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Pensamientos
Notas de la autora
Príncipe de Colores
Prologo
-No todos los príncipes son azules y vienen en Caballo blanco- Bufo la amatista –Sakura deberías quitarte esas ideas de la cabeza- Tomó un sorbo de su jugo y continuo viendo a la castaña, siempre era de esa manera, siempre que comenzaban a hablar de algún chico Sakura se negaba rotundamente a pensar en uno en especifico, al contrario decía y parloteaba de sus muchos mangas románticos personajes ficticios que ni en sus mas locos sueños podría encontrar en la vida real, y es que la castaña tenía un serio problema: Ella creía que su supuesto caballero vendría con una armadura brillante sobre un caballo blanco con rosas en una mano y un anillo de bodas en la otra.
-Pero Tomoyo- Replico la ojiverde –Si espero como es debido veras que algún día encontrare a ese príncipe encantador-
La amatista solo la miro con duda y no quiso replicar mas, ya varias veces había intentado convencerla, pues a sus 16 años de edad aun no conseguía novio y Tomoyo como la buena amiga que es se había dedicado los últimos 3 años de su vida a convencerla para aceptar una de sus múltiples confesiones, pues si a Tomoyo no le falla la cuenta Sakura tenía un promedio de 2 confesiones por mes, pero ninguna, absolutamente ninguna habían sido aceptada, ni siquiera daba una oportunidad pues la castaña solo contestaba con un: "Estoy esperando a la persona indicada". Esas palabras le hacían eco en la mente, estaba preocupada por su amiga, tanta amabilidad y hermosura en esa chica y no podía ser sacada al máximo nunca por que simplemente ella no podía enamorarse aun. Frustrada la amatista saco de su enorme bolso rosa una libreta donde comenzó a anotar nombres, todos los chicos de la preparatoria que conocía, desde el primer hasta el tercer grado, cada uno de ellos estaba siendo escrito porque definitivamente le conseguiría a Sakura un novio y uno de buena calidad, tan bueno que incluso el príncipe de caballo blanco se quedaría corto.
Sakura la miro confundida, sabía lo que estaba haciendo pero no importase cuando lo intentara ella no se enamoraría así como así, no lo aria de un chico guapo y alto aunque tampoco de un bajo y feo, ella simplemente se enamoraría de quien con sus encantos lograra llegarle al corazón, porque si de atractivos se trataba ya pudiera haber aceptado muchas cartas pero no, ella simplemente no lo quería así.
-Tomoyo deja ya eso, vamos a llegar tarde y tú escribiendo llegaras aun mas- Dijo Sakura mientras la tomaba de la mano para echarse a correr antes de que la campana sonara.
La campana sonó y ambas chicas entraron a su respectivo salón tomando asiento una junto a la otra.
Tomoyo solía ser así, decidida a lo que hacía e incluso a veces a Sakura le daba un poco de miedo, pero qué más da, ella simplemente no quería nada, en un momento de su vida si hubo alguien que le intereso, Eriol Hirazawa, pero ya era cosa del pasado. El chico ingles de cabellera azabache había llegado a la clase de Sakura el año pasado y como a ella y muchas de sus amigas había conmovido a todas las clase femenina, pero ¿y cómo no caer ante aquella sonrisa amable? Y a su encantador acento ingles, pero no, después de mucho pensarlo el chico se había convertido solo en su mejor amigo y nada más, pues Eriol había cautivado un corazón, pero lo más importante, a él lo cautivaron aun mas…así es…Todo fue producto de Tomoyo quien a pesar de ser esa chica que siempre está metida en la vida de Sakura se hizo unos 10 minutos de la suya para tener un romance con aquel muchacho de Inglaterra que ahora sin duda era el más feliz por estar con la muchacha más Bonita del instituto. Pero como no estarlo, Tomoyo era toda una maravilla, lista, amable, bonita, la chica perfecta, sus ojos amatistas y su cabello azabache le quedaba tan bien a su piel blanca y sus pequeñas sonrisas tan lindas a su rostro que era casi imposible resistirse, Incluso la misma Sakura pensaba que de haber sido varón ya hubiera querido estar con ella. Tomoyo era todo el contario a Sakura o como ella pensaba, era despistada y torpe, no muy lista y un poco extraña, pero también era amable y muy linda, porque aunque Sakura no lo sabía ella también era de desear, pues la castaña era de complexión baja y pequeña, tan pequeña que causaba una enorme ternura con sus enormes Ojos verdes y su cabello castaño hasta la cintura, y tal como Tomoyo su cuerpo no estaba nada mal, al contrario era de lo más exquisito.
