Regalo para Cris Snape. Por ser una escritora maravillosa y por frikear conmigo sobre Lost.

Disclaimer: ni Aaron, ni el resto de personajes me pertenecen. Todo es propiedad intelectual de la ABC.

Bien, sé que es un poco tarde para esto, pero... ¡Estoy enganchada a Lost! Empecé a verla hace unas semanas y no puedo parar. Por desgracia, tengo muchas responsabilidades a las que hacer frente y tengo que ver la serie más despacio de lo que me gustaría.

El fic se sitúa entre la tercera y la cuarta temporada, justo después de la muerte de Charlie.

Es mi primera incursión en este fandom, por lo que no sé qué tal habrá ido. ¿Qué tal si me lo decís en un review?


Ausencia


Desde hace unos días, Aaron siente que algo ha cambiado.

Las manos ásperas y rugosas, que le prodigaban caricias y consuelo, han desaparecido de pronto, sin dejar rastro. Ya no hay besos torpes, repletos de amor, al despertarlo de sus siestas ni mechones de pelo rubio que le hagan cosquillas en el rostro.

En la vida de Aaron falta algo que siempre ha estado junto a él y, aunque el pequeño no puede explicar ni comprender el porqué de esa ausencia, no por ello es menos dolorosa.

Por eso, cada vez que la sensación de vacío se vuelve insoportable y se apodera de su pequeño cuerpecito, Aaron llora con todas sus fuerzas, desconsolado, agita sus puños con energía y patalea hasta el agotamiento.

Porque, quizás, si hace el suficiente ruido, la presencia a la que tanto echa de menos vuelva junto a él y lo acune, con ternura, una vez más.

Sólo una vez más.