He regresado! Tenia que sacarme esta idea de la cabeza, así que se las dejo por aquí. La tengo en cuatro partes, así que sean pacientes :) Espero la disfruten.


Un amor que trasciende

1. Kagome en la oscuridad

Hace no sé cuánto tiempo que creíamos la lucha con Naraku había terminado. El demonio se desvaneció en la perla de Shikon después de una larga batalla, pero de la nada fui absorbida por la oscuridad. No hay nada a mí alrededor, y solamente escucho la voz de la perla que me llama. Me dice que mi destino estaba escrito, que estar aquí no es un error ni una coincidencia. Nací para luchar eternamente dentro de la joya, y que la única forma de salvarme es pidiendo un deseo.

Pude ver la cara de preocupación de mis amigos cuando comencé a desaparecer, estaban tan confundidos como yo. Apuesto a que nadie imaginó que las cosas terminarían así. ¿Realmente es aquí a donde pertenezco? ¿Todo lo que pasó debía llevar este final? Me siento totalmente perdida, no sé qué hacer.

Justo cuando era absorbida por las sombras, Inuyasha trató de tomar mi mano y detenerme, pero ninguno de los dos pudimos evitarlo. Creo que no había ninguna manera en la que yo pudiera salvarme de terminar aquí, completamente sola.

Me pregunto qué hubiera pasado hace un año si yo no hubiera entrado al templo a buscar a mi gato Buyo. Quizá mi error estuvo en involucrarme tanto desde que todo empezó. Si yo no hubiera llegado a la época feudal, estoy segura que esa perla no se hubiera partido en mil pedazos. Seguiría dentro de mi cuerpo, a salvo, sin nada ni nadie que quisiera apoderarse de ella. Inuyasha tampoco habría despertado, y la vida de todos seguiría su curso normal. Hubieron tantas peleas por el poder que otorga la perla, cada vez más demonios aparecían, amenazando la vida de personas inocentes que no tenían nada que ver con el problema. La única culpable de todo esto fui yo, al lanzar mi flecha hacia ese cuervo.

No imagino como hubiera sido mi vida en el lugar y tiempo de donde provengo. Lo más probable es que hubiera podido continuar mis estudios sin ningún problema, nada de materias reprobadas, no odiaría tanto las matemáticas y mi abuelo jamás hubiera mentido sobre mis miles de enfermedades. En estos momentos es cuando extraño pasar tiempo con mis amigas, salir a comer, estudiar juntas y pasárnosla soñando sobre nuestro futuro en el colegio y lo que haríamos cuando fuéramos grandes. Tal vez hasta hubiera salido con ese chico Hojo, que siempre ha sido muy atento conmigo… hmm, que tontería… la verdad es que aprecio mucho lo que hace por mi pero nunca me ha interesado así. ¿Estarán igual de preocupados por mi? Ni si quiera sé si se han dado cuenta que no estoy en ningún lado, que he desaparecido del mundo real.

Ojalá mi madre y Souta estuvieran aquí. Quizá los abandoné demasiado tiempo, y este es el precio que tengo que pagar. Ellos siempre me han apoyado, incluso cuando decidí arriesgar mi vida por ayudar a recolectar los fragmentos de la perla. La soledad que siento ahora realmente me hace arrepentirme de haberme marchado de casa.

Debo reconocer que disfruto mucho pasar tiempo en el Sengoku, especialmente con Inuyasha. Conocerlo cambió mi vida por completo. Nunca había estado tan cerca de alguien, ni había sentido lo que ahora siento por él. Mis amigos dicen que él salió adelante gracias a mi, que por fin olvidó a Kikyo y se aceptó a sí mismo tal cual es. Yo creo que es al revés. Inuyasha siempre ha sido muy valiente y cuando se propone algo, lo consigue. Aprendí a ser fuerte, a nunca rendirme y confiar en mis poderes desde que estoy con él. He salido lastimada en muchas ocasiones, tanto física como emocionalmente. Era realmente desgastante verlo enamorado de un fantasma, pero siempre estuve consciente de ello y preferí quedarme a su lado sin importarme nada más. Mi amor por él es tan fuerte que para mí es suficiente verlo feliz, a pesar de que eso implique dejarlo ir.

La voz de la perla me vuelve a llamar. Me pregunta que si quiero volver a ver esos ojos dorados sólo tengo que desearlo. Que pregunta tan tonta, pues nada podría ser más verdad que eso. Si pudiera volver el tiempo atrás, hubiera preferido que esto nunca terminara… sólo para poder estar con él. Pero siempre supe que algún día pasaría, que nos tendríamos que separar. Él no pertenece a mi mundo, y yo tampoco al suyo. Somos muy diferentes, yo una simple mortal y él un medio demonio. Algún día hubiéramos tenido que decirnos adiós, pero esta vez ni si quiera pudimos despedirnos.

