De nuevo esta loca recordando que estos personajes no me pertenecen.

Mundo Alterno: la mejor de las técnicas para explotar a estos hermosos caballeros.

Género: romance, aventura y Humor.

Inspirado en una obra de Shakespeare con el mismo nombre.

LA FIERECILLA DOMADA

"EL ANUNCIO"

Mi nombre es Kiki, y soy un pequeño Sátiro que solía vivir en el bosque, ahí donde las colinas saludan al sol y a la luna, ahí donde entre sus oscuras sombras historias de amor y tragedia se desenlazan sin ninguna prisa, justo como las que le voy a relatar, y es que esta historia de la que he sido testigo se remonta en el siglo 18, una época de vasallos y feudales, donde los caballeros eran gallardos duques y mosqueteros valerosos y las doncellas, delicadas señoritas refinadas, pero en esta corta historia que les he de narrar una doncella solo de título, hermosa como una mañana cálida luego de una noche lluviosa, pero con el carácter de una serpiente majada por un carruaje, conoce finalmente el amor, en el hombre que menos lo pensaba… así que sin más que agregar

"sentaros en donde os sintáis cómodos y leed con atención cada una de mis palabras…"

Era una tarde de mayo, las lluvias habían comenzado a caer alrededor de la cuidad de Rodorio, un encapuchado corría veloz sobre su negro corcel, a propósito pasaba por los enormes charcos empapando su capa café volviéndola casi negra, no se detuvo hasta encontrase cara a cara con unas enormes puertas de metal con un dibujo parecido a un cangrejo en que se partía en dos al abrirse y que escondían, junto a una alta muralla, un hermoso paisaje, una mansión más parecida a un castillo con más de diez enormes perros. El encapuchado bajó de su corcel y empujó con fuerza hasta abrirlas, monto de nuevo y levantando pringues de agua llego hasta el establo, quedando paralizado por la imagen que encontró.

…..

Me preguntarais mis lectores, ¿qué importancia a de tener que nuestra actriz principal ate o no su corcel al establo?, bien pues he aquí la respuesta, tan solo unas horas antes de su llegada y detrás de las enormes instalaciones donde dormían los caballos, un joven peliverde con un arco en su mano, trataba de dar caza a este servidor pensando que era yo un ciervo despistado, no tuve más remedio que ocultarme entre la paja y esperar que el temible cazador ocultase su arma, pero al guardar silencio me di cuenta que no estaba solo, ahí, en medio de tantas bestias, una figura angelical, de rostro aniñado y tez blanca como la nieve de las más altas montañas, cepillaba con delicadeza la crin de un yegua como si envidiase su textura, tarareaba un canción tan hipnotizan te como la de una sirena, y sonreía como si la gracia divina le estuviera susurrando en su oído, no fue si no ese cazador entrometido que rompió el mágico momento como bola de cristal y luego cautivo el corazón del ángel virginal que lo observaba aterrada.

Lo siento—dijo el joven bajando su arco y flecha que apuntaba a la rubia—he tenido la osadía de ingresar a sus tierras tras un gordo ciervo que serviría como trofeo en mi cuarto—replico mientras se quitaba su sombrero y hacia una leve reverencia a la joven.

—No sé qué desprecio más—dijo la rubia poniéndose de pie—si el atrevimiento de estar en mis tierras o la crueldad con la que te escusas cazador.

El joven alzó su vista y observo los zafiros de la chica mientras esta se ponía de pie y recuperaba su aliento.

—Los animales—continuó la joven—son criaturas divinas, poseen un alma por si no lo sabias…

El joven sonrió, se acercó esta vez y sin temor besó la mano de la jovencita que de inmediato se sonrojo, su corazón dio un vuelco ante tal demostración de timidez y sus ojos se cautivaron como si de una aparición angelical se tratase, su cabello rubio caía a un lado sobre su pecho en una larga trenza y sus ojos como dos pedazos de cielo lo recorrían de arriba a abajo.

