Inuyasha y el resto de personajes no me pertenecen, lo hago sin ánimo de lucro.

Disfruten


Capitulo 1:

Sentimientos encontrados—

¿Qué pasaría si tu mejor amiga le pasa un número de un chico con tus mismos gustos?

¿Si tú ya conocías a ese chico en el pasado?

Si te pidiera ser tu novia… ¿no suena mal no es así?...

¿Pero qué pasaría si una chica se mete en tu futuro?...

Qué tal si hay un bebe de por medio…

Descúbrelo junto con Kagome Higurashi

La búsqueda

Dentro del instituto, en alguna ciudad se encontraban un par de chicas comiendo pizza. Una de ellas de ojos color azabache y cabello negro como la noche de nombre Lin, y la otra tenia ojos y cabello castaño llamada Kagome, ambas amigas desde inicio del instituto se habían vuelto inseparables a lo largo de los años. Su amistad era la cosa más importante para Kagome pues desde su pérdida de memoria, cada persona y evento eran hermosos y preciados. Su forma de ver la vida la había llevado a un nivel de amistad difícil de explicar.

—Kagome, ahora que me acuerdo…mi amigo Inuyasha del que te conté quiere que le de tu número— preguntó Lin, dando el último mordisco a su rebanada de pizza. — ¿Tú qué opinas?... — sacudiéndose las migajas y guardando sus cosas para marcharse.

—No sé por qué tanto interés con ese chico— Kagome guardó sus libretas en su mochila y separo la basura de ambas en una bolsa para tirarla después. —Si lo desea tanto dáselo, pero espero y no sea otro de los acosadores de esos que salen en las redes sociales. — Un ligero estremecimiento la sacudió, al imaginar en la clase de personas que habitaban hoy en día, no se puede fiar de nadie. —Si lo conoces bien y me puedes prometer eso adelante. —

—Créeme el interés de él, va más allá de un simple acosador. —

—Eso no me reconforta en lo más mínimo sabes. —

—Bueno es hermano de Sesshomaru. — Exasperada Lin ayudo a Kagome a incorporarse — ¿Eso te da confianza ahora?. — Empezaron a caminar mientras todos los alumnos salían para ir a su casa después de un largo día de clases.

—Supongo que sí, alguien que tenga parentesco con Sesshomaru bien puede ser un bloque de hielo más en el antártico. — Juntas se dirigieron al estacionamiento para salir del instituto.

—Oh vamos, dale un poco de crédito a Sesshomaru, me ha hecho feliz. — Retuvo a Kagome de la mano el tiempo suficiente para que se vieran a los ojos. —¿Acaso no me ha hecho feliz? — Kagome puso los ojos en blanco e hizo tiempo para hacer sudar a Lin, no tenía nada en contra del novio de ella, simplemente no entendía como alguien tan corto de palabras podía ser tan cariñoso.

—Está bien, digamos que debajo de todo ese monótono dialogo que siempre eh escuchado hay un romántico empedernido…— Kagome no pudo evitar soltar una carcajada y Lin la acompaño, una cosa era que Sessho tuviera más cosas que "si y no" y otra muy distinta era ponerlo de romeo.

—Eres cruel Kagome— Quitando las lágrimas de risa que brotaron de sus ojos y siguiendo el recorrido.

—Bien Sesshomaru es un caballero contigo y eso me basta. —

—Perfecto, eso resuelve la cuestión de Inuyasha.—

—Vale pero igual me deberás una. —Ambas se detuvieron en el punto a separarse para irse a sus respectivas casas.

