PROLOGO.
Tentativamente metió la punta de su dedo índice en el perfecto culo, disfrutando del gemido ahogado que salía del niño pequeño frente a él. Se sentía tan apretado, tan jodidamente caliente y apretado, que su propia polla dio un pulso en la imagen de estar dentro de ese delicioso agujero.
Suspirando, saco el dedo del estrecho canal, tomando al niño de los hombros, enderezándolo y haciéndole dar la vuelta para que quedara frente a él. Miro a los hermosos ojos esmeraldas que le devolvían la mirada aterrada, y sintió como una sonrisa sádica se abría paso en su rostro, haciendo estremecer al pequeño de ci...co años frente a él.
