D&D GENERATION
1.- Visitantes
Jack Frost
(Correspondencia 21)
Aquel día había sido diferente y particularmente divertido, a pesar de ser un caluroso día de verano, tenía que admitir que había sido memorable.
Jack se desvistió hasta quedar solo con unos bóxers negros, cepilló sus dientes y acomodó su hamaca, bajando una soga que su padre había instalado sobre la piecera de su cama para que pudiera enganchar su único espacio para escapar del calor, con cuidado acomodó su varita debajo de la almohada que aun yacía sobre su cama, no sin antes verificar que la ventana quedaba abierta y su puerta entrecerrada por cualquier cosa, de un salto ágil se subió a aquella red de suaves y esponjosos lazos para luego comenzar a mecerla apenas de lado a lado con el pie, sintiendo como el cansancio iba haciendo meya en su organismo, cerrando sus ojos.
No habían pasado ni diez minutos cuando escuchó un estruendo en la sala que lo tiró de la hamaca, por suerte, la cama había detenido su caída, con cuidado y aprovechando lo silencioso de sus pies descalzos se asomó primero a la habitación de su padre.
-¡Papá!, ¿papá escuchaste eso?
No hubo respuesta, abrió entonces la puerta solo para encontrarse con que Nicolai, además de estar trepado en una hamaca similar, tenía puesto su antifaz y un par de tapones en los oídos… aquello le pareció el colmo, atento por si escuchaba algún otro sonido proveniente de la planta baja, caminó silenciosamente sobre sus puntas hasta regresar a su habitación de donde tomó su varita antes de comenzar a bajar las escaleras lentamente… otro sonido, detectó entonces que venía de la sala, temeroso, con el corazón palpitando dentro de su pecho bajó las escaleras en penumbra, aguzando sus sentidos al máximo antes de asomarse a la puerta de la habitación, efectivamente, contra la luz de la luna que se filtraba por la ventana, podía notar claramente una silueta, la cual había volcado la mesa de café y ahora había tirado una de las repisas con las esferas de nieve.
-Lumus – Dijo Jack para verificar la identidad del que había entrado, preparado para lanzar un "desmaius" en caso necesario, entonces vio a la persona en la sala- ¿Elsa? ¿qué haces aquí?
-Hola Jack – Sonrió la chica con nerviosismo mientras intentaba recolocar una esfera de nieve en su lugar.
El joven albino solo se rascó la cabeza antes de accionar la luz de la sala, ayudando a la platina a acomodar de nuevo la mesa de café, los dulces, la esfera de nieve y de paso movilizar algunos polvos flú que habían quedado regados fuera de la chimenea, una vez todo estuvo listo se sentó en el sillón de flores, invitando a Elsa a sentarse en algún otro, ofrecimiento que la chica no aceptó, se veía apenada.
-Elsa, no es que no me guste pero… ¿ya viste la hora? – Comentó el muchacho observando de pronto a la chica, la cual traía una bata algo gruesa en color crema encima.
-Lo siento Jack… no podía dormir, intenté leyendo el libro que me diste pero… solo no podía.
La chica se veía realmente acongojada mientras se aferraba al respaldo del reposet café, Jack se despeinó un poco mientras pensaba que hacer, podía enviarla a casa pero… era algo tarde, posiblemente sus padres la regañarían si la veían entrando en esas fachas, especialmente desde que la sala quedaba algo lejana a la cocina si mal no recordaba.
-De acuerdo… ¿quieres algo? No sé, ¿un vaso de leche tibia? ¿galletas de chocolate? ¿tal vez…
-Estoy bien Jack, gracias… ¿no crees que deberías ponerte algo?
El chico volteó a verse ligeramente confundido, ¡mierda!, solo traía la ropa interior con que se había acostado, hasta ese momento comprendió que el sonrojo de su novia no se debía a haber irrumpido en su casa después de las once de la noche.
-¿Qué esperabas? Sabes que no soporto el calor, estaba acostado cuando escuché ruidos abajo, da gracias que no fue mi padre el que bajó.
-Lo lamento, no era mi intención importunarte…
-Está bien, no te preocupes… ve a la cocina, subiré a ponerme algo.
