Los personajes de Saint Seiