Ninguno de los personajes de rito geims me pertenecen.

Vi y Cait tampoco me pertenecen, se pertenecen la una a la otra ewe

Archivos secretos del dúo dinámico de Piltover

Caso 1: Dulcemente demoníaco.


Era una agitada tarde en la comisaría de Piltover, la Sheriff acababa de llegar con el décimo caso de tráfico de sustancias ilegales del día, sin embargo, a diferencia de los casos anteriores ésta vez no había confiscado ningún tipo de droga en particular, en realidad, era una inocente bolsa llena de galletas con chispas de chocolate, pero su detector lo había marcado como contenedor de sustancias ilícitas, el sujeto era un ciudadano de Piltover que había sido puesto en averiguación, al menos hasta que la Sheriff determinara de qué clase de sustancia se trataba, el sospechoso negaba estar siquiera enterado de que poseía la bolsa, pero aún había que realizar un interrogatorio más a fondo. La Sheriff estaba acostumbrada a tratar con traficantes, era muy común encontrarlos y para ella era juego de niños sacarles la verdad, pero era el décimo del día y no lograba sacarle más que un "no sé de dónde salió eso" "eso no es mío" así que decidió tomarse un descanso en su oficina y llevar a alguien cuyos métodos de interrogatorio eran un tanto más agresivos y convincentes para sacar la verdad a los más complicados. Giró el picaporte de su despacho y al entrar la recibió una efusiva peli rosa.

-¡Cupcake! ¡Haz vuelto! ¿Qué tal tu día eh?- decía la oficial en su traje de policía abrazando a su jefa sin sus guanteletes.

-Dime ¿qué fue lo que rompiste esta vez?- preguntó la Sheriff sin devolverle el abrazo, cuando su subordinada se ponía así de cariñosa solo podía significar que estaba buscando compensar alguna pequeña gran travesura.

-¿Que? ¿Yo? ¿Romper? Pero Cupcake…

-No me llames Cupcake ¡soy tu jefa! ¡Y aún no cierro la puerta! ¡Alguien podría oírte!

-Bueno bueno cup…ehm Cait, no eh roto nada ¿Que no puedo recibirte con un abrazo?- se quejó Vi permitiéndole pasar y cerrando la puerta tras ella.

Caitlyn caminó inspeccionando cada parte de su medianamente grande despacho con cautela, dejó su sombrero en el lugar de costumbre y continuó con la revisión.

-No es normal en ti, usualmente cuando no has hecho nada relativamente malo estás sentada en el sillón con tus juegos, o entrenando, o simplemente te escapas del trabajo- expresó la morena revisando las estanterías y debajo de las mesas buscando que todo estuviera en su lugar.

-Bueno hoy decidí abrazarte, ehm ¿Sabes? Estuve reparando unas cosas de algunas personas y conseguí algo de dinero y quiero invitarte a cenar, obviamente no en ojos del público en general pero conozco un lugar en el que nadie nos molestará, solo tú y yo, ¿Que dices?- le ofreció abriendo un espacio entre las emociones de la Sheriff la cual nunca mostraba sentimiento alguno con ninguna otra persona que no fuera su oficial, de alguna manera esa ex ladronzuela lograba colarse en su muro de facies inexpresivas y le provocaba desequilibrios hormonales de adolescente, tampoco es que le permitiera a la susodicha ver todo lo que provocaba en ella pero de cierta forma se notaba al ablandarse su expresión y los castigos que normalmente le pondría a otro oficial que fuera tan destructivo como su huracán rosa.

-¿En serio estuviste trabajando para esto? Bueno, Vi tengo que reconocer que ésta vez todo se ve en orden y si tanto te esforzaste para invitarme una cena pues, creo que no te voy a dejar como novia de rancho, entraré a la cocina a prepararme un té, de verdad estuvo pesado el día- Caitlyn esbozó una sonrisa de paz y felicidad al saber que todo estaba en orden y que podría descansar un rato sin tener que preocuparse por arreglar destrozos, sin embargo, Vi hizo una mueca de preocupación.

