(N/A):Bueno aquí estoy con otra historia, es mi primer Maiko, bueno no sé, no escriben mucho de esta pareja, creo que es algo cursi lo que escribí, se aceptan sugerencias, si no eres fan de esta pareja, bueno no leas. A lo mejor es una historia de 3 a 5 capítulos, eso depende.

Había subido hace un año el primer capítulo, pero lo edité, ya que no me había despegado de la historia de Bella&Edward, traté de cambiar alguno que otro detalle, para así mostrar un poco más como son los personajes, a mí en lo personal, me parece que Mai es un personaje cerrado, pero con Zuko es diferente, tienen algunos momentos románticos, aunque otras veces se pelean, pero ella sigue siendo una adolescente, no hice cambios tan radicales, porque como lo dije esta historia ya la había subido.

Avatar: The Last Airbender no me pertenece, menos sus personajes, yo sólo juego con los personajes, la historia sí me pertenece.


¿No entiendes que lo qué quiero es estar contigo?

Mai POV:

Era la hora del ocaso, y no había ninguna señal de Zuko, ya me había acostumbrado que estuviera ocupado, aunque no quería decir que no me hiciera falta, porque mentiría si lo dijera, casi dolía, pero así había sido después de casi tres meses que la guerra de cien años había llegado a su fin. En esos últimos meses Zuko ha estado entrando y saliendo de reuniones, porque la Nación del Fuego, no había quedado muy bien ante los ojos del mundo, y por ser el nuevo Señor del Fuego ha estado muy ocupado, no muchos creían que él estuviera capacitado, por ser tan joven, y el haber estado desterrado, no ayudaba. Pero sus padres no estaban acostumbrados a la idea que Zuko fuera su novio, más su padre, aun le guardaba cierto rencor, porque piensa que él fue la causa por la que había estado en prisión.

Estando en mi cuarto no me quedaba más nada qué hacer, que aburrirme, sumergirme en mis pensamientos, en vez de estar con Zuko. Él me había prometido que hoy sí me iba a visitar, pero aquí estoy sola, girando un shuriken, sin ninguna intención de lanzarlo, en el momento que fueron interrumpidos mis pensamientos por el sonido que alguien tocaba la puerta.

- Mai- era su madre.

- ¿Sí?- inquirió sin interés.

- El Señor del Fuego te mandó una carta.

- ¿Una carta?- que a ese idiota que ni se le ocurra volverlo hacer.

- Sí, aquí te la dejo- me la entregó.

- Gracias- que lo hice sólo por educación, ella salió del cuarto, y empecé a leer la carta.

Querida Mai,

Sé que te prometí que hoy íbamos a estar juntos,

pero me compliqué y no pude asistir,

espero que me perdones.

Zuko.

No podía creer lo que estaba leí, no era la primera vez que lo hacía, pero me cansé, no me lo iba a volver a hacer, me estaba hartando de esto, él es mi novio, quiero estar más tiempo con él, si él no venia, yo iría a él. Salí de mi cuarto decidida a hablar con Zuko. Sin ninguna explicación me fui. Lo único que alcancé a escuchar fue no llegues tarde por parte de mi papá.

Los guardias en el palacio cuando me vieron, me dejaron pasar, al llegar a la sala principal donde se encontraba Zuko, un funcionario no me dejaba entrar.

- Señorita no puede entrar, sin una previa audiencia- Por favor ¿Quién se cree qué es?, le lancé una mirada despectiva.

- Yo no necesito ninguna audiencia, ni nada, quiero hablar con mi novio- dije secamente.

- ¿Usted es la novia del señor del fuego?- preguntó el tonto, riéndose- Señorita me hace el favor y se va, como todas las chicas que han dicho eso- Ahora si me las arreglé.

- Si quiere me deja hablar con el señor del fuego, para arreglar este mal entendido- trate de sonar lo más calmada que pude, ya me estaba colmando la paciencia este funcionario- O para evitarse la molestia me deja pasar.

- No la voy a dejar pasar, porque el Señor, dejó en claro que no quería que nadie lo molestara- yo sólo pude rodar los ojos, y lo único que se me ocurrió fue clavarlo contra la pared, así no sería un problema.

- Zuko me puedes explicar ¿qué es esto?- le pregunté enojada- ¿Piensas dejarme otra vez?

- Mai lo siento, no sabía…- balbuceaba Zuko, pero no pudo continuar, los guardias entraron en la habitación.

