Aviso: Este fic es para el reto de Genee en el foro Proyecto 1-8
Disclaimer: Digimon no me pertenece.
El sonido del agua cayendo de la ducha me despertó por la mañana. Me estire bajo las sabanas mientras le daba tiempo a mi cuerpo de despertarse por completo. Agudice mis sentidos, deslice mi mano por la cama, el tacto me informaba que el lugar de Matt a mi lado estaba frió, lo que indicaba que ya hacia un tiempo desde el que se había levantado, pero eso ya lo sabía (era así todos los días), mi audición fue lo primero que me aviso sobre ello.
Me senté al borde de la cama buscando a tientas mis pantuflas peluditas y calentitas, hacia mucho frió, así que apague el aire acondicionado y abrí las cortinas, todavía no salía el sol y todo estaba a oscuras, Matt siempre tenía la consideración de no encender la luz para no despertarme antes de tiempo. Seguí el olor a café hasta llegar a la cocina. Mientras esperaba a que este terminara de salir de la cafetera, prepare unos emparedados bien resueltos con todo lo que encontré en la nevera, al terminar les unte un poco de mantequilla por las tapas exteriores y los puse en la plancha para que se tostaran un poco. Luego empecé a preparar el café, a mi me gustaba con mucha leche y poco café, con 3 cucharaditas de azúcar, y con una capa de espuma al final; Matt lo prefería con mas café que leche y siempre le solía agregar toddy a su preparación, y en eso me encontraba yo, tratando de alcanzar el envase del polvo achocolatado, cuando una mano se poso en mi cintura y otra me alcanzo el envase.
—Buenos días Mimi.
Voltee sonriente a ver a mi esposo, se veía tan adorable/sexy recién salido de la ducha con el pelo mojado y sonriéndome —Buenos días mi amor —le sonreí de vuelta y lo abrace con fuerza por la cintura, él me abrazo a mí y estuvimos así un momento. Trate de disfrutar lo máximo posible, porque luego de este momento poco lo vería durante el resto del día y eso me hacía sentir un poco abandonada. Nunca se lo comente, por supuesto, no quería ser una molestia, así que yo buscaba actividades durante el día para mantenerme ocupada mientras el asistía a clases. Lo abrace un poco mas fuerte sabiendo que no podía prolongar más el momento y lo deje ir.
—Deja que yo lo termine —se ofreció luego de darme un besito y tomar el toddy para terminar de preparar su café.
Saque los emparedados de la plancha antes de que se quemaran y los puse en unos platos, en el mesón, sorbí un poco de mi café mientras esperaba a que se me uniera.
—Te ves destacablemente apuesto hoy —comente mientras colocaba con cuidado mis piernas sobre sus rodillas para no arrugar sus pantalones, a la vez que examinaba su atuendo —Estas un poco formal ¿hoy es un día importante?
Tomó un poco de café antes de responder —Si, hoy tengo que presentar dos exposiciones en la facultad… —se quedo pensativo.
—¿Estas nervioso?
—No… solo estoy algo estresado, es todo —Lo mire animándolo a seguir —porque una de las exposiciones es grupal —continuo —y nos evaluaran en grupo y eso me tiene algo ansioso, porque mi nota final no depende solo de mí, sino también de mis compañeros y eso es lo que me preocupa, si ellos lo arruinan, me perjudicaran a mí.
—Está bien, calma —puse mi mano en su hombro para reconfortarlo —Estas algo tenso puedo verlo, pero son chicos universitarios y se supone que deben ser responsables.
Intercambio una mirada sombría conmigo y dijo —Si "se supone".
Mis ojos se abrieron comprendiendo aun mas su preocupación, así que ellos no eran precisamente muy responsables.
—Ahhh bueno, entonces otra dosis de cafeína para ti —Me levante para llenar su taza —¿Te sientes preparado?
—Yo si… —suspiro pesadamente, cuando regrese a darle su taza tenía la cara oculta en las manos.
—Toma mi amor —le dije dejando la taza frente a él, descubrió su rostro y lo abrase desde atrás —deja que las cosas fluyan, no puedes hacer nada para controlar la situación —intente tranquilizarlo.
—Eso es lo que me preocupa… —murmuro.
—¿Quieres que vaya a hablar con tus compañeros?
Matt se rió —¿Para qué?
—¿Para darles un charla motivacional? —ya estaba pensando en que podría decirles para que Matt se relajara —¿De qué te ríes?
—De nada —respondió tratando de contener la risa. "Bueno al menos ya no esta tan tenso" pensé —No creo que tenga que llegar a esos extremos —me aseguro.
—Bueno —coincidí.
Me senté a terminar mi desayuno mientras Matt se levantaba para lavar su plato y terminar su café.
—¿Y tú que estarás haciendo hoy? —pregunto mirándome con detenimiento.
—Lo normal, tu sabes —"nada interesante" pensé —en un par de horas comienzan mis clases en el curso de gastronomía, estaré cocinando todo el día, yendo de aquí para allá, de allá para acá, haciendo esto y aquello, eso es… Eso es todo.