—He de pedirle mil disculpas, más por lo que diré ahora que por lo que dije anteriormente, pues creo que es imposible que exista criatura más divina que usted—dijo el peliverde retirando su mano y retrocediendo con elegancia.

En ese instante fui testigo del amor a primera vista de aquel par de jóvenes, ambos sonreían y a pesar de tan atropellado encuentro cupido había lanzado su flecha justo ahí, ante mis curiosos ojos, sentí la necesidad de tocar una canción con mi flauta de plata pero en ese instante la desgracia sucumbió.

—Mi padre es un hombre temible cazador—dijo oscureciendo su rostro—considerará un atrevimiento que haya besado mi mano y podría mandarlo a la horca.

—Entonces, si he pagar tal precio por besar su mano—comentó el joven acercándose—la horca a de valer hasta para probar sus labios.

Ella lo observó con duda pero al mismo tiempo con una sonrisa, jamás había contemplado de cerca el hermoso color verde del bosque en un par de orbes que la observaban con ternura, sus delicados dedos tomaron un travieso mechón verde que se atrevía a interponerse entre sus labios.

Pero el ruido de la puerta al abrirse hizo respingar al par de enamorados y tras de ella la figura del encapuchado misterioso que en ese momento se reveló, causo temor en ambos jovenes.

— ¡Alejate de ella extraño atrevido!—dijo mientras bajaba de su caballo y desvainaba su espada—June, no te acerques a ese tipo ven a acá—replicó mientras apuntaba sin temor al peliverde.

—Permítanme presentarme señoritas—anunció mientras dejaba caer el arco que aún tenía en su mano—Mi nombre es Shun, hijo menor del Conde de Rodorio, Mitsumasa Kido y por error…

—Y uno muy grave…—interrumpió la joven peliverde.

—Ya basta Shaina… él ya se iba…

— ¿Podre verle otro día señorita?—preguntó Shun con una sonrisa dirigida a la rubia.

—En tus más remotos sueños vagabundo… vete que te he perdonado la vida—interrumpió la peliverde aun con su filosa arma en sus manos.

—Hermana…

—Son hermanas… yo…

—Vete por dónde has venido… ¡largo!replicó sin dejarlo terminar de hablar—o me veré obligada a colocarte junto al hermoso venado que cuelga en la sala de mi casa.

El joven tomó su arco y salió sumamente aterrado y a toda velocidad hacia su mansión, no sin antes quitar la pluma de su sombrero y dejarla sobre la paja como obsequio a la rubia.

—Y tú hermana, debería darte vergüenza, estabas a punto de besar a ese oportunista—replicó mientras envainaba su espada y quitaba de golpe su capa—nuestro padre debe saberlo…

—No por favor… —suplico la rubia—no lo hagas… me encerrará en mi habitación hasta…

—Y es lo mejor, lo siento June, pero no permitiré que ese desgraciado consiga algo más de ti.

Y con la última palabra de esa joven impetuosa, cargada de ira y desprecio, ambas doncellas, aunque una de ellas no merecía tal título, regresaron a la enorme mansión, ¿Qué si las perseguí? Claro… si no, no podría contaros la historia que justamente aquí se pone más emocionante, soy un ser mágico, capaz de ocultarme hasta en los más inimaginables lugares, como por ejemplo la habitación de June, lo sé, lo sé, pensaran que soy un pervertido… pero a los sátiros adoramos las ninfas y como esa joven ninguna, le daba la razón a ese cazador quedar cautivado por tal imagen.

En el comedor principal, un hombre de cabellos azules bailoteaba sus dedos en la mesa, mientras que con su otra mano sostenía su cabeza, de vez en cuando observaba una sopa ya fría y su copa de vino vacía, el sonido de la enorme puerta de madera al abrirse lo hizo brincar en su lugar, observó con una ceja levantada la imagen casi teatral que se le presentaba, su hija mayor caminaba apresurada y tras de ella la más pequeña suplicaba con lágrimas en los ojos.

—Pero ¿Qué es este escándalo?

—Padre… June ha conocido a un hombre en el establo—soltó la peliverde de brazos cruzados.