—Nos vemos Kagome, hoy por la noche veré a Sessho y ya que Inuyasha vive con él, le daré tu número de una vez— Lin comenzó a caminar en sentido opuesto al de su amiga, la aludida le respondió en la distancia muy fuerte para que le escuchara

— ¡Esta bien, hasta mañana!— agitando su brazo derecho y así dando media vuelta para seguir su camino…

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—Rin parece muy animada ahora que Sesshomaru está en su vida— Sonriendo sutilmente, era una mal hábito que Kagome había adquirido después de su amnesia, decir sus pensamientos en voz alta hacían que fuera más duradera su memoria a corto plazo. —Aunque me llama mucho la atención que el hermano de Sesshomaru se interese en mi— Sonrojándose un poco, no es que Kagome no tuviera pretendientes ni nada, pero una cosa eran personas que conocía lentamente. Se acercó a una banca de un parque y se puso a divagar un tiempo deteniendo su caminata —A lo que me dijo Lin, Inuyasha es un joven muy guapo y siendo el hermano menor de Sesshomaru…— Un gran sonrojo invadió su rostro — Vamos ya kag deja de pensar en esas cosas eso ya no existe para ti— Se reprendía ella misma, reanudo su caminata con más fervor debido a su pronto azoramiento y a lo lejos vio su hogar. Sería mejor dejar de pensar en la "posibilidades" de tener algo con ese tal Inuyasha, después de su antigua historia de amor con el chico mas guapo del instituto… —Koga…— dejo salir su nombre entremezclado en un suspiro y sus ojos se comenzaron a cristalizar e inmediatamente negó con la cabeza ya no confiaría en ningún otro que le bajara el sol la luna y las estrellas ya no sería la misma tonta de hace años. —Todos son iguales…te juran, te prometen y al final solo te quieren para fines sexuales…son unos meros bastardos— Llegando a las escaleras del edificio, entro y saludo amablemente a la dueña del edificio —Buenas noches Kaede— La mujer adulta de cabello canoso sonrío y le hizo señas de estar hablando con alguien muy importante por teléfono disculpándose con una media sonrisa.

Al ver a la anciana casera le devolvió la sonrisa y así continuo su camino despidiéndose con una seña, tomo el ascensor y presiono el botón, las puertas se cerraron y lentamente ascendió. Una vez en su destino se abrieron las puertas dejando a la vista un pasillo con puertas a la izquierda y a la derecha giro hacia la derecha y entro en la puerta con un gran número dos en dorado contrastando con la puerta color caoba — ¡Ya llegué! — Se adentró en el departamento y se percató de que no le había respondido nadie, como siempre se respondió mentalmente al parecer su madre no había llegado del trabajo y dejo salir un suspiro —Al parecer siempre será igual, siempre estaré sola en casa— Se dirigió a su habitación arrastrando los pies, este día había sido fatal contando el examen de Matemáticas fracasado con Teshiba, su habitación desordenada como siempre, al despertar tomaba sus cosas de la escuela y por las mañanas se la pasaba haciendo la tarea no teniendo tiempo de ordenar todo, pateó todo lo que se le atravesaba: un pantalón, la blusa del otro día ¿El reloj despertador del abuelo?, Un dulce a medio comer,.. ¿Dinero?,.. Regresó por su camino cayéndose con otro pantalón que se le atravesó en su carrera —Condenado seas y ardas en el infierno y tus costuras jamás se remienden y maldito y doblemente feo y más maldito aún…y condenado sigas siendo y nadie te use— Murmuro tirándolo lejos y juntando el dinero antes visto lanzándolo a la mesa de noche mientras se tiraba a la cama, después de un merecido y ligero descanso ordenaría el lugar…tal vez.

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En otra parte de la ciudad Lin descansaba en el regazo de Sesshomaru, mientras que éste le acariciaba el cabello —Me eh estado volviendo loca al guardar silencio respecto al pasado de Kagome e Inuyasha, créeme que es muy difícil siendo ella mi mejor amiga, casi hermana.— Sesshomaru dejo el movimiento mientras meditaba el asunto.

—No se por qué te gusta meter esa naricita tuya en los problemas de mi tonto hermano— Viendo a su novia retirarse de su regazo, dejo caer lentamente la mano mientras ella le dirigía una mirada tierna.