La chica obedeció para sorpresa de Jack, se fue directo a la cocina a esperarlo, solo un vistazo le confirmó que de hecho, se había sentado en uno de los pequeños bancos de la mesa de trabajo de la cocina, aquello era extraño, siguió pensando en la posible causa mientras subía las escaleras hasta llegar a su recámara, donde se puso lo primero que encontró, unos shorts que Elsa había colocado en una de las sillas y la playera azul de manga corta que había usado aquel día.
Para cuando bajó se encontró con que Elsa ya se había servido algo de ponche de huevo, el chico sonrió mientras se servía un poco él también, sentándose frente a la platina, alegrándose internamente de que ahora no estaban ni Anna, ni Rapy, ni su padre para interrumpirlos.
-¿Estás bien Majestad? – Preguntó el chico luego de que la notara sirviéndose un segundo vaso.
-Si, gracias – Respondió la chica sin ánimo alguno, tomándose el contenido de su vaso de un jalón.
-Elsa, creo que deberías detenerte, eso tiene alcohol – Comentó el chico cuando notó a la ojiazul tomando la jarra para servirse de nuevo – Créeme, las resacas de cerveza de mantequilla son nada en comparación con las resacas por ponche.
Elsa soltó la jarra entonces y alejó el vaso, dejando su cabeza caer sobre sus brazos cruzados, se veía un poco frustrada y eso, era algo raro en realidad.
-¿En verdad estás bien? Estás actuando extraño.
-Lo lamento, es solo que… muero de sueño, y sé que no lograré dormir, solo doy vueltas y vueltas… ¡argh!
Jack la observó mientras daba un último sorbo a su vaso antes de volver a guardar la jarra en su lugar y llevarse los vasos al fregadero, enjuagándolos apenas para poder lavarlos a la mañana siguiente.
-¿Te gustaría subir a la terraza?
-¿Cómo dices? – Dijo Elsa enderezándose con curiosidad.
-A veces, cuando tengo insomnio salgo a ver las estrellas, me relaja lo suficiente para poder dormir.
Ella sonrió, mientras se levantaba de forma delicada y elegante, observándolo a los ojos, se veía realmente cansada.
-Me agrada la idea, vamos.
Jack sonrió, tomando aquella pálida y fría mano en la suya, sintiendo en pocos segundos como se iba calentando como era usual, ambos subieron y salieron a la terraza, aquella noche era singularmente hermosa, el cielo estaba completamente despejado, la luna llena refulgía sin opacar a la enorme cantidad de estrellas en el cielo, había incluso otro color surcando el cielo como si fuera un rayón de luz, Jack se apresuró entonces a llegar al telescopio, apuntando a una de las estrellas que más le gustaban.
-Mira Elsa, creo que esto te gustará.
La chica se asomó también a aquel aparato, soltando de pronto un suspiro de sorpresa, extasiada por completo.
-¿Te gustaría ver algunas más? – Dijo él, observando la cantidad inmensa de estrellas que habían esa noche, notando a su novia embelesada observando.
-Por supuesto, tal vez podríamos ver estrellas fugaces.
El chico sonrió antes de asomarse a buscar más, solo para pasarle el aparato a su novia y escucharla dando suspiros de satisfacción.
Estuvieron así cerca de media hora, cuando súbitamente algo se movió en el cielo.
-¿Y eso? – Dijo la platina mientras se retiraba de la mira telescópica para apreciar mejor que era lo que había pasado rozando la imagen que había visto.
-Parece que el cielo está a tus órdenes esta noche Majestad – Sonrió Jack mientras se recargaba en el barandal, Elsa no tardó en recargarse también, observando en la dirección que lo hacía el peliblanco, dejándose abrazar por este último – Parece que tendremos algunas estrellas fugaces, podrías pedir un deseo.
Ella sonrió, observando un momento antes de voltear a verlo, ligeramente sonrojada, con esa mirada que ponía cuando sabía que era lo que deseaba y estaba segura de que podría conseguirlo.
-No tengo más deseos, estoy viendo estrellas fugaces con mi novio, ¿qué más podría pedir?
-¿Tal vez un beso? – Sugirió el albino mientras le dedicaba una sonrisa torcida y una ceja levantada.
-No suena mal… no en este momento – Contestó la chica mientras se colgaba de su cuello observándole los labios y comenzando a acercarse.
