LA DUEÑA DE LA NOCHE
"Dicen q el amor encuentra el camino de las maneras mas inexplicables..."
- Quinn hija, ven un momento por favor...-
- Si padre - Bajo Quinn de su caballo, dirigiendo se a su padre que la llamaba.
- Quinn mañana - llegan los patrones a la hacienda y traen a su hija y a una sobrina.
- Ay Padre, no me digas que viene la pesada de su hija estrella -
- Quinn Fabrey! no hables así de la hija de los patrones, se que ustedes no se llevaban muy bien, pero eran apenas unas niñas piensa que quizás ahora de lleven mejor -
- Ay pa, - dijo quinn mirando en dirección a su caballo, recordando aquella pequeña de ojos marrones de la que se enamoro siendo niña y ahora odiaba por cosas del pasado.
- Nada de ay pa, compórtate y se buena chica, venga mi niña vamos hazlo por nosotros si? - dijo su padre acariciando su cabeza.
- Esta bien padre, me portare bien... - cruzando sus dedos en su espalda en señal de negativa.
MIENTRAS TANTO EN LA CUIDAD
Una pareja se encontraba sentados tomando un café el Club Mirasoles, del cual ambos eran socios
- Como que te vas Amor? – Pregunto sorprendido Finn, un joven alto torpe y codicioso, novio de Rachel desde hace ya muchos años.
- Finn, amor, no me mires así, a mi padre se le ocurrió la brillante idea de que vallamos todos a la estancia, incluso llevaran a mi prima Bell, dice querer que volvamos a ser una familia unida – Dijo con desden
- Pero eso es una tontera Rach, no estarás en mi juego de campeonato –Respondió él irritado.
- Si lo se mi amor- dijo tomando su mano sobre la mesa -No sabes cuanto odio ir al campo - "mas recordando a aquella repugnante salvaje" pensó – Pero, es mi padre no puedo desobedecerlo, mas sabiendo los cambios a la herencia vida.
- Ufff es cierto Rach, debemos aguantar a padre - "y a ti, al menos hasta q tengas tu herencia nos casemos" pensó el joven
- Si amor, por desgracia, en fin… vamos a jugar tennis y no hablemos de esto que me enferma si? - dijo con una enorme sonrisa
- Si amor, vamos - respondió poniéndose de pie.
EN LA ESTANCIA
- Tornado, una vez mas, vamos! podemos ser mas rápidos, vamos! debemos ganar la competencia de la feria, Vamos amigo! no me falles! -
Colinas arriba entre un inmenso mar verde de viñedos y un interminable cielo azul, una joven de cabellos dorados como el sol, ojos verdes cual campo, corría sobre su corcel sin miedo a un final, sin miedo a un accidente, como el que alguna vez tuvo y en el que casi pierde la vida, Quinn Fabrey no tenia miedo a nada, ya no…
A lo lejos caballo blanco, como las nueves después de una lluvia de verano, se dirigía a todo galope en dirección a la rubia y su caballo.
- Hey Quinn, Quinn Fabrey! ESPERA! -
Quinn redujo su marcha, esperando que la dueña de aquella voz que pronunciaba su nombre pudiera alcanzarla.
- Diablos Fabrey, eres un demonio en ese caballo, hace largo rato que cabalgo a lo que da rayo y no te podemos alcanzar -
- Lo lamento Santana, discúlpame sabes q cuando subo en Tornado, me olvido del mundo -
- Uff… si no lo sabré yo, ya me duele el trasero de tantos golpes - Respondió masajeando su cola, ya que después la larga carrera estaba adolorida.
- Ay Santana no me digas que te ablandaste?
- Quien Yo? Soy SANTANA LOPEZ, La Capitana Del Equipo De Lucha, crees que puedo Ablandarme? De enserio?- se ríe -. No me hagas reír Fabray! -
- Tranquila San, - respondió entre rizas- Estas conmigo, recuerda que no tienes que poner tu escudo de "Chica Mala" yo te conozco San, no jodas che - Quinn se tomaba su estomago y se retorcía de la risa al ver la cara de enojo de Santana
- Bueno dime, vamos mañana a la carreras de motos en la montaña? Mira que habrá mucho dinero en juego y nos servirá para ayudar a tu madre.
