LA NIÑA QUE LLORA EN TUS FIESTAS...
Basado en la canción de LOVG.
¿Qué es la muerte? No es solo absurda sino también irónica, pues aquí estoy yo, de nuevo. Kikyō, la sacerdotisa hecha de barro y huesos, pero aun así con sentimientos ¿o vagos recuerdos de lo que puede ser un sentimiento?
Recuerdo mi muerte y recuerdo el dolor, también el amor… InuYasha ¿Que sería el amor sin él, sin su extraña forma de acorralar mi corazón?
No tengo como sobrevivir sino alimentándome de almas, no tengo más que el vago recuerdo de una vida que también la pertenece a otra humana, porque yo soy ella y ella soy yo. Vagar buscando mi redención es ahora mi única meta ¿pero después qué?
No lo sé, después volveré a morir, quizá. Pero también creo que el mundo de los muertos no es para mí, mejor seria entregarle mis almas a esa humana para que viva con InuYasha o tal vez tomar las de ella para vivir con él.
El destino me quiere junto a ti, InuYasha, eso es seguro. Porque, aunque no planee hacerlo, siempre te encuentro y siempre hay una excusa para verte. Mi querido InuYasha, mi primer y único amor, al que sigo en esta vida y en la otra.
Acaso será que mi destino va a ser junto a ti o por el contrario es el de morir en tus brazos. Esa no sería una mala idea, porque así el odio que te siento se desvanecería y morir no sería tan cruel como la última vez.
Aunque así fuese sería improbable que me quisieras, pues esa última vez que te bese sentí el débil atropello de los sentimientos extraviados, la amas. Antes pensé que si te viera con otra moriría en aquel instante, no sin antes matarla, pero ahora ya no siento eso, es más quisiera que fueras feliz al lado de alguien que te pueda querer.
Debe ser el hecho de que este muerta lo que me hace ser tan fría, este cuerpo de barro no me permite albergar sentimientos, no me permite sostener un corazón que lata.
Hace poco descubrí que los días y las noches me son iguales, que la risa de los niños no me alegra tanto como antes y que la luna ya no me deja dormir. El mundo de los vivos consume mi alma lentamente, pero no mis recuerdos porque ellos viven en carne propia. Mis recuerdo y mi vida son tú InuYasha, son tus besos, tus caricias, tu sonrisas y tus fanfarronadas. Eso me hace vivir, esa es la esencia de mi existencia, el tenerte cerca es lo que revitaliza este frágil cuerpo y me vuelve un poco más fuerte, lo suficiente para esperar a verte otra vez.
La mañana me trae recuerdos que ya había olvidado, me lleva a lugares a los que no he visitado y me presenta personas que poco me interesan. Ni Naraku ni el mismísimo infierno pueden quebrantar mi voluntad de seguir viva, de seguirte queriendo InuYasha.
Si solo hubiera una manera de mantenerte, aquí, junto a mi por más tiempo, la buscaría, pero mi otra vida ya tiene atado tu corazón y tu estas feliz de que lo tenga. No sabes el dolor que se clava en mi pecho cuando pienso eso, es como si atravesaran mi alma con una espada, peor que el calor abrazador del infierno y los congeladores días del invierno en las montañas.
La luna no tiene más remedio que dejarme dormir, solo espero amanecer viva. Y si no lo hago, sé que aun estaré viva, viva en tus recuerdos, en tus palabras, en tus gestos, en tus labios… en tu inconfundible manera de ver la vida.
Porque yo InuYasha, te enseñe lo que es amar y cada vez que ames, ese sentimiento seré yo, cada vez que veces yo estaré allí y cuando mueras no dudes que quien te espera al otro lado soy yo.
Otro lapsus de inspiración repentina que espero disfruten.
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