuda allí afuera.

Por cierto, el término aborto espontáneo no me gusta. En inglés tienen la palabra miscarriage, la que me parece más adecuada. Ya que la palabra aborto también es utilizada para el procedimiento que se hace a voluntad, me gustaría que existiese una para cuando sucede involuntariamente.

Con respecto al fic, sé que tengo varios trabajos en proceso pero este fue uno que no pude dejar de escribir. Será corto, un capítulo más y un prólogo, es lo que planeo.

Eri y Mia, aquí un SasuIno. Sé que me han pedido que no abandone mis fics de Ino, espero que compense por la falta de actualización. Les digo que la inspiración es caprichosa.

¡Hasta pronto!

Alessandra