Aquí les traigo otra nueva historia, pero seguiré tmabién con la otra.

Ahora lo que todo el mundo sabe: Los personajes principales de esta historia no me pertenecen sino a Watsuki-sama y lo hago sin ánimo de lucro sólo para que todos pasemos un buen rato.

Sin más les dejo con la nueva aventura. Byeee

Capítulo 1º

AMARGAS PALABRAS

Los pequeños rayos de sol entraban por el shoji, que había sido mal cerrado la noche anterior, impactaban sobre la durmiente mujer que ocupaba la habitación.

Lentamente, y con algo de remoloneo, ella fue abriendo los ojos. Cuando pudo enfocar con claridad el techo, movió su cabeza hacia el amanecer que abría paso a un nuevo día...

- Otro vez, - arruga la nariz y frunce en ceño - tengo que recordar que he de cerrar el shoji para no despertarme tan temprano... ¡adoro ver el alba pero no cuando he bebido tanto sake por la noche! - respira profundamente - Bueno Kaoru, cálmate, chillarte a ti misma no sirve de nada. Sólo te trae más dolor de cabeza.

La nipona se levantó y recogió su futón. Miró con desgana su aspecto en un pequeño espejo de mano y salió a uno de los patios de su "casa". Con varios cubos, recogió suficiente agua para luego darse su aseo matutino. Tras salir del baño decidió ponerse un kimono y bajar a la ciudad ya que su hermano había reclamado su presencia.

Mientras paseaba por Osaka (actualmente Osaka) sus ojos se posaban en cualquier cosa que se le cruzase y admiraba el ajetreo que tenían los lugareños en su quehaceres diarios. Y de repente su vista chocó con el mercado del puerto, ella sabía que deseaba volver a estar en aquél lugar, ver a aquellos extranjeros que tanto la llamaban su atención y traían mercancías de diferentes lugares para que los nipones pudieran deleitarse con ellas; pero sabía que antes de darse su capricho, tenía que ir a otro lugar.

De mala gana se encaminó hacia el edificio que sobresalía entre las demás construcciones... el Castillo del Emperador. Un vez llegó ante las puertas de éste, los samuráis que se apostaban en la puerta se la quedaron mirando y tras hacerla una reverencia, la cuál respondió, uno de ellos se dirijo a ella y respetuosamente pidió que le siguiera.

El samurai la encaminó hasta una sala donde otra persona la esperaba y con otra reverencia el hombre se marchó. Acto seguido se arrodilló y puso su frente tocando el tatami, en un acto de total respeto hacia el otro.

- Buenos días mi Señor.

- Buenos días señorita Kamiya... aunque a juzgar por el brillo de tus dos azulados ojos creo que no son nada buenos – dijo en un tono divertido – Debes dejar el sake...

- ¡Oh, por supuesto mi Señor! Dejaré el sake el mismo día que encuentre otra bebida que me afecte más – levantó su cabeza y mostró una sonrisa irónica .

- Estabas empezando a asustarme con tu saludo tan formal...pero por fin te has mostrado tal cuál eres hermanita – el joven se echó a reír.

- Eres de lo que no hay Yahiko – le sonrió con dulzura – Ahora dime la verdad¿qué hace el Emperador fuera de su ciudad? Tú sólo vienes a Ozaka cuando hay que hacer los controles mercantiles y tu próxima inspección es en dos meses.

- ¡Eh¿No puedo visitar a mi hermana mayor sin tener ningún motivo?

- ¡Je! No creo que dejaras así por así tus deberes, eres demasiado formal, un buen hijo del sol naciente como diría nuestro difunto padre, no como yo, la descarriada de la familia.

- ¡Oh, vamos Kaoru! No empieces con eso¿eh?

- Bien, de acuerdo. Pero responde a mi pregunta

- Pues aunque no lo parezca, he venido expresamente para darte esto – se acercó a ella y le dio una carta – El chico que la trajo dijo que el verdadero emisario murió en el barco y aun en su agonía pedía que te fuera entregada a toda costa – Miró la carta algo extrañada y frunció el ceño.

- El muchacho que te lo dio... ¿comentó algo más?

