¡Hola amigos! Este es mi primer fanfic de Miraculous, que por cierto no me pertenece, sino a Thomas Astruc. Si fuese mía, esta serie tendría muchísimo más romance *.* En fin, dénle una oportunidad :3 y espero que les guste.
Aclaraciones:
— Diálogos de los personajes.
"Los pensamientos individuales irán en comillas"
Personaje X PoV: significa que ese personaje cuenta esta parte de la historia, desde su perspectiva.
Disfrútenlo! ^^
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Amores de tejado
Un mal San Valentín
Marinette PoV
Sí, este definitivamente era un atardecer perfecto para culminar un radiante San Valentín en la ciudad del amor. Hubiese dado lo que fuera a cambio de haber podido pasar este bello día junto a…él.
En cambio, estoy sola, en algún tejado, frente a la imponente torre Eiffel iluminada incluso con más entusiasmo que otros días, por ser hoy el día de los enamorados; sólo miraba el horizonte, como esperando una respuesta, buscando en mis recuerdos alguna pista más precisa para entender todo lo que había sucedido hasta ahora.
Y nada. Tal vez debería recordar más atrás, desde el inicio de todo esto…
Una lastimera lágrima escapó de mis ojos y cayó de prisa hacia el final de mi mejilla, como con miedo a que volviera a tomarla antes con mis dedos y pretender que nunca existió.
Lo primero es recordar cómo rayos me enamoré de mi mejor amigo y como terminé aquí sola, sin novio, sin amigo y sin máscara…
— Aún no puedo creer que después de todo lo que pasó, termináramos así, Adrien… —mencionó al viento.
Marinette PoV off
La de ojos zafiros suspiró pesadamente y otra lágrima volvió a caer, pero esta vez era acompañada por un intento de sonrisa, una fúnebre y melancólica sonrisa.
— Si tan sólo yo pudiese volver a ese día y comenzar de nuevo, hacer las cosas de otro modo, tú estarías bien, estarías aquí, conmigo… —le habló nuevamente a la brisa vacía—. Recuerdo muy bien ese día soleado y fresco, había pasado cerca de tres horas haciendo unos chocolates en forma de corazón para él, jé. Era tan inocente en ese entonces…
"Todo comenzó este mismo día, hace dos años. Yo tenía 15 años en ese entonces, y ese San Valentín iba a ser mi oportunidad de confesarle mis sentimientos a Adrien Agreste, a quien adoraba obsesivamente en ese tiempo…"
…
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Marinette Dupain-Cheng iba con una gran sonrisa esperanzada y casi corriendo hacia la plaza de la ciudad de París, en donde se realizarían varios eventos distintos, conmemorando San Valentín. Y por lo mismo Alya y Nino habían acordado y arreglado las cosas para que fueran todos a pasar el día al lugar, y eso incluía al mejor amigo de Nino.
"¡Es la oportunidad perfecta para confesarle mis sentimientos al chico más lindo, inteligente y perfecto del mundo: Adrien!", pensaba decidida, como si tuviese la máscara puesta.
Últimamente sentía que había tenido algunos progresos con Adrien, ya podía hablar con él como todo un ser humano en vez de esforzarse por quedar como un zombi sin cerebro frente a él, aunque al principio siempre le costaba. El Agreste también se mostraba preocupado por su seguridad, o al menos más que antes; y hasta ahora habían logrado quedarse solos conversando un par de temas, antes de que Chloé u otra cosa los interrumpiera.
Pero nada de eso le importaba ahora, se había mentalizado durante una semana para este día, y tenía cuotas de valor acumuladas en su sonrisa. Para ella, nadie además del incomparable y guapísimo Adrien Agreste existía en estos momentos.
Por suerte para la de cabello azabache, Nino y Alya estaban de su lado, obviamente su mejor amiga estaba enterada de sus sentimientos hacia el rubio, y recientemente —por accidente— Nino también lo sabía, pero le había prometido no decirle a Adrien, y apoyarla en lo que pudiera. Después de todo, ella ya tenía el voto del moreno.
Al reunirse, se saludaron emocionados de ver tanto show con globos, flores, luces y colores diversos. Parecía casi un carnaval.
— ¿Qué estamos esperando? ¡Vamos a divertirnos! —vociferó Nino, emocionado.
— ¿Y dónde iremos primero? —preguntó Marinette.