Me levante para lavar mi plato y mi taza de café, Matt me seguía mirando con atención estudiando mis palabras.
—¿Te pasa algo? —pregunto sin quitarme la vista de encima.
—N-no no ¡no! para nada —respondí cada "no" cada vez más histérico, intente esquivar su mirada, pero ante su insistencia le susurre —te quiero… —con doble sentido.
—Yo también te quiero Mimi —respondió un poco extrañado, obviamente no lo capto. En ese momento sonó la alarma de su celular, y sabía lo que eso significaba.
—Ya me tengo que ir —Me beso por un poco más de tiempo que en otros días, lo que me encanto y me animo un poco —Te veo a la noche.
Cuando se fue, me quede recostada contra el lavaplatos por un rato, sumida en mis pensamientos. —Te quiero a ti… —admití a la cocina vacía.
—¿Alo? ¿Sora? —Iba saliendo del supermercado con unas bolsas apretadas contra el pecho y con mi celular entre mi oído y mi hombro —¿Estarás libre a la noche? Voy a cocinar lasaña y quería invitarte a ti y a Tai a que fueran a la casa a cenar —Maniobre para sacar las llaves del auto de mi cartera sin que se me cayera nada, abrí automáticamente la cajuela de la camioneta —¿Qué? ¿Matt? Ahhh noooo, no le molestara, no te preocupes, ustedes siempre son bienvenidos a nuestra casa. Quería animarlo hoy, tuvo un día difícil, y ya sabes cómo es él, se encierra en el estudio para adelantar trabajos de la universidad o para estudiar, y sale a la hora de la cena cuando el olor se cuela bajo la puerta del estudio. ¿Entonces vienes?, ¿Si?, ¡Hay que bien! Entonces cuando te desocupes nos vemos, adiós —Termine de guardar las bolsas de comida y conduje de vuelta a casa.
En el camino iba pensando como siempre me tocaba a mí hacer la compra. No me molestaba para nada, pero me gustaba más cuando Matt me acompañaba, en el pasado, en nuestros tiempos de novios, cuando no podíamos estar separados ni un minuto, y hacíamos todo juntos. Pero esos días terminaron. Para ese entonces Matt estaba en los que serian los últimos días de la banda que tenia con sus amigos, y las admiradoras y paparazzi lo seguían como acosadores a donde fuese, para conseguir una foto de él o un autógrafo. Así que era demasiado popular para su gusto. La gota que colmo el vaso fue un día en el que estábamos en una larga cola en un supermercado, la seguridad del lugar mantenía afuera a una multitud de gente, se veían a los paparazzi apuntando sus cámaras a nosotros intentando obtener una buena foto de Matt a través del vidrio, las chicas histéricas gritaban su nombre o el mío, ¿curioso no?, o cantaban los mayores éxitos de The Teen Wolves, dentro del local también habían algunas fanáticas que estaban poniendo ansioso a Matt, que miraba la tabla nutricional de los productos que llevábamos en el carrito en un intento por ignorarlas. Cuando llego nuestro turno de pagar Matt me aviso que se iba un momento al baño, así que yo me encargue de pagar las cosas. Cuando estaba guardando las cosas en las bolsas del supermercado, Matt se apareció como un torbellino enfurecido a mi lado, tomo las bolsas más pesadas y prácticamente me saco corriendo del lugar. Resulta ser que mientras estaba en el baño, alguien, muy posiblemente una fanática loca, le deslizo una notita por debajo de su cubículo pidiéndole su autógrafo. Por supuesto que eso lo enfureció, y desde ese día más nunca me ha acompañado de nuevo a hacer las compras a ningún otro lugar.
Estuvo muy mal lo que ocurrió, pero no puede evitar reírme sola por el camino al recordar la anécdota.
Al llegar a casa hice un par de viajes para llevar las bolsas a la cocina, cuando iba llevando las ultimas Matt apareció bajando las escaleras.
—Me hubieras llamado para ayudarte —dijo al ver el mesón lleno de las bolsas recién traídas.
—¡Ah sí!, no te preocupes, estas eran las ultimas, no te quería molestar —No me esperaba encontrarlo rondando por la casa, pensé que lo tendría que ir a buscar al estudio. Le di un gran abrazo y un beso —¿Cómo te fue con las exposiciones?
Lo vi tomar aire antes de responder.
—¡Hay no! mataste a uno de tus amigos.
—¿Qué? ¡No! no, primero que nada no son mis amigos, son solo compañeros. Y no, no mate a nadie, es solo que… la nota final nos la dirán mañana.
—¿Y te sientes confiado?
—Bueno si… No lo arruinaron… —dijo entre dientes.
—¿Viste? Te lo dije.
—Si si, ¿Qué trajiste? —Pregunto para desviar el tema mirando a las bolsas —¿Te ayudo a desempacar?