-Ehm… ¿Quieres que te lo prepare yo? Te vez exhausta, recuéstate en el sillón, yo te lo traeré- se ofreció la peli rosa empujando a su jefa hacia el sofá.

-Descuida, puedo prepararlo yo misma- continuó la Sheriff redirigiéndose a la cocina, esa expresión de Vi le había hecho sospechar que algo no andaba nada bien, además su oficial estaba demasiado espléndida con ella, la peli rosa se colocó en la puerta.

-¡No Cupcake! En serio quiero hacer esto por ti- pidió cubriendo por completo la entrada con su fornido cuerpo.

-¡Vi quítate!- ordenó su jefa.

-Ush que son esos modales Cupcake ¿Ni un con permiso?-

-Deja de hacerte payasa y obedece.

-¡Pero no te permitiré cocinar nada! Te vez cansada… ¡Ya es tiempo de que yo haga algo por ti!

-¡Harías mucho por mi si me obedecieras!- respondió la Sheriff sin lograr mover a su subordinada ni un pelito de la puerta de la cocina a pesar de proferirle empujones.

-No Cait en serio no quieres entrar allí-le advirtió finalmente.

-Porque no le hice caso a Jayce de comprarme un perro policía en lugar de adoptar una ex convicta- susurró Caitlyn haciendo facepalm.

-¡Oye! Estoy segura de que yo puedo hacer cosas por ti que un perro no podría hacer- se quejó

-Ah cierto un perro no puede ir por ahí destruyendo la ciudad que intento proteger- respondió haciéndole un turn down for what a su queja.

En ese momento tocaron a la puerta, Vi sonrió, sabía que si era un caso nuevo se habría liberado del problema, al menos el tiempo que le tomara a la Sheriff atender ese asunto, mientras ella podría reparar los daños.

-Cupcake deberías atender la puerta- sugirió la peli rosa.

-A veces no comprendo cómo es que tienes tanta suerte, aun así no creas que te vas a escapar, hay mucho trabajo de papeleo que sé que va a encantarte hacer- enfatizó al final de forma sarcástica.

-¡Mira eso Cupcake!- le alertó Vi señalando hacia atrás de ella, la Sheriff volteó rápidamente.

-¿Que? Que co…- preguntó volteando de nuevo su cara hacia la oficial pero encontrándose con que los labios de la peli rosa estaban estratégicamente colocados para que cuando la morena volteara los suyos hicieran contacto con los de ella en el beso robado más clásico de la historia, de inmediato un rubor intenso cubrió las mejillas de Caitlyn, la cual se separó mientras Vi sonreía triunfante, la Sheriff no pudo evitar soltarle una pequeña sonrisita avergonzada, sin embargo, al salir del trance hormonal recuperó la compostura y el color normal de su piel -bueno sea lo que sea que le haya pasado a la cocina más te vale que esté arreglado antes de que vuelva, si no, no iré a la cena de ésta noche, vengo a las 1900 horas, tienes hasta entonces- Era increíble, se le había escapado de nuevo del regaño y el castigo, como era que se las arreglaba para que la Sheriff le diera esas oportunidades? Debería castigarla con montones de papeleo tan solo por ocultarle información a su superior, pero no, se había salido con la suya de nuevo, y lo peor era que ella se lo había permitido.

-Buenas tardes Sheriff, el sujeto que interrogábamos por sustancias ilícitas estalló y… ehm Sheriff ¿Porque está sonriendo? ¿Si me escuchó?- preguntaba desconcertado el oficial por la expresión que su superior tenía en la cara después de abrirle la puerta y escuchar la noticia.

-¿Que? Si, perdón, si te escuche ¿Cómo que estalló? Necesito ver esos restos- dijo saliendo de sus pensamientos para enfocarse en el caso, rápidamente corrió por su sombrero y la capa que solía llevar en época de otoño-invierno –Vi ya regreso, no vayas a comerte esas galletas que dejé en la mesa ¿De acuerdo?- pidió cerrando la puerta tras ella.

