Capítulo 1
Los días discurren tranquilamente al igual que mi rutina.
Todos los días voy a clase y la mayor parte del tiempo la paso hablando con Alya, mi mejor amiga y confidente. Aunque he de confesar que lo único que hago no es solo hablar con mi compañera de asiento. La otra gran mayoría del tiempo lo paso haciendo las labores del aula como la delegada del grupo. Al principio pensé que solo sería una carga puesto que nadie se atrevía a enfrentar a Chloe por el puesto. Pero poco a poco, y después de haber destronado a la "hija de papi", he podido disfrutar más el hecho de ser delgada junto con mi amiga Alya como subdelegada. Me da más libertad en ciertas ocasiones para salir de clase por si ocurre una emergencia; asisto a reuniones durante los horarios de clase algunas veces; informo a todos mis compañeros sobre nuevas novedades y también logro ayudar a todos en lo que puedo y todo lo que necesitan. A pesar de todas estas cosas buenas, mi labor favorita como delegada es la de hacer el aseo al principio de clases y sobre todo al final.
"¿Por qué?" os estaréis preguntando…Bueno…La verdad es que la razón es muy sencilla…aunque nadie más lo sabe…ni siquiera mi amiga Alya. Como delegada, desde principio de curso me ofrecí a hacer el aseo siempre en lugar de que nos turnáramos los de la clase por comodidad de todos. Tras los primeros días haciendo la limpieza y las tareas yo sola en la tarde es que me percaté del motivo por el que no quiero renunciar a esta tarea en la escuela y por la que siempre llego tarde a casa o nunca quedo a menudo temprano con Alya en la tarde. La razón tiene nombre y apellidos como ya os podréis imaginar.
Desde el primer día y tras nuestro encuentro bajo la lluvia no he podido despejar de mi cabeza ese mar esmeralda que me atrapó con una dulce sonrisa y una divertida risa contagiosa. Guardo con cariño en una esquina de mi cuarto aquel paraguas que desde entonces se convirtió en un tesoro para mí. Adoro su actitud para con los demás. Es comprensible, atento, educado, justo cuando se cometen males frente a él. Poco a poco durante el curso he podido descubrir en clases sin embargo como es su personalidad real. En cierta forma puede parecer tímido para con los demás cuando empieza a tratar a alguien, cosa que es normal si has estado toda la vida en una gran mansión y sin salir de ella nunca por las medidas de seguridad de un padre protector. Admiré el hecho de que desafiara a su padre por querer cierta libertad en su vida y por querer venir a la escuela. Eso lo hace valiente a mis ojos. En clase he podido apreciar como con su mejor amigo Nino se muestra más extrovertido y bromista. Se nota mucho la confianza que les une…una confianza que también desearía compartir con él.
Al principio no era capaz ni de entablar correctamente un simple saludo sin tartamudear. Pero poco a poco he podido interactuar más con él en clase. Ahora puede decir que puedo entablar una conversación fluida con él sin estar a punto de desmallarme después de ello. Pero el hecho de que seamos compañeros no quita que en ciertos momentos me siento tímida o intimidada ante su presencia o sus palabras de apoyo cuando paso dificultades en clase. Siempre me percato de lo que hace aunque estemos en puntas diferentes del patio durante los descansos. Me siento atraída hacia el como un imán. Si dice el dicho que los polos opuestos se atraen, en mi caso, solo pasa por mi parte. Sé que solo me ve como lo que soy, como una amiga y compañera de clase. Y para ser sincera, prefiero que siga siendo así mientras lo pueda ver cada día feliz y con una sonrisa. Conociendo lo atento, educado y tímido que es con los demás la mayoría del tiempo, no dudo de que si llegara a descubrir mis sentimientos por él, éste no sabría reaccionar o que contestarme para no hacerme sentir mal. Pensaría antes en mi bienestar antes que en el de él. Porque siempre había sido él así. Ofrece una ayuda a los demás sin esperar algo a cambio y eso lo hace tener un auténtico corazón de oro. ¿Qué chica no caería rendida ante sus pies? Yo sería la primera en admitirlo.
Volviendo al tema original, el motivo por el que me quedo siempre por las tardes en el aula es por él…específicamente por sus clases de esgrima. Tiene clases generalmente los lunes, miércoles y viernes en la tarde, pero al tener un horario tan irregular por su ocupada agenda ( sobre todo por las sesiones de fotos) suele cambiar mucho también su rutina y hay ocasiones en las que practica más temprano o más tarde o los martes y los jueves.