— ¿Qué les parece al túnel del amor? Parece que en verdad se lucieron este año —propuso Alya.
— B-bueno… —tanto la chica de ojos zafiro como el de ojos esmeraldas se pusieron algo nerviosos. Pero ninguno de sus amigos les dio tiempo de replicar, ya estaban haciendo la fila para un gran túnel decorado con varias tonalidades rojizas y rosas, el cuál atravesaban en un botecito para dos personas.
— ¡Yo iré con Nino! —Aludió de repente la morena, tomando el brazo del chico, y sorprendiéndolo de igual forma—. Sabes que me mareo fácilmente en los botes, así que necesito que me sostengas con tus fuertes brazos para sentirme más segura— dijo como si fuera lo más obvio del mundo.
— ¿Ah sí? ¡Digo, sí! ¡No temas, Alya, yo te cuidaré! —aseguró, abrazándola por la espalda y comenzando a caminar hacia el bote.
"E-eso significa que…"
— Marinette —llamó Adrien, interrumpiendo sus pensamientos y sospechas.
— ¿Eh? ¿S-sí?
— ¿Quieres que nos subamos juntos al bote?
— C-claro, va-vamos —tuvo que usar todo su conocimiento sobre caminar correctamente para no quedar como idiota en esos momentos, y no lo logró, casi se cae al agua al intentar subir al bote, por suerte Adrien la sostuvo de la cintura, justo a tiempo. A pesar de que no se tocaron más de cinco segundos, era suficiente para dejar a la de cabello negro-azulado echa un manojo de nervios.
— G-gracias, Adrien…
— Descuida, pr- ¡Marinette! Jeje ¿Puedes subir al bote?
— Ah, sí, descuida. Sólo fui algo torpe —al parecer no se dio cuenta del pequeño error cometido por el Agreste. Su mente parecía tener un filtro de imperfecciones cuando se trataba de él.
Finalmente comenzaron a avanzar dentro del túnel, que estaba lleno de luces de distintos colores y con muchas formas distintas. Primero atravesaban un hermoso cielo de varias tonalidades, y luego llegaban a una pradera con flores que en realidad eran luces azules y amarillas que lograban esa forma. Era mágico.
"Desearía estar aquí junto a My lady", pensó un enamorado Adrien, mirando hacia otro lado. Una sonrisa triste adornó su rostro. Ya llevaba casi un año enamorado de Ladybug y aún no había podido tener una cita con ella, o conocerla mejor, o…si quiera decirle seriamente acerca de sus sentimientos.
Suspiró pesadamente, y se obligó a voltear hacia la de cabello oscuro, quien miraba fascinada el paisaje artificial con una sonrisa infantil. Eso le arrancó una sonrisa también al rubio.
"Es cierto, estoy aquí con Marinette ahora, de todas formas puede ser divertido".
— ¿Y…cómo has estado, Marinette? —trató de romper el silencio.
— B-bien, todo ha estado estupendo, jaja —incluso su risa era nerviosa— ¿Y tú?
— Bien también, no tengo mucho que contar en verdad.
— Vamos, no digas eso, haces un montón de actividades estupendas, ¡y además eres un modelo famoso! Tu vida debe ser muy emocionante.
— Al contrario… —susurró apagado, sin mirarla, luego esbozó una sonrisa triste y se dispuso a mirarla de nuevo, con la misma máscara de siempre—. No me hagas caso, y dime, ¿tú has seguido haciendo bocetos y confeccionando ropa?
— D-de hecho, ahora estoy trabajando en un vestido nuevo…
— ¡Genial! ¿Crees que podría verlo alguna vez?
— ¡¿E-en serio te gustaría verlo?!
— ¡Claro! No sé mucho de la confección, pero he modelado y visto modelar distintos tipos de ropas, tal vez mi opinión te sea útil para algo. Es decir, s-sólo si quieres, claro.
— ¡M-me encantaría! Yo… —pero se calló al ver que ya habían vuelto al punto de partida, era hora de bajar.
"Cielos, se me hizo tan corto", pensaba ella, decepcionada. El rubio la ayudó a salir del bote y, junto a sus amigos, se fueron a otra atracción.
Y así se pasaron el resto de la tarde, riendo, comiendo y hablando de varios temas. De vez en cuando, Marinette miraba de reojo a Adrien, y lo sorprendía mirándola, tranquilamente; por supuesto que también él la sorprendía viéndolo, pero ella enrojecía de inmediato; gesto que al rubio siempre le pareció tierno.
