Pareja: Victuuri.

Género: Romance, comedia, Drama, ¿?

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen sino a la propiedad creativa de Mitsurō Kubo y Sayo Yamamoto

Espero les guste ^-^


Yuri! In the sea

(El regreso de mis ridiculeces.)

"Prólogo"

Yuri Katsuki era un joven soñador que dedicaba parte del día a realizar búsquedas marinas y largas. Prefería estar lejos de casa para poder escabullirse pasar la tarde observando al apuesto príncipe Victor. Un aventurero alegre que navega últimamente cerca de su hogar.

Yuri era un príncipe del mar, un tritón de cola color azul que relucía a los colores de la luz, sin embargo esto cambiaba cuando tocaba el suelo humano. Él descubrió este secreto o su habilidad más bien en su adolescencia. Así que a veces salía al mundo humano siendo uno a pasearse o hacer algo de su interés. Siempre y cuando no tocase el agua por que le saldría una enorme cola de pez otra vez.

Nadó hacía la orilla por su ropa de mortal que escondía en unas rocas, sabía que al anochecer el Príncipe Victor tendría un baile y él definitivamente quería estar ahí. ¿Por qué? Por que quería estar de cerca y esa era su oportunidad más cercana de conocerlo o simplemente mirarlo desde otro punto fuera del mar. Y más aún por que tenía prohibido enamorarse.

O tal vez había pensado eso demasiado tarde.

Se puso sus ropajes de siempre y miraba su reflejo en el agua cristalina. ¿Eso le bastaría no es así? Se cuestionó un rato tras otro mientras le temblaba el cuerpo entero. ¡Él en el palacio! Se estaba volviendo loco.

Cerró sus puños con firmeza y respiró hondo a la vez que se repetía así mismo: Solo veré de lejos, solo veré de lejos.

Al llegar a la gran entrada de palacio, Yuri sintió nuevamente su ánimo estropearse por el suelo. Todos iban adornados hasta las narices, llenos de adornos y ropajes finos. ¡Sus escamas eran las más brillantes y bellas de todo el mar! Pero no podía tener ese nivel de ropa humana. Contra su moral decidió hacerse pasar por un ayudante de palacio. ¿Eso lo haría más fácil? Para Yuri sí qué nada más pretendía mirar de lejos. Aún así, su rostro liso y encantador no podía dejar de llamar la atención entre los demás.

Tomó prestado un traje de mayordomo entre escondidas y demás ya se encontraba sirviendo bocadillos. A Yuri le gustaba el ambiente terrestre más que el marítimo, la gente era divertida la mayor parte del tiempo y celebraban más que en el mar. Le gustaba estar ahí y aprender de ellos.

Pero lo que más le gustaba era ver el príncipe Victor. Su sonrisa le hacía sentir una calidez que ni él mismo reconocía y simplemente no podía dejar de mirarlo.

Al inicio él recordaba que caminar era todo un desafío pero ahora era como nadar en el agua. Pasear la fina charola ornamentada de plata ya no era una dificultad para su cuerpo humano. Escuchó sonar las trompetas y él sabía lo que se avecinaba. Su piel se erizo y no sabía si debía mirar.

Por la escaleras, el príncipe de pelo blanco grisácea se hizo lucir, dio una hermosa sonrisa que cautivada al mundo y parecía que él lo disfrutaba. todo el mundo estaba atento, sonriendo y admirando la belleza del príncipe. Yuri por su parte se quedó estático.

Al bajar fue recibido por una bella mujer y empezó un bello baile. A Yuri le gustaba ver bailar a las personas, ellos, los humanos tenían pies y sabían aprovecharlos. Le gustaba ese mundo por muchas razones, aunque definitivamente con su aleta era más veloz nadando que ningún otro humano. Mientras servía bocadillos a lo lejos sentía una mirada, volteó ligeramente al sentirse incómodo y ahí vio unos ojos azules que lo miraban desde los lejos a momentos. ¿El príncipe Victor lo había notado?

Sintió un pequeño escalofrío y calor en su piel, tal vez debía escapar y aventarse al mar ya. Estaba muy nervioso y excitado a la vez.

—¿Eres nuevo?—preguntó una voz suave y melódica a sus espaldas.

Yuri dio un pequeño salto del susto pero el príncipe lo detuvo antes de caer por completo.

—S-Sí….—contestó nervioso. Una cosa era tenerlo de lejos y otra de cercas. Muy de cerca.—Y-yo lo siento majestad, lamento haberle….—decía pero el otro lo sujetó con un poco de más fuerza provocando que se sonrojara más y desviara su mirada, sentía el aliento real del otro y eso le ponía aún más estresado.

—¿Cuál es tu nombre?—sonrió a la vez que preguntaba el nombre de la cara que se había encontrado.

—Yuri.—dijo por lo bajo.

El príncipe hizo una "O" con boca sorprendido.— Igual que él Lord de por allá.—dijo mientras lo miraba igual intrigado por el adorable aspecto del nuevo aparentemente mayordomo.

ambos se miraron fijamente el uno al otro, el más bajo de los dos más nervioso que el otro hasta que una voz más alborotada llamó la atención del príncipe. Yuri escuchó decir a su majestad un bobo "ah, ya voy yuri" y se retiró a su perspectiva muy feliz. él su cabeza se sentía a la vez bastante su real pues había sido tocado por prácticamente la persona que más le gustaba en el mundo,en la tierra y en el mar. volteó su mirada al príncipe y nada ma´s veía esa sonrisa y un joven rubio bastante molesto. Vea esos dos semblantes y escuchaba murmullos. ¿Pareja? ¿Prometidos? ¿amor? No escuchó la bandeja de plata golpear el fino mármol del suelo. Solo corrió al jardín a tomar aire y miró sus manos.

Seguía en carne y hueso.

Y es que temía en el fondo convertirse en burbujas de mar.