—¡NO! digo… —Levanto una ceja por mi reacción —Te haré una cena sorpresa, ve a descansar un poco.
—Está bien ¿Estás segura? Porque te puedo ayudar si quie…
—Estoy segura, estoy segura, vete de aquí.
Sonrió de medio lado —¿me estas corriendo de mi cocina?
—¿Qué? no, ¡Ahhhh! Se me olvidaba decirte… —tome su mano —Sora vendrá a ayudarme a cocinar…
—¡Qué bien! —exclamo con sinceridad.
—Y Tai vendrá con ella.
—¡Que mal! —dijo menos entusiasmado.
—No seas malo —le dije dándole un empujoncito —Vete, tengo que preparar todo.
Justo cuando empezaba a lavar los utensilios que iba a usar sonó el timbre.
—¡Sora! —Exclame al verla esperando del otro lado de la puerta.
—¡Hola Mimi! —Nos abrazamos y luego la hice pasar —Bueno ¿nos ponemos manos a la obra?
—Sí, ven yo cocino y tu armas la lasaña —le explique mientras nos instalábamos en la cocina —Oye ¿y Tai?
—Tranquila él vendrá dentro de un rato, tenia entrenamiento de fútbol y se tuvo que quedar hasta más tarde.
—Con tal de que venga todo bien.
—Vendrá —dijo con convicción —solo tuve que decir "cena" para que aceptara.
—Jajaja Tai siempre tan Tai.
Encendí mi ipod y puse música de ambiente.
—¿Y cómo estuvo tu día Mimi? —Me pregunto mientras se concentraba en la pasta.
—Estuvo bien. Tú sabes, al igual que todos los días —le dije encogiéndome de hombros.
Sora frunció el entre cejo "¿Al igual que todos los días?" "¿Qué le pasaba a Mimi?" —¿Solo estuvo bien?
—Si, ¿Por qué? —pregunte algo extrañada.
—Bueno es que —se mordió el labio —hace mucho que las cosas están solo "bien" ¿no te parece?
"¿A dónde quiere llegar?" me pregunte —¿A qué te refieres a con que "hace mucho las cosas están solo bien"?
—¿Te recuerdas cuando antes te preguntaba y tú me respondías diciendo: "Todo está magnífico", "estoy de maravilla", o "no podría estar mejor", o algo como eso? —Asentí —A eso me refiero, ¿qué paso con la Mimi que siempre parecía estar siempre en el cielo de las maravillas, viviendo la vida loca y siendo una aventurera de la vida?
—Esteeee… —"Si Mimi, ¿qué paso con esa antigua tu?" —No lo sé, he estado muy ocupada —Eso era cierto, pero cuando lo dije me di cuenta que no solo yo me le pasaba ocupada. En realidad, yo solo buscaba mantenerme ocupada porque Matt siempre se la pasaba muy ocupado.
—¿Hace cuando no haces algo divertido? —me pregunto con curiosidad.
—Hace un segundo. Me estoy divirtiendo mucho justo ahora.
Sora me dedico una mirada agradecida pero no dejo que esquivara la verdadera pregunta —Gracias, pero yo me refería a la última vez que hiciste algo divertido con Matt.
Trague en seco, y trate de pensar la última vez que nos divertimos solo él y yo.
—Mmm…. Okey espera, estoy tratando de recordar… ¡ah ya se! no espera, eso fue cuando recién nos casamos… —murmuraba siguiendo el hilo de mis pensamientos.
—¿Acaso Matt no te ha llevado a hacer nada divertido desde que se casaron? —pregunto alarmada.
—Técnicamente… —dije despacio, pensando cada palabra —hemos estado muy ocupados… tú sabes, arreglando la casa, los seguros, el pago de los carros, —si eso es, sigue hablando —él con sus estudios en la universidad, yo con mis clases en los cursos, mi trabajo, aprendiendo a hacer algunas cosas domesticas. Hemos estado muy muy ocupados estabilizándonos —Sora me miraba con cara de "¿En serio?" —te aseguro que no estoy mintiendo.
—Linda, te creo, —se llevo un mecho de pelo detrás de la oreja —eso es magnífico, que estén trabajando tan duro en establecerse, pero ¿En donde han dejado el tiempo para ustedes?
Era oficial, me quede sin palabras, ella tenía razón.
—Nosotros tenemos algo de tiempo por la mañana antes de que él se vaya a clases —trate de salvar la situación.
—¿Algo de tiempo? Eso no cuenta para nada.
—Si cuenta, la pasamos juntos.
—¿Por cuánto tiempo?
—Menos de una hora —dije con rapidez, escuchándome por primera vez, y dándome cuenta de que eso no era nada.
—¿Y tienen más tiempo para estar juntos luego, por la tarde o por la noche? Por las noches deben de tener mucho tiempo libre.
—No, la verdad no —no se me ocurrían más excusas —estamos agotados luego de todo el día yendo de un lado para el otro.
