LOS PERSONAJES EN ESTA HISTORIA SON PROPIEDAD DE RUMIKO TAKAHASHI SOLO LA HISTORIA ES INVENCION MIA.
CAPITULO 1
la chica salía como todas las noches esperando encontrarlo, era común ya verla ahí viendo a la nada y visualizando algo con claridad, nadie sabía por qué lo hacia él nunca le había dicho que regresaría pero aun así la joven lo esperaba , sus amigos le habían preguntado por qué lo hacía y ella siempre respondía con una sonrisa demasiado coqueta para uno de ellos
Sé que regresara mi corazón así me lo dice
Si la chica era aún demasiado joven y tal vez por eso seguía aferrada a una verdad no tan cierta
tan solo tenía 19 años cuando lo conoció alguien tan pura como ella no podía estar enamorada de alguien como él, una chica gentil, noble, llena de vida que miraba a toda la gente con esos grandes ojos cafés con tal atención y dulzura que cualquiera que se acercase a ella quedaba hipnotizado, no es que ella fuera la mujer más bella porque ciertamente no lo era pero cualquiera que la conociera podría decir que ella era alguien especial, una mujer físicamente normal con estatura mediana no más de 1.60, delgada, con esa piel tan tersa y su nariz un poco abultada, sus ojos color chocolate y unas cuantas pecas en la cara no la hacían alguien diferente a muchas chicas, pero era su interior lo que agradaba a los demás; y el un hombre de 25 años frio y arrogante alguien prepotente, si él era alguien tan contrario a ella, toda la gente que lo conocía podría jurar que él no tenía sentimientos, solo ella podía fijarse en alguien como él, ciertamente era una persona guapa, teniendo una cara un poco afilada de tez morena pero sin llegar a lo oscuro era más bien apiñonado sus ojos dorados y su cabello plateado le daban un aire de misterio alto y delgado y con una presencia demasiado fuerte para algunos, si, nadie podría haber imaginado en cómo estas dos entes tan diferentes podrían haber llegado a estar juntos.
Kagome era su nombre un nombre raro en estos tiempos pero su madre había decidido llamarla así pretendiendo que así ella no dejara nunca de ser una niña.
Si no te tapas podrías resfriarte
lo se
kagome volteo viendo a su madre que la esperaba en la puerta de su casa con un gran sweater, su madre, cómplice de todas sus travesuras, siempre había sido así pues su padre murió cuando ella era aún muy pequeña como para recordarlo.
Sabes sé que algún día regresara
Lo sé yo también lo creo muchas veces cuando te miraba aunque no lo dijera demostraba ternura y cariño hacia ti, es un buen hombre que tiene que encontrarse así mismo y cuando eso suceda regresara a ti.
Como es que siempre dices lo que necesito oír a veces no es lo que quisiera que me dijeras pero tus palabras siempre resuenan en mi mente
Jajaja, eso es porque soy tu madre
La madre dejo a su hija sola de nuevo, no le gustaba incomodarla cuando estaba así esperándolo
La chica volvía a mirar a nada en particular mientras su mente viajaba a cuando ella lo vio por primera vez:
Había sido a finales de septiembre recordaba que ese día en particular había sido muy raro desde su despertar, ella nunca se quedaba dormida hasta tarde siempre era la primera en levantarse pero ese día no, su madre la dejo dormir más de lo normal ya que la noche anterior se había quedado muy tarde estudiando, habían desayunado crepas dulces algo que tampoco acostumbraban ya que a su madre no le gustaban los dulces tan temprano, pero ese día ella dijo,
es solo que realmente se me antojaron.- Ella había reído por la manera de comportarse de su madre
en ocasiones en que ella estaba realmente feliz se comportaba como una niña, su madre más que su madre era su amiga con la que podía contar siempre; llegando la tarde había pedido permiso para salir algo aún más raro que todo lo demás porque ella no salía de casa muy a menudo cuando era fines de semana, pero ese día había sentido la necesidad de ir a caminar por ahí, y había llegado al parque un lugar al que le gustaba ir ya que le traía unos tantos recuerdos, era una tarde agradable muchas parejas se encontraban ahí sentadas en las blancas bancas platicando de tantas cosas y ella de pronto se sintió sola el día de repente ya no era tan agradable un sentimiento apremia su pecho, no podía ser que de nuevo ese sentimiento la agobiara, lo conocía bien era tristeza, tristeza al estar sola, nunca había tenido tal sentimiento hasta que estuvo con su antiguo novio un chico lindo y cariñoso por fuera, siempre aparentaba ser otra cosa y ella se enamoró de esa apariencia pero cuando lo conoció realmente supo que no había nada de cariñoso en él, era una persona que solo se preocupaba de satisfacer sus necesidades sin importarle ver a quien era al que pisoteaba, él le había dicho que ya no quería estar con ella que había encontrado quien si le diera lo que buscaba, y ella se sintió desfallecer porque ella realmente le había querido.
