Despedida.
-Es desesperante el estar sentado aquí viendo las nubes pasar como si nada. ¿Por qué ellas pueden ser felices? ¿Por qué yo no puedo?
Te extraño, Danna. Me haces mucha falta, ¿sabes? Esto no es lo mismo sin ti.
En tu habitación se encuentran las marionetas rotas que esperaban por ser reparadas. La noche anterior me alejaste de ti con el sólo pretexto de hacerlo, pero debo suponer que no terminarás las reparaciones, ¿verdad? Pues estás muerto, y un muerto no repara marionetas.
Estoy pensando en abandonar Akatsuki, aunque tú ya lo sabías. Desde el primer día quise salir de allí, y ahora que no te tengo ya no estoy atado a nada, soy libre al fin.
Danna, siento el haberme enojado contigo ayer, de haber sabido que iba a ser la última vez que pudiera hablarte, quizás las palabras que escucharías de mi boca habrían sido otras. Sí, definitivamente…
No sé si puedas escucharme desde donde estás, ni siquiera sé dónde estás… Pero, si puedes hacerlo, escucha bien lo siguiente: esta será la primer y última vez que visite tu tumba, porque el pedazo de piedra clavada en el suelo no contiene ni tu cuerpo, ni tu alma; tu cuerpo me acompañará, lo llevaré conmigo en mi viaje, y tu alma… vaya a saber Kami dónde demonios estará.
Como sea, tengo tu cuerpo sobre mis hombros. Es lo único que puedo tomar de ti.
Quiero creer que, sea donde sea que te encuentres, me esperarás, pues no te librarás de mí tan fácilmente.
¡Oh!, me olvidaba… quiero pedirte algo antes de partir… no te apartes de mí lado, camina conmigo, y cuando me extrañes, llámame e iré donde ti sin dudarlo.
Gracias por todo, Danna, espero volver a verte.
Te quiero.
Espero lo hayan disfrutado, muchas gracias por leer.
Deidara-San
