Lo prometido es deuda...les dejo el crossover
-Capitulo 1.- Un día normal-
Nada pintaba diferente, solo la rutina diaria…
El reloj marcaba las 5:15 am y él ya estaba despierto desde hacía un cuarto de hora, sus hermanos menores le decían que estaba loco por levantarse a esa hora, en ese momento se estaba vistiendo poniéndose ropa deportiva para salir a correr.
Como todas las benditas mañanas de sus vacaciones…
Con audífonos llenando de música su cerebro, salió de casa, dejando la ya acostumbrada (y en su opinión innecesaria) nota a su madre para avisarle que iba a salir, al cerrar la puerta notó algo divertido; un gato atigrado lo miraba, incluso podría decirse que con interés, sonrió, siempre le habían gustado los gatos, pero nunca podían tener uno; se inclinó y le rasco las orejas esperando que como cualquier otro gato ronroneara y se restregara contra él.
Pero el felino ignoro la caricia y lo continúo mirando, el niño lo miro un poco extrañado pero se encogió de hombros, y comenzó a correr el camino que ya se sabía de memoria.
San Francisco era un lugar bastante tranquilo, mas siendo tan temprano, la poca gente que estaba fuera, ya sea por que trabajaba o por alguna otra razón, lo saludaba, todo mundo estaba acostumbrado a verlo correr, incluso pudo vislumbrar a la niña que siempre lo veía correr frente a su casa, al notar que había sido descubierta, se sonrojó para después esconderse dentro de casa.
Sonrió, tenía casi 11 años pero ya rompía varios pequeños y no tan pequeños corazones.
…
Correr hasta que sus piernas no dieran más, llegar al parque para relajarse y practicar yoga (solo lo poco que había aprendido), relajarse, y comenzar a correr de nuevo hasta llegar agotado a su casa.
El gato seguía ahí, pero miraba un letrero. Lo miró extrañado, iba a recogerlo para buscar a su dueño cuando su estómago rugió exigiendo comida, rió y dejo pasar el asunto del gato.
Ya eran las 8:30 cuando abrió la puerta, su hermanita menor se abalanzó a su cuello.
-¡Fuchi! ¡Estás muy sudado! ¿Me trajiste algo?- su carita con hoyuelos le sonrió
-¡Melinda! ¿Es para lo único que lo saludas?- su madre había llegado al recibidor- vamos a desayunar, cielo,- añadió dirigiéndose a el- acabando te bañas, que vamos a ir a zoológico ¿está bien?
-Claro mamá, lo que tú me digas- su madre camino de nuevo hacia la cocina y se dirigió a su hermana- tranquila Mel, cuando vayamos al zoológico te compro un helado ¿vale?
La pequeña sonrió
-¿con chispitas?
-todas las que tú quieras-le aseguro con una sonrisa, ganándose un ruidoso beso en la mejilla
-Bueno, ¡te quiero mucho aunque estés sudado!
Ambos hermanos caminaron a la cocina
-y si no te comprara nada hoy ¿me seguirías queriendo?
-¡claro! ¡Tengo el mejor hermano del mundo! Aunque es molesto que en la escuela mis amigas no paren de decirme cuñada-añadió arrugando el ceño
Este soltó una carcajada, sus otros dos hermanos estaban ya desayunando, cuando llegaron se limitaron a saludarlos con un gesto de la cabeza, para después seguir rindiendo cuenta de sus respectivos alimentos, no se les podía culpar, no en vano su madre era dueña de un restaurante.
Horas después Melinda turnaba a sus hermanos para que la cargaran y para estar con ellos, su madre a veces decía que la consentían demasiado, pero ninguno de los tres chicos le prestaba atención Mel era su princesa, y las princesas debían ser atendidas.
Llegaron a casa ya casi a las 5:00pm, todos estaban tan agotados que no notaron la presencia del gato atigrado, que continuaba inmóvil.
Jugó un rato con Mel a las muñecas y al juego del té, ganándose unas burlas de sus hermanos que su padre acallo de inmediato.
Bajaron a cenar, a pesar de que la niña no tuviera hambre gracias a que sus tres príncipes le habían comprado helado hasta hartarse.
-Si no puede dormir y se pone mal, ustedes la van a cuidar ¿entendido?
-Claro mamá- corearon los tres chicos
Acabar de cenar, lavar los trastos, subir y practicar con su guitarra eléctrica, jugar videojuegos con su hermano menor, ir a molestar al mayor…definitivamente era un buen día.
Ya cerca de las 10:00pm bajó a buscar a sus padres para darles las buenas noches, Mel estaba tomando un vaso de chocolate, al notar su presencia todos se giraron a verlo.
-Ya deberías estar dormido-le regaño su padre
-lo sé, pero me entretuve molestado a Wyatt, y les vine a dar las buenas noches
Su madre sonrió.
-Tienes 10 años y lo sigues haciendo, voy a extrañar de verdad cuando lo dejes de hacer
-¡Nunca mamá! Los adoro, y…ya casi tengo 11
-Aun no-intervino su padre
Sus padres de pronto parecían algo tensos, prefirió dirigirse a su hermana
-Mel ¿nos vamos?
-depende… ¿me lees un cuento?
-Claro-le respondió con una sonrisa
Tardo media hora más en leerle un cuento a su hermana, o más bien contárselo, pues debido a su afición a los libros, se sabía varios de memoria. Mel podía estar grande para eso, pero sabía que solo le pedía esos momentos porque adoraba estar con él.
Después de dejar a Mel dormida, subió a su habitación, que algún tiempo atrás había sido el ático, al contrario de lo que muchos pensaban, el mismo había elegido aquel lugar por amplio y para darle una habitación propia a su hermanito Chris, ahora era un lugar bastante agradable, decorado y personalizado "su santuario" le decía algunas veces.
Se asomó por la ventana y se sorprendió bastante de ver al mismo gato mirando hacia su habitación, sacudió la cabeza, si fuera algo malo ya los habría atacado, decidió hablar de ello con sus padres al día siguiente.
Asearse, deshacer su cama y recostarse. En términos generales había sido un excelente día…
Un día normal en la vida de Harry Halliwell…
¿que tal?
es solo la introduccion
mas adelante hablare mas de la historia
mas que nada este capi es para que se ubiquen de la manera de ser de este Harry y como es feliz n.n
recibo y agradezco comentarios :P
Vickyy