Una vez salen todos de clase cuando suena el toque de salido yo me despido de mi amiga y comienzo a preparar el aseo para tenerlo listo lo más pronto posible. Lo más normal era recoger las trastadas que habían provocado en clase Alix y Kim con sus apuestas, los chicles bajo el pupitre de Chloe (que era lo más asqueroso y sé que lo hacía a propósito por mí) o incluso dejar las ventanas abiertas para que la clase se ventilara un poco tras haber utilizado Rose alguno de sus perfumes tras la clase de educación física.
Una vez lo tenía todo listo, aprovechaba todo el tiempo que podía hacer las tareas en clase. Muchos alumnos iban a la biblioteca en las tardes y no encontraba la tranquilidad suficiente como para concentrarme y sobre todo si se trataba de física. A veces me preguntaba cómo es que esa era la asignatura favorita de mi rubio favorito. Una vez empezaba a escuchar los chispazos metálicos de las finas espadas de esgrima en el patio, mi atención volaba de los apuntes a la ventana interior de la clase, la que daba al pasillo y a su vez al patio interior del centro. El rubio siempre ocupaba el mismo lugar del patio para practicar con su tutor, por lo que no me resultaba difícil distinguirle entre los demás chicos que iban a prácticas si es que iba en grupo y no como otras veces que iba en solitario con su respectivo tutor. A pesar de eso, siempre me gustaba ver el inicio de clases de esgrima, pues me permitía verle detenidamente al salir de los vestuarios sin la máscara protectora que cubría su rostro.
Algunas veces se mostraba tan relajado y confiado en éstas que era capaz de tumbar hasta el más profesional de los allí presentes, pero también había ocasiones en las que había notado como se mostraba en cierta tensión, lo que provocaba que cometiera ciertos errores que lo llevaban a caer tumbado al suelo y ser reprendido puesto que podía mostrar que valía mucho más si se ponía enserio y no estuviera distraído. A menudo dudo de que eso sea así. Adrien no es un chico distraído por lo general y nunca lo he visto así a decir verdad, pero no podía afirmarlo con seguridad desde la distancia y con una máscara que ocultaba su rostro y sus expresiones.
Para evitar que alguien me descubriera, siempre dejaba algunas labores para última hora como la de limpiar el pizarrón. Así podía salir tranquilamente al patio sin sospechas raras de los chicos y después salir tranquilamente del recinto escolar antes de que acabasen las prácticas. Temía el que si alguna vez Adrien me descubriera podría acorralarme al final de ésta en el aula y reclamarme el motivo de por qué lo espiaba. Aunque, eso no era espiar. Yo solo lo admiro desde lejos, ¿no?
Como sea. El caso es que el día de hoy me encuentro prácticamente en la misma situación de siempre. Ya he hecho el aseo y el ruido y las exclamaciones de algunos en la clase de esgrima se escuchan en el patio desde el aula donde yo me encuentro haciendo la tarea de física. ¿Por qué demonios tenía que ser aquello tan complicado? Definitivamente… voy a suspender el examen de esta asignatura. Lo tendré la semana que viene y como no me concentre y cierto "esgrimista" salga de mi cabeza por un par de horas razonables, las veo claras. Hoy es viernes y las prácticas se han retrasado un poco. Pero por primera vez, no estoy en mis cinco sentidos atenta a ellas. Estoy tan preocupada por mis tareas escolares que ni siquiera salí esta vez al patio para limpiar los borradores, sino que los sacudí dentro de la clase por el filo del ventanal.
Llevo prácticamente tres horas en la escuela estudiando más la hora de la práctica de esgrima, y las exclamaciones de frustración y contención de algunos en el patio se oían hoy demás impacientándome como nunca antes y dándome ganas de gritarles que algunas pretenden estudiar y aprobar. Cuando pensé que no podría aguantar más y mi paciencia había sobrepasado el límite del vaso a rebosar, me incorporé en mi asiento y me dirigí al ventanal donde se veía la práctica. Desde mi aula se podía ver todo el patio interior, pero, debido al pasillo de la planta superior en el que se encontraba la estancia, nadie de fuera podía verme.
Antes si quiera de abrir la puerta o la ventana para gritar cualquier tontería o para irme esta vez a mi casa más temprano para estudiar, escucho unas exclamaciones fuera. Les tocaba el descanso. Es el momento perfecto para ahorrarme cualquier plática que luego podría llevarme a sospechas de por qué permanecía en el aula aún. Con la mochila colgada a la espalda y unas libretas en mano contra mi pecho salgo del aula y cierro la puerta con cuidado, no sin antes asegurarme de que todo estaba en orden. No hay nadie en el centro del patio, lo que me hace suponer que los chicos o se abran retirado a los vestuarios a descansar o estarán reposando y tomando algún refrigerio en los bancos alrededor de la pista interior del recinto a la sombra.