No tuve la oportunidad de decirle abiertamente lo que sentía por él. Supongo que ya lo sabe porque se lo he demostrado, pero de mis labios no han podido salir esas palabras que tanto quisiera escuchar también con su voz. Si tuviera la oportunidad de estar una vez más con él, aunque fuera un momento, no dudaría en decirle todo lo que he callado por ya casi un año. Y si… ¿y si pido ese deseo? ¿La oportunidad de verlo para decirle todo? Tal vez no sea el deseo correcto, pero creo que él tiene derecho a saber.

De la nada, escucho su voz. Inuyasha me llama desde lejos, pero no logro verlo. ¿Estaré alucinando? Quizá estar sola tanto tiempo ya me hizo daño. Mi corazón palpita como loco, pero trato de calmarme. Mi nombre suena de nuevo, esta vez mucho más fuerte, como si se estuviera acercando. Entonces las lágrimas comienzan a acumularse en mis ojos. Él debe estar aquí, puedo sentirlo. Nunca me ha dejado sola, y esta vez no será la excepción. Lo llamo lo más fuerte que puedo y lo busco entre la oscuridad, pero no hay respuesta. Se vuelve a escuchar una voz diciéndome que sólo debo desear verlo.

Inuyasha parece haber recibido el mensaje también, porque desde lo lejos me pide que no debo desear nada, no hasta que él esté conmigo. Dudo unos instantes porque no soporto más las sombras, pero sé que encontrará y estaremos bien, así que decido no pedir nada.

La espera pareció eterna, cuando de pronto veo una luz aparecer justo frente a mí, de donde emergen aquellos ojos ámbar que tanto había estado añorando. El tiempo se detiene mientras se acerca, y lo único que puedo hacer es susurrar su nombre antes de que sus labios se encuentren con los míos. Una lágrima recorre mi mejilla mientras mi corazón sale de mi pecho. Aún rodeados de monstruos y de oscuridad, este momento es mejor de lo que imaginé. Casi todo lo que quería se había cumplido sin haber tenido que desearlo frente a la perla.

Nos separamos con la mirada fija en el otro y de pronto me siento llena de fuerzas. Con él a mi lado, caigo en cuenta que el deseo correcto es pedir que la perla desaparezca para siempre, y con ella se lleve todas las tragedias que alguna vez ocasionó. Se empieza a sentir una calidez y una paz incomparable, y las batallas que se estaban librando dentro del abismo se detienen. En un abrir y cerrar de ojos, todo a nuestro alrededor desaparece bajo la luz de la perla, y pronto nos encontramos al fondo del pozo. Inuyasha me abraza para consolarme, me dice que ahora todo está bien y me tiende su mano para ayudarme a ponerme de pie y subir por el pozo.

Y ahí está mi familia. Se ven preocupados, supongo que se dieron cuenta que algo estaba mal. Sota estaba llorando y mi madre se ve angustiada, al igual que mi abuelo. Al verlos así, me siento realmente culpable de haberlos abandonado. Corro a abrazarlos sin poder contener las ganas de llorar, pues yo también estuve muy asustada. Me dicen que pasaron tres días desde que se supone que iba a regresar y no sabían nada de mí. Les expliqué que había estado en la oscuridad y que Inuyasha había llegado a salvarme, lo que me hizo recordar que debía darle las gracias. Volteo a buscarlo, pero mi corazón se detiene cuando lo veo desapareciendo lentamente por el pozo, sin darme tiempo de decirle nada. No… no puede pasarme esto otra vez. Grito su nombre tratando de detenerlo, pero al parecer es el mismo pozo el que lo absorbe. ¡No puedes irte así, por favor!

Ya es demasiado tarde. Me asomo al fondo de la estructura de madera y no se ve absolutamente nada, sólo oscuridad. ¿Sera que el pozo se ha cerrado por completo? Es cierto, mi misión de recolectar los fragmentos y acabar con Naraku se terminó pero, ¿será este el fin de mi historia con Inuyasha? Me niego a creerlo, a aceptarlo, pero no hay nada que pueda hacer para volver a abrir el pozo.

He regresado varias veces al pozo con la esperanza de encontrarlo abierto. Me despierto exaltada durante las noches en espera de encontrarme de nuevo con esos ojos ámbar que me observan mientras duermo, pero nada de esto pasa. Mi vida ha vuelto completamente a la normalidad, como si nunca hubiera viajado en el tiempo, pero me duele que hubiera sido así. Hubiera preferido tener que elegir entre el pasado o mi presente, entre estar con él u olvidarlo por completo. Pero no, el mismo destino me obligó a permanecer aquí. Quizá Kikyo siempre tuvo razón, yo no debía estar a su lado. Todavía me pregunto si pensará en mi tanto como yo en él. Mantengo la esperanza de, algún día, poder hacerle saber lo que siento, lo mucho que lo amo y lo extraño...

Continuará...


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