—Padre dejame explicarte…

—Sabes las reglas jovencita—dijo el hombre con su ceño fruncido—hasta que tu hermana mayor se case, tu no podrás desposar hombre alguno.

—Padre…—hablo un joven de cabellera igual que su progenitor quien a paso lento se acercaba y sujetaba con estimo a la peliverde del cuello—¿no es mejor decirle a June que se haga monja? ¿Quién querría casarse con una mujer tan hostil y arrogante como Shaina?

—Habrá de haber algún desquiciado…—susurró su padre—solo hay que saber buscar.

—Ya callate Ángelo… —reclamó la peliverde—y tú también padre… ¿oh es que acaso se han vuelto locos? no soy una yegua para que me busquen garañón.

—No querida, es que una yegua sentiría pesar por llevar tu estirpe—rió su hermano mientras las soltaba.

—Ya basta Ángelo, sentaros todos…—ordenó el mayor—a cenar y luego hablaremos del asunto.

—Me niego rotundamente—dijo Shaina poniéndose de pie—si piensan que tomare una tonta lista de presuntos caballeros dispuestos a desposar tu dinero están equivocados—replico mientras salía de la habitación—ni aunque el mismísimo diablo vinera por mi mano, la aceptaría.

Los sirvientes que estaban cerca se santiguaron mientras su hermano mayor se partía a carcajadas.

—Vete, vete hermanita—exclamo el peliazul más joven— que ni el propio demonio te soportaría.

—Ángelo… suficiente, en cuanto a ti… June.

La joven bajó su cabeza y negó con suavidad escuchando a su padre, mientras que su hermano suspiraba resignado, él sentía compasión por su pequeña hermanita, tan dulce y bella, y al mismo tiempo le ingresó una curiosidad, ¿Quién sería el hombre capaz de atravesar el muro de piedra e ingresar a los establos? Seria espectacular encontrar con su ayuda algún loco que se atreviera a conquistar a Shaina, sonrió y se hundió en su cena.

Podríais imaginaros la cara de decepción de nuestro ángel rubio… pero de igual forma no solo ella sufría, su cazador soñaba despierto en su casa, hablaba sin parar de tan fascinante encuentro a uno de sus sirvientes, el de más confianza, a quien consideraba su amigo y quien solo reía de las aventuras de su señor.

—La hubieras visto Hyoga, era… hermosa, como la misma afrodita—dijo mientras tomaba una manzana de la cesta en la cocina y le brindaba un mordisco.

—Mi señor ha quedado encantado entonces—rio—¿pero ya se ha dado cuenta quien es la bella doncella de la que me habla?

El peliverde dio un salto y detuvo su andar, volteó su mirada confundido hacia su sirviente y negó.

—Por lo que me ha descrito puedo asegurarle que se trata de June, la hija menor del Duque Cangrio, el señor Manigoldo.

—Y es eso ¿malo?

—Oh no mi señor…—continuó el rubio— lo malo es su hermana, el duque tiene ciertas costumbres y una de ellas es el orden de desposo de sus hijos—el peliverde tomó asiento y esperó—verá, su hijo mayor, es un viudo prematuro, por lo tanto solo quedan sus dos hijas…

—Eso quiere decir que para poder acercarme a June…

—Su hija Shaina debe casarse o por lo menos comprometerse.

—Pero porque he de preocuparme, buscaré algún conocido duque o marques…—el rubio soltó una carcajada.

—Si fuese tan fácil… esa endemoniada mujer ya estuviera casada.

— ¿Endemoniada?

—Es tan hermosa como una princesa de cuentos de hada, pero tan sensible como un toro salvaje, no ha existido en el mundo una fiera tan difícil de domar como ella—termino mientras reía una vez más.

La tristeza acumulada en el rostro de su señor lo obligo a callar, esa joven había robado su corazón y él, solo empeoraba la situación, necesitaba encontrar algún hombre capaz de comerse un muerto de ocho días y no eructarlo alguien como...