Estamos finalizando el curso y el verano ha traído consigo este año una calor horrorosa procedente del sur. Es de suponerse que nadie aguantaría al sol de plano durante mucho tiempo. Ya de por sí los trajes de esgrima debían de pegar demasiada calor para lo que estamos acostumbrados en París o en Francia en general. Antes de empezar a bajar más de dos escalones escucho varias voces por la parte baja de las escaleras, específicamente, por la parte de atrás.
-¡Ey Agreste! ¿Te hace ahora después una paliza de nuevo?
Esa voz la conozco. Se me ha hecho demasiado familiar durante la segunda mitad del curso como para no reconocerla. Su tono burlón y prepotente era tan irreconocible como la de Chloe. A pesar de su entrada tardía y de provenir del extranjero, Claude Grayson se había convertido en cuestión de tiempo en el chico más popular de la escuela junto con Adrien. Ambos chicos eran atractivos y de la misma altura pero la diferencia radicaba en el pelo castaño rebelde y los ojos celestes de Claude. Era un embaucador que sabía ingeniar se las para salirse con la suya, y yo he sido testigo de primera mano de ello. No sé cómo lo logró, pero a pesar de haber ingresado en su clase durante mediados de curso se convirtió en el nuevo delegado de esta debido a una baja por enfermedad del chico que lo era hasta entonces. Desde ese momento he coincidido con él en todas las reuniones de delegados. Daba gracias a que no hubiera caído en mi clase, puesto que no sabría cómo evitarlo durante las casi 6 horas al día que pasaba obligatoriamente en la escuela. Se mostraba "demasiado" atento con la mayoría de las chicas que se le acercaban o a las que él se acercaba. El hecho de que se muestre "en extremo" atento a todo lo que hago o digo cuando coincidimos no me da muy buena espina a pesar de su buena actitud. Era como ver al lobo dispuesto a atacar y disfrazado de corderito. Hasta el momento había evitado muy bien las "situaciones" que se me habían presentado con él. Gracias a Alya me había librado muchas veces de tener que quedar sola en un aula con él para preparar ciertas tareas de delegados con la excusa de que tenía que irme con ella. Era mi salvadora y a la vez mi tortura, puesto que no paraba de burlarse de mí cuando decía que tenía a un chico guapo babeando por mí y yo, por otro lado, babeaba por uno que no me veía más que como una amiga. Era decepcionante. A pesar de todo, siempre me apoyó con ese "amor imposible".
El que se haya dirigido de esa manera tan prepotente a Adrien me ha extrañado y a la vez paralizado en mi sitio sin querer moverme. Quiero escuchar de qué hablan. ¿Por qué se ha dirigido así a MI Adrien? Puede que no tenga la relación que yo deseara con el chico de mis sueños pero eso no me iba a impedir defenderlo ante algo o alguien. ¿Quién se creía ese chico nuevo para dárselas de guay?
-No tientes a tu suerte Grayson. Solo porque me hallas ganado antes no significa que lo puedas volver a lograr. Esta vez ha sido cuestión de suerte.
¿Ese había sido Adrien? ¿Desde cuándo responde de esa manera altanera Adrien a alguien? Siempre se ha mostrado sereno hasta en las peleas más graves que se han dado en clase. Escucho a su vez unas exclamaciones por parte de otros chicos, seguramente respaldando lo dicho por Adrien frente al castaño.
-Tú dices que fue por suerte- Vuelve a responder el castaño- Yo digo que fue falta de concentración. ¿Qué te pasa? ¿El favorito ha perdido su toque de gracia?
Su tono burlón y sarcástico eleva las exclamaciones y las risas de los otros presentes. No sé exactamente cuántos chicos son desde mi posición, pero podría apostar que son tres mínimo. Me agacho con lentitud y acabo sentándome en el primer escalón atenta a como continua el "pique" entre ambos chicos.
-Un mal día lo tiene cualquiera. No soy perfecto. Al menos yo fallo una vez. Tú fallas siempre.
Mientras escucho una nueva exclamación mayor por parte de los chicos no puedo evitar reprimir una carcajada. Adrien había utilizado en mismo tono burlón que utilizaba cuando estaba con Nino; el que utilizaba cuando sabía que tenía razón en algo y su amigo no podría rebatir se lo. Se me forma una pequeña sonrisa traviesa mientras lo apoyo, ánimo y defiendo a la vez internamente, deseando que le dé una buena lección de su propia medicina al castaño.