Ambos cerraron la distancia, besándose tal y como habían comenzado a hacer más temprano, antes de que Anna y Rapy los descubrieran, Jack se deleitó en aquellos labios, saboreándolos con calma, mordisqueándolos ligeramente de vez en vez, sintiendo a la chica tomarlo de la cabeza para exigirle más como hacía siempre, él solo obedeció, dando más de si mientras comenzaba a recorrer la espalda de la platina con sus manos, en algún momento ella rompió el beso, él solo atinó a seguirla besando, haciendo un camino de la comisura de aquellos labios perfectos a la base del cuello de la chica, haciendo mimos a aquella piel lechosa y suave que tanto lo fascinaba, estaba a punto de alejarse para no perder el control, seguro de que alguien podría asomarse y descubrirlos como había pasado en la tarde, sin embargo, la mano de Elsa lo retuvo justo donde estaba.
-Jack, no lo hagas – Soltó la chica de ravenclaw mientras lo obligaba a permanecer en la misma posición – no aún, por favor.
Él sonrió muy pagado de si mismo mientras volvía a besar aquel cuello níveo con dulzura, justo antes de sentir algo húmedo jalando delicadamente una de sus orejas, escuchó la risilla de su novia cuando él se detuvo con un escalofrío… ¡así que quería guerra!... bien, Jack se aseguró de darle a la chica lo que estaba pidiendo, despacio, usando la punta de su lengua comenzó a recorrer el camino de subida hasta el lóbulo de la oreja de Elsa, el cual mordisqueó un rato antes de comenzar a jugar con él moviéndolo rápidamente de un lado al otro con su lengua, había sentido a Elsa temblando un momento, ahora la escuchaba riendo disimuladamente, con lo cual él se separó de ella, observándola orgulloso y con una inmensa sonrisa.
-Es raro que estés tan juguetona ¿sabes?
-No pude evitarlo… menos después de verte… bueno… ya sabes.
La notó sonrojarse de forma encantadora, con lo cual terminó de atraerla para volverla a besar, no todos los días podía darse el lujo de besarla cuando a él se le diera la gana, usualmente tenía que esperar alguna clase de señal para que ella se lo permitiera, así permanecieron el suficiente tiempo como para que a Jack, aquellos besos comenzaran a saberle a poco, no supo cómo o de donde había sacado la idea, simplemente comenzó a pasear su lengua de forma curiosa por aquellos finos labios mientras la besaba… y por alguna razón, ella abrió su boca, dejándole pasar.
Aquello era único, podía sentir la perfecta dentadura de su novia, el calor húmedo del interior y los movimientos tímidos que la lengua de Elsa hacía cada vez que era tocada, realmente era algo que nunca antes había experimentado, y le gustaba, en algún punto fue ella la que comenzó a inspeccionar su propia boca, generándole cosquilleos y cierta excitación, se habría comenzado a preocupar si no hubiera sentido a la chica tomándolo del cuello de la camisa solo para jalarlo con ella, en algún punto notó que Elsa estaba recostada sobre el barandal de madera, afortunadamente ancho, él por su parte se las había ingeniado para subirse también, acomodando sus piernas a los lados de ella y sosteniéndose con su mano izquierda, había sentido un golpecito en la cabeza, con lo que había usado la mano derecha para mantener el telescopio en su lugar.
Elsa por su parte no se había conformado con jalarlo hasta quedar en aquella posición, una de sus manos, la izquierda, se paseaba de forma desvergonzada de su cara a su cabello, enredándose con sus cabellos para luego volver a sostenerlo de la mejilla, evitando que él rompiera el contacto, su otra mano sin embargo se había mantenido un momento en el cuello de su playera antes de comenzar a explorar, la sintió recorriendo su pecho, él no hizo nada, estaba completamente idiotizado por aquellos labios que intentaban devorarlo vivo, preocupado de que el telescopio se le fuera de las manos y comenzara a girar hasta golpearlos y tirarlos del barandal, la mano de Elsa sin embargo parecía no querer quedarse quieta, merodeó por su pecho hasta llegar a su espalda, viajando a través de sus costados, para luego bajar, no fue hasta que Jack sintió una mano intrusa sobre sus shorts que cortó el beso, completamente sonrojado, con el corazón en un puño y latiendo de forma desenfrenada, despacio soltó el telescopio, asegurándose de que este no se movería de nuevo, observando a su novia sonrojada, con los ojos entrecerrados y una sonrisa traviesa.