—Shun… Hyoga…—gritaba un joven trigueño mientras entraba en la cocina— ¿Dónde demonios están? ¿Qué no hay nadie en esta casa?

Como ¡Ikki!, el hermano mayor de su señor, un joven de apariencia ruda y seria, tenía el cabello corto y azulado justo como sus ojos, se caracterizaba por ser agresivo, solitario, violento, valiente, frío y lo mejor de todo, soltero, sin querer, tanto su señor como él se devolvieron las miradas.

— Mi señor ¿está pensando lo mismo que yo?

—Será algo peligroso…

—Casi imposible…

—Lo haremos—dijeron al unísono.

Mientras, en la enorme mansión la joven June paseaba de un lado a otro con la pluma que su amado le había regalado, verla era un deleite ante mis ojos, su cabello en una larga trenza se bailoteaba en la espalda y su vestido largo se arrastraba sobre el frio mármol, en una cómoda de madera una sirviente, hermosa, no tanto como la encantadora princesa cautiva, observaba de un lado a otro a su ama.

— ¿Quedarse en su habitación hasta que Shaina se case?—preguntó la noble sirvienta mientras se levantaba y tomaba asiento en la cama de la rubia.

—Así es Fler… —contestó June mientras se recostaba en la cama a su lado y bailoteaba la pluma del joven en sus dedos—debo decirle a mi amado y misterioso cazador que mi padre me ha enjaulado y que no me dejara salir si mi hermana no se deposa primero.

—Oh señorita June… —dijo la sirvienta mientras se sentaba y con un cepillo peinaba los mechones amarillos que caían en las almohadas— ¿Quién querría casarse con su hermana? , sin ofender, La señorita Shaina es tan hermosa como una mañana llena de rocío, pero tan hostil como una serpiente a la que le majan la punta de su cuerpo.

—Lo sé—dijo la rubia suspirando con pesar

De repente un ruido en la ventana hizo respingar a ambas damiselas, y al abrir el pesado vidrio un joven rubio de azules ojos les saludaba, al verlo la sirvienta suspiró.

—Buenas noches hermosas doncellas, he venido de parte de mi señor Shun Kido con un mensaje—dijo haciendo una reverencia.

Con suma rapidez fue ingresado a la mansión por las puertas de servicio y llevado a escondidas de Manigoldo y sus hermanos junto a June hasta su habitación.

—Mi nombre es Hyoga—dijo mientras sacaba de su pantalón una nota—mi señor Shun, sabe que para poder pretenderla su hermana mayor se ha de casar primero y hemos pensado en un plan.

— ¿Un plan?

—Así es…—prosiguió el rubio—mi señor tiene un hermano mayor, se llama Ikki—con solo el nombre las chicas fruncieron el ceño—y tenemos la certera idea que lograremos enamorarlos.

—Pero señorita eso es…—interrumpio la joven sirvienta.

—Una excelente idea—sonrió June—manos a la obra.

—En este papel esta una dirección, su hermana deberá asistir mañana al atardecer…—y terminando la oración el joven se retiró de la mano con la sirvienta, dejando a June con el pequeña papel en sus manos y soñando con la gran aventura que se les aproximaba.

Querrán saber que paso luego ¿verdad?, pues me dormí, vamos, era ya de noche y necesitaba recuperar fuerzas, no le contaré más, solo les diré que el amor que ambos jóvenes se profesaron solo al conocerse inundo mi mente y mi corazón, y por esa extraña razón metí mis cascos en esto, haciendo de esta historia una romántica y mágica aventura, no por nada los sátiros tenemos fama de buenos consejeros…

Por ahora me despido y espero veros en el próximo capitulo

Gracias por leer


1-algunas frases de la obra de teatro se veran por ahi

2-como en la mayoria de las historias de Disney el amor florece a primera vista.

3-el unico que se tardará sera el de Ikki y Shaina.

u.u tenia rato de querer hace un fic de ellos.

Gracias por leer, y si, ya sé que tengo algunas historias a medias pero no tardare en actualizar lo prometo, es solo que mi cerebro necesita liberar memoria para continuar.