—Eso no me parece mucha estabilidad —murmuro y luego me pregunto —Dime la verdad Mimi, del 1 al 10 ¿en cuánto está el romance y la pasión entre ustedes dos?
—¿En cuánto están tu y Tai? —le pregunte algo a la defensiva.
—Estamos en 11 ¿y ustedes?
—Igual…
—Mimi…
—Pero sin un uno.
Y la ganadora de esta batalla es Sora Takenuchi. Se acerco y me dio un gran abrazo, se lo devolví con fuerza, derrotada, dándome cuenta de la situación.
—¿En qué momento sucedió esto? —murmure consternada.
—No lo sé amiga, pero todo se puede solucionar. Tus dices que las cosas están bien ¿no? —Yo asentí —entonces anímate, porque a partir de ahora solo puede mejorar.
Regrese a mi labor y empecé a picar las cebollas, lo que me hizo lagrimear un poco, y no sé en qué punto las lagrimas empezaron a ser reales, resbalando silenciosamente por mis mejillas. Hasta que tocaron el timbre.
—Ese debe ser Tai —dijo Sora mirando esperanzada la puerta.
—Apúrate y ábrele, yo no puedo ahora, tengo las manos sucias —Me excuse tratando de controlar mi voz. Cuando Sora salió corriendo a abrir la puerta, aproveche de limpiarme la cara rápidamente y ponerme presentable.
—¡Hola bebé! —saludo Tai al ver quien le recibía. Sora se abalanzo sobre Tai rodeando sus piernas en su cintura y le dio un fogoso beso. La imagen me causo ternura y no puede evitar sonreír al ver la escena.
—¡Hola Mimi! —dijo Tai sorprendido al descubrirme en la cocina no muy lejos de donde estaban ellos —traje refrescos —anuncio levanto la bolsa que traía.
—Mételo en el refrigerador para que estén fríos cuando los sirvamos.
Mientras hacía eso Matt bajo las escaleras.
—Hola chicos —saludo, se acerco a Sora para darle un breve a abrazo.
Tai se acerco a mí para hacer lo mismo —Ahora si ¡Hola Mimi! —Y me dio un abrazo de boa, de esos en los que te aprieta demasiado y te saca el aire, y murmuro a mi oído —tú no escuchaste nada.
—¿Escuchar qué? —me hice la tonta.
—Buena chica —aprobó.
—¿Estabas durmiendo a estas horas Matt Ishida? —le recriminaba Sora a Matt.
—No estaba durmiendo —se defendió —estaba estudiando, tengo muchas pruebas importantes en estos días.
Sora miro en mi dirección, confirmando lo que le acababa de decir hace un rato: "hemos estado muy ocupados"
—Ya suenas a Joe —intervino Tai —Por cierto chicas huele muy rico.
—¡Gracias! —respondimos a la vez.
—¿Las ayudo en algo? —se ofreció Tai frotando sus manos demostrando que estaba dispuesto a ponerse a trabajar de inmediato.
—¡No! —le volvimos a contestar al mismo tiempo.
Tai se detuvo en seco, a medio camino, con el orgullo algo herido.
—¿Por qué no? —pregunto con inocencia.
—Es que ya estamos terminado, Tai –le sonreí.
—Nosotras dos podemos, cariño —le aseguro Sora.
—No quieren que lo arruines —le dijo Matt.
—¡Matt! —le reprendimos Sora y yo al unisonó.
Lejos de mostrarse arrepentido nos sonrió y sin culpa nos dijo —Por nada —Dio media vuelta para irse a la sala de televisión y le dijo a Tai —no es personal, lo que pasa es que apestas en la cocina.
Desvié la mirada a la pared apenada, ¡que descortés!
—Oye hermano yo también te quiero ¿sabes? —le dijo Tai siguiéndolo.
—Disculpa su comportamiento —le dije a Sora mortificada —Es que él es…
—¿Tan Matt? Descuida, todos sabemos cómo es él —me dijo quitándole importancia al asunto.
—¿Tierra a Matt? —Tai chasqueo sus dedos frente a Matt quien se había quedado sumido en sus pensamientos.
—¿Y ahora qué? —pregunto molesto por la interrupción.
Tai movió sus manos haciendo un ademan de que se calmara —Yo se que la pantalla de la TV apagada debe ser fascinante, pero no pareces estar presente.
Levanto sus cejas y recostó la espalda al sofá —Ya estoy presente ¿hay algo que me quieras decir?
—Ehhhh… si… claro… —piensa en algo ¡rápido! Di lo que sea ¡lo que sea! —yo ¿Cómo ha estado Sora? —Me miro extrañado y allí me di cuenta que dije "Sora" en vez de "Mimi" —¡Mimi! Quise decir Mimi.
Me miro algo divertido y trato de reprimir una sonrisa —Ella ha estado excelente.
—¿Ah sí? ¿Y no ha tenido nauseas o algo por el estilo?