-¡Suerte Cupcake!- se despidió la peli rosa, eran las 1400 horas y si no se apresuraba no lograría terminar a tiempo de limpiar todo y reparar el horno que había estallado en la cocina cuando intentaba calentar su pizza, sin embargo había olvidado que le había quitado una parte crucial al aparato electrónico la cual había usado para reparar una de las cosas con las que consiguió el dinero para la cena de Cait y al no tener eso, el horno estalló sin más dejando una cocina llena de salsa de tomate, queso y pan regado por todos lados y pegoteando en las paredes.


15 minutos más tarde de estar restregando paredes el estómago de Vi gruñó.

* ¡Mierda tengo hambre! ¡Joder! ¡De verdad quería comerme esa pizza! Ahm bueno estoy segura de que a Cait no le molestará si tomo una de sus galletas, terminando esto saldré a comprar otras y reemplazaré la que me comí* pensó dejando el cepillo limpia paredes de un lado y caminando hacia la sala tomando una galleta y comiéndosela en el camino de vuelta a limpiar. Exactamente 15 minutos después de eso, su estómago le volvió a pedir comida, una galleta no era suficiente para alguien tan grande y enérgica como el huracán rosa de Caitlyn *¡Joder! Bueno igual si compro otro paquete ni se dará cuenta que me las comí* pensó vaciando 3 galletas más en su boca y guardando las últimas dos para el camino de vuelta a su higiénica tarea de la tarde.

Eran las 1800 horas y la vigilante de Piltover eficientemente había logrado terminar de limpiar todo y componer el horno, esa cocina brillaba en limpieza y justo a una hora del regreso de su jefa la cual estaría tan complacida que probablemente le premiaría esa noche si ella jugaba bien sus cartas. Era hora de cambiarse pues olía a jabón y restos de comida, así que decidió salir de la cocina con dirección al armario donde Cait le había permitido guardar un poco de su ropa junto con la de ella, sin embargo al tocar el picaporte de la puerta le dio una fuerte punzada en el estómago, soltó la perilla y se llevó esa mano a su abdomen arqueando su espalda por el repentino dolor, después siguió otra punzada de mayor intensidad, ésta vez tuvo que hincarse y llevarse ambas manos al abdomen, tirando por accidente el agua de jabón en el piso.

-Mierda…- profirió adolorida, levantando la cubeta y metiendo la esponja dentro de ella para después llevarse ambas manos a su abdomen de nuevo, se sentía mal, la invadieron las náuseas y el asco y después… otra punzada… -¡Agh carajo! ¡Duele!- exclamó, pero no había nadie que pudiese escucharla allí dentro, su cabeza comenzó a dolerle, sentía como si le estuvieran atravesando la frente en dos lados diferentes con un objeto punzocortante delgado al inicio pero que poco a poco se iba haciendo más grueso, su respiración se volvió agitada por el dolor, tenía que levantarse de allí!, no iba a quedarse a esperar que el dolor le dominara y quedara inconsciente, tenía que buscar ayuda, podía ser algo grave lo que tenía y ella no estaba dispuesta a dejar este mundo así de fácil y menos sin mínimo haberle expresado a Caitlyn lo que realmente sentía por ella, siempre se la pasaba coqueteándole y jugueteando con piropos hacia ella, sin embargo, jamás le había dicho lo que de verdad le hacía sentir, todas esas emociones extrañas que afloraban en ella cada vez que la Sheriff, y solo la Sheriff, se le acercaba, era irresistible casi cayendo en lo embriagante y una excelente motivación para no quedarse tirada allí. Intentó abrir la puerta, pero su mano no lograba girar la perilla, el sudor proferido por el nerviosismo y la taquicardia junto con el jabón provocaban que se le resbalara la mano. Otra punzada calló sobre ella, múltiples punzones de menor intensidad comenzaron a cubrir su cuerpo, sentía como un par de cosas atravesaban su espalda alta como saliendo de ella y así mismo algo atravesaba su espalda baja al mismo tiempo, su espalda se arqueó un poco y se retorció un poco en el piso mojado de jabón por el dolor, a como pudo se medió levantó sosteniéndose con sus manos y sus rodillas y gateó hacia el lavaplatos sacando de allí un cuchillo, a duras penas regresó hacia la puerta y con la poca fuerza que le quedaba intentó romper la cerradura, pero no resultaba, la rabia la inundó, se iba a quedar allí sin que nadie la notara hasta que Caitlyn llegara a registrar su cuerpo en la lista de defunciones, en su mente se comenzaron a dibujar escenas donde Caitlyn expresaba lo aliviada que se sentía al liberarse de una carga tan pesada como lo era la peli rosa, pero ella misma no estaba evocando esos pensamientos, era como si surgieran involuntariamente, imágenes muy reales de muchas personas desconocidas comenzaron a rodearla en la cocina.