- Señor del fuego Zuko, esta señorita que dice ser su novia- dijo el tonto- Y me clavó contra la pared.

- Zuko, ¿Le puedes decir que me suelten?- dije ya molesta forcejeando, la cara de Zuko primero pasó de la sorpresa a la pena, en muy poco tiempo.

- Déjenla, ella sí es mi novia - Zuko de forma autoritaria dijo- Lo siento esto no va a pasar- disculpándose con el señor.

- Disculpe la molestia- y se retiro, cerrando la puerta, pase el cerrojo a la puerta para que no nos molestaran, ahora que lo veía bien me di cuenta que tenía unas ojeras marcadas debajo de sus ojos, estaba con su cabello suelto, su ropa era la sencilla, no el traje del señor del fuego, entre muchos pergaminos que se encontraban en su escritorio.

- Mai lo siento de verdad, el tiempo se me fue rápido, he estado muy ocupado, no quiero terminar contigo. Es solo que no me alcanza el tiempo, y no he terminado- se veía agotado- Tengo que hacer todo esto lo antes posible, mañana en serio, esta vez sí voy a pasar tiempo contigo- en sus ojos se notaba lo estresado que estaba.

- Zuko te extraño- admití.

- Uh, ¿Eso es verdad?- preguntó con curiosidad.

- Sí- dije muy bajo, y me indicó que me sentara en su regazo.

- Y yo a ti, no tienes idea…- me miró, y yo sólo lo besé, primero se sorprendió, pero poco después me devolvió el beso, poco a poco fuimos profundizando ese beso, pasó de un beso dulce a uno apasionado, hace tanto tiempo no sentía sus labios en los míos, enrede mis dedos en su cabello suelto y él pasó sus brazos por mi cintura, sus manos estaban en mi espalda, ajustando su agarre, nos separamos por falta de aire, podía sentir mi mejillas ruborizándose, Zuko siguió un camino de besos por mi mandíbula, pasando por mi cuello, y luego me dio un tierno beso en los labios- No tienes idea, cuanto adoro cuando te ruborizas- me susurró a mi oído.

- ¿En serio?, no sabía… Entonces sí quieres que me quede- pregunté algo esperanzada.

- Claro.

- Necesitas descansar, ¿sabías?

- ¿Tan mal me veo?- preguntó sorprendido.

- Más o menos- y lo volví a besar- Tengo hambre.

- ¿Qué quiere comer mi hermosa novia?

- No sé, pero quiero de postre una torta de fresa con pétalos de rosa- dije un poco entusiasmada, después de estos meses he aprendido a demostrar algo mis emociones, sólo delante de él.

- Lo que tú quieras, solo dime, ¿Dónde quieres comer?- mientras lo decía, me pasaba su mano por mi cabello, mirándome con ternura.

- ¿Qué te parece en tu habitación?- pregunté dudosa, no quería que nadie nos interrumpiera.

- Perfecto- dijo Zuko, dedicándome una sonrisa, me levanté de su regazo y Zuko le avisó a uno de los sirvientes, y nos dirigimos a su habitación, con las manos entrelazadas.

Esperamos por un rato la comida, recostados en el sofá.

- ¿Y qué has hecho?- traté de entablar una conversación.

- No hablemos de eso- me suplicó.

- Como tú quieras- suspiré- ¿Por qué me mandaste esa carta?

- Sólo te quería avisar.

- Sabes que odio las cartas- me miró confundido- Tú eres la razón-le aclaré su duda.

- Perdóname, ¿por favor?

- Yo, ya lo hice-volteé los ojos- O sino no te hubiera salvado.

- Eso fue muy arriesgado, te pude haber perdido- me abrazó.

- Pero estoy aquí contigo- me encantaba estar así con él, entre sus brazos.

- Te amo- me lo dijo en el oído.

- Y yo a ti- y lo besé rápidamente.

- Estoy llegando a pensar que lo único que extrañas de mí, son mis labios- me miró, esperando una respuesta.

- Eres un idiota.

- ¿Por qué?- preguntó.

- Por haber dicho eso.

- Eso es lo que parece.

- ¿No te puedo besar?

- Claro que sí… Es que… olvídalo.

- No lo hago muy seguido- él asintió- Tenía tiempo sin verte, eso es todo- no sé en qué momento llegó la comida.

- Será mejor que comencemos a comer- sugirió Zuko apuntando la comida.