- Aff si lo se, pero no puedo -
- Que? Como? Dime que tienes estas enferma? - dijo mientras se acercaba a Quinn y le tocaba la frente en tono de preocupación
- No Santana, quieta! - respondió y empujo la mano de San de su cara
- Como que no San? Tu debes estar enferma para no querer ir a las carreras o no? - Quinn no dijo nada
- Oh por Dios! - se llevo la mano a su boca - No, no me digas que don Fabrey nos descubrió - Se volvió a tomar su boca en señal de miedo
- Ay San, no seas tonta. Si así fuera ya me hubiera matado y estaría en estos momentos buscándote a ti para colgarte - Santana levanto sus ojos, le dio una mirada asesina y poniendo sus manos a ambos lados de su propia cintura.
- Es verdad Fabrey, Entonces? - dijo mirándola de costado.
- Pues nada, es que mañana llegan los patrones y vienen con su hija "La Señorita soy Toda Belleza" - Respondió mientras caminaba de lado a lado simulando ser una modelo, lo que le causo risa a la morena.
- bueno, entonces le digo a los chicos que te borren de la lista ya que no participaras mañana -
- No, mañana no podré San -
- Mmm Bueno, oye Quinn no es que me de miedo que nos agarre la noche, pero deberíamos volver -
- Si es verdad, mi madre se preocupara y no esta como para esos trotes - Dijo Quinn agachando la cabeza triste pensando en su madre.
- Bueno vamos, te juego carrera hasta el establo, la que llegue al último paga el almuerzo del lunes en el colegio.
- De acuerdo San, pero ve preparando el dinero porque te tocara pagar - dijo entre risas y salio a todo galope dejando a Santana desconcertada
- Oye Fabray Eso Es Trampaaaaaaaaa! - Grito Santana enfurecida
A LA MAÑANA, SIGUIENTE CAMINO A LA ESTANCIA
- Rach cielo, te sucede algo? -
- Nada tia.. -
- Rachel, te conozco y se cuando te sucede algo -
- Nada tia, es solo que estoy un poco estresada por el viaje, nada mas -
- Tranquila cielo, ya veras que en la estancia podrás relajarte, ya veras - Dijo su tía, su padre escuchaba atentamente y le sonreía a través del visor del auto tratando de reanimarla.
- Recuerdas que cuando eras pequeña te trajimos una vez con tu padre? que en paz descanse - Dijo Hairam con un halo de tristeza en su voz.
- Si, lo recuerdo - respondió duramente Rachel
- Como me gustaban aquellos días de paz, quietud y tanta felicidad entre los tres -
Recordaba su Hairam con tristeza en sus ojos. Rachel se pedio en el horizonte que pasaba constante mente por la ventanilla del coche. Recordando a su otro idolatrado padre que murió hace algunos años, en aquella estancia que tanto odiaba como consecuencia de un maldito caballo.
- Tranquila hija, se que no te es fácil volver allá después de lo que sucedió, para mi tampoco lo es, pero tu padre lo hubiera querido así -
- Ya por favor, no menciones a mi padre, si? -
- Pero Rachel - su padre intento hablar pero fue cortada rapidamente.
- Nada, solo cállate… déjalo así - Dijo desviando la mirada hacia la ventana nuevamente. Hairam intento reclamarle, pero su hermana lo tomo del brazo antes que pudiera hablar, haciéndole notar que ese no era momento para a pelear con ella nuevamente.
Rachel estaba cada vez mas distanciada de su padre, ya que desde el accidente de Leroy no volvió a ser la misma, la joven que habían criado había desaparecido y su lugar era ocupado por otra, que era fría, altanera, prepotente, de alto ego y una codicia mayor. Hairam no podía aceptar los cambios en su hija, por eso cada día aunque el no lo quisiera la separación entre ellos aumentaba.