Me miro de nuevo extrañado —¿Por qué debería de tener nauseas? ¿Acaso piensas que le das nauseas? Porque estoy seguro que sí, pero no es para tanto.
Lo mire sin poder creer lo que me decía el muy hijo de la chingada.
Lleve una mano a mi corazón como si me doliera —¿Acaso hoy te levantaste con la misión del día de destruir mi ego?
—Hoy me levante pensando, que más le valía a mis compañeros de estudios haber estudiado para la exposición grupal de hoy —respondió con la clara intención de informarme que no había desperdiciado ni un segundo pensando en mi.
—Ya veo —dije dándole un manotazo a mi pierna —así que por eso estas siendo un cabrón hoy, uff es bueno saberlo. Solo estas estresado, la solución es fácil, solo debes tomar un baño con Mimi, de esos que tanto le gustan a las mujeres, donde le echan toda esa basura al agua para que haga espuma, y despida todos esos olores asfixiantes que tanto les gustan y luego terminar de relajarte con una laaaarga sesión en la cama, si sabes a lo que me refie… —un cojín se estampo en mi cara antes de que terminara de hablar y me hizo algo de gracia pero decidí fingir estar enfadado —Pero no me tienes que agredir con cojines de marca ¡gracias! —le dije tirando el cojín a un lado.
Luego de unos minutos en silencio lo llame —Oye… —me senté a su lado en el sofá, mire a la cocina para verificar que las chicas estuvieran entretenidas, las vi charlando, y me acerque un poco a Matt para no tener que hablar alto —Me voy a olvidar que hoy estas en plan de perro rabioso con ganas de coger, porque te quiero consultar una cosa… —eche otro vistazo a la cocina, si, las chicas seguían distraídas, mire a Matt que ni se había movido y seguía mirando al techo —¿Quería saber si las cosas cambian cuando te casas? Ya sabes a lo que me refiero, a que si de repente has notado si a tu mujer le ha entrado unas ganas repentinas de empezar con todo el rollo de tener una familia y eso.
Se tomo su tiempo para responder, tanto que pensé que no me había escuchado —No —fue toda su respuesta.
Recosté mi espalda al sofá algo más relajado.
—¿Porque quieres saber? ¿De repente quieres tener hijos o es a Sora a la que le han entrado las ganas? —pregunto con voz neutra, como si no le interesara saber en realidad.
—¿¡Que!? ¡Jesús! ¡No! nada de eso ¡y te agradezco que no vayas a meterle esas ideas a Sora en la cabeza! —le pedí desesperado.
—Mmmju…
—Es solo que veo que todos están sentando cabeza, Izzy es como si estuviera casado con su computadora, pero eso no cuenta, Joe está comprometido y se va a casar pronto, así que tampoco cuenta, mi hermanita pequeña está casada ¿¡lo puedes creer!? ¡Antes que yo!, no puedo tener esta conversación con ella porque es una chica, ¡es mi hermanita menor!, y es incomodo, y no quiero tener esta conversación con tu hermano, porque luego me podrían entrar ganas de castrarlo y Kari no me lo perdonaría —entonces recordé que Matt se estuvo metiendo conmigo desde que llegue por lo que añadí —así que por descarte tuve que acudir a ti —¡Hay tienes!, ahora eres el plato de segunda mesa, ¿o de cuarta mesa? Jaja.
—Repítetelo hasta que te lo creas, de nuevo acudes a mí en primer lugar —Fruncí el ceño, punto para Ishida, el muy cabrón estaba en lo cierto.
Me podría dormir allí mismo en ese sofá tan suavecito, pero olía tan bien que el hambre me mantenía despierto, aun así no puede evitar echarme una siestecita.
Al otro lado del sofá Matt estaba navegando por el rió de sus pensamientos.
¿Mimi quería empezar una familia? Nunca había pensado en eso, ¿Yo quería empezar una familia? Sí, pero no ahora, era muy pronto, ¿Debería hablarlo con ella?, ¿Estábamos listos para ser padres?, ¿Cargar con las responsabilidades que implica tener un bebé y todos los gastos que este requiere? Este cuestionario interno interminable era lo que me ganaba por dejar que Tai se metiera en mi cabeza.
Tal vez estaba en lo cierto y solo estaba estresado y necesitaba liberar tensiones con mi esposa una noche de estas. Si, eso era, el asunto de los bebes había sido llevar mi imaginación demasiado lejos.
Intente pensar en un día que tuviéramos libre para dedicarlo solo a nosotros, pero mi mente estaba en blanco. Siempre estábamos ocupados, cada día, cada hora; de las 3 horas libres que ella tenía desde que se levantaba por las mañanas antes de sus clases culinarias, yo apenas podía pasar menos de una hora con ella antes de irme a mis propias clases en la universidad, y se iba prácticamente en prepararme para el día y en desayunar. Y luego no la veía en todo el día hasta la noche a la hora de cenar. Cuando llego de mis clases ella aun no ha llegado a casa, y para aprovechar el tiempo me encierro en el estudio para avanzar con todos los trabajos que han dejado en la universidad o en el trabajo, o me pongo a estudiar para mantener buenas notas, y al salir de allí estoy exhausto. A duras penas podía dedicarle algo de tiempo de calidad a mi mujer, luego de cenar todo en lo que podía pensar era en llevarme a Mimi a la cama para echarme a dormir abrazado a ella, sabiendo que ese era el único momento del día en el que lo podía pasar a su lado por horas corridas, hasta la noche siguiente.
