¡Hola! Aquí estoy de nuevo, dispuesta a molestaros (?)

Bueno, pues este fic me salió así sin mas... después de leer el Kakashi Gaiden.

Es una carta que Kakashi le escribe a Rin, contándole sus sentimientos.

Disclaimer: Naruto pertenece a Kishimoto y yo hago esta historia por que estoy loca y sin fines lucrativos.

Espero que lo disfrutéis ^^


¿Por qué estoy haciendo esto? Soy un idiota. Siempre lo he sido, y siempre lo seré.

Yo… me gustaría saber, al menos, si estás viva. Sería un poco tétrico escribir a un muerto. Aunque nunca nada ni nadie vaya a leer esta carta.

Rin.

No se me dan bien las palabras, pero eso ya lo sabes. Qué idiota soy. Lo voy a intentar.

¿Te acuerdas de aquel día? Por supuesto que te acuerdas; ¿cómo no ibas a hacerlo?

Yo nunca había tenido amigos. Pero… ese Uchiha lo consiguió. Gracias a Obito Uchiha soy quien soy ahora. Él me hizo ver. Y no sólo ver, sino observar y comprender. Ese día hice mi primer amigo. Y ese mismo día lo perdí. Qué idiota.

Asumo toda la culpa. Él me entendió. Fue, es y será el único que lo hizo. "Aquel que no obedece las órdenes en el mundo ninja es tratado como la escoria. Pero aquel que abandona a los amigos es peor que la escoria". Yo… te habría abandonado sino hubiese sido por él. Me doy asco.

Él te amaba. Y yo también. La diferencia es que yo soy un cobarde y él no. ¿Paradójico? Puede. El te quería, a su manera. Yo lo único que hacía era deslizar ese muro entre nosotros. Idiota. Soy un completo idiota.

Y luego… cuando te marchaste.

Recuerdo la despedida. Nunca jamás la olvidaría.

Tus manos temblorosas bajando mi máscara, para luego posarse entre las hebras plateadas de mi pelo. Yo, levantándote la cara por el mentón, suavemente, y acercándote a mí por la cintura.

Y ese roce inexperto, tímido, encantador, dulce, delicioso, suave de nuestros labios. Luego, tus palabras:

"No puedo. No después de verlo morir. Lo siento. Te amo, Kakashi."

Te diste la vuelta. Y yo no tuve el valor suficiente para pararte y decirte que te amaba con locura, para suplicarte que te quedases conmigo, para decirte que mi vida no tenía sentido sin ti. Idiota. Idiota profesional.

Pero tampoco podía traicionarlo a él. No. Me dio su vida. ¿Y si hubiese muerto yo? ¿Hubierais sido felices? No sé.

Rin.

Sigo buscándote. Soy idiota. ¿Para qué?

Todas las semanas le llevo una rosa blanca a la tumba, como a mi padre. Todas. No sé por qué. No es para pagarle nada, porque nada podría pagar su vida. Soy idiota.

Y tengo miedo. Miedo de que haya dedicado toda mi vida a algo infructuoso, a buscarte, y que luego no aparezcas.

Ya casi no tengo fuerzas, Rin. Te amo.

Te seguiré buscando,

Tu idiota.


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Muchas gracias por leer. Un besazo.