-¿¡Pero que mierda es esto!?- exclamó apretando sus ojos para ver si desaparecían las alucinaciones.

-¡Ojalá te pudras en el infierno ladrona!- le gritó uno de ellos.

-¡No eres más que una sabandija!- dijo otro.

-¡Escoria!

-¡Basura!-

-¡Allí está la pequeña traidora!- dijo un miembro de la pandilla a la que había dejado en el accidente de las minas, donde todo en su vida cambió.

-¿A quién intentas engañar con ese trajecito de policía?- le preguntó otro burlonamente -nunca serás más que una simple ladrona.

-¡Una ladrona que puede partirte el culo!- se defendió Vi desde el piso, el sujeto le dio una patada en el estómago, la cual se sentía demasiado real para ser una ilusión –agh!- se quejó colocándose en posición fetal.

-Eso es, revuélcate en el piso como la perra traidora de la calle que eres- le respondió para después escupirle.

-Pateas… como…niña…- alcanzó a decir jadeando, todo lo que estaba pasando le provocaba tanto malestar físico como emocional, sin embargo, no se dejaría doblegar, no importaba si eran malditas alucinaciones o pesadillas o eran reales, no se podía permitir caer.

De pronto, una bala le partió el cráneo a su ex compañero de pandilla, fue un headshot tan preciso y tan limpio, que Vi lo reconocería en cualquier parte.

-Cait…ayúdame…- pidió tratando en vano de levantarse del piso al ver a la morena abrirse paso entre la multitud de desconocidos.

-No puedes sin pedirle ayuda a la Sheriff, eres una nenita- dijo otro, acto seguido una bala atravesó sus vísceras.

-Gracias- expresó la agente.

-¡Oficiales! ¡Llévense a ésta ladrona!- ordenó fríamente la Sheriff de Piltover.

-Pero que… ¡No! ¡Cait! ¡No! ¡Tú no! ¡Por favor!

-Al fin, nos vamos a deshacer de ti- rió un oficial acercándose a ella con un par de esposas en la mano.

-¡No! ¡Caitlyn! ¡No los dejes!- gemía suplicante con lo que le quedaba de energía.

-No has sido más que una carga para mí Vi, jamás debí adoptar a una ex convicta y mucho menos permitirle vivir conmigo, la gente no cambia- finalizó para después darle la espalda ante la mirada incrédula de la agente y la satisfactoria de los oficiales y la gente de la calle que le aplaudía a la Sheriff.

-Estas sola- escuchó una voz espectral femenina –Siempre lo has estado…¿Realmente creíste que ella te quería? eres demasiado estúpida, pero no te culpo, te criaste en la calle ¿Que puedes saber tú de relaciones con la alta sociedad? no perteneces aquí Vi, ni aquí ni a ningún lado, nadie va a aceptarte ni a acogerte jamás y eso no vas a poder evitarlo, sin embargo, podemos forzarlos, si tú no puedes ser lo que ellos son para encajar, podemos vengarnos y obligarlos- propuso haciendo desaparecer todo a su alrededor dejando solamente oscuridad.

-¡Me importa un carajo todo eso! ¡Déjame en paz!- le respondió.

-Eso no es cierto y ambas lo sabemos Vi, solo dices que no te importa pero por dentro todo es diferente ¿No es así?

-¿¡Pero quien coño eres!? ¿Qué puedes saber tú de mí? ¡Vete al carajo!