Mi pulso se acelero al darme cuenta de que estaba haciendo algo mal, tal vez ambos estábamos haciendo las cosas mal, no lo sé, habíamos caído en una peligrosa rutina donde nos esforzábamos tanto en construir nuestras vidas para estar preparados para el futuro, que habíamos olvidado trabajar en lo más importante, que era nuestra relación en el presente.
En ese momento Tai ronco sonoramente a mi lado, sobresaltándome, me había olvidado de él. De repente me pregunte ¿a que vendría toda esa preguntadera sobre bebés y sentar cabeza? Lo mire evaluando la posibilidad de que si en su cabeza estaría pensando en proponerle matrimonio a Sora, tal vez pronto tendríamos otra boda tocando nuestra puerta.
—¿Qué tanto miras a Tai, mi amor? —Me volví a sobresaltar descubriendo a Mimi detrás de mí.
—Me estaba preguntando ¿Cómo Sora puede dormir con semejante cerdo ruidoso a su lado? —le respondí sonriéndole.
—Eres muy cruel con él —me reprendió con dulzura a la vez que se sentaba en mis piernas y con su mano despejaba mi frente de los mechones de pelo que me caían allí.
—¿Ya terminaron de preparar la cena? Huele a lasaña, es mi favorita.
—Lo sé, y si es lasaña, sabía que te gustaría. Sora está sirviendo los refrescos y me envió a buscarlos.
—De acuerdo —respondí algo distraído, no sabía si comentarle algo de lo que estaba pensado hace un momento, de lo que había descubierto sobre nosotros, mis dudas sobre comenzar una familia. Tai volvió a roncar a nuestro lado y decidí que se lo diría luego en privado, aunque pensándolo bien nunca teníamos un momento en privado en el que ambos estuviéramos consientes y sin apuros por tener que salir pronto a algún lado, mejor me lo guardaba, ya pensaría luego que hacer.
—¡Chicos! —Llamo Sora llegando a la sala de televisión —Oww, pero si mi bebé está dormidito como un tronco —canturreo al ver a Tai —Miren como lo despierto —Se sentó a su lado y se acerco lentamente a su cuello donde deposito un beso.
—¡Ahh! ¡Matt cochino no me llenes de babas! ¡Búscate a tu mujer! —exclamo despertando bruscamente, apartándose de Sora y cayendo un poco sobre Mimi y sobre mí. Lo empuje de vuelta a Sora donde se reía sin control al igual que Mimi.
—¿Tai, estabas soñando con Matt? —le pregunto Mimi entre risas.
—Guacala ¡Claro que no!, hasta la última vez que estaba consciente, solo estábamos él y yo en el sofá.
—Que sospechoso —dijo Sora mirando con complicidad a Mimi y volviendo a estallar en carcajadas.
Tai intento recuperar el control de la situación —En fin —dijo mientras se levantaba del sofá —fue agradable tener esa conversación contigo Matt.
—¿Qué conversación? —pregunto Sora.
Tai quedo petrificado en medio de un paso al escuchar a Sora y luego trato de seguir como si nada. Rodé los ojos, ¿Es que no podía mantener la boca cerrada? Sora me miro buscando respuestas.
—No lo sé, no pensé que me estuviese hablando a mí —le asegure.
—¿Qué conversación? —le pregunto Mimi a Tai directamente mientras nos sentábamos en el comedor.
—No, ninguna Mimi, fue sarcasmo tu sabes, hasta la pared me da respuestas más aceptables y agradables que Matt.
—Pero si estabas soñando con Matt… —dijo Sora pensando en voz alta mientras servía la lasaña y Mimi le ponía hielos a los refrescos —¿No te dio respuestas aceptables allí en tus sueños?
—No —respondió con rapidez —¡Digo NO! que no soñé con el limón agrio, ya dejen de fastidiar.
—¿Limón agrio? —repitió Mimi tratando de entender las burradas que decía Tai.
—Esta buenísima la lasaña —le dije a las chicas probando la comida.
—¡No hables con la boca llena! —me recrimino Sora.
—Mmm cieto eta bunisma —coincidió Tai hablando comida en la boca.
Sora le dio un manotón en el hombro —¡Que no se habla con la boca llena!
Mimi se estaba riendo como una niña al verlos, y me hizo sonreír a mí también al verla tan feliz —Pero ¿Por qué limón agrio? —volvió a preguntar, me miro buscando respuestas.
