"Empieza la invasión a Joraga!"

Una lluvia sin fin caía sobre aquel pueblo elfico, las gotas de agua pura y cristalina rebotaban de las hojas de los árboles, todo el lugar estaba en total y perfecta armonía, nada estaba fuera de lugar, aun cuando los truenos con su gran sonido perturbaban el perfecto ritmo de las gotas de agua y aunque el resplandor de los rayos opacaba las fogatas tiñéndolas de un violeta precioso y que desaparecía en un abrir y cerrar de ojos, el lugar seguía siendo perfecto. Compuesto de casas de madera en los árboles, y un sistema de cuerdas para el transporte de sus ciudadanos, al final de todo un gran árbol se alzaba imponente, probablemente fuese más viejo que la edad de todos los elfos que allí habitaban sumados, pero lo mas importante de aquel árbol es que en sus ramas se erigía el palacio donde habitaba el líder de la nación guerrera de Joraga, un líder tan severo y duro, un líder que no tolera la debilidad.
Melthrac un elfo conocido más bien como el "llama guerra de Joraga" un general de alto mando del líder de la tribu caminaba presuroso hacia el palacio, llevando consigo una serie de pergaminos, evitando con su cuerpo que estos se empapasen, una vez a los pies del templo miro hacia atrás, ciertamente su pueblo era todo para lo que vivía, y nada más, estaba dispuesto a dar su vida si fuese necesario para protegerla
-Melthrac- dijo uno de los guardias en la puerta - te han estado esperando desde hace 2 dias, se enfadara contigo si no te das prisa-
-eh tenido unos contratiempos con los bandidos de Akoum, por eso me eh retrasado, pero ciertamente eh conseguido lo que me pidió-
-date prisa-
-si- respondió Melthrac entrando por la gran puerta principal no sin antes golpear ligeramente el hombro del guardia con la palma de su mano en señal de amistad, camino por ese carmesí sendero de tela, al fondo se localizaba un trono de madera bellamente tallado con inscripciones y conjuros que solo el líder de esa nación podía comprender

-vaya que has tardado- menciono un joven de cabellos negros, ojos profundamente negros mientras probaba el filo de su espada, su rostro aparentaba unos 17 años cuando mucho

-mocoso, no creas que porque eres el favorito del líder estas por arriba de mí, recuerda que soy uno de los altos generales de este lugar- dijo en tono de autoridad -así que te pido más respeto-

-Melthrac no seas tan severo- dijo una hermosa joven elfa, sus ojos eran color verde, un verde tan hermoso y perfecto como ninguno otro ha existido jamas, su cabello tambien del mismo color, adornado con joyas preciosas bellamente arreglado

-Nissa-sama, lo siento- se disculpó el general bajando la cabeza

-no te preocupes, después de todo, eres mi alto general, pero quisiera saber- pronuncio la hermosa elfo mientras se sentaba en el trono -porque has tardado tanto en traer lo que te pedí, tu eres uno de mis elfos mas capaces por eso te eh enviado a esa misión-

-discúlpeme, me topé con unos bandidos en Akoum y tuve que detenerme a luchar contra ellos, para fortuna nuestra los elimine con facilidad
-excelente Melthrac, tal como esperaba de ti- volteo y vio al joven sentado alado de ella en el suelo -Mielu, estas preparándote para la próxima batalla tan pronto- el joven sonrió al instante
-por supuesto!- contesto el joven con la energía de un toro -esta vez hare pedazos a esos vampiros de Guul Draz-
-sugiero que estemos más en calma por ahora, puesto que nuestras tropas están a la baja en contra de los vampiros, y las alianzas que se han venido dando entre algunas tribus no favorecen mucho en nuestra búsqueda de la supremacía, por ahora lo mejor sería ceder unos días hasta tener un plan de ataque contundente- pronuncio el general al mismo tiempo que pasaba cada uno de los rollos a Nissa
-ya veo, creo que tienes razón- pronuncio al mismo tiempo que miraba de reojo los pergaminos -Mielu, quiero que vayas y digas a los aldeanos que pueden salir de sus hogares, esta semana será segura-

-Si, si- dijo el joven levantándose y poniendo sus manos en su cabeza -alguna otra cosa
Nissa-sama?-

-solo eso- el joven salió del recinto con pasos agrandados -Mielu siempre ha sido un problema desde que éramos niños- Nissa sonrió tiernamente -de hecho no recuerdo un día en que no me haya reído junto a el-

-Nissa-sama, hay algo que debo contarle, algo de suma importancia...-
Nissa presto atención a la cara seria del elfo y dio un leve suspiro

-¿es que acaso ya vienen?- el general solo pudo asentir levemente

-Entiendo, amo- dijo el joven Jace apretando su guante -Elspeth, Sarkhan, Tezeeret, tenemos una misión-

-¿Que plano?- dijo Tezeeret sonriendo de manera sádica -¿acaso será Kamigawa de nuevo?-

-Zendikar- respondió el joven sin poner gesto alguno en su rostro

-con que ese plano- respondió el joven artífice dando una leve carcajada -eh estado alli unas cuantas veces y en verdad que es un plano inestable, el mana suele comportarse de un modo extraño, así que deberíamos ir con cuidado-

-no importan los riegos, allí esta nuestra presa, y les advierto que es por demas poderosa, es una planeswalker de alto nivel-

-de quien se trata esta ves?- dijo Elspeth con vos sombria -si es la traidora de Liliana...- trono sus dedos en señal de golpes -quiero enfrentarla de una buena ves y hacerla pagar-

