De nuevo estos personajes no me pertenecen, solo los utilizo para crear historias raras.

El castigo

Faltaban diez minutos para las doce del mediodía, en una de las sillas del aeropuerto de Grecia, un hombre pelinegro leía el periódico con tranquilidad mientras esperaba un vuelo de Alemania con una encomienda muy peculiar, la hija de su segundo matrimonio, Pandora, una joven de dieciséis años, arrestada por segunda vez consecutiva por manejar ebria a más de cien kilómetros por hora, su madre harta de lidiar con problemas en su empresa no tenía el tiempo requerido para cuidar de su pequeña caprichosa, por lo tanto la responsabilidad había recaído en su ex esposo Hades, el director del colegio para varones El Averno.

Cerró el periódico para ver ingresar los pasajeros del tan esperado vuelo, se levantó, sacudió su gabán, se acomodó la corbata y se mezcló entre la multitud, sonrió cuando una casi diminuta figura se abrió paso entre la gente.

— ¡Papá!—grito con emoción la pelimorado mientras corría jalando su enorme maleta—te he extrañado—replicó mientras se abalanzaba sobre el hombre.

—Yo también Pandi, yo también—dijo mientras abrazaba con fuerza a su hija.

Salieron rumbo al auto, su padre colocó las maletas en la cajuela y comenzaron el viaje a su casa, uno de los mejores suburbios del país.

… … …

— ¿Papa?—preguntó la chica viendo que su padre giraba en otra dirección, si era cierto que la joven no visitaba a menudo el país, pero no era tan boba para perder la dirección de la que alguna vez había sido su casa.

— ¿Quieres saber por qué vamos en otra dirección?

—Si…—respondió contenta.

—Tu madre me llamó ayer… —comenzó viéndola con el rabillo del ojo—dice que tu novio tuvo un accidente en su auto… y que tu…

—Papá yo…

—No me interrumpas Pandora…—dijo frenando justo frente a un parque— sabes que tú y Aiakos son lo más importante para mi—musito mientras recostaba su frente en el volante— ¿te has puesto a pensar siquiera que pasaría si tu hubieras muerto en ese accidente?

—Pero papá no morí… estoy bien…

—Que no me interrumpas…—grito furioso mientras su hija se cruzaba de brazos— ya he tenido suficientes quejas de ti… por lo tanto no harás lo que se te venga en gana Pandora… a partir de mañana iras al colegio donde rijo como director…

—Pero es un colegio de varones…—recalcó frunciendo su ceño—no iré…

—No es tu decisión, tu madre me pidió que te vigilara y se me ocurrió una idea excelente…Vamos—dijo zafando su cinturón y saliendo del auto—vamos… vamos no me atrases.

La joven salió a regañadientes del lugar y caminó al lado de su padre, rápidamente llegaron a un centro comercial y entraron a una tienda justo en el área de adolescentes, buscó ropa parecida a la de Aiakos y pagó ante una extrañada Pandora, subieron un par de pisos hasta llegar a un salón de belleza.

—Buenas tardes caballero—saludó la hermosa dependiente— ¿un corte para la joven?

—Así es… quiero uno como el de él—dijo señalando a Tom Cruise en una foto de Top Gun.

— ¿Papá que te pasa? —cuestionó la pelimorado sujetando su larga melena.

—Vamos cariño… es parte de mi idea… ahora siéntate y tranquilizate… es esto o unas vacaciones en el reformatorio.

Pandora abrió sus ojos como plato, su madre la había salvado por un pelo de caer en ese lugar y ahora su padre tenía total control en ella, y sabía de lo que era capaz, y que no estaba bromeando, arrastró sus pies hasta la silla, bajo la mirada confundida de la dependiente, quien a la orden del pelinegro comenzó a cortar, cortar y cortar, mechón tras mechón.

—Listo—dijo la mujer aplicando un poco de gel en las puntas—parece todo un jovencito.

—Gracias—sonrió el pelinegro pagando y sacando a rastras a su hija de ahí. Llegaron al auto y el silencio reinó el vehículo hasta llegar a casa.

… … …

La casa era enorme, no había cambiado nada en seis años, la misma entrada y la casita de muñecas en el patio de enfrente, en la puerta un mayordomo junto al joven Aiakos esperaban por el pelinegro y la chica.