-¿Enserio? ¿Solo fallas una vez? A mí no me parece eso cierto- Dice esta vez burlonamente el castaño y provocando un cierto silencio inquietante en la conversación. ¿A qué se refería? Yo misma había visto todas las prácticas prácticamente desde el primer día y no había duda alguna de que Adrien era el mejor de todos sin lugar a dudas.- Creo que sueles fallar en algo todos los días en los que "cierta" distracción se hace presente por aquí, ¿no es así?
Ahora mismo desearía encontrarme de cara a esos dos para ver sus expresiones. La voz de Claude demostraba demasiada seguridad para mi gusto y el silencio repentino de Adrien no era buena señal.
-¿Qué? Explícate Cladue. No sé a qué te refieres.- Expresa esta vez el rubio. Parecía preguntarlo con duda, pero a la vez no…no parecía demasiado preocupado, cosa que me desconcertó.
-Sabes perfectamente a lo que me refiero Adrien. Tu mejor que nadie sabes el nombre y apellidos de tu "distracción"- Suelta esta vez el castaño con sorna y dejándome sin aliento.
Contengo una exhalación de sorpresa tapándome la boca con ambas manos. Pero inconscientemente y sin acordarme de que todavía portaba unas libretas entre mis manos, estas se me caen sobre dos de los peldaños de la escalera a mis pies. Esto provoca un estruendo metálico que me paraliza ante el miedo de que me descubran espiándoles. La conversación ha parado de repente y mi respiración y pulso se aceleran. Sin pensármelo dos veces cojo las dos libretas que se me han caído y me incorporo para esconderme de nuevo en la planta superior del edificio para que no me vean. Con las manos y las piernas temblando caigo sentada en una de las esquinas y puedo ver de refilón como los chicos salían de donde estaba antes. Como deduje había tres chicos más junto con Adrien y Claude ahora a mitad de la escalera. Esos tres parecen ciertamente desconcertados desde lo que yo puedo apreciar a ver, Adrien mostraba cierto desconcierto pero a la vez preocupación, y a diferencia de todos los demás, Claude mostraba una sonrisa demasiado confiable para mi gusto mientras alternaba su mirada de las escalera a las espaldas de Adrien, quién estaba frente a él al pie de la escalera.
-Como no seas más específico no voy a entenderte- Dijo esta vez el rubio con seriedad mientras se volteaba y miraba cara a cara al castaño desafiante.
-Oh, ¿acaso necesitas que te lo deletreen? Te creía más listo que eso.
-No juegues conmigo.
-¿Entonces prefieres que lo haga con ella?
La tensión es palpable en el ambiente. Yo había dejado tirados mis libretas en el suelo a mi lado y tapaba mi boca para evitar cualquier exclamación ante lo que estaban discutiendo. Los tres chicos, también presentes en la escena, ahora no se ríen o burlan de la situación. Más bien parecen intimidados ante las dos fieras que se amenazan con la mirada. Ante esto, se disculpan atropelladamente y se dirigen a vestuarios, donde seguramente estarían el resto de chicos de las prácticas y dejando solos a esos dos chicos, matándose con fuego en los ojos…especialmente por parte de Adrien. Mostraba una furia…que jamás había visto en él desde que el primer día en que lo conocí.
-¿Ahora que estamos solos te atreverás a admitirlo y decir su nombre en voz alta?- Dice el castaño prepotente y demasiado seguro de sí.
-Aléjate de ella- Son las palabras secas del rubio a quién veía apretar los puños mientras estaba en tensión ante un castaño ciertamente demasiado relajado.
-¿Y cómo me lo vas a…
A Claude no le da tiempo a decir más cuando Adrien lo sujeta del cuello del traje de esgrima alzando se lo amenazándolo. Empiezo a temer por la integridad de ambos y sobre todo por la de Adrien.
-¡Eh, eehh! ¡Calma fiera! –Exclama Cladue aún burlón alzando las manos en son de paz a pesar del agarre firme del rubio- Parece que el gatito por fin decidió sacar las garras.
-Y está dispuesto a usarlas muy bien si te atreves a hacerle algo a…
-¿A quién?- Dice burlón mientras se desahace del agarre del rubio y se aleja unos pasos de él haciendo como que se sacudía el traje de polvo inexistente- Es curioso que intentes amenazarme cuando yo ya hace tiempo que he empezado a jugar mis fichas con ella- Dice de espaldas a él para volver a encararlo de nuevo con una sonrisa socarrona.- Eres demasiado len-to- dice al final el castaño resaltando las últimas palabras con lentitud.