Al final, ya estaba atardeciendo y pronto el azul nocturno se posaría sobre París, estaban buscando buenos lugares para ver los fuegos artificiales que lanzarían pronto.
— ¡Dios, tengo un antojo de comer…eh…churros! ¡Agh, sí, ya no puedo resistirlo! —Dramatizaba Alya—. Nino, ven, acompáñame a comprar algunos.
— P-pero… Oh, ¡claro, vamos!
— No se preocupen por nosotros, volveremos en seguida —informó Alya a la pareja, para luego llevarse al moreno con ella y perderse entre la gente.
Los dos héroes estaban sentados en una banca un poquito apartada del resto, pero tenían muy buena vista. Y ahí quedaron, en un silencio tranquilo, y sentados uno junto al otro.
Algo llamó la atención de la niña.
— Oh, Adrien, no te muevas, tienes una mariquita en el hombro —notó Marinette, para luego llevar lentamente sus dedos hasta ella, lograr tomarla sin hacerle daño, y dejarla en una flor cercana. Adrien la miró con una cálida sonrisa, fue un gentil acto de su compañera.
"Marinette es una chica muy amable e inteligente, al igual que My lady… Ay, My lady, ¿qué estarás haciendo en estos momentos?". Marinette se reincorporó y Adrien le agradeció.
— N-no es nada, descuida —ella volvió a sonrojarse un poco, y con ese simple gesto, Adrien quedó casi hipnotizado con su adorable expresión.
En esos momentos, comenzaron los fuegos artificiales y ambos fijaron su vista en el horizonte, disfrutando el espectáculo. Las bombas de colores irrumpían el bellísimo cielo de París, para hacerlo aún más festivo y divertido.
En un instante, Adrien deja de observarlos, para fijar sus ojos en la chica que lo acompañaba. Ella parecía fascinada en la magia de colores. Aquello lo hizo sonreír, se veía adorable así. Finalmente ella sintió sus esmeraldas, pero el rubio no corrió su mirada. Las mejillas de Marinette se tiñeron de un rojo suave, pero Adrien no estaba seguro de si lo estaba imaginando o no. Por inercia, se acercó más a ella. Y Marinette sintió los nervios en su estómago, pero no se movió. Estaba muy cerca del rostro del rubio, y pocas veces tenía la oportunidad de mirar tan de cerca sus facciones.
Los esmeraldas se encontraron con los zafiros de ella, y comenzaron a adentrarse en ellos. Por alguna razón, Adrien, sentía tan familiar ese tono azulado de sus ojos. Y eso le intrigaba en exceso.
La distancia entre ambos iba acortándose más, pero ninguno era consciente de ello. Hasta que Adrien notó, por el rabillo del ojo, un tono rojizo, con puntos negros, detrás de Marinette.
"¿Mi Lady?", pensó de inmediato, pero al enfocar de nuevo notó que era una niña pequeña disfrazada de Ladybug. Marinette se volteó curiosa, al verlo distraído. La imagen le provocó mucha ternura. Una niña castaña de cabello corto usaba el que era su traje; mientras que una más pequeña que ella y pelirroja, usaba el traje de Cat Noir.
— Seguramente habrá algún concurso para niños o algo así —razonó Marinette.
— Ah…sí… —por un momento sintió su corazón en la garganta.
Al ponerles más atención, los mayores se dieron cuenta de que ambas niñas estaban discutiendo.
— ¡Ya te lo dije, no puedes disfrazarte de Cat Noir, es un chico!
— ¡Eso no importa, a mí me gusta Cat Noir y me disfrazaré de él cuanto quiera!
— ¡¿Cómo puedes preferir a Cat Noir antes que a la gran Ladybug?! ¡Ella es la mejor heroína del mundo entero!
— Es muy buena, pero sólo es genial porque no actúa sola. ¡Cat Noir siempre está ahí para ayudarla, es gracias a él que Ladybug puede brillar y estar a salvo a la vez!
— Es verdad… —murmuró Marinette al escucharla, sonriendo con un deje de cariño en sus ojos, que no pasó desapercibido por el rubio.
— ¿Tú…también crees eso?