-Elsa, ¿me puedes decir qué está haciendo tu mano ahí?
-¿Ahí donde Jack? – Contestó la chica riéndose y comenzando a rozar la zona con suavidad, Jack reprimió un gemido que estaba naciendo en su garganta mientras dirigía su mano derecha a su entrepierna para tomar a la intrusa y acercarla al rostro de Elsa.
-¿Qué estaba haciendo esta mano mala ahí debajo?
-¿Conociendo? – Soltó la chica con una sonrisa boba y una mirada insinuante, Jack se rió un momento antes de bajar del barandal y ayudar a la platina a bajar también.
-Elsa… creo que ahora podrás dormir bien, será mejor que vayas a tu casa, si quieres te acompaño.
-¡Pero qué caballeroso! Aunque… ¿estás seguro?
-Sip… mi medidor de caballerosidad se desplomará si sigues aquí.
-¿Porqué Jack?… ¿acaso hice algo indebido?
Él la observó sinceramente sorprendido, ¿qué estaba pasando ahí? Él era el de las bromas picantes, él era el que se pasaba de listo con sus comentarios… ¿acaso se estaba burlando de él?
-Elsa Arendalle, no te hagas la inocente… ¡me estabas manoseando!
-¿Y qué tendría eso de malo?
Ahora si estaba completamente sorprendido, ¿qué demonios estaba pasando ahí?, comenzó a despeinarse el cabello completamente confundido y nervioso mientras observaba a Elsa caminando contenta a través de la terraza canturreando algo con la boca cerrada, algo en todo eso no le daba muy buena espina al chico, quien decidió esperar a que el aire fresco le despejara la cabeza, dando tiempo a que la chica bajara las escaleras, llegara a la sala, tomara algunos polvos flú y regresara por donde había venido, estaba seguro que después de lo que acababa de pasar ella podría dormir a la perfección… bueno… él seguramente ya no podría conciliar el sueño, pero al menos ella si podría, ya hablarían al día siguiente, ni de broma pensaba mandarle una carta, ¡oh no! Le debía una explicación, así que iría a verla apenas hubiera terminado su desayuno.
Luego de un rato, cuando juzgó que había esperado suficiente tiempo para que la rubia pudiera incluso llegar a su propia habitación y meterse en su cama, el chico se regresó a su recámara, pensativo, las chicas eran extrañas, no es que no le hubiera gustado pero… ¿cómo se supone se portaría como un caballero si ella hacía…?
-¿Elsa qué haces todavía aquí? – Se sorprendió Jack al encontrarse a la joven trepada en su hamaca, recostada ahí, observando detenidamente los nudos que conformaban la estructura – Pensé que estarías ya en tu casa.
-No tengo ganas de irme todavía… ¿Dónde compraste esto? No es algo que se consiga en Inglaterra ¿sabes?
-Mi padre las trajo de un viaje que hizo al Caribe… oye, ¡no me cambies el tema! ¡vete a tu casa!
-¿Porqué? – Dijo la chica desviando su atención de los nudos a él - ¿no que te gustaba tenerme de visita?
-Si, si, me agrada tenerte de visita pero… la hora de visita se acabó, además, sabes lo que tus padres pensarán si se dan cuenta de que no estás en tu cama.
-No te preocupes, lo tengo cubierto, dejé algunas almohadas en mi cama, y estamos de vacaciones, me dejarán estar en mi habitación hasta que me de hambre, pensarán que estoy encerrada leyendo el libro que me regalaste ayer.
El joven se tomó la cara suspirando muy pero muy fuerte antes de cerrar la puerta tras de si y caminar hasta quedar a un lado de su cama, al parecer esa sería una noche muy muy larga.
-¿Qué quieres Elsa?
-Dormir contigo
-¡Espera! ¿QUÉ? – Estaba en shock, ¿en serio había oído lo que creía que había oído? – Definitivamente no… no es correcto.
-¿Qué? ¿Me tienes miedo chico paleta?