EN LA ESTANCIA
- Señor, bienvenidos. Que tal su viaje? Tranquilo? -
- Fabrey, amigo! Sin inconvenientes, todo tranquilo, pero gracias por preguntar. Cuéntame, como van las cosas por acá? -
-Disculpa Hairam, pero no crees que lo mejor, es que mas tarde te pongas al día con la estancia, las chicas y yo estamos agotadas, nos gustaría descansar -
- Creo que la Señora tiene razón, lo mejor seria que se instalen y luego tu y yo charlamos tranquilos - Dijo Roussel rápidamente.
- Como que señora? Ya no me conoces Roussel? Soy yo, Luisa! Luisa Berry, la hermana pequeña de Hairam - Dijo con una enorme sonrisa en el rostro
- Oh perdona luisa, en verdad no te reconocí - Respondió algo apenado
- grr, me repugna tanta alegría, podríamos ir a nuestras habitaciones? -
- Rachel! - Gritaron los hermanos Berry y miraron con disgusto a la morena
- Señor Berry, no se preocupe, la joven debe estar muy cansada. Discúlpeme me encargare de llevar su equipaje adentro -
- Gracias Roussel, y disculpa la falta de madurez de mi hija -
MOMENTOS MAS TARDE EN UNA HABITACION DE LA CASA
-Rachel Barbra Berry! Que demonios te pasa? Porque tratas a las personas? Ellos no te han hecho nada! - Grito Hairam
- Porque odio este lugar padre! Lo odio! Me repúgnale olor, su gente, son todos unos brutos. Odio a los malditos animales y en especia a esos sucios caballos - Rachel Gritaba mas fuerte que su padre.
- Te prohíbo que hables así! Eres una niña maleducada. cuando te compartas así realmente me avergüenzas! - Sigio gritando Hairam
- ahh, y si te avergüenzo tanto, explícame por que miércoles me trajiste aquí? Apartándome y alejándome de todo lo que quiero! - Grito nuevamente la morocha.
- Cállate Rachel, Cállate -
- No! No me callo nada Hairam! Odio este lugar y te odio a ti! -
Rachel Había excedido los límites de su padre, tanto que este termino la discusión con su hija dándole una cachetada. Cosa que nunca había hecho, jamás le había levantado la mano. Ahora casi sin pensarlo, ya lo había hecho.
Rachel no podía creer lo que sucedió, su padre le pego. Sujetando se su cara salio corriendo de su habitación sin rumbo fijo, solo quería huir de él.
MIENTRAS TANTO…
- Tornado mi padre me matara, Se suponía que debía bañarte, no salir a correr contigo. Menos el día después de una tormenta, estamos llenos de barro los dos - Dijo Quinn, que tenia tanto barro encima que solo se le veían sus ojos. No lo soportaba así que sacudía su ropa intentando quitar un poco el lodo.
- buuuz -
-y no rebuznes tornado, que no es gracioso - dijo sin poder contener la risa - ya vuelvo, iré a cambiarme y vengo a darte un baño. Viste como eso si, no te alegra eh! - Quinn continuaba riendo mientras tocaba a su caballo. Ato la cincha y salio corriendo en dilección a su casa, de repente sintió un golpe tremendo. En su afán por llegar pronto a su casa sin ser descubierta, se había llevado puesta a alguien. No quería abrir los ojos, temía que si era su padre a quién había chocado, se le venia la noche.
- Disculpe, no lo vi - intento disculparse la rubia.
- Sucia Salvaje, fíjate por donde caminas la próxima vez, infeliz!
- Oiga! No hace falta insultar - Quinn se levanto poco a poco sin mirar hacia su agresor, sabia quien era, no le hacia falta verla para saber quien en era en realidad. Era nada mas y nada menos que "Rachel Barbara Berry" "la señorita de la casa". Su sangre hirvió al sentir sus insultos, se preparo, levanto su cabeza para insultarla.
- Escucha tu! - Dijo la rubia en tono furioso.
En ese momento sus insultos terminaron por un instante, a pesar del dolor de Rachel y de la rabia de Quinn, ambas se perdieron en sus miradas sin saber que decir se en ese preciso momento.