-Uff pero que finura de mujer, si algo de lo que dije es mentira, dímelo.

-Maldita sea…- profirió.

-Vamos Vi, elígeme y vivamos o recházame y muere aquí dejando sola a esa personita que tanto te importa, si me eliges yo haré que todos te amen incluyéndola.

-ella ya me quiere, no te necesito.

-¡Uyy pero como eres terca! Está bien, quédate aquí hasta morir, de todos modos yo no venía por ti si no por ella, eres una entrometida pero bueno, creo que será más fácil atraparla sin su maldito oso guardaespaldas- dijo conformándose una figura femenina de largos cabellos rubios y vestido rojo con alas, cuernos y una cola que terminaba en punta.

-¡NO! Si le llegas a tocar un solo pelo de su cabeza…- se quejaba la peli rosa.

-¿Que harás? Ya no vas a estar ¿Y sabes que fue lo peor? Que todo fue culpa tuya por desobedecer la orden de no comerte las galletas, en fin, suerte en la otra vida- comenzó a alejarse riendo.

-¡Espera!

-¿Si?

-¿Que tengo que hacer?- se rindió finalmente-

-Tan solo pon tu sangre aquí- le explicó extendiéndole un contrato.

-¿Pero no le harás daño a ella verdad?- preguntó bastante desconfiada.

-Por supuesto que no ¿Para qué quiero a esa flacucha teniéndote a ti de mi lado?

-¿Que va a pasarle a Piltover?

-Nada, mira- hizo aparecer una pluma y comenzó a escribir en el contrato.

"Yo Amelié Démon, prometo no hacer ningún daño a la Sheriff de Piltover y a su respectiva ciudad"

-¿Y en caso de que no lo cumplas que tendrías que perder?- observó inteligentemente Vi, la súcubo volvió a sacar su pluma con cara de fastidio.

…en caso de no cumplir con lo pactado los derechos de este contrato pasarán a manos de la susodicha Sheriff…

-Espera, pon que te convertirás en un saco de boxeo y podré golpearte las veces que me dé la gana.

-¿Qué?- preguntó la demonio.

-Si no, no hay trato- exigió la peli rosa a lo que la rubia le concedió la petición.

-Listo ¿feliz?- preguntó al terminar de escribir.

-Supongo ¡Aggh!- se quejó la peli rosa al sentir el corte que le hizo Amelié en la mano, finalmente de forma voluntaria la agente colocó su mano sobre el papel manchándolo de sangre.

-Sabes, eres muy lista, pero tus emociones te vuelven estúpida e impulsiva, yo no voy a hacerle nada a esta ciudad ¡Pero tú sí!- finalizó riendo, cerró su contrato y desapareció.

-¿¡Que!? ¡No! ¡Espera! ¡Joder!- decía Vi, en ese momento sintió como sus fuerzas se recuperaban poco a poco y el dolor cedía, volvió a aparecer en la cocina, una sensación extraña y excitante la recorrió, se puso de pie, se sentía con demasiada energía, como si pudiese hacer lo que quisiera sin ninguna restricción y sin posibilidades de luchar contra el impulso.

Cargó su puño realizando una inspiración profunda y profirió una potente derecha a la madera de la puerta atravesando un poco de ella, la vigilante comenzó a sentirse cada vez más fuerte, sabía que a Cait le molestaría ver esa puerta destruida pero era como si su conciencia no le funcionara, con su izquierda abrió otro hueco en la puerta, después con otra derecha terminó de romperla, pero en lugar de salir por el hueco recién hecho volteó a ver todo lo que había en esa cocina, todo tan asquerosamente ordenado y limpio, era necesario hacerle una remodelación y ella tenía los puños perfectos para eso, comenzó a golpear todo a diestra y siniestra hasta que se aburrió y se sintió algo encerrada en ese lugar, así que abrió un enorme hueco en la pared que daba hacia la calle y salió corriendo por allí riéndose cual niña jugando en un parque pero con un sonido más espectral, provocando los gritos de las personas que la veían.