Ahí estaba de nuevo esa sonrisa traviesa que rara vez le veía, la chica normalmente era demasiado controlada, solo la había visto sonreír así cuando se le ocurría alguna broma pesada que, por supuesto, en lugar de poner en práctica le comentaba a él… claro que esto era distinto… Jack la observó, notando que la chica no llevaba su bata, al voltear la encontró tirada sobre la silla donde antes habían estado los shorts que él llevaba ahora.
-Elsa, esto no es gracioso.
-Bien, de acuerdo, tú dormirás en la cama y yo aquí arriba… nunca he dormido en una hamaca, me da curiosidad.
Jack no estaba del todo convencido, sabía que la estaba viendo con una mala cara, pero ¿qué podía hacer?, la observó solo con aquel camisón de mangas cortas y suspiró resignado, si algo sabía de sobra era que cuando Elsa se proponía algo, no desistía hasta salirse con la suya y esta, era una de esas cosas.
-De acuerdo, tú dormirás ahí arriba, yo dormiré aquí abajo, pero apenas salga el sol te vas a tu casa, ¿quedó claro?
-Como el agua – Dijo ella imitándolo a la perfección antes de acomodarse boca arriba, con la cabeza hacia la piecera del chico, este suspiró cansado, apagó las luces, se deshizo de su short y de su playera, para luego deshacer la cama y acomodarse en ella, cubriéndose apenas hasta medio vientre, de otro modo no aguantaría el calor.
Unos minutos más tarde, cuando el sueño al fin comenzaba a hacer efecto sintió un bulto caer cuidadosamente sobre su cama, alguien se había escurrido hasta quedar a su lado, más exactamente una chica de manos y pies fríos que ahora lo abrazaba, él suspiró resignado mientras se giraba hacia la pared para darle la espalda a Elsa, no sabía si lo estaba haciendo a propósito, lo cierto era que había sentido un ligero cosquilleo entre sus piernas.
Jack se quedó quieto, sintiendo la respiración acompasada de Elsa contra su nuca, debía admitir que estaba rodeado, uno de los brazos de la chica se había colado por debajo de su propio brazo para abrazarle el pecho y una de las piernas de ella se las había ingeniado para meterse entre las piernas de él, enredándose con su pierna izquierda, el albino esperaba que eso fuera todo y al fin pudiera dormir, más cuál sería su sorpresa al comenzar a sentir una boca algo húmeda recorriéndole la espalda y el cuello con cautela, despacio, llenando de a poco sus hombros y su espalda de besos, cuando se dio por vencido luego de la tensión inicial pudo sentir la mano que lo rodeaba comenzar a acariciarle el pecho y bajar hasta su vientre, donde uno de los dedos de Elsa comenzó a entretenerse haciendo círculos alrededor de su ombligo para luego meterse un momento dentro, Elsa lo estaba matando y tal vez no era consciente de lo que estaba haciendo.
-¡Elsa! – Dijo en un suspiro, recibiendo por toda respuesta un gruñido cuestionándolo - ¿Podrías dejarme dormir? Ya te saliste con la tuya, es una muy buena broma, ahora, te importaría dejar de… ¡Elsa!
Escuchó una risilla tras de sí mientras la mano de su novia le acariciaba entre las piernas, el cosquilleo pasó a algo más, podía sentir la piel estirándose de a poco mientras algo se levantaba bajo su ropa interior, haciéndolo sentir incómodo y apretado, algunos besos más y la mano lo abandonó así como el cuerpo de Elsa, Jack pensó que la chica al fin había entrado en razón, que habría salido espantada al sentir lo que había provocado, sin embargo, lo que escuchó no fueron pasos dirigiéndose a la puerta sino ropa cayendo cerca de la puerta, sus ojos se abrieron por completo mientras sentía el calor de Elsa regresando a donde había estado, esta vez no había tela entre ambos, logró sentir los redondos senos de su chica frotándose contra su espalda… ¿qué le pasaba?
-¡Elsa no… - Y ya no pudo continuar, había intentado girarse para echarla de una buena vez, sin embargo, había caído en la trampa, la joven lo había besado apenas lo sintió volteando, abrazándolo de nuevo con la mano que había estado paseándose por su cuerpo, la otra mano, la que había estado oculta e inactiva no tardó en llegar a su ropa interior, donde su excitación ya era algo más que notorio, la sintió acariciarlo con insistencia de arriba a abajo por sobre la tela, si era una broma, en verdad que se estaba pasando, apenas sintió que Elsa dejaba de besarlo tomó suficiente aire para reclamar – Elsa, si sigues con esto no voy a poder contenerme… te lo advierto… no soy de palo.
-Yo tampoco soy de palo Jack – Le contestó la voz de Elsa en un tono seductor que no recordaba haberle escuchado antes – hace un rato… cuando bajaste a la sala y te vi… sentí algo extraño ¿sabes?... me gustó lo que vi, me gustó TODO lo que vi… cuando subimos a ver las estrellas caí en la cuenta de que… bueno… eso que me gustó es mío.
-¡Elsa!
-¡Shhh! Siempre estás diciendo que me amas Jack, siempre que puedes me recuerdas que me has amado por cinco años… bueno, pues deseo una demostración fehaciente en este momento.
-¿Qué? Debes… debes estar bromeando… ¡ah! ¡Elsa para!
La escuchó riendo por lo bajo mientras detenía su mano, la otra no tardó en comenzar a actuar, recorriendo el costado de Jack, dirigiéndose hasta la mano de este para tomarla con fuerza y guiarla hasta uno de aquellos senos blancos cuya forma solo podía adivinarse al estar siempre cubiertos… tenía que admitir que el contacto era único, se sentían suaves, firmes, del tamaño justo para abarcarlos con su mano, ella lo soltó mientras Jack observaba el cuerpo de su novia a la luz de la luna, aquello era mágico sin duda, solo de pronto ya no le molestaba el calor, estaba pensando que tal vez no estaría mal manosearla después de todo lo que había padecido esa noche, cuando sintió la mano de Elsa jugando de nuevo con él.
-¿Estás segura de esto? – Preguntó él, ignorando por primera vez las acusaciones en ruso que resonaban en su cabeza con la voz de su padre - ¿En verdad estás segura?
-Nunca había estado tan segura de algo… creo que solo hay que dejar ir lo que nos impide avanzar, ¿no crees?
Él comenzó a masajearle los senos con ambas manos mientras se enderezaba un poco, recargándose en su codo para observar a la chica en su cama, aun tenía puesta una braguita blanca sin ningún tipo de adorno, sus ojos azules refulgían a la luz de la luna, sus cabellos se convertían en plata ante el reflejo insistente del astro asomado a su ventana, Jack sonrió cuando sintió la mano de Elsa jalar el elástico para sentirlo de forma directa, no pudo evitar soltar un gemido ronco cuando sintió la mano de su chica en la zona más sensible de su cuerpo.
-Elsa, me estás matando – Soltó él sin pensarlo mucho, antes de mover su mano para jalar a la chica y acomodarla debajo de su propio cuerpo; por toda respuesta, Elsa comenzó a pasear sus dos manos por la espalda del chico, la sintió detenerse delicadamente sobre el hombro con las cicatrices que había ganado en el torneo, la sintió delinear cada una con sus dedos mientras él la besaba sin dejar de masajearle el pecho.
-Jack – Dijo la chica cuando él mordió su barbilla con cariño para luego besarla en el cuello como había estado haciendo en el barandal, retomando la misma postura para no lastimarla o dejarle caer su peso encima – Quiero tu boca en otro sitio.
-¿Dónde? – Preguntó él antes de comenzar a chupar uno de los lóbulos de la platina.
-Donde tienes tus manos.
-Lo que su Majestad ordene – Contestó él siguiéndole el juego, bajando hasta hacerse con un pezón, el cual besó, succionó con lentitud y acarició con su lengua mientras seguía masajeando el otro con su otra mano, antes de cambiar de lado para atender ambos, ya no le molestaba su conciencia, había decidido que si su chica quería disfrutarlo, entonces él debía darle gusto, después de todo, en ese momento estaba para servirla y hacerla feliz.