— ¡¿Eh?! Y-yo… —lo dijo sin pensar, pero ahora no le quedaba más que obligarse a mantener la calma—. Sí…yo pienso que Ladybug puede hacer todo lo que hace, sólo porque ese gatito está ahí para protegerla, y darle una mano siempre. De no haber sido por él…
— De eso no te preocupes —aludió con confianza y una gran sonrisa, olvidando que no traía la máscara; ella se sorprendió ante su cambio—. Cat Noir siempre protegerá a su lady. Sin importar nada más, él estará a su lado, cubriendo su espalda.
"y algún día, con algo de suerte, besándola…", pensó pícaro.
Ella se sorprendió mucho al oír esas cálidas y reconfortantes palabras, y le sonrió enternecida.
— Que suerte tiene ladybug al tener semejante guardián —pensó sonrojada y feliz de que alguien tan admirable como Adrien viera lo mismo que ella y demostrara plena confianza en la palabra de Cat Noir al punto de contarle a ella sobre el tema. Pero Adrien malinterpretó su rostro y creyó verla triste.
— Él también te cuidará a ti.
— ¿Eh?
— M-me refiero a Cat Noir —miró hacia otro lado, algo sonrojado—. É-el no dejaría que algo te pasara, e-eso pienso yo…
Ella se sonrojó visiblemente y su corazón se aceleró. Parecía como si él mismo se estuviese comprometiendo a ello.
"¡¿Pero qué locuras piensas Marinette?!", se auto-regañó, "ya basta, o volveré a quedar en ridículo…"
Los fuegos artificiales cesaron y un segundo después aparecieron Alya y Nino.
— ¿Y…qué tal todo por aquí? —preguntó Nino, casi pícaro. Pero de inmediato notaron el sonrojo e incomodidad de ambos.
— ¡O-oigan, escuché que ahora presentaran una orquesta sinfónica, ¿vamos a verla?! —propuso Alya. Adrien pareció interesarse de inmediato y así lograron disipar la tensión e ir a seguir disfrutando.
Alya aprovechó que Nino mantenía ocupado a Adrien, para acercarse a su amiga y susurrarle.
— ¿Y? ¿Cómo les está yendo, eh?
— ¡Oh no, olvidé pasarle los chocolates!
— ¿Dijeron algo, chicas?
— N-nada, Nino, no nos hagan caso, jajaja —la cubrió la morena. Por suerte, funcionó. Luego se dirigió de nuevo hacia Marinette— ¡¿Cómo que lo olvidaste?! —la regañó lo más bajo que pudo. La de cabello negro sonrió avergonzada.
— L-lo siento, es que me distraje conversando algunas cosas con Adrien.
— Bueno, al menos ambos están interactuando muy bien hasta ahora.
— E-eso creo…aunque, no lo sé, tal vez no debería…
— Ah, no, ¡nada de eso! ¡Hemos esperado mucho a que llegue este día y no nos vamos a rendir ahora! ¡Ya estás muy cerca! Es más, ¡Adrien! —llamó de pronto la morena.
— ¡E-espera, ¿qu-qué haces?! —le susurró, desesperada. Pero fue ignorada.
— ¿Qué sucede, Alya?
— ¡Es que Marinette quiere decirte algo! —rápidamente tomó a Nino, de la mano. Nosotros buscaremos los asientos para la presentación, ¡los veremos allá! —y nuevamente se esfumaron. Marinette era fácilmente confundible con un tomate. Y para colmo, ahora Adrien la miraba con el signo de pregunta tatuado en la cara.
"Demonios, Alya me atrapó. ¡¿Qué hago ahora?! ¡Ah, tengo que decirle algo, ya ha pasado mucho tiempo!"
— Ah…sí, hay…algo que quería decirte… —Adrien se acercó tranquilo hacia ella, su sonrisa paciente la hizo suspirar por dentro.
Perfecto, ahora ya no sentía las piernas.
— Claro, ¿de qué se trata?
— Eh…yo…verás…
— ¡Oh, Adrien! —pero fueron interrumpidos por unos chillidos melosos. De la nada, Chloé ahora estaba ahí, parada entre ambos, y dándole la espalda a Marinette. Cosa que Adrien sintió muy descortés, pero no lo mencionó—. Al fin te encuentro, he estado todo el día buscándote, y tú no contestabas el celular, tontin.
— Ah, pues… —había notado las llamadas perdidas, pero prefirió ignorar esa información.
