La mañana era calurosa, auguruba un día como los anteriores, esos días en que no quieres moverte. Los Weasley ya no sabían que hacer para pasar el tiempo, jugar quidditch se volvía muy cansador dada la temperatura de ese verano. Por suerte estaban Fred y George, que siempre tenían algo para entretener o al menos hacer sonreír a los demás.
En la cocina de La Madriguera se encontraban Ron, Fred y George sentadados a la mesa, mientras la Sra. Weasley vigilaba unos panes que se cortaban y se untaban con mantequilla solos, mientras ella preparaba el resto del desayuno.
Ese era el día, ese domingo llegaba Hermione, y Ron estaba realmente nervioso y tenso: ¿Cómo sería el reencuentro luego de La Batalla de Hogwarts? Ellos estuvieron a punto de besarse! ¿Cómo pudo haber ocurrido eso? Hermione era su amiga, su hermana, tal vez ese simple gesto podría haber arruinado años de amistad. ¿Cómo pudo ser tan estúpido? ¿Cómo pudo arriesgarse a cambiar su amistad y a la vez a hacer sufrir a su hermano? Esas preguntas rondaban en la cabeza de Ron día tras día, noche tras noche. ¿Qué haría Fred si se enterara? ¿Hermione lo trataría igual cuando se vieran? Y... ¿Si ella estaba enamorada de él? No! La simple idea le aterraba, él no podría, no podría lastimarla, no podría lastimar a su hermano!
Cuando Ron supo que a Fred le interesaba Hermione estuvo tan asombrado como molesto. ¿Cómo podía ser aquello real? ¿Fred? ¿Hermione? ¿En qué clase de mundo estamos? Fred es irresposable, confiado, bromista, arrogante, no sigue ni una regla; y Hermione es... ¿Cómo definir a Hermione? Ella es responsable, sigue todas las normas posibles, pero no se cuestiona desobedecerlas si es por un bien mayor, ella es dulce, pero fuerte, es insegura, es leal, valiente... En fin! Son opuestos! Jamás funcionaría, y él no quería que ninguno de los dos sufriera. ¿Pero cómo impedirlo?
De golpe un ruido lo sacó de su ensoñamiento, era la puerta!
-Hola! Al fin llegué! Este calor, y el transito! Y George no me dejó el traslador donde debería haberlo dejado, perdí 20 minutos buscándolo! - La castaña lanzó una mirada fulminante, pero a la vez amistosa hacia los gemelos, pero no pudo evitar sonreír al ver sus caras de fingida inocencia. ¡Cuanto los extrañaba a todos!
-Hermione, cómo estás? Has comido algo? Seguro que no, saliste tan temprano, pero más tarde el calor es insoportable, y si encima estuviste buscando el traslador, voy a hacert...
-Mamá! Ya déjala tranquila! Déjala llegar! No vez que está cansada? - dijo Ginny, mientras bajaba a la cocina con la mejor de sus sonrisas y los brazos abiertos para recibir a Hermione. - Cuánto te extrañé, tengo tanto para contarte! - dijo Ginny, y volvió a sonreír.
-Yo también tengo muchas cosas para contarte - dijo Hermione, y sus ojos giraron vagamente en la dirección de Ron. - Hola, Ron. Es que acaso no vas a saludarme?
-Ho-hola, Hermione. N-no te esperaba hasta m-más tarde. - Saludó Ron, sin levantar la cabeza. Hermione lo miró con tristeza, pero en un segundo su expresión cambió, cuando los dos gemelos la tomaron un por cada brazo y la alzaron por el aire, mientras gritaban en señal de bienvenida.
El resto de la mañana transcurrió tranquila, los chicos aprovecharon a ponerse al día; pero el ambiente no era el de siempre. Hermione intentaba hablar con Ron, pero él solo contestaba con monosílavos o inclinaciones de cabeza. Y Fred... Fred notaba eso, sabía que su hermano algo le estaba escondiendo, pero no quería pensar, no quería especular, solo quería celebrar que Hermione había llegado, ella estaba ahí, con él, y él estaba dispuesto a romper la barrera que había entre los dos, él lo haría!