Momentos después, Jack la sentía retirarle la ropa interior mientras él paseaba una de sus manos por su intimidad, robándole algunos suspiros que morían en la boca de él, quien no había dejado de besarla cuando se dio cuenta de que la platina suspiraba con el solo roce de esa zona, apenas se sintió liberado, decidió imitarla poco a poco, metiendo su mano bajo la tela hasta alcanzar el lugar deseado, sintiendo algunos risos enredándose entre sus dedos mientras se paseaba por aquellos pliegues vírgenes, sabiéndose el único capaz de aventurarse por aquella zona prohibida.
Finalmente ambos quedaron desnudos, seguían besándose, sin embargo, Jack la había abrazado para poder rodar y cambiar de posición, sintiendo a Elsa moviendo sus piernas hasta acomodarlas a ambos lados, dejándose caer despacio, permitiéndole a él sentirla con el cuerpo entero, el calor había aumentado de manera significativa mientras seguían besándose, tocándose aquí y allá, él quería entrar ya, fusionarse con su novia para demostrarle cuanto la amaba, sin embargo, optó por dejarle la decisión a ella, a su reina de las nieves.
Algunos besos y caricias después, observaba a la chica erguida sobre él, moviendo con una mano la hamaca para que no la estorbara, sintiendo la otra en su hombría, ya que ella lo estaba dirigiendo, aquella era una visión fantástica, parecía un ángel según la opinión del albino, un ángel que estaba uniéndose a él poco a poco, enloqueciéndolo en el proceso, robándole gemidos que no sabía que podía articular, apenas se sintió completamente atrapado se enderezó, apoyado sobre una de sus manos y jalando a la platina de un hombro para poder besarla en los labios, recorriendo su cuello y sus hombros antes de sentirla moviéndose despacio, mientras le rodeaba los hombros con ambos brazos, la escuchó claramente gimiendo en sus oídos, excitándolo más si es que aquello era posible.
La fricción que ejercían uno sobre el otro era deliciosa, podía sentir aquella sensación expandiéndose por su cuerpo, deseaba más, necesitaba sentir más, con algo de dificultad logró aferrarse con una mano a los glúteos de la ojiazul mientras se sentaba por completo sobre su cama, girándose para poder descansar sus pies en el piso, sintiendo a la chica alzando un brazo para reacomodar la hamaca sobre ambos, se sentía feliz mientras capturaba uno de los labios de ella con los propios para saborearlo y acariciarlo con la lengua y con los dientes, con la mano con que se sostenía tomó el brazo alzado de la chica para bajarlo, hasta sentirla abrazándolo de nuevo, solo entonces permitió que sus dos manos le recorrieran desde los hombros por toda la espalda hasta llegar a las caderas de las chicas, masajeando aquellos redondos glúteos para ayudarla a comprender que necesitaba que ella se moviera más rápido, cosa que logró, la sintió acelerar, arqueándose de placer mientras dejaba salir un gemido largo, permitiéndole a él atrapar uno de sus senos con los labios mientras usaba una de sus manos para juguetear con el otro, aquello definitivamente debía ser el cielo.
-¡Jack!... – Murmuró la chica entre gemidos con la voz ligeramente ronca- ¡No sabes cuánto… cuanto estaba deseando esto!... ¡aaahhh!
-Tengo una… idea… de cuanto pudiste desearme… porque yo… llevo años deseándote a ti… Elsa – Soltó el chico mientras la obligaba a ir un poco más rápido de nuevo, perdiéndose en aquellos ojos febriles, probando de nuevo aquellos labios húmedos e hinchados que lo invitaban, sintiendo que terminaría pronto si no hacía algo, optando entonces por levantarse y cargar a la chica, la cual soltó un gritito adorable cuando se sintió elevada por los aires, abrazándolo con las piernas de forma automática, Jack sonrió mientras la mecía un poco para luego recostarla de nuevo sobre su cama, había tenido suficiente de complacerla, quería jugar ahora de un modo distinto.
Jack podía sentir unas manos curiosas delineando su espalda, su pecho, sus brazos mientras él seguía con aquel placentero vaivén en las profundidades de Elsa, besándola por todas partes, perdiéndose en el aroma de su cabello, en la melodía de su voz gimiendo de placer, en algún momento la sintió demandante, obligándolo a aumentar la velocidad mientras le apretujaba el trasero, haciéndolo sonreír ante el pensamiento de que Majestad Nieves aprendía rápido a pedir las cosas, dándole gusto solo para culminar algunos segundos después, sintiéndose en completo éxtasis mientras algo de él se quedaba dentro de su novia, a la cual no dudó en besar con dulzura antes de moverse hacia el lado de la pared para no cargarle a ella todo el peso.