—Cielos Pandi—río el pelimorado.

—Callate imbécil—rugió mientras caminaba hacia el interior de la casa.

—Padre… ¿estas seguro de esto?

—Jamás he estado tan seguro hijo—dijo el mayor alborotando los cabellos de su hijo mayor y entregando su gabán al fiel empleado.

Pandora entró en su habitación, tampoco había cambiado en nada, la misma cama, el tapiz rosa y sus muñecas, justo como lo había dejado todo el dia que su madre le dijo que se divorciaría y que ellas se irían a vivir donde el abuelo en Alemania, suspiro y tomó un repollo de cabellos fucsia y lo abrazó con fuerza, luego acarició sus ahora cortos cabellos y bufó con rabia.

—Pandora—llamó su padre fuera de la habitación—hija necesitamos hablar.

— ¿Para qué quieres hablar? Por lo visto ya tomaste muchas decisiones sin mi consentimiento ¿importa acaso si digo sí o no?

Hades suspiró, idéntica a su madre, meneó la manija y abrió con suavidad, al verlo Pandora le dio la espalada y abrazó con mas fuerza a su muñeco.

—Pandora… tú no sabes el terror que me dio escuchar de tu madre que estuviste a punto de morir… tomas, fumas, conduces un auto de carreras ilegales y apenas vas a cumplir dieciséis—suspiro mientras acariciaba su cabeza—Pandi…—suavizó su voz—este será tu castigo por tales actos, pasaras un año a mi lado como un alumno más del colegio…

La joven se giró observando a su padre, negó con su ceño fruncido y se puso de pie, caminó de un lado a otro procesando cada una de las palabras que su padre había dicho, luego paró en seco y se sentó a su lado una vez más.

—No podrás rasurarte las piernas, ni las axilas, mucho menos las cejas—continuó el hombre, con cada palabra Pandora sentía que el mundo colapsaba, ella era una niña delicada, mimada, caprichosa, linda, y su padre quería convertirla en una copia de Aiakos—toma—dijo entregando una gasa mientras se levantaba.

— ¿Qué es esto?

—Para que escondas tus pechos… no te preocupes no harás educación física—sonrió mientras cerraba la puerta.

—Te odio papá…—rugió tirando su muñeco contra la puerta.

… … … …

Ya había pasado un mes desde que había llegado, justo a tiempo para ingresar como todo un varón, y alumno de intercambio al famoso colegio.

Instituto el averno segundo hogar de Hades, un lugar lleno de chicos listos, deportistas, artistas, muchachos forjados para ser lo mejor de lo mejor, maestros exigentes y estrictos, a su lado izquierdo el liceo Palas, un colegio de señoritas dirigido por Shion Aries y su hermano Mu, y a su derecha el jardín de niños y escuela Eliseos, donde los más chicos pasaban su primaria admirando a los adolescentes vecinos.

—Hemos llegado—sonrió el pelinegro estacionando y saliendo del auto.

Pandora estaba hundida en su asiento, para ella no existía fuerza humana o sobrenatural que la hiciera caminar, aunque…

—Si no sales te cargaré—susurró su hermano en el oído—ahorrate el bochorno en tu primer día.

De golpe abrió la puerta y sujetó su masculina mochila, colocó su saco y arregló la corbata, de mala gana caminó en medio de su padre y hermano, Aiakos abrió la puerta principal para toparse con cientos de miradas que caían sobre ella.

A lo lejos un par de gemelos peliazul trataban de meter a un pequeño peliverde en el basurero.

—Kanon y Saga—dictó el pelinegro deteniéndose—bajen a Shun, déjenlo en paz si no quieren problemas con Ikki.

—Si señor Heisntein—respondió el de cabello más claros mientras soltaban al chico para perderse entre la gente.

Más adelante un joven hermoso se arreglaba su cabello en el reflejo de la pared de la dirección.

—Axel…—saludo el director.

—Señor Heinstein… —dijo— mi padre lo espera en su oficina para lo del proyecto.

—Gracias y lindo cabello muchacho—sonrió el pelinegro.