-Nissa Revane- dijo Jace mientras sus ojos se llenaban de luz y el portal de garras se abria frente a el -vámonos- pronuncio mientras pasaba por el portal seguido de sus compañeros.
" Plano de Ravnica "

Chandra, Ajani, Garruk y Liliana se hallaban sentados alrededor de una fuente, todos con capuchas cafés gastadas y un poco sucias, ocultando sus ropas
-Chandra-chan, deberías renunciar de una buena ves a que Jace-kun regrese- menciono el joven Ajani sin mirar directo a la piromante, sin embargo no hubo respuesta alguna, hubo un silencio incomodo entre el grupo, nadie se atrevía a romper el hielo. Solo tal ves aquellos transeúntes que con sus murmullos amortiguaban la incomodidad de aquel silencio
-quieras o no aceptarlo, Jace se ha vuelto un aliado, no, un subordinado de Nicol Bolas- dijo la bella nigromante Liliana -yo lo fui un tiempo, y su poder es tan inmenso, esos ojos pueden obligarte a todo- a su mente vino aquel recuerdo de cuando aún era una pequeña niña, un gran dragón se posó frente a ella y pronuncio esas palabras que la haría su esclava por más de 204 años
-"Tienes algún deseo?" -
-Jace volverá, ya lo verán!- exclamo la joven entre sollozos mientras corría del lugar cual niña pequeña
-¡Chandra-chan!- exclamo Liliana casi a punto de ir tras ella pero Garruk la tomo por el hombro, volvió su cabeza y solo vio cómo su joven enamorado negaba con la cabeza -Garruk...- susurro.

"Plano de Zendikar "

Jace, Elspeth, Sarkhan y Tezeeret aparecieron sobre el techo del palacio de Nissa, el palacio conocido como el "Roble Ardiente" -entonces, que comience la invasión- pronuncio el joven mago mental Jace abriendo un agujero en el techo y bajando de inmediato seguido de sus camaradas, una vez abajo alzo su mirar para ver a Nissa frente a él con su báculo en mano, sus ojos ya presentaban la Chispa-te estaba esperando Planeswalker- dijo la joven elfo poniéndose en pie y concentrando su mana verde en su báculo, Jace de inmediato logro identificar de que se trata y se aleja seguido de sus amigos

-¿así que usaras Overrun no es así?- Nissa sonrió y de una salto quedo justo en medio de todos los planeswalker, entonces en ese momento su mana verde se volvió negro, todos quedaron atónitos ante esto pero ya era imposible escapar

-¡están acabados!- coloco su mano en el suelo y concentró todo su mana negro -Tendrill's of Corruption! – unos tentáculos obscuros, hechos de mana negro se lanzaron contra los jóvenes caminantes a una velocidad asombrosa

-¡No puede ser!- exclamo Jace creando una barrera para los 4, Nissa de inmediato dio un giro y extendió sus dos brazos, extendió su báculo hacia el mago mental

-Duress!-

-Ligthing Bolt!-

-¡¿cómo?- exclamo la elfo esquivando el potente Rayo de un giro hacia la derecha -claro, el shaman Sarkhan Vol, esto es un poco injusto- sonrió confiada -para ustedes- entonces todos son elevados por unos tentáculos negros aun mas grandes que los anteriores

-esto es!- grito Elspeth asombrada mientras intentaba escapar pero sin resultado alguno

-Mutilate- pronuncio la bella mujer -¡lárguense de Zendikar y los dejare vivir!- entonces el cuerpo de Jace se desvaneció por completo ante los ojos de la elfo -¡¿Cómo?-

-deberías saberlo- dijo el joven justo detrás de ella, apenas logro observarle pero es arrogada varios metros por una patada, chocando contra el muro, tan pronto choca ese cuerpo se vuelve lodo -claro, usaste una técnica para poder ocultarte, muy típico en los magos que usan mana negro, sin embargo, ese no es tu estilo Revane-

-¡correcto, es más un ataque directo!- entonces con un ágil movimiento enterró su báculo en el pecho de Jace arrojándolo unos metros contra una pared que es destrozada por el impacto

-¡Jace!- gritaron los otros 3 al unísono y atónitos ante lo que miran sus ojos

-en cuanto a ustedes, sufrirán el mismo destino que ese joven mago mental si no se van de Zendikar ahora mismo- Tezeret sonríe sádicamente

-¿Qué te hace pensar que vendríamos solo para seguir tus ordenes?, nosotros tenemos un objetivo y lo conseguiremos-

-entonces los matare como a su amigo- Nissa tomo su báculo y con un salto se dirijio hacia Tezeret -¡Desfigurate!-

-¿Qué intentas hacer Revane?- dijo Jace mientras el cuerpo de la joven se paralizaba totalmente y el entorno comenzaba a convertirse en un lugar obscuro y violeta a la vez

-¡esto!-

-sí, desde que me atacaste con tu báculo has estado en una ilusión creada por mí, no deberías subestimar a los magos mentales, pero después de todo, tú eres una bárbara que no piensa así que no puedo culparte por caer en mi trampa-

-tu… maldito- Nissa abrió los ojos bruscamente, se hallaba paralizada frente a los cuatro planeswalkers, Jace se acercó a ella y le miro con frialdad

-pero antes de irnos destruiremos este pueblo por tu insolencia- hizo un movimiento a la derecha indicando a Sarkhan y uno a la izquierda indicando a Tezeret –destruyan todo y a todos-

-si- respondieron los dos saliendo rápidamente del lugar, Nissa bajo la cabeza, era lo único que podía hacer, había perdido toda esperanza de pelar.