N/A: El drabble de Mixxi Lutz me inspiró a hacer este… pueden encontrar el de ella en la página Lemon Imprinted, se llama "No fue suficiente"… así que se lo dedico a ella. Besos!

Ya nada será igual

Miré los pedazos de vidrio de la fotografía rota en el suelo y me quejé en voz alta, tomándome la cabeza con las manos y tirando de mi cabello con todas mis fuerzas. Leah acababa de irse. Destrozada, deshecha, destruida… justo como yo me sentía. Y era solo por mi culpa. Por mi maldita naturaleza. Por mi asquerosa suerte.

Ahora estaba acurrucado en el piso de la sala, junto a la puerta por la que se había marchado con un portazo y un sollozo. Emily me miraba desde el umbral del dormitorio. Había salido para ver qué sucedía al escuchar mi grito. No levanté la vista. No podía mirarla. Pero sabía que estaba ahí. Podía sentirla… todo el tiempo.

- ¡Maldición! -grité con todas mis fuerzas. No era suficiente. Jamás lo sería. ¿Cómo era posible que amara a Leah con todo mi corazón, si este le pertenecía por completo a su prima? ¿Cómo podía el destino reírse de nosotros, de , de esa manera?

- Sam… -susurró ella desde la puerta, dudando si debía acercarse. La miré con los ojos irritados por las lágrimas y las manos temblando violentamente.

- No puedo -murmuré con los dientes apretados-. No ahora. Por favor.

- Sam… -soltó junto con el aire de sus pulmones- Lo siento tanto… -escuché que decía bajo su aliento. ¿Cómo podía decir algo así? ¿Cómo podía disculparse por error? Cerré los ojos y los cubrí con mis manos. Todo lo veía a través de un velo rojo y oscuro.

- La amo -confesé sabiendo que una parte de mí se marchaba con ella. Que una parte de mí siempre sería suya, incluso aunque yo no pudiera serlo.

- Lo sé -dijo en voz baja mi… impronta. No había rencor en su voz, solo culpa. Al igual que en la mía. Abrí los ojos lentamente y la miré. Miré a mi perdición en persona, a mi ideal materializado, a la que siempre sería la única en mi vida. Y luego la imagen de mi amor se cruzó por mis ojos. No de mi impronta, no de la indicada, sólo de mi amor… mi Leah. Notaba las similitudes que el parentesco les había otorgado. Notaba lo parecida que resultaba la curva de sus ojos, la forma de sus labios. Y todo lo que me pidió mi cuerpo, todo lo que quise… fue besarlos de nuevo. Mi corazón se destrozó y mis puños se apretaron por instinto.

- Déjame solo, por favor -rogué. Notaba mi cuerpo entero temblando, retorciéndose por dentro como pronto lo haría por fuera. En lugar de hacer lo que le suplicaba, se acercó todavía más y se puso de cuclillas a mi lado, apoyando su mano en mi brazo. El contacto mandó miles de voltios a través de mi piel, y la repulsión que sentí por mí mismo fue demasiado como para soportarla.

Antes de poder ser consciente de lo que hacía, ya estaba en mis cuatro patas, aullando con el dolor de la transformación involuntaria. Cuando logré abrir los ojos, lo poco de mi mundo que quedaba en pie se tambaleó y cayó en pedazos ante mí. Emily yacía en el suelo, un gran charco de sangre manchando su rostro y esparciéndose por el piso. Miré a mis patas ensangrentadas y aullé de nuevo sin poder evitarlo.

… nada sería lo mismo a partir de entonces.