Kagome se sentó en una de las bancas para tranquilizarse había decidido nunca más sentir tristeza no era un sentimiento que quisiera tener en su vida por eso siempre hacia cosas que le gustasen para no recordar el sentimiento y había funcionado, ¿porque de pronto se sintió así? No se había dado cuenta que había alguien en la banca hasta que este se movió, la joven se sobresaltó, tan metida estaba n sus pensamientos que no se dio cuenta que alguien estaba ocupando la banca
Yo… lo siento, dijo de repente
La persona alado era un hombre joven que se encontraba leyendo este volteo a verla solo unos segundos lo necesario para dar a entender que no le molestaba su presencia y ella noto que sus ojos no tenían ningún sentimiento; cada persona que ella había conocido mostraba algo en sus ojos por eso a ella le gustaba verlos, pero la persona que se encontraba en ese momento alado no mostraba nada, era raro no ver nada.
-Tengo algo en la cara
La voz del hombre saco a Kagome de sus cavilaciones
-Perdón.- contesto después de unos segundos
-Pregunte que si tengo algo en la cara.- el hombre no dejaba de prestarle atención a su libro
-No, realmente no.- dijo por fin la chica
-Entonces señorita puede decirme porque me mira de esa forma
Hasta esos momentos no se había percatado de que ella no había dejado de verle desde que noto que él estaba ahí, un tono carmesí comenzó a cubrir las mejillas de la chica
-Yo, lo siento mucho
El poso su mirada una vez más en ella para después regresar a su lectura
Kagome realmente estaba muy apenada, pero ahora que lo pensaba no solo eran sus ojos si no también su voz, era una voz varonil como suponía debían ser la voz de los hombres de su edad pero esta tampoco mostraba algún indicio de un sentimiento, ¿que acaso aquel hombre alado de ella no tenía sentimientos?
-Si te preguntas si tengo o no tengo sentimientos diría que no los tengo
El hombre se levantó del asiento y se fue dejando a la chica demasiado confundida, ( como rayos sabía lo que estaba pensando era alguna de esas personas psíquicas que leen la mente) pensó la chica después de reponerse de tal suceso.
Después de aquello ella regreso corriendo a su casa y no salió de ahí hasta el siguiente día; si realmente había sido un día raro.
Kagome reía por lo bajo, recordar ese momento siempre era gracioso, recordó cuando le pregunto cómo es que supo en ese momento lo que estaba pensado, él le respondió con una voz tan neutra a la que ella se había ya ha acostumbrado a oír, tenías la pregunta escrita en la cara, esta comenzó a reír igual que en esos mementos, si recordarlo era un consuelo para su corazón, porque había momentos en lo que todo parecía ser una ilusión que el en realidad nunca había existido en su vida que él se había levantado de esa banca y nunca más volvió a verlo, por eso se aferraba a los recuerdos porque era lo único que la mantenía cerca de él, iba a ser ya 8 meses desde que se fue, pero para ella parecía ser toda una eternidad:
Kagome dio la vuelta convencida de que el no regresaría esa noche y entro a su casa un tanto cansada.