—Por la misma razón que estoy contigo cariño, el amor puede más que la distancia y el tiempo, la edad o las culturas. — Tomó la mano de Sesshomaru y la puso en su mejilla. —Es una historia terrible la de ellos dos y estoy segura que si Kagome estuviera en mi lugar nos ayudaría. — Beso la palma de Sesshomaru y se alejó a la cocina. Sesshomaru vio a su novia alejarse y rememoro el día en que al fin se dio cuenta de sus sentimientos por ella.

Flash back

Dios, que este sea su apartamento Rogaba una joven de cabello negro y ojos grandes y expresivos frente a una puerta, su amigo Sesshomaru la había invitado cordialmente a su apartamento para darle unas lecciones extras de Matemáticas, le había puesto en un papel la dirección alegando que sería en beneficio de ella y sus no tan agradables calificaciones y ella lo había aceptado gustosa Y eme aquí tras una puerta sin tocar por vergüenza Decía para sí misma recodando las anteriores llamadas a diferentes puertas ya había tocado prácticamente todas las puertas del piso y todas negaban al preguntar por su amigo, le había costado toda su fuerza de voluntad llegar hasta esa puerta suspirando ya derrotada al pensar que ahí también le negarían que vivía el susodicho ya no tan "amigo" pensando mil y un sueños destrozados al pensar que él le jugo una broma.

Sus nudillos golpearon levemente la puerta esperando pacientemente a que alguien abrieran, escucho unos pasos seguidos de un golpe y un educativo "mierda", la puerta se abrió de golpe dejando ver a un joven de cabello negro y ojos dorados con una mueca de fastidio, la joven se asustó por la presencia de aquel joven pero no se dejaría intimidar tenía una misión, no te dejes amedrentar se repetía una y otra vez. Por el miedo recordó las palabras de kag apoyándola para hablar con el Profesor de Biología que la había reprobado el semestre pasado, ella era fuerte se recordó a sí misma, abrió la boca para preguntar una vez más por su amigo pero fue abruptamente interrumpida.

¡NO! quiero nada de lo que venda, ¡NO! acepto algún presente, ¡NO! quiero una cita y ¡NO! y reitero ¡NO! me interesa saber a qué viene Inuyasha cerró la puerta en cara de la chica, ¿Es que acaso tenía que ser un maldito insensible con todas las chicas que se colaban al edificio para que lo dejaran en paz? Era fastidioso ver a todas esas chicas de la zona acosándolo, por todo lo sagrado aceptaba que fuera un poco sexy y atractivo a la vista y no lo negaba, le agradaba tener a las mujeres a sus pies pero todo tenía un límite. Desde que comenzó a vivir con él Sr "hielito" no había podido salir a la tienda sin que miles de mujeres se le insinuaran .Inclusive una vez una se desnudó frente a en el medio pasillo del edificio, eso sí que era enfermizo y grotesco hasta para él.

Regresó a la sala para seguir viendo la televisión, el "Mr. Hielito" ya se había tardado con la comida para su mala suerte y eso lo frustraba aún más…sí, claro que él era un monstruo siempre, ¿Pero con hambre? Agárrense de su santo más bondadoso por que se transformaba en un demonio viviente…figurativamente claro.

¿…?Lin no sabia que pensar al respecto, estaba impactada y ofendida. Quien se creía ese individuo para cerrarle así la puerta en la cara sin darle tiempo a decir una sola palabra. ¿Qué haría ella al respecto? Absolutamente nada, se sentía desmoralizada y humillada. Suspiro derrotada, al parecer le habían jugado una pésima broma y ella que había pensado en que Sesshomaru era diferente a los demás y trataba de acercarse a ella, agacho la mirada y su cabello oculto su mirada, no quería que nadie viera esa fugas lagrima que salió sin querer, se dio la vuelta derrotada, desanimada y con ganas de romper algo. Arrastrando los pies hasta llegar al elevador el cual acababa de anunciar su llegada con un ligero sonido, Lin caminó siguiendo el monótono ritmo de sus pasos desdichados sin embargo al ir con la mirada baja no vio a la persona que salía del elevador, lo cual hizo que ambos chocaran y ella cayera al suelo sin remedio alguno. Este día no pudo haber sido peor Se quejó medio tratando de incorporarse y sobándose al tiempo.