Un rato más tarde y justo a la hora acordada la Sheriff abrió la puerta de su despacho, estaba cansada, los restos no habían revelado nada más que trozos de dinamita para la cual no existía una explicación del motivo por el que se había encendido sola y estallado, todo era bastante extraño, logró identificar al sujeto como un habitante de Piltover el cual al parecer de la nada había obtenido mucho dinero, pero no había fuente alguna de donde pudo haberlo conseguido, ni siquiera de sus propias transacciones del banco, ni robado, todo era muy extraño, necesitaba más pistas y algo le decía que quien fuera que provocó todo eso tendría que ir soltando su rastro para seguir.

-Sheriff, tengo que informarle de una situación- pedía un oficial que se acercó a ella.

-¿Dame un segundo si? Permíteme dejar mis cosas, necesito sentarme un momento antes de agarrar otro caso- pidió Caitlyn sin dejarle hablar -Vi, espero que esa cocina esté relucien…- decía, pero de pronto en su rostro se dibujó una mueca que reflejaba haberse encontrado con una desagradable sorpresa, se quedó boquiabierta, la puerta de la cocina estaba hecha añicos, se acercó un poco más y se dio cuenta de que toda la cocina había corrido con la misma suerte que la puerta, y para agregarle la cereza al pastel había un enorme hueco que daba a la calle, un par de oficiales estaban cerrando el perímetro.

-Intenté decírselo Sheriff la oficial Vi…

-Oficial, esa es una acusación muy seria ¿Sabe? ¿Tiene alguna prueba de que esto lo hizo la oficial Vi? si no la tiene le pido que se reserve sus comentarios hasta que yo revise todo ¿De acuerdo?- pidió seria, no podía ser Vi, esto tenía que ser causado por alguien más, o quizá si había sido Vi pero seguramente no con intenciones de destruir todo.

-No la proteja Sheriff, muchos la vieron salir del edificio, sola- le refutó.

-¿Bajo qué condiciones?- insistió Caitlyn.

-Bueno eso no lo sé- respondió.

-Bueno entonces no hable si no tiene la información adecuada y solo se está basando en comentarios subjetivos de las demás personas- finalizó la morena dejando atrás al oficial y caminando hacia la escena del crimen.

-Te dije que la pondrías como un tigre si acusabas a su "ex convicta"- le comentó otro oficial a su compañero en voz baja pero la Sheriff alcanzó a escuchar, sin embargo, prefirió no decirle nada, era cierto, se había puesto demasiado agresiva ante la simple acusación, era obvio que sus subordinados pensaran mal no solo por esa reacción si no por todos los tratos privilegiados que le daba a su compañera, de verdad esperaba por el bien de su reputación y el de su destructiva agente que esto tuviera una explicación razonable.

-Perímetro asegurado Sheriff, los civiles reportan haber visto a la oficial Vi rompiendo la pared de su edificio, debo agregar que algunos de ellos dicen que lucía diferente, que parecía que por cada paso que daba algo en ella cambiaba, en particular ésta pareja que fue directamente afectada por la agente- Reportó el policía trayendo a una chica y un chico bañados en agua.

-No los veo lastimados- observó la Sheriff, el chico se encontraba llorando desconsoladamente.

-¡No Sheriff usted no entiende!- chillaba el hombre.

-Tranquila cariño- le dijo la chica, Caitlyn se confundió un poco porque se refirió a su pareja en femenino –Mire Sheriff lo que sucedió es que nos estábamos besando y de pronto sentimos que algo nos mojó por completo, saltamos de la impresión para librarnos del chorro y su agente estaba junto a un hidrante roto que apuntaba a nosotros, se comenzó a reír de una manera muy extraña sonaba escalofriante, yo me molesté naturalmente por lo sucedido, le dije que la reportaría con usted y me contestó diciéndome algo muy grosero me dijo "Repórtame ésta" y metió su puño en mi pecho, creí que me había atravesado y que me iba a morir pero no era así, sacó de él algo brillante, en ese momento me desmayé, mi chica me dice que después hizo lo mismo con ella y cuando nos levantamos ya no éramos los mismos, yo estaba en su cuerpo y ella en el mío- le explicó, la Sheriff abrió los ojos como platos ante la explicación.