Justo ante de ingresar a la oficina un italiano jugaba con su celular en una de las bancas de detención y un chico peliazul levantaba una ceja secreteándose con uno castaño.

—Buenos días señor Heinstein—dijo el castaño poniéndose de pie.

—Aioria, Milo…y Ángelo—saludó el director— ¿de nuevo castigados? Pero si ni siquiera hemos comenzado las lecciones.

Pandora los observó sin perder el rastro de su padre, estaba atemorizada, asustada, nerviosa, como nunca, estaría por un año en medio de ese montón de cavernícolas sin derecho a decir nada, ya estaba pensando en las posibilidades de irse por su cuenta al reformatorio.

—Pan…—interrumpió sus pensamientos su padre—es hora hija… recuerda que te llamaras solo Pan, toma—dijo entregándoles su horario—están son tus clases, apenas salgas me buscas—replicó con una ceja levantada—suerte—susurró recibiendo una mueca de disgusto por parte de ella.

… … … … …

Caminó por los largos pasillos ahora silenciosos luego del timbre, revisó su apariencia en un espejo que había en la pared, sus cejas ya crecidas, sin maquillaje, su cabello corto y desordenado, cero aretes y esa espantosa e incómoda venda sobre sus pechos, suspiró, caminó un poco más hasta encontrar la puerta que buscaba "1—I"

Pensó un momento antes de abrir, dudó, intentó, volvió a dudar, dio un paso atrás para toparse con un obstáculo, giró rápidamente y dos orbes amarillos la recibieron.

El rubio ingles que tenía a sus espaldas era el profesor de estudio sociales y cívica, un practicante a decir verdad, amigo de Hades junto a su hermano mayor Minos, un joven de veintitrés años, oriundo de Inglaterra quien con amabilidad colocó sus manos sobre los hombros de la chica y bajó su rostro a su altura.

Estaba ida, su corazón palpitó de forma acelerada, se inmutó primero en su altura, luego por sus ojos afilados, por último en sus gruesos brazos, sintió como ligeramente la agitó.

— ¿Jovencito?… ¿estas bien?... ¿eres el hijo del señor Hades cierto?—Pandora asintió por todas las preguntas—entra ¿Cómo te llamas? Estas algo pálido.

—Pan…—dijo casi sin fuerza mientras le daba la espalda para entrar a su clase— Heinstein…—terminó abriendo su boca ahora al ver el montón de monos que tenía por compañeros, incluyendo a esos dos gemelos.

—Bien Pan… entra ya, que estoy más que retrasado—la empujó con suavidad sintiendo su delgado cuerpo, levantó una ceja y sonrió—cada vez hacen a los adolescentes más flacuchos—pensó

—Buenos días profesor Wyvern —dijeron casi al unísono mientras corrían a sus asientos.

—Buenos días muchachos, tenemos un nuevo compañero—dijo mientras buscaba con su vista un lugar para la pelimorada, con educación le señaló unas de las sillas de enfrente—Su nombre es Pan…

— ¿Pan que, dulce o salado?—se bufo uno de los gemelos chocando palmas con su igual.

—Muy graciosos gemelos…—dijo el profesor colocando sus manos sobre su escritorio— es el hijo menor del director, sean amables.

… … … …

Abrió su cuaderno y comenzó escuchando palabra por palabra cada detalle de la clase, la segunda guerra mundial, el holocausto judío, esa voz ronca del inglés era, hipnotizante, colocó sus cabeza sobre sus manos, y sonrió, ya no escuchaba nada, solo veía los labios del mayor moverse y su serio semblante, sus purpuras se clavaron sin poder evitarlo en sus brazos, el rubio llevaba una camisa manga larga enrollada hasta su antebrazo, pero definía a la perfección sus músculos.

Tras de ella, otro peliazul fruncía el ceño, hizo una bolita de papel y la lanzó a su nuca.

—Oye…—se giró para encontrarse con dos zafiros.

— ¿Te estas durmiendo?—pregunto divertido—soy Ikki…

—Pan…

—Lo se…—se acercó un poco más a Pandora haciéndola retroceder—te aconsejo que te cuides de los Geminis, no te han quitado la vista en toda la clase.

