Quise hacer una parte desde el punto de vista de Stan, y bueno, lo demás es historia. Disfruten.

Disclaimer: South Park es idea intelectual de Trey Parker y Matt Stone.


Nothing Is Forever

Aquel día había despertado con una extraña sensación, una advertencia parecía estar siendo susurrada a través del viento que silbaba melancólicamente.

Por un momento creí que mi entorno trataba de decir algo, algo importante, pero lo ignoré.

El cielo se encontraba abrumado por nubes ensombrecidas. El aire frío recorría cada rincón de mi cuerpo cortando mis sentidos.

Me invade la ansiedad, temiendo lo peor

Oh, dulce flor, que tu olor jamás se opaque

Mi rubio amigo estuvo encerrado en sus pensamientos todo el día, evadía preguntas, muy pocas veces respondía, y si lo hacía era con un simple monosílabo.

¿Seguirás tan fragante como siempre, mi más preciada flor?

Los chicos y yo caminábamos sin rumbo alguno cuando, de repente, Kenny se detuvo abruptamente. Había estado manteniendo sus manos en los bolsillos. Un ligero temblor comenzó a sacudir su cuerpo.

Preocupados, los demás se acercaron a él. Mientras que yo, me mantuve a cierta distancia. Rígido.

No

Un putrefacto olor me invade

Alzó la voz con los ojos desorbitados. Hicieron el esfuerzo por calmarlo.

Nada funcionaba, él gritaba desgarradamente. Abrí mis ojos desmesuradamente una vez vi una pequeña arma siendo sostenida entre sus manos.

Podredumbre

La flor se marchita

Sus ojos se volvieron cristalinos por la aglomeración de las lágrimas en sus cuencas. Apretaba desesperadamente el arma hablando rápidamente y de forma incoherente.

¿Dolía? Verle así, sí. Demasiado.

La opresión en mi pecho, surgida anteriormente, se incrementaba conforme él seguía hablando.

Entonces… todo pasó.

Flor ensombrecida, careciendo lentamente de sus brillantes colores

Fue como mirar desde cámara lenta. Cayó de manera estrepitosa contra el asfalto. Alterándoles a todos, indudablemente.

Todo se tiñó de diversos tonos rojizos. Observaba un mundo carmesí. Se volvieron con él rodeándolo, esperando recuperarlo. Hacer que regresara.

Observo,

Uno a uno,

Sus pétalos caer

Algo hizo que volviese a la realidad. Sintiendo que me faltaba el aire, me acerqué caminando rápidamente hacia él. Yacía con los ojos entrecerrados, dando pequeñísimas señales de vida.

Aspiré de forma forzada mientras me dejaba caer de rodillas junto a él, cubriéndome del rojo que le rodeaba.

Tomé delicadamente su tibia mano, sin escuchar los posibles reproches de los demás.

Nada es para siempre

Todos lo saben

Dejé que mi cuerpo respondiera por sí mismo, y, cuando menos me di cuenta, ya estaba sollozando amargamente mientras sostenía su cabeza, cubierta de ese líquido espeso y vital, que palpitaba entre mis manos.

No quiero pensar en la tristeza de un final hasta que éste llegue

Temblaba oprimiendo mi frente contra la suya dejando las lágrimas correr por su rostro.

Los chicos lograron hacer que me separara de él. Le observé con angustia.

Esta sería una de las tantas veces que despertaba de esta pesadilla que se repetía constantemente, ¿verdad? Él seguirá ahí a la mañana siguiente. Me sonreirá como siempre. Seguirá siendo el pervertido empedernido. Él despertará de nuevo ¿cierto?

¿Cierto?

— ¿Cierto? —murmuré a la nada aterrado observándole siendo auxiliado.

Nada es para siempre

Todos saben eso

Todos saben eso

Pero yo no

Sostuve su mano por segunda vez temblando incontrolablemente. Le estrujé cientos de veces. Hasta que una señal se presentó.

La respuesta a mi pregunta hizo acto de aparición. Él cerró los ojos lentamente para dejar soltar un suspiro seguido de una sonrisa tranquila, pacífica.

Las flores desaparecen a mí alrededor

Se esparcen

Se escapan de mi tacto

Incontrolablemente, suelto un alarido. Sujeto con más fuerza su mano, sin querer dejarle ir, pero aun así, ya es tarde.

La mano que antes emanaba un agradable calor ahora yacía gélida.

El jardín que con tanto amor creció y floreció

Lentamente, se esfuma

Las flores se han ido

Ellas, todas ellas se han ido

El clima no se compadeció, pues un rugido surcó el cielo seguido de unas diminutas gotas de agua cayendo de manera sistemática, empapándome. Combinando mis lágrimas con la lluvia.

Las flores se han ido

Pero yo todavía…

Me mantuve en mi sitio sin dejar de lado mi mirada de horror hacia el cuerpo inerte de mi rubio amigo.

Yo todavía…

—Todavía no te he dicho que te amo.

Mis pensamientos se escaparon siendo escuchados únicamente por el torrente que caía desde el cielo.

Por siempre recordaré los maravillosos colores,

de esa hermosa flor.

La más bella del jardín

Las flores se han ido, pero esa flor tan especial sigue en mí