Prologo

Siglos habían pasado y siglos más debían seguirle, perennidad en la que nada debió haber cambiado.

Oculto en algún lugar en lo más recóndito de la tierra, en un sitio en el que ni la calida mano del sol ni la suave caricia del viento podrían alcanzar nunca, un lugar en el que ningún humano podría sobrevivir siquiera unos instantes, puesto que el aire del lugar congelaría casi inmediatamente.

Es ahí donde un guerrero debió haber permanecido eternamente sujeto en aquella caverna, por raíces que surgían del propio corazón de Tonantzin, sin nada mas que ver que el opaco resplandor de algunos cristales que lograban asomar por sobre la roca helada de las paredes, cristales malditos cuyo objetivo no era el de iluminar aquel helado recinto, sino simplemente brillar lo suficiente como para no permitirle el descaso a la persona que era expuesta a ellos, sin escuchar otra cosa que el eco de su propia respiración rebotar en aquellas paredes una y otra vez.

Ya habiendo perdido desde hace mucho no la esperanza no de un perdón, pues sabia que nunca lo recibiría, más bien de un castigo más misericordioso.

Habiendo superado desde hace mucho el punto el punto en el que el mismo hubiera terminado con su tormento de haber tenido siquiera la oportunidad para ello, pero imposibilitado te todo, incluso de buscar refugio en alguno de los rincones de su mente y olvidarlo todo para dejarse llevar por la locura, puesto que esas raíces no solo lo sujetaban físicamente sino que también lograba penetrar piel, hueso y músculo para así someter mente y espíritu junto con toda posibilidad de alivio.

Ese fue el castigo asignado a el ultimo miembro de una estirpe tan grande que incluso es recordada siglos después de su destrucción, puesto que fue cuna de los mas grandes guerreros, guardianes y leyendas y el de entre todos ellos fue durante casi toda su vida uno de los mejores, pero al final solo es recordado como el demonio que provoco de un solo golpe la destrucción no solo de su pueblo, hado también la de varias ciudades y reinos enteros.

Pero jamás se supo lo que en realidad paso ese día, puesto ya que la mayoría de los hechos habían sido olvidados o simplemente por que algunos otros nunca fueron contados.

¡¡¡¡¡GRACIAS DIOS¡¡¡¡¡ por fin termine con este prologo aunque la verdad siento que pudo dar pa mas estoy satisfecho ora nomas va a ser transcribir lo de mas ojala les guste leer esta introducción tanto como a mi escrivirla

Y ya si quieren mándenme sus sugerencias, saludos, mentadas y hermanas jejeje