La pelimorado los observo y ambos gemelos como programados levantaron la ceja.

—Si quieres podemos almorzar juntos, si estás conmigo no te molestaran…

— ¿Por qué lo haces?

— ¿De qué hablas?—preguntó extrañado el chico.

—La amabilidad repentina—cuestionó Pandora levantando una ceja.

—Mi hermano es como tú…

— ¿Qué quieres decir?—pero el peliazul levantó su mirada y se sentó correctamente en su asiento—Oye Ikki… Ikki…

—Joven Heinstein ¿tiene algo importante que quiera compartir con nosotros?—preguntó el profesor acomodando un par de transparentes lentes, Ella negó—bien como les iba diciendo…

La clase corrió con normalidad después del incidente, Pandora se limitaba a tomar los apuntes de lo que el rubio había dejado escrito en la pizarra, luego vino la clase de francés a cargo de Degel y de último la clase de música con Sorrento antes del almuerzo.

… … … … …

Salió del aula junto a Ikki recibiendo una perchonada por parte de Kanon, caminaron hasta el enorme comedor y se decidieron a tomar el almuerzo en una de las mesas del fondo.

— ¿Qué quisiste decir con que era como tu hermano?-preguntó arrugando la bolsita de papel que su padre había entregado con su comida.

—Delicado…—sonrió—no lo tomes a mal… pero esos dos suelen burlarse de los chicos finos y pues tu…

—Oye…—dijo mientras mordisqueaba su emparedado—no soy fino…

—Tienes manos de chica Pan…—señalo sus pequeños dedos.

Pandora clavó sus orbes en Ikki, y entrecerró sus ojos con disgusto.

—Soy delgado, es todo—el peliazul se rió y negó al levantarse.

—Como sea… te mostraré el lugar—dijo mientras botaba el embace de refresco vació—vamos, el gimnasio es perfecto para que veas a todos.

… … … …

Se sentaron en las gradas a observar rostros de maestros y alumnos.

—Ese peliverde es mi hermano—dijo señalando a un grupo de cuatro amigos—el rubio y el asiático son de intercambio, el castaño es el hijo del señor Aioros el entrenador del equipo de futbol femenino de Palas.

— ¿Palas?

—Sí, el colegio de señoritas… ahí estudia mi novia esmeralda—sonrió—bien, Aioria, Milo, los gemelos y Shura son mis compañeros en el equipo de futbol del Averno, soy el capitán, por eso me respetan, todos los años hacen torneos entre hombres y mujeres, esas brujas son buenas—dijo asintiendo con una mueca— ¿vez esa pelilila?—dijo señalando a Saori —es la hija de Shion, su hermano mayor se llama Mu, es el profesor de artes en ese colegio y ella es la novia de Saga, no te atrevas a hablarle, los gemelos están repitiendo este año con nosotros porque casi matan a Sisifo el primo de Aioros por tratar de conquistar a su novia.

Pandora tragó grueso, para variar le habían puesto el ojo a ella, luego observó a una pelirroja y una peliverde, le recordaban tanto a sus amigas en Alemania.

—Ellas son de Milo y Aioria—exclamó casi como leyendo sus pensamientos—la rubia más chica es la hermana de la pelirroja, es el amor platónico de mi hermanito, se llama June.

Pandora asentía tras cada palabra de su nuevo amigo, iba a decir algo pero una mano se aferró a su hombro para sentarse a su lado.

— ¿Viendo chicas?…—saludo el rubio.

La peli morado sin querer sonrió al verlo, lo tenía a su lado, que mala suerte encontrarse con un profesor tan... ¿atractivo? ¿Por qué a su padre se le ocurrían semejantes ideas?

— ¿Pasa algo pan?—preguntó el inglés al ver al "jovencito" fijo en él.

—Nada…—musito sonrojándose y levantándose de ahí para salir corriendo, mientras Ikki lo veía partir y levantaba sus hombros al profesor.

… … … …

Llegó a los baños y mojó su rostro con agua fría.

—Pero miren que tenemos aquí—rio un peliazul mientras trancaba la puerta—mira Saga, el niño lindo quiere que le demos la bienvenida

—No lo hagamos esperar—se carcajeó el otro gemelo.

continuraaaa