Desde la distancia veo como Adrien está conteniéndose, muy seguramente para no meterse en ningún lío o altercado antes de que empiecen de nuevo las prácticas.
-He de admitir que la chica ha sabido esquivarme muy bien hasta ahora. Quizás es porque ha visto mis intenciones para con ella- Dice de nuevo el castaño con las manos en los bolsillos y dando vueltas alrededor del ojiverde-¿Eso es lo que ha evitado que te lances hacia mí las veces que me le he acercado?-Pronuncia burlón- No lo niegues. He visto como la miras de lejos.
-¿Qué es lo que pretendes exactamente con todo esto Claude?
-¿Satisfacción?- Dice con ironía y una sonrisa que me provoca asco- De donde vengo siempre he sido el centro de atención de todos. Cuando llegué aquí y descubrí que tú eres el que ocupaba las miradas de todos solo me propuse superarte. Sienta muy bien ser el mejor, para que negarlo.- Suelta tranquilamente con suficiencia jugando con sus guantes de esgrima que anteriormente se había quitado con una lentitud tortuosa.
-Entonces si tu problema es solo conmigo, ¿qué tiene que ver ella en esto?
-No creas que solo me he acercado a ella por ti. No te las des de importante. Me gusta ser el mejor, pero más me gustan las chicas. Y oh amigo, no puedo negar que tienes buen gusto a la hora de escoger. Tiene unos ojazos impresionantes, unas piernas de infarto y por no hablar de sus…
Un golpe seco se escucha en el patio antes de que continuara hablando el ojiazul. Adrien no se ha contenido. Al ver como le ha pegado, sin dudarlo, un puñetazo en toda la cara al otro, me incorporo sin dudarlo acercándome a la barandilla. Tenía que hacer algo…no por el castaño puesto que se o merecía. No quería que Adrien se metiera en problemas de esa calaña. Antes de empezar a bajar las escaleras dejando mis cosas atrás o de gritarle que parara, alguien más me interrumpe.
-¡ALTO LOS DOS!
Uno de los monitores junto con algunos chicos más ha salido al patio por la puerta de los vestuarios en dirección a los dos chicos. Con cierta resistencia por parte de ambos, y sobre todo por el rubio, lograron detenerlos e intentar calmar la situación. Más tarde asimilé que los chicos que antes se habían marchado presurosos habrían de haber ido a avisar a alguno de los monitores para evitar un caso de la magnitud de la que se estaba empezando a formar.
Claude ha sido el más perjudicado por el gancho del rubio; pero éste no se ha librado de ningún daño, puesto que en el forcejeo entre ambos Claude ha logrado golpearle y partirle el labio además de golpearlo entre las costillas dejando al modelo por un momento sin aliento. No han podido atacarse más gracias a la intervención de los otros.
Yo aún sigo paralizada ante toda esa escena en lo alto de las escaleras. Veo a Claude quejarse por el duro golpe. También se había golpeado contra el suelo por lo que también parece que tiene jaqueca y posiblemente un gran chichón o moretón para la semana que viene cuando volviera a clases.
-¡Da gracias a que no te parto la cara con la espada de esgrima! – Grita el rubio colérico, sujetado de los brazos por dos de sus compañeros mientras Claude no paraba de quejarse de que lo llevaran a la enfermería.
-Adrien Agreste- Alzó la voz severamente uno de los monitores presentes- Este comportamiento no es apto en este instituto y no consentiremos una actitud así; mucho más después de semejante amenaza. Marche usted a la oficina del director.
-¡Pero…
-No hay más que hablar. Toda las excusas que quiera exponer o en su caso disculpas serán al director. Según lo que él dicte será suspendido o no de las prácticas de esgrima de manera parcial o indefinida.
Toda esta situación me está sobrepasando y la nueva mirada de pena y rabia que portaba Adrien no hacía nada más que lamentarme por él. Antes de que alguien más pueda percatarse de mi presencia me retiro del lado de las escaleras; recojo mis cosas, todavía por el suelo, y me dirijo sin más miramientos de nuevo hacia el aula, donde cierro a sin miramientos y reposo mi espalda contra ella con un suspiro mientras me deslizo lentamente hacia abajo y quedo sentada de nuevo en el suelo por segunda vez en la tarde. Aprieto los cuadernos contra mi pecho y escondo mi cabeza entre mis rodillas mientras empiezo a temblar. ¿Qué había sido todo aquello?
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