¿Lin? La aludida levando la mirada y frente a ella estaba un ojos dorados con cabellera plateada y duro semblante, un poco suavizado al estar frente a la chica en estos momentos tirada en el suelo. Sesshomaru se encorvo un poco ofreciéndole su mano para ayudarla a enderezarse, ella torpemente la tomo y se levantó, sacudió un poco su pantalón y le sonrío tristemente y avergonzada de encontrarlo en esas condiciones, se limpió el rostro disimuladamente mientras él pasaba las bolsas de comida a una mano para buscar su pañuelo. —¿Ya te vas?, Creí que vendrías a tomar unas clases conmigo pequeña LinLa joven lo miró fijamente unos momentos, aun con lágrimas arrasadas en los ojos debatiéndose en contar su travesía para encontrar el inexistente apartamento y se limitó a lo sencillo.

Lo que sucede es que no encontré tu departamento y…y un chico algo perturbado me corrió dejándome las palabras en la boca— Tomo el pañuelo que le ofrecía Sesshomaru y se limpió el rostro. El joven la miro fijamente antes de hablar Sígueme La chica asintió caminando a la par de él, llegando a la puerta donde minutos antes "el imbécil agresivo" como lo había bautizado mentalmente hace unos momentos había hecho su flamante aparición. Sesshomaru saco una llave y abrió la puerta dejándola entrar primero cortésmente. — ¿Inuyasha...hermano podrías venir un momento? La voz del chico se escuchó en un tono alarmantemente sereno y hasta educado.

Inuyasha escucho la puerta principal abrirse unos cuantos pasos y enseguida la voz de su hermano Lo sabía "el hielito" ya regresó. Más le vale que no olvidara el ramen. Murmuraba para sí mismo, llegó al pasillo principal y vio a su hermano, perfecto nada nuevo. —Más te vale que no olvi… Su voz murió en su garganta al notar a la chica de hace unos minutos atrás.

El 'Sr. seriedad' lo dejó inmovilizado con una sola mirada fugaz, si su mirada normalmente te daba escalofríos, la que reflejaba en este momento te mataría de una pulmonía. Inuyasha hermano mío, ¿Recuerdas a esta joven? Ella es Lin la chica que te dije que vendría a tomar unas clases, y creo que le debes una disculpa ¿Me equivoco? Sesshomaru había hablado en un tono pausado, casi aburrido para cualquier persona inexperta, la mirada era una cosa que podía soportar y podía eludir, pero sus palabras educadas y serenas eran cuchillos que cortaban el viento, el instinto de supervivencia de Inuyasha se puso al límite haciéndolo sopesar la altura del departamento y la posibilidad de unas piernas rotas. Lo más interesante para Inuyasha era la inusual forma cortesía del hermano mayor, una cosa era ser frío y no disimularlo, ¿Pero en este momento? Lo intentaba disimular, y eso no era algo que se viese todos los días. Algo raro pasaba y no era bueno arriesgarse Lo lamento mucho pequeña Lin, soy un completo imbécil, perdona por favor a este humilde servidor tuyo

La chica solo se quedó callada este no era el chico que la había ofendido, parecía más bien un pobre niño esperando que sus padres no lo castiguen después de una severa travesura. Después de escuchar y meditar las palabras asintió para después dirigirse hacia el hermano mayor. No quiero causar molestias, si es mal momento yo puedo… Pero Inuyasha ya la estaba alabando, sentándola en el sillón y llevándole agua y refresco en diferentes vasos, unos cacahuates, papas fritas, le alcanzo el control de la TV del reproductor de música y el estéreo, mientras la joven solo reía por dentro, sí que este joven estaba loco…pero era agradable en momentos así.

