"Diario de Star Butterfly, primer día de mi salida del «Instituto St. Olga para princesas caprichosas», han pasado tres años desde que deje mi hogar Mewni, hoy es mi cumpleaños número 14 este día se me dará una gran reliquia familiar la cual es fundamental para mi reino. Esa es la única razón por la cual he salido de St. Olga, después de todos estos años he sido liberada para ser la princesa que mis padres han querido y reprimir aquel reflejo de mente independiente, espero que ellos estén al fin orgullosos de mí, he trabajado tanto para ver su aprobación"
Star vio por lo ventana de su carruaje como estaban escoltados los guardias que protegían las rejas del castillo, de su hogar. Al llegar a la entrada del castillo, el consorte real le abrió la puerta del carruaje, la princesa Butterfly bajo de forma silenciosa, camino hacia las puertas del castillo que fueron abiertas por los guardias.
-Damas y Caballeros, la princesa Star Butterfly ante su presencia-anuncio su llegada el vocero real, automáticamente la princesa empezó a caminar hacia el trono donde se encontraban sus padres.
Todos los presentes miraban sorprendidos a la princesa, ya no. Era aquella chiquilla rebelde que peleaba con monstruos, cabalgaba unicornios salvajes y descontrolada, esa chiquilla rebelde era ahora la sombra de la princesa que todos veían, Star sin ninguna sonrisa alegre solo su rostro de indiferencia y su antes cabello largo suelto ahora agarrado en dos grandes trenzas que sostenía su hermoso cabello rubio. Al llegar al trono miro a sus padres los reyes y soberanos de Mewni hizo una reverencia, sonrió a sus padres de la manera correcta.
-Padres, he regresado-dijo su hija.
La pobre Star intentaba contener las lágrimas, había esperado tanto ese momento, pero al mirar a sus padres solo encontró miradas inseguras, esas miradas decepcionantes que la miraban cuando era un error.
-Nos alegramos de tu regreso, cariño-dijo su padre nervioso.
-Hoy Reino de Mewni, nuestra princesa Star Butterfly ha regresado-anuncio su madre sin mirar a su hija-Hoy es su cumpleaños número 14, este día se le entregará la reliquia más preciada de nuestro, la base de nuestro Reino-la reina alzo el objeto a la vista de todos-La varita real, esta varita ha pasado de generación, esta varita fue pasando por muchos portadores de la gran familia real, hoy tuya princesa Butterfly.-concluyó la reina entregándole el artefacto a su hija.
Todos los presentes se levantaron de sus asientos, la varita mágica cambio su forma en cuanto la chica lo sostuvo en su manos, dándole un aspecto espectacular, cuando Star lo vio pudo ver a la persona que era antes.
-La varita mágica ahora es tuya Star, con ella carga una gran responsabilidad que tendrás en este momento y aún más cuando llegues a ser reina Mewni.
Star solo vio a su madre esperando algunas palabras de orgullo o que le alegraba verla, pero nunca llegaron esas palabras.
-Larga vida a Mewni-alzo la voz los reyes.
-Larga vida a Mewni-gritaron todos los presentes.
La princesa solo miro hacia el frente, tal vez habría que espera más para enorgullecer a sus padres.

Esa noche la princesa Star estaba en su habitación sentada mirando la varita en silencio, podía sentir todo el poder que emanaba de ella, algo en ella le gritaba que la utilizara pero eso sería ceder a sus impulsos.
-Tal vez fue muy pronto para salir de St. Olga-dijo la princesa dejado la varita a un lado de ella.
La rubia se levantó se su cama, salió de su habitación para dirigirse a la recámara de sus padres, mientras caminaba por los pasillos del palacio recordó a la antigua Star corriendo mientras reía por lo viva que estaba, al llegar a la entrada de la recámara escuchó a sus padres hablar.
-No debimos llevarla en primer lugar a esa cárcel-dijo su padre
-Por última vez, no es una cárcel-contesto enfurecida su madre.
-Parece una cárcel, mira a nuestra hija parece alguna clase de robot, debimos haberla enviado a la Tierra en primer lugar.
Su madre río ante el comentario, pero sería más bien una risa sarcástica.
-Me estás diciendo que hubiera sido mejor mandarla a otra dimensión en donde puedo haber corrido más peligro, ella al pisar la tierra hubiera hecho un caos, estaba más segura en St. Olga.
-Mírala, esta hueca, ¿cómo podrá gobernar adecuadamente Mewni de esa manera? , ha perdido todo lo que necesitaba para serlo.
Ambos se quedaron en silencio, Star solo pensaba en las palabras de sus padres y miro sus manos.
-Tal vez podemos hacer algo-dijo su madre rompiendo el silencio-Ahora ya es consciente de lo que significa gobernar un reino, ser un ejemplo para su reino solo necesita tener experiencia, tal vez deba tener una vida normal donde pueda volver a ser ella.
-¿Sugieres que la envíenos a la Tierra?
-Es correcto, mañana por la mañana lo haremos, entre más pronto mejor.
Y así Star regreso en silencio a su habitación tras escuchar la decisión de su madre, al llegar se miró al espejo pensando en que había de malo en ella.

A la mañana siguiente tal y como lo habían discutido los reyes se informaron a su hija sobre que envió a la tierra pero solo con la excusa de conocer las costumbres de otros lugares, Star no dijo nada solo aceptó la voluntad de sus padres, así que la familia real por la mañana empezaron su partida.
-El equipaje de la princesa está listo, su majestad-anuncio uno de los sirvientes a la reina.
-Excelente, ¿mi hija está en el carruaje?
-Si majestad, espera a que comience su partida.
Uno de los sirvientes saco las tijeras reales, esperando a las órdenes del rey.
-Abre el portal hacia la Tierra-ordeno el rey y el sirviente obedeció.
El sirviente cortó la brecha de la dimensión abriendo un portal lo suficientemente grande para el carruaje.
-Listo, mi rey.
-Muy bien hora de partir-dijo el rey entrando en el carruaje.
El carruaje estaba poniéndose en marcha hacia el portal, cuando uno de los sirvientes corrió llamando a la princesa.
-¡Princesa Star, olvida la varita real! -gritó el sirviente atrayendo la atención de la familia real.
-Detén el carruaje-ordenó la reina.
Cuando el carruaje se detuvo, el sirviente llego a la ventana cercana de la princesa.
-Princesa, ha olvidado la varita real-dijo el sirviente entregándole el artefacto a Star.
-Que descuido mío, me disculpo por mi error, padres-dijo la princesa tomando su varita-Gracias-dijo al sirviente.
Y sin más demora el carruaje se puso en marcha, nuestra princesa había terminado donde había comenzado, en un carruaje de camino a conseguir el orgullo de sus padres.
"Ayer estaba saliendo de St. Olga hoy voy de camino a la Tierra, parece que no podre ni pasar ni dos días en Mewni, tal vez aun no esté lista para volver, adiós Mewni; otra vez."
Así una vez más la princesa se despidió de su hogar, el carruaje paso por el portal llegando a la Tierra.