Tan entretenida estaba su monologo Asia si misma que no puso atención a la clase de matemáticas, la pesadilla de la chica, pero pudo poner atención al aviso que daba la maestra, Justo detrás de la misma salió un Chico alto y ¿por qué no decirlo? También muy guapo, era de cabello achocolatado y alborotado y sus ojos eran del mismo color, se veía que estaba en buena forma y su cara era muy fina, pero tenía algo que a Sakura no le agrado para nada…Su expresión facial. Así es, aquel chico parecía de lo más frio y serio y era eso lo que Sakura no podía explicar porque pareciese que ese muchacho no podía sonreír.
-Mi nombre es Shaoran Li, tengo 16 años y vengo de Hong Kong- El muchacho se presento con una voz fuerte y algo tensa, fría y crédula. Todos estaban sorprendidos, sobre todo el sector femenino que miraba maravillado al muchacho, pero no tardaron demasiado en hacerlo pues justo detrás de él una muchacha de cabello negro arreglado en dos coletas entro rápidamente a abalanzarse sobre él.
-Xiao Lang, quiero estar en la misma clase que tu- Lloriqueaba la niña, que de niña realmente no tenía nada.
-Meiling apártate de mí- Exigió el muchacho, y acto seguido la muchacha de cabello negros llamada Meiling fue arrastrada a si a su clase que gracias a dios pensó Sakura, no era esa.
-Li, puedes sentarte atrás de Kinomoto- Li caminó hasta su asiento justo detrás de Sakura quien lo miraba concierto hilo de esperanza en sus ojos quien sabe porque mientras él se sentaba, la miro directamente y sintió como el color llego a sus mejillas y sin rodeos le dijo –Deja de mirarme- Acto seguido Sakura se sonrojo a más no poder y cambio bruscamente la mirada hacia enfrente.
¿Qué le pasa a este tipo? Pensó Sakura al menos debería ser más amable…aunque he sido yo la indiscreta
¿Deja de mirarme?...ENSERIO! DEJA DE MIRARME, que acaso no se me ocurrió nada mejor, pensó le muchacho de los ojos chocolate mientras observaba a su compañera, sin duda había sido un idiota al decirle algo tan grosero como eso, pero que mas podía hacer al sentir agobiado, era ya malo que las demás niñas lo vieran como para que Su Sakura fuera una más del montón, y sí, dijo SU Sakura porque era de él y nadie más, la respuesta es sencilla para cualquier pregunta, Shaoran Li no era cualquier niñato de preparatoria, ni nada por el estilo, era nada más y nada menos que el gran heredero de las corporaciones Li, hijo de una gran magnate al que se le fue confiado no solo una gran puesto de responsabilidad si no también una prometida a la cual cuidar. Tiene que ser ella, es la única Kinomoto mujer de la familia seguía pensando Shaoran, Sin duda alguna debe conocerme.
Fue la hora de descanso cuando Li decidía disculparse –Oye Sakura- Llamo al a castaña
Y a este que le pasa pensó Sakura, ¿Cómo podía el hablarle con tanta confianza si apenas se conocían?, la castaña solo lo miro con extrañeza y no contesto con palabra alguna.
-Tu…tu no me conoces ¿verdad?- pregunto desconcertado ante la mirada de Sakura, en al que claramente se veía la duda por todo el rostro
-Para serte sincera no, ¿tendría que conocerte?- La voz de Sakura fue molesta, entre cortada y hasta de enojo y es que aquel niñato quien se creía, solo por ser algo guapo no podía ir por la vida con el ego del tamaño de Júpiter creyendo que todos saben quién es. Sakura no sabía porque estaba molesta, si era porque le había hablado muy feo o simplemente porque ella sabía que estaba haciendo mal pero no quería rectificarse y continuaría con su trato grosero.
Shaoran no sabía cómo sentirse, pero sin duda alguna no era el mejor de los sentimientos el que por ese momento le pasaba por la garganta, pero se vio iluminado por una idea más grande de lo que el mismo podía imaginarse, Si ella no sabe quien soy…le demostrare quien puedo ser y acto seguido el muchacho hizo una reverencia en demostración de disculpa y salió corriendo mientras dio un pequeño recado al oído de Sakura –Sin duda alguna sabrás quien soy- Y como alma se lleva al diablo desapareció.