Fin del flash back

— ¿Cariño, a quien buscas? — Observando que Lin de pronto volteaba a todos lados. —Quería hablar con Inu, y a que Kagome acepto que le diera su número creí que le interesaría hacer contacto pronto. — Sesshomaru estaba a punto de responder cuando Inuyasha salió de ningún lugar invocado por Satán saliendo entre una nube de humo, si bien todo eso parecía raro, el humo provenía de un fallido intento de cocinar ramen casero.

— Dime Lin ¿Ella me recuerda? —

—Bueno lo que sucede es que…—

— ¿Te pregunto de mí? —

—Inuyasha, no es…—

— ¿Tiene novio? —

—Sabes que no pero…—

Sesshomaru se estaba exasperando con Inuyasha, no podía creer que se comportara como un niño de ocho años esperando a Papá Noel para navidad, —Inuyasha es suficiente. — El menor de los hermanos guardo silencio por unos instantes. —No puedes ser educado por una vez en tu vida y actuar como alguien de tu edad. — Ruborizado Inuyasha se dirigió una vez más a Lin.

—Lo siento Lin, me deje llevar por la emoción— Tomando la mano de Lin, la saludo como era debido, y se sentó junto a Sesshomaru mientras Lin arreglaba el desastre del ramen quemado, tirando a la basura el intento fallido de ramen de Inuyasha para después sacar del horno la cena que Sesshomaru había preparado para los tres. Sesshomaru se puso a preparar la mesa para cena que dentro de poco se serviría y no tenía ganas de escuchar a su hermano como un completo idiota enamorado. De acuerdo, él también lo era, pero al menos lo disimulaba más y solo Lin podía actuar sensiblero y todas esas cosas que a las chicas les gustan tanto. Solo Lin era la que tenía el derecho de verlo como enfermizo enamorado, pensaba con un imperceptible sonrojo mientras a lo lejos escuchaba a su hermano esquizofreniar con preguntas a su pobre novia que no podía responder a una pregunta cuando le lanzaba otras cuatro al momento, —Vaya forma de platicar tienen esos dos, o mejor dicho él— Se quejaba mientras sacaba los platos de la alacena.

Lin estaba mareándose con tanta pregunta y le obligó a cerrar la boca con ambas manos para hacerlo callar, este tipo sí que era todo un hombre de palabras cuando se lo proponía pensaba en su interior — Inuyasha, no te vayas a exaltar. — Decía lentamente y sin dejar de ver a Sesshomaru en caso de necesitarlo. Inuyasha por otra parte se quedó inmóvil tratando de descifrar lo que Lin quería decirle y se quedó en completo silencio al recibir esa respuesta — Lo que sucede es que, no creo que yo tenga el derecho de traerle memorias que no recuerda explicó. —

Inuyasha estaba indeciso, no era bueno explotar con esa mujer, de lo contrario sería historia, su hermano en cuanto a Lin se refería era… ¿Cómo decirlo sutilmente?... ¿Asesino? Le quedaba muy corta la palabra —Vamos Lin no hay por qué tener miedo— Decía con una vena palpitando en la sien que no pasó desapercibida por la chica.

…Silencio sepulcral…

La chica no quería ver el rostro de Inuyasha, sabía que no sería nada bueno, en cambio el joven ya estaba que se lo llevaba el diablo murmurando y perjurando en contra de las mujeres y su "incapacidad para hacer algo bien", por su mente pasaron mil y un torturas. —Es que no te imaginas…— Una mano se posó en su hombro derecho y un escalofrío cruzo su columna vertebral, está bien por hoy se tragaría su lado sádico si es que mañana quería ver la luz del sol… Definitivamente su hermano no era alguien con quien se quería enfrentar, su descendencia y su hombría dependía de ello.

Continuara…


Este capítulo lo edité en un ochenta por ciento, sobra decir que mi forma de ver los sentimientos de los personajes cambió mucho. Como podrían (o no) darse cuenta eliminé los capítulos siguientes, ya que los editare y cambiare el rumbo de la historia.

De antemano gracias por leer mi historia.

Saludos.