Disclaimer: Todo es de Rob Thomas, por supuestísimo.

N/A: Aquí iré subiendo mis viñetas de Veronica Mars. La mayoría serán Veronica/Lily o Veronica/Logan, que son mis OTPs de la serie, pero también habrá Veronica Gen, y puede que me arriesgue con alguna otra pareja. Este primero es un Veronica/Lily, es decir, FEMSLASH, y es un regalo navideño para Tsukino Sendo. Espero que os guste y, ya sabéis, los comentarios son bienvenidos :)


VAMOS A CONTAR MENTIRAS


Es

Es parte de un juego que sólo ellas comparten y sólo ellas entienden. Un ahora tú, ahora yo, ahora tú otra vez en los rincones de la casa, con roces inapropiados y miradas que dicen más de lo que quieren decir, pero que nadie se atreve a descifrar. Es una cadena de risitas a media voz y susurros que Logan siempre intenta no escuchar y que Duncan siempre consigue no entender. Es un continuo manar de bromas que hacen sonrojar a Verónica y reír a Lily. Es morderse el labio y acariciarse el cabello, la una a la otra, en los momentos más inoportunos, y molestar a la señora Kane por el simple placer de molestarla.

Es ese sueño que Verónica no se atreve a tener, pero que tampoco puede evitar. Ese beso que ya soñó una vez y que esta noche soñará de nuevo. Es rozarse las manos mientras caminan por los pasillos del instituto, con la cabeza alta, una sonrisa en la boca y la seguridad de que todos allí giran la cabeza para observarlas una última vez más y llegar a clase con la imagen de las chicas que nunca podrán alcanzar en su cabeza. Es darle un beso a Duncan, o a Logan, y estar pensando en la melena de esa amiga con la que comparte secretos, travesuras y cosas que ni siquiera debería compartir con ella.

Es aquella tarde de verano, con el sol alto, doce y trece años, una manguera y un saludo. Un Hola, Verónica, me llamo Lily Kane, ¿quieres dar una vuelta? y una tarde dando vueltas al pueblo, conociendo gente con la que nunca volvió a hablar y contando secretos de mentira, sólo por probar. Es aquella tarde de primavera, aquella pulsera regalada que Duncan observaba con una ceja levantada, aquella señora Kane observando desde el salón con el ceño fruncido, y aquel roce de labios que las pilló desprevenidas y les gustó más de lo que ambas llegaron a aceptar.

Es esa noche de invierno, un par de años después de aquel primer roce, las lágrimas de Verónica porque Duncan salía con aquella chica con la que nunca había intercambiado una palabra y las manos de Lily acariciando su rostro, su voz susurrándole que habría otra oportunidad y sus labios cerniéndose sobre los suyos. Es la tarde otoñal en la que Logan se dejó conquistar y arrastrar a la habitación de Lily, mientras Duncan y Verónica reían en la salita, acercándose cada vez más, con sonrisas nerviosas y segundas intenciones en cada palabra. Es haber estado pensando siempre la una en la otra, incluso cuando supieron querer otros labios.

Es Veronica y Lily, Lily y Veronica. Es la historia de dos chicas compartiendo caricias y besos y un secreto que nunca contaron, la historia de los me gustas y los hoy estás preciosa que iban más allá de lo que todos veían. La historia de dos chicos que siempre lo supieron y siempre callaron, la tragedia de la madre que lloró sin perdonar a su hija y que odió a quien su hija más amó. Es la historia que Verónica aún sueña entre las sábanas y que se pregunta cómo hubiese acabado. La que Logan siempre quiere preguntar y acaba callando, la que todos callarán y sólo ella recordará.

Es la historia que yace en el cementerio de Neptune y que nunca más despertará.