- No, absolutamente nada más. Pero si te sirve de algo, hablaba en inglés... le costó su tiempo chapurrear nuestro idioma para que le dejasen pasar a verme y mucho más para entenderle yo en el suyo – comentó alegre – nunca fue lo mío el aprender hablas extranjeras pero sí lo tuyo – la guiñó un ojo.

- ¡Je! Algo bueno tenía que tener a parte de ganarte siempre en los combates...

- No cambias¿eh? Pero uhmm... algún día te derrotaré – decía esperanzador mientras ella le miraba divertida – Y bien... ¿No vas a leer quién te la envía?

- Sé de quién es. Conozco de sobra el sello de la carta, es de la Casa de los Tryllekunstnere (magos en noruego) – Yahiko la miró confusamente – El matrimonio Sørensen, Espen y Lene Sørensen.

- ¡Oh! Sí, ahora caigo. Son los amigos tuyos de la Tierra del Frío – Miró impaciente el sobre - ¡Caray! Busu, ábrelo ya.

Kaoru tenía un mal presentimiento, la última vez que vio a la pareja fue hace cuatro años y aunque se escribían a menudo, la correspondencia no llegaba a casa de su hermano y mucho menos con el verdadero emisario muerto. Mordiéndose el labio inferior comenzó a leer en voz alta el escrito.

Querida amiga:

Si estás leyendo esto, es porque nuestro emisario ha mantenido su palabra y te ha hecho llegar estas amargas palabras. Sí, amargas realmente, ojalá no fuesen así, pero ya no hay más tiempo.

Necesitamos tu ayuda, te pedimos que protejas a nuestra hijo y le cuides como si fuera tuyo. Te preguntarás a que viene tal petición, pues bien, nosotros ya no podremos hacerlo más, sabemos que nos van a matar y quién lo hará.

Sabes que varias veces el poderoso "mercante" Daniel Westman ha querido apropiarse de la "llave" que libera al traidor de Fyrer, su maestro en las artes oscuras. Hasta hora no lo había conseguido pero Westman ha incrementado su poder y está derribando nuestras últimas defensas espirituales.

Por eso, hemos mandado en un barco al pequeño Kristian que se dirigía hacia Dolphin´s Port, donde te esperará en casa del Gobernador Lord Confused, amigo íntimo del padre de Espen. El hombre no sabe nada sobre la situación real, piensa que el muchacho quería conocer cómo se llevan los trámites burocráticos entre la isla y la corte inglesa para algún día poder ser un buen dirigente.

No podemos seguir diciéndote más cosas, el tiempo se acaba... Dile al pequeño que le queremos con locura y cuando le veas "preparado" dile que abra el paquete que lleva con él, sabrás el momento adecuado... gracias por todo. Adiós Kaoru.

- Bien. No hay más remedio, me voy a Dolphin´s Port...

- Pero hermana... ¿Estás loca? No sabes ni cómo es ese West..Wast..Wate... ¡Bueno lo que sea! Ellos han fallecido ya, seguro... y... el niño puede que también...

- ¡No vuelvas a decir eso! Yo haré lo que me piden. El matrimonio Sørensen me ayudaron, ahora yo he de devolver el favor - ve la cara de disgusto por parte de su hermano mientras se levanta decidida – Estoy segura de que ese niño de 11 años está vivo, y no voy a consentir que muera. A partir de ahora soy su tutora.

- Cuando vuelva esta noche con todo mi equipaje para la travesía, quiero tener el billete del barco que me lleve hasta allí y por supuesto, un informe de qué tipo de situación voy a encontrarme en ese lugar. ¡Ah! Otra cosa más: No quiero escoltas. Iré sola. Si alguien me sigue... volverá lesionado a casa.

- Realmente estás loca. - El joven de veinte años recibió una colleja.

- ¡No me llames fea, YAHICO-CHAN! Debes respetar a los mayores, aunque sólo te saque cinco años. - El aludido sólo le sonrió aún adolorido. Ella seguía tan fiera como siempre y eso le animaba, su hermana sabría cuidar de ella y el pequeño, estaba seguro.

- Por mucho que te diga... lo harás y te entiendo en parte. Sólo prepárate bien para el viaje... Tendrás todo lo que pides cuando vuelvas.

Notas de la autora: Iré intercalando la subida de capítulos de las dos historias lo más pronto posible. Espero no demorarme mucho, gracias por todo byeee.