Me encogí de hombros —No lo sé, intentar pensar en sus motivos me da dolor de cabeza.
—Mimi, hubiéramos invitado a nuestro cuñado y a Kari a venir, hubiera sido una agradable cena familiar —comento Tai.
—¡Cierto! ¿Cómo no se me ocurrió? Los invitare para la próxima.
—¡Para la próxima! —le secundo Tai.
—¿Para la próxima? —repitió Sora mirándome.
—¿¡Para la próxima!? —exclame, eso no funcionaba para mi meta de trabajar en mi relación con Mimi.
—Calma —me dijo Mimi —no tiene porque ser pronto. A propósito, quedo mucha lasaña para mañana.
—Si quedaron 3 bandejas llenas —Confirmo Sora.
—Llévense una ustedes –le dije.
—¿En serio? —Sora se veía muy sorprendida.
—Sí, te esforzaste mucho en la preparación de esas lasañas, mereces llevarte tu trabajo duro y el de mi esposa a casa.
—¡Gracias Matt! Así mañana no me tengo que preocupar por el almuerzo.
—¡Que buena suerte tengo! —dijo Tai satisfecho.
—Oye Sora —dijo Mimi mirándome a medias —¿Cómo haces para dormir con Tai y sus ronquidos?
—Yo no ronco –dijo Tai.
—Si roncas —le respondimos todos a la vez.
Las chicas se rieron a carcajadas —Es que por lo general me duermo antes que él y por eso no lo escucho. Pero a veces me despierta a mitad de la madrugada con sus ronquidos y lo despierto a patadas hasta que se calla.
Tai miro a Sora —¿Por qué me delatas? —le pregunto quejándose en broma, lo que hizo que las chicas se rieran más fuerte.
Cuando terminamos de cenar, Sora noto que era muy tarde y que ya era hora de que Tai y ella se fueran.
—¡Hasta pronto! Que duerman bien —le deseo Mimi a Sora mientras la abrazaba.
—Gracias, igual ustedes —respondió Sora regresándole el abrazo.
Tai me miro —Ishida.
—Yagami —conteste, y esa fue toda nuestra despedida.
—¡Buenas Noches Tai! —le dijo Mimi mientras lo abrazaba.
—¡Ishida bella! Así será e igual para ti.
Le di un corto abrazo a Sora como despedida antes de que se fuera.
—Me llaman cuando lleguen —les pidió Mimi.
—No te preocupes, yo te aviso —le prometió Sora.
Cuando llegamos al departamento, lo primero que hice fue guardar la lasaña en la nevera, después de darle instrucciones muy claras a Tai de que no fuera a estársela comiendo a escondidas.
—¡Como dudas de mi! —me acuso tomándome de la cintura.
—Ya sabes, mañana quiero ver toda la lasaña allí, o sino…
—¿Qué? ¿O sino, que? —me reto pegándome a él.
Lleve mis manos a su trasero y lo apreté mientras le decía —o te quedas sin esto —le di una nalgada y me soltó.
—Voy a tomar una ducha rapidito —le avise y le tendí el teléfono —Avísale a Mimi que ya llegamos.
Tai me siguió al baño —¡Tai! ¡Que le vayas a avisar a Mimi!
—¿Pero no dijiste que tendríamos un rapidito en el baño?
¿¡WTF!? —¿Cuándo dije eso? —le pregunte empujándolo por el pecho fuera del baño.
—Hace un segundo lo dijiste.
—Dije que me iba a bañar rapidito, no que iba a tener un rapidito, ¡salte! Aprende a controlarte, estas insaciable.
—Es tu por tu culpa, nadie te manda a estar tan preciosa —dijo con voz sensual dando un paso hacia mí.
—¡Que adorable!, pero no me engañas. ¡No vas a entrar! —le cerré la puerta en la cara.
Mientras me metía en la ducha le estaba dando vueltas a todo el asunto Mimi/Matt. No sabía que estuvieran tan mal. A mí no me engañaban, una relación en la que se concentraban en todo, menos en sí mismos no podía estar bien y ser estable como decía Mimi. Me sentía mal por mis amigos, Mimi siempre ha sido tan radiante y entusiasta, y hoy la encontré muy apagada en cuanto a su vida romántica, y eso que ella era especialista en cuanto al tema, no me cabía en la cabeza como dejo que la chispa del amor se empezara a apagar, y lo peor de todo es como fingía que no le importaba cuando se notaba a lenguas que un poco mas de romanticismo en su matrimonio era lo que más deseaba y necesitaba. Matt también es responsable del problema, siempre estaba tan ocupado con la universidad y con el trabajo, y honestamente, lo podía comprender, claro que si, él necesitaba hacerlo si en el futuro quería darle la vida a Mimi que esta siempre soñó y la que él mismo visualizaba junto a ella, no lo podía juzgar por luchar por sus sueños, pero se estaba olvidando de dedicarle más tiempo al ahora y eso estaba acabando, sin que ellos lo supieran, con su relación. Eso me preocupo muchísimo.