-¿Alguien puede corroborar esta historia?- preguntó regresando a su facie inexpresiva que utilizaba para interrogar.

-¡Yo!- dijo un sujeto desde el piso con cabeza de lagarto, la Sheriff se sobresaltó un poco –Su agente hizo todo eso ¡Y además me dejó así!

-Además a todos nos dejó una marca- agregó una voz de mujer cuya cara solo eran unos labios gigantes, se levantó su vestido bastante corto y en su trasero estaba la palabra VI, el sujeto lagarto la tenía en la espalda y la parejita apenados ya dentro del despacho de la Sheriff obviamente con el agujero cubierto le enseñaron sus respectivas marcas, las tenían en ambas aureolas de los pechos, la morena casi se ahoga con su propia saliva cuando lo vio

NO! No podía ser Vi! Para empezar que hacía tocándole los pechos y las nalgas a otras chicas que no fueran ella? Es que acaso ella no era suficiente? Ser Sheriff de la ciudad del progreso y tener un cuerpo envidiable en serio no era suficiente? Ella estaba arriesgando mucho al tener a una criminal trabajando para el cuerpo de policía, aunque bueno realmente no eran nada, Vi era juguetona pero quizá realmente no sentía nada por ella, quizá así era con todas cuando Cait no la veía, quizá ella no debería tener esos pensamientos porque sonaba como si se estuviera enamorando de la criminal a la que tiene bajo libertad condicional.

-Sheriff se encuentra bien? Está roja de la cara- observó la perceptiva novia en el cuerpo del novio la cual había dejado al fin de llorar, eso la sacó de sus pensamientos, estaba celando a Vi en lugar de enfocarse en resolver el caso! Pero es que porque había estado tocando a otras chicas? Claro suponiendo que fuera Vi

-Si, solo… hace algo de calor aquí- se escudó –no se preocupen, estoy en el caso- finalizó con su tan popular frase, escoltó a la pareja fuera de la estación y comenzó a seguir el rastro de Vi el cual nunca había sido muy difícil de ver pues todo donde pasaba quedaba como arrasado por un huracán

-A dónde y tan solita bonita?- le interceptó una voz que reconoció como la del héroe del mañana en su auto el cual había reducido la velocidad para ir a su paso

-Jayce, no estoy de humor- respondió tajante la Sheriff

-Sí, ya me enteré de que tu puritana oficial está destruyendo "de nuevo" la ciudad, pero tranquila no vengo a que me rechaces de nuevo otro intento de cita romántica, vengo a ayudarte a detenerla, el asunto se ve serio y no quiero que ese mastodonte disque femenino te haga daño- le expresó orillando el auto y abriéndole la puerta como todo un caballero

-No es seguro que sea ella, podrían estarla inculpando- la defendió dudando de entrar al auto

-Pues sea o no sea dos mentes brillantes pueden contra cualquier cabeza hueca por muy fuerte que sea-

-Jayce si solo estás aquí para insultar a Vi y junto con ella mi juicio al tenerla trabajando en la policía mejor retírate- le advirtió apuntándole con el rifle, bastante molesta por el comentario

-Tranquila, no tienes que ponerte tan agresiva, aunque no dejas de verte hermosa- puso las manos en alto como si de un arresto se tratara

-No pierdes oportunidad verdad?- la Sheriff bajó el arma y subió al auto del lado del copiloto

-Tengo que hacer mi lucha, es un poco humillante que siendo tan guapo y educado me esté ganando una mujer malhablada y ni la mitad de bonita que yo- respondió algo resentido arrancando el lujoso lamborghini aventador gold plated.

-¿A que te refieres con que "te está ganando"? Para empezar porque compites por mi contra Vi? Ella no es más que mi compañera de trabajo y una muy buena amiga- expresó la Sheriff buscando a su agente a través de la ventana sin mirar al héroe del mañana.