— Hola, Chloé —saludó la de ojos azules, educadamente, pero seria.
— Sí, hola —por supuesto que la rubia se esforzó por ignorar a Marinette—. Lo que importa es que al fin te encontré y ahora puedo darte esto… —comenzó a buscar algo en su cartera. Marinette temió lo peor. ¡Chloé se le había adelantado!— ¡Tarán! —y sacó una caja muy fina de chocolates, la caja era de terciopelo y con forma de corazón dorado.
Marinette quedó impresionada, esos chocolate se veían carísimos. Es más, tenía la idea de haberlos visto alguna vez, pero no recordaba donde. Adrien también quedó sorprendido, pero luego su rostro se puso serio de nuevo.
— Lo lamento, no puedo aceptarlos —contestó escueto, siempre cortés.
— ¡¿Eh?! ¡Pero si los co-hice para ti, Adrien!
— Es que…no puedo aceptar los chocolates de una chica que no sea quien me gusta realmente, porque ella cree que yo le coqueteo a otras y…no puedo permitir que en verdad crea eso; así que no puedo aceptarlos, lo siento, Chloé.
Por un momento, hasta la misma Marinette olvidó que ella también estaba ahí. Por un lado, sintió alegría y satisfacción al ver que no aceptó los chocolates de Chloé, luego llegó la punzada de dolor a su pecho…
"Le gusta otra…", concluyó abatida.
— ¡¿C-cómo que te gusta otra?! ¡¿Y quién demonios es?! —obviamente la rubia no se estaba tomando bien ese rechazo.
— Cálmate, Chloé…
— ¡No me pidas que me calme, Adrien, ¿es que no lo entiendes aún?! ¡Nosotros estamos hechos el uno para el otro! —se le abalanzó al cuello, mientras el rubio trataba de recuperar su espacio personal.
Marinette sentía punzadas en el estómago ahora, ver esas imágenes le desagradaba demasiado.
— Suéltam-
— ¡No puedo creer que puedas mirar a otra si me tienes aquí en frente! ¡¿Acaso esta tipa es de nuestra escuela o salón?! —seguía exigiéndole respuestas. "Me las pagará en cuanto la encuentre".
— N-no… ¡y ya bájate, Chloé! —lo dijo sin pensarlo mucho, pues la respuesta correcta era un "no sé", después de todo, no sabía quién era Ladybug en verdad.
Pero esa palabra fue suficiente para terminar de desarmar a Marinette, sin pensarlo más, salió corriendo del lugar. Ninguno de los rubios se dio cuenta.
Se sentía tan tonta en esos momentos, ¡estuvo todo el día coqueteándole a Adrien, esperando entregarle sus chocolates artesanales, ¿y para qué?! ¡La hubiese rechazado al igual que lo hizo con Chloé!
"Le gusta otra chica… No puede ser, ¡no puede ser!"
Seguía corriendo a toda velocidad y dejando un rastro de lágrimas en el aire.
"Pero… ¿quién será? Dijo que no era de la escuela. Tal vez es una modelo famosa que conoció por su trabajo. Ay Dios, ¿qué importa de todos modos? Adrien ya eligió a otra…"
Cuando ya estuvo lejos de la plaza, paró de correr, entre la respiración entrecortada y las lágrimas, no tenía buen aspecto. Prefería irse a su casa y descansar. Le mandó un mensaje a Alya y apagó el celular. Por ahora ya no quería nada con nadie que no fuera su almohada.
Tikki la vio llegar llorando, estuvo todo el día durmiendo. Rápidamente fue hasta su rostro.
— ¿Por qué lloras, Marinette?
— Es qu-que…Adrien me rechazó…indirectamente —Tikki la abrazó, en un intento de consolarla.
— Descuida, todo saldrá bien al final, ya lo verás.
— N-no lo sé, Tikki. Ahora creo que ya…ya no quiero volver a querer a alguien, ni siquiera a Adrien.
— Mari…
— Saldré un momento al techo, ¿sí?
— Te acompañaré.
— No, descuida, sé que debes tener hambre. Come algo y después subes conmigo.
— Pero Mari…
— No te angusties, sólo estaré un momento sola arriba —se apuró en salir, para no quebrarse frente a ella. A penas sintió la soledad y el aire frío golpeándola, rompió a llorar. No quería que Tikki la viera tan débil, ni preocuparla. Pero la verdad es que no tenía idea de cómo seguir adelante ahora, de cómo seguir levantándose todos los días con ánimo, y como si nada, de cómo seguir disimulando que se sentía rota por dentro.