Pensé en como Tai y yo balanceábamos muy bien nuestros estudios y nuestros trabajos con nuestra relación, todos los días teníamos tiempo el uno para el otro, sin falta. Manteníamos la llama de la pasión encendida siempre, echándole más leña al fuego. Ambos estábamos 100% involucrados en construir juntos nuestro futuro en pareja, codo a codo, y nunca olvidando que lo mas importantes del proceso éramos nosotros dos. Sonreí para mí misma, tal vez le tendría que dar algunas clases a Mimi de cómo avivar la chispa de amor con Matt. Como me hacía gracia pensar en eso porque siempre me imagine que ella seria la que estaría dándome consejos a mí y no al revés, y que ella tendría todo bajo control.
Salí de la ducha y me seque rápidamente, cuando salí del baño encontré a Tai que estaba recostado en la cama durmiendo, pobre, después de todo el día en entrenamiento de fútbol y luego pasar la tarde con Matt, debió quedarse sin energías.
Cuando me puse mi pijama, me metí a la cama y mire el reloj, casi era medianoche, Tai se espabilo al sentirme a su lado y se levanto.
—Ah ya saliste, ¡Si te tardas en el baño! —se quejo levantándose.
—Pensé que estabas dormido —le dije algo sorprendida.
—¿Qué? no, solo estaba descansando los parpados, y te estaba esperando —me confesó mirándome con picardía antes de meterse al baño.
Puse los ojos en blanco, no se daba por vencido. Mi celular empezó a sonar, mire extrañada la pantalla para ver quién me estaba llamando a estas horas, ¿Mimi?
—¿Tai…?
—¡Ya voy cariño! ¡Yo se que tu tampoco te puedes aguantar las ganas! —me grito desde el baño.
—¡Mimi me está llamando! ¿La llamaste como te pedí para avisarle que ya habíamos llegado a casa?
—Si, lo hice —dijo saliendo del baño extrañado —te puedo mostrar el registro de llamadas del teléfono para que lo compruebes.
—Shhh —le hice una seña para que se callara, y respondí la llamada —¿Aló Mimi?, ¿Cómo estás?, ¿Pasó algo?
—Hola Sora, no pasa nada grave, disculpa que te llame tan tarde —me contaba por el auricular, Tai se aburrió de esperar y se empezó a desvestir, antes de que se quitara la ropa interior desvié la mirada, necesitaba concentrarme.
—No te preocupes, apenas me estaba preparando para dormir, cuéntame ¿Qué es lo que pasa que no puedes esperar hasta mañana? —le pregunte. Tai se había metido bajo las sabanas, se pego a mí y empezó a besar mi hombro.
—Es Matt…
—¿Qué paso con…? Mimi, espera un segundito —Cubrí el micrófono del celular —Tai —le dije en voz baja —¿en serio no te puedes comportar por dos minutos?
—No… —murmuro contra mi piel —te quiero ahora.
—Mimi me está hablando de Matt, si sigues con esto, solo podre pensar que es él quien me lo está haciendo —Se aparto de golpe y se tiro a mi lado enfufurruñado —Aquí estoy —le dije a Mimi —¿Qué pasa con Matt?
—Nada, Sora eso es lo que pasa, ¡NADA! Necesito que me ayudes, porque no se qué hacer, quiero a mi esposo de vuelta, al cariñoso y que tenia esos detalles tan lindos conmigo —dijo con la voz quebrada.
Me senté en la cama, dándole toda mi atención —Ya Mimi, no te angusties ¿sí? Mañana pensaremos en algo. Te voy a ayudar, así sea lo último que haga —le prometí, comprometiéndome con la causa, igual y algo así había considerado hacer mientras me duchaba.
—Gracias Sora, eres invaluable. Por algo eres mi madrina de bodas —dijo entusiasmada.
—Por nada, mañana hablamos, buenas noches.
—Buenas noches.
—¿Ya puedo disfrutar de mi novia? —pregunto Tai cuando colgué.
—¿No crees que es muy tarde para andar disfrutando de nada? —le pregunte acostándome a su lado y abrazándolo por el pecho.
—No, nunca es demasiado tarde en mi horario para demostrarte cuanto te amo —me respondió subiéndose sobre mí y levantando la franela de mi pijama.
Mañana tendría mucho trabajo que hacer con Mimi, solo esperaba que Tai no me agotara al extremo desde la noche anterior.
Fin del primer capítulo. Este es mi primer shortfic, hace tiempo estaba pensando en hacer uno, pero no me animaba, a pesar de que mi hermano (mastercamp en fanfiction) me estaba presionando para que lo hiciera, pero se dio la oportunidad y acá esta. Espero que sean alrededor de 5 capítulos, realmente no quiero estirar la trama innecesariamente, así que veremos cómo se desarrolla todo.
Me pueden contactar a mi twitter: TrueAleCriollo