- Claro.

Pasaron unos minutos, y tocaron la puerta, yo estaba extrañada.

- Querías una torta de fresa con pétalos de rosa, ¿no?- contestando a mi pregunta.

- Ese pastel no se va a comer solo- dije tomando una fresa, la mordí pero Zuko se comió el otro pedazo-Zuko hay muchas fresas.

- ¿No puedo comer la misma fresa que tú?- preguntó enarcando una ceja.

- No- dije pasando mi dedo por la torta, llenándolo de crema y le llene la nariz a Zuko.

- Eso no es justo- dijo llenando mi nariz con crema- Ahora estamos a mano.

- Zuko- me quejé, porque estaba pasando su nariz, llenando mi cuello con crema.

- Mai- dejando un rastro de besos por mi cuello, reafirmando su agarre a mi cintura, mandándome un cosquilleo por mi espalda- Tu piel sabe tan dulce.

- Zuko- lo amenacé.

- ¿Qué?- preguntó mirándome a los ojos fingiendo inocencia.

- Sabes lo que estaba haciendo- dije entrecerrando mis ojos.

- ¿Qué estaba haciendo?

- Llenando mi cuello con la crema del pastel.

- Tú empezaste.

- Pero solo te llene la nariz- dije defendiéndome, me limpió la nariz.

- Quería hacerte enojar- dijo a la ligera.

- ¿Por qué?- pregunte perpleja.

- No sé, me gusta cuando te molestas.

- ¿Qué?- abrí mis ojos como platos.

- No sé, te hace ver atractiva- dijo dándome un beso, rompí el beso.

- ¿Atractiva?

- Eres sensual todo el tiempo, pero más cuando te enojas.

- ¿Qué pasó contigo?- pregunte apartándome de él- Estás pasando mucho tiempo con Sokka.

- Tal vez, ¿No puedo decir que mi novia es atractiva?- preguntó.

- Ah…ah…ah… creo- no podía articular ninguna palabra coherente, esto no tenía sentido- Tú también eres guapo.

- ¿En serio?- preguntó dudando de lo que le había dicho.

- Sí- enrollé mis brazos alrededor de su cuello- ¿Desde cuándo piensas que soy atractiva?

- Siempre lo he pensado- dijo apartando un mechón de mi cara, besándome otra vez, me puedo acostumbrar a esto.

- Ya es tarde, me tengo que ir- dije con desanimo.

- ¿Tan pronto?- preguntó triste.

- Zuko han pasado horas- señalando el reloj eran las diez de la noche.

- Pero no quiero que te vayas.

- Yo tampoco me quiero ir, pero mi padre me dijo que no llegara tarde, que es lo que estoy haciendo-me iban a matar.

- No es seguro que vayas sola, te acompaño.

- Estás algo sobreprotector- dije medio en broma.

- No quiero volver a perderte.

- Yo tampoco- dije, mientras entrelazaba mis dedos con los suyos, el camino fue en silencio, recosté mi cabeza en su hombro, me llevó hasta la puerta de mi casa.

- Hasta mañana Mai, que duermas bien.

- Hasta mañana Zuko, que tengas buenas noches- le di un beso de despedida.

- No puedo esperar para volverte a ver- Zuko beso la frente, la puerta se abrió.

- ¿Cómo están los tortolitos?- dijo mi mamá.

- Mamá- dije tratando de controlar mis emociones, pero no pude evitar que mis mejillas adquirieran un ligero tono rosa, Zuko se rió.

- Buenas noches señora.

- Buenas noches Señor del Fuego- dijo mi madre.

- Por favor, solo dígame Zuko, Señor del Fuego es muy formal.

- Está bien- dijo mi mamá- Lo invito este viernes a una cena familiar, si gusta- Ay no ¿Por qué?

- Sería un placer, hasta mañana que tengan buenas noches- dijo de forma cortés Zuko.

- Hasta mañana- dijo mi madre, entramos a la casa.

- Mai hay que arreglar todo, además en la mañana tenemos que comprarte ropa nueva para este viernes.

- Pero…- quejándome.

- Pero nada, esta cena tiene que salir perfecta, además tenemos que conocer mejor a tu novio.

- Está bien- dije resignada.

Entre en mi habitación, me dormí profundamente y soñé con Zuko, mañana sería un día largo.


Si les gustó dejen Reviews. Si quieren dejar sus sugerencias son bienvenidas.

Lucy Otero!