-Te amo Elsa – Había dicho él mientras tomaba sus manos con cariño para besarle ambas.
-También te amo Jack – Contestaba ella sonriendo, acercándose más al albino, para volver a enredarse en su cuerpo, soltando un largo suspiro antes de cerrar los ojos, realmente se sentía dichoso, no solo había hecho el amor con la mujer de su vida, ella al fin le había confesado que lo amaba.
Los primeros rayos del sol comenzaron a molestar al chico de Slytherin, el cual solo se giró hacia el otro lado, sintiendo como se mecía levemente por el movimiento… ¡un momento!
-¿Elsa? – Dijo Jack mientras se incorporaba con rapidez, topando su cabeza contra el techo solo para darse cuenta un segundo después, de que se encontraba recostado en su hamaca, con la ropa interior puesta y… si… húmeda; volteó entonces al termómetro ambiental que se mantenía pegado al lado de la tabla de su escritorio, comprobando que había estado haciendo calor durante la noche.
-¡Estúpidos golpes de calor! – Maldijo en voz alta mientras se enderezaba de nuevo, esta vez con cuidado de no golpearse en el techo antes de bajar y colocarse la playera azul que se encontraba colgada sobre el respaldo de una de las sillas de su habitación, se la puso con rapidez, cuidando que le cubriera lo necesario antes de comenzar a buscar una muda de ropa limpia, tomaría un baño.
Algo más tarde, durante el desayuno, Nicolai terminaba de comer mientras notaba a su hijo pensativo, rumiando aun el primer bocado que había dado a sus panqueques.
-¿Te pasa algo Jack?
-No – Soltó el chico de forma automática antes de pasarse el sobre masticado bocado de desayuno, solo para darle un buen sorbo al vaso con leche que tenía frente a si - ¿Papá?
-¿Si Jack?
-¿Alguna vez has tenido un sueño… demasiado real? ¿tan real que cuando despiertas estás confundido?
Nicolai lo consideró un momento antes de notar un sonrojo coloreando apenas los pómulos de su hijo, el cual se había metido otro bocado para comenzar a rumiarlo, aun con la mirada ida a quien sabe dónde, el ebanista ruso sonrió divertido al adivinar de que se trataba.
-Hijo, tal vez no me habías puesto atención cuando tuvimos la plática sobre chicas… y tus cambios corporales así que…
NOTAS DE LA AUTORA:
Jajajajajajaja, pobre de Jack, como soy mala con él, aunque me dicen que es algo normal que pasen esas cosas xD, jejejejejejeje, y bueno, este es el primer capítulo de una serie de sidestorys que estaré escribiendo para complementar "Colegio Hogwarts: D&D Generation", este es el capítulo correspondiente al cap 21 de dicho fanfic, así que, si aun no han leído la base… ¿pues qué esperan? Ahora bien, lo admito, soy una escritora pervert y medio hentai que recién le agarró el gusto a escribir lemons que parecen otra cosa, jejejeje, ¿qué más deben saber de esta serie de side storys? Bueno, para empezar, no todos los capítulos tratarán de Elsa y Jack, dado que en la historia base estoy empleando personajes de diferentes películas de Disney y Dreamworks (de ahí las dos letras D en el nombre de este y el otro fanfic), también debo admitir que, por la naturaleza, o al menos lo que yo comprendo de los personajes, no todos los caps de este fic van a ser fantasías como le acaba de pasar a Jack, puede que algunos estén escritos en primera persona, todo depende de la situación planteada, acepto sugerencias de toda índole, aunque también, advierto, cada cap de esta historia estará ligada a un cap de la historia principal, así que, créanme, le entenderán más a algunas cosas si están leyendo Colegio Hogwarts y también podrán enterearse de las actualizaciones, ya que no podrán ser semanales para esta historias.
Y bueno, dado que de momento aquí no hay reviews, pues muchas gracias por leer esta historia, muchísimas más si además se toman la molestia de dejar algún mensaje tanto si la historia les gustó como si le ven algún fallo.
SARABA