¿Cómo iba a mirar a Adrien ahora, sin ponerse a llorar? ¡Él ni siquiera se había dado cuenta de que la había rechazado!
Luego de un buen rato ahí, logró contener ese hipar de llanto, pero las lágrimas seguían cayendo en silencio. ¿Habrá pasado casi una hora ahí sola?
Ni siquiera tenía hambre o frío, por alguna razón se sentía vacía.
— Está refrescando, te traeré una manta.
— Gracias, Tikki.
Fueron a penas unos cinco segundos de silencio luego de eso, hasta que escuchó…
— ¿Por qué tan sola acá, Princesa? —llegó él, coqueto y animado como siempre, pero se le pasó al ver las lágrimas de Marinette. Rápidamente se acercó a ella y limpió sus mejillas cuidadosamente, con sus dedos— ¿Por qué lloras? ¿Estás bien? ¿Estás herida? ¡¿Acaso fue un akuma?!
— ¿Qué? ¡No, nada de eso! —trató de restarle importancia—. Sólo…tuve un mal día.
— ¿Eh? ¿De verdad? —eso lo desanimó, pues habían pasado todo el día juntos, y también con sus mejores amigos, y creyó que Marinette se estaba divirtiendo. "Tal vez no me fijé bien"—. Y…dime, ¿por qué fue tan malo? —se sentó a su lado, dispuesto a escucharla. La de cabello negro apreció eso, pero seguía muy dolida, no sabía si hablarlo o no.
— Pues…de hecho, me la estaba pasando muy bien, hasta que…el chico que me gusta, me rechazó.
— ¡¿Qué?! "¡¿Y eso en qué momento fue?! ¡Estuvimos juntos todo el día! Hasta que ella desapareció misteriosamente luego de que Chloé se fuera indignada conmigo". De hecho, Adrien trató de llamarla y no contestó, también buscó a sus amigos pero Alya le dijo que se acordó de que debía encargarse de un asunto urgente, y nada más. La morena no quiso soltar más información y se sentía preocupado por ella, después de todo, la había dejado hablando sola cuando Chloé apareció.
"Rayos, me siento muy mal por ello, y ahora más al saber que luego de eso fue rechazada por quizás que imbécil que no supo apreciarla. ¡Dios, ¿cómo alguien puede ser tan ciego con una chica?!"
— Princesa, es cierto que suena a un mal día, pero debes tratar de enfocarte en rescatar lo bueno y divertido del día —le animó—. Además… —se puso frente a ella y le volvió a secar algunas lágrimas, tomándola del mentón, suavemente—. Eres una chica asombrosa, Marinette. Y si alguien no sabe apreciar eso, él se lo pierde…
Ella le sonrió reconfortada, tal vez Cat Noir no era sólo el gato coqueto, narcisista e infantil que creyó en un comienzo. De hecho, ahora que lo pensaba mejor, aún siendo Marinette, siempre la cuidaba y trataba de animarla. Era un buen amigo al fin y al cabo.
— Gracias, Cat Noir. Descuida, estaré bien.
— No, Princesa. Tú descuida, porque yo siempre te protegeré —le dijo más cerca y sin soltarle del mentón. Ella se sintió algo nerviosa por su cercanía.
— Tú, gatito loco…—pero le restó importancia y buscó una excusa para alejarse un poco de él—. Hace frío esta noche, ¿quieres entrar?
— ¿No te molesta?
— En lo absoluto. Haré chocolate caliente, es lo mínimo que puedo hacer para agradecer el apoyo del gran Cat Noir —comentó algo irónica y entrando a su cuarto, mientras él la seguía.
— Sí, debe ser grandioso tener a una estrella en tu casa —le siguió el "juego"—. Pero no pienses en ello, después de todo, somos amigos, ¿no, princesa?
Marinette detuvo su andar, y lentamente se volteó a mirarlo con una sonrisa que le alegró el corazón al chico gato.
— Por supuesto.
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Hasta aquí el primer cap! tengo preparadas muchas sorpresas, y trataré de ir actualizando lo antes posible :)
Me gustaría saber qué les pareció :D nos vemos!