-Caitlyn, muchas damiselas me han seguido, eh tenido una amplia experiencia con féminas de muchas clases, no es difícil notar cuando una mujer está enamorada por muy fría e inexpresiva que pueda llegar a ser, ese brillo especial en sus ojos, esa sonrisa tan característica adornando aún más lo que ya por naturaleza es bello, solo voy a decirte una cosa, daría lo que fuera porque me miraras a mí de la misma forma en la que la miras a ella- la Sheriff suspiró sin dejar de ver a la ventana, sería cierto que todos se daban cuenta de lo que ella intentaba por todos los medios negar incluso para sí misma? O simplemente era que, por sus constantes rechazos, Jayce buscaba una explicación lógica y había optado por pensar que a ella no le gustaran los hombres? Sería una simple curita para su ego herido por ser rechazado por la Sheriff de Piltover?

Un enorme y extraño murciélago que se chocó contra la ventana sacó de nuevo a Caitlyn de sus ideas obligándola a retroceder un poco.

-Por todos los cielos! que es eso?!- exclamó Jayce tratando de no apartar la vista del frente pero era imposible, el extraño animal trataba por todos los medios de entrar rascando la ventana, con las garras comenzó a raspar el vidrio como si estuviera escribiendo algo.

AYUDA se leía en el vidrio blindado del héroe del mañana.

-creo que son… habitantes de Piltover….- decía Caitlyn.

-Que? Pero no parecen ni humanos!- se quejó Jayce .

-demonios no viene solo!- advirtió la Sheriff señalando al frente, una horda de criaturas raras y monstruos corrían y otras volaban hacia el auto.

-todos vienen para acá?- se sorprendió.

-deben venir molestos buscando ayuda como los otros que me encontré fuera de la estación- observó la Sheriff tratando en todo momento de mantener la calma.

-vienen por ti? mejor sostente fuerte- advirtió pegando un acelerón potente para evadir a todos los monstruos antes de que los rodearan en el auto, sin embargo, los murciélagos les nublaron la vista del frente, el héroe oprimió un botón de su auto y electrificó a los animales que estaban pegados a los vidrios.

-Jayce con cuidado! Son personas!- exclamó Caitlyn.

-eran ellos o nosotros sabes?-

-y si yo fuera una de esas cosas me habrías hecho lo mismo?!- le cuestionó molesta.

-es diferente!- se defendió Jayce también molesto.

-en qué sentido?- pregunto ella.

-en el sentido de que tú eres tú y ellos son ellos!-

-pero qué clase de respues…- la morena no pudo terminar de hablar porque el auto se impactó contra algo que lo abolló de adelante, pero gracias a los cinturones y al dispositivo de protección contra choques que Jayce había desarrollado no salieron disparados por el vidrio.

-Caitlyn sal del auto!- le avisó quitando los seguros, ambos brincaron mientras la cosa que habían chocado levantaba con una impresionante fuerza el bebé de Jayce y lo azotaba contra el piso soltando una risa bastante macabra.

-NO! Tardé más de un año en que estuviera listo!- exclamó molesto empuñando su poderoso martillo, él y la Sheriff dispararon hacia la criatura pero el humo que provocó el choque les hizo fallar ambos tiros pues no pudieron prever hacia donde se iba a mover el objetivo.

-Pero que par de mancos!- exclamó una voz que a pesar de tener un tono espectral la Sheriff reconoció de inmediato


Hasta aquí por el momento c: espero que hayan disfrutado de las sukulentas imágenes mentales :v ok no XD bueno si :x

La idea del fic es que serán capítulos no consecutivos, éste y quizá alguno otro tendrán mas de un capítulo, sin embargo, estarán divididos por casos, cada caso es diferente al anterior, pues como el título lo indica son archivos aislados y secretos de la Sheriff y su agente, que mas adelante explicaré.

Sin más por ahora, créditos a Zhizu-2 que hizo todas las partes shuri de la historia ewe ok no xD pero si me ayudó mucho, mas que nada corrigiendo algunas faltas ortográficas (mi ortografía le quemaría los ojos a satan) (justo ahora me está gritando sensualmente en los oidos :v)

Nos vemos en el próximo cap c: es mi primer fic espero que les haya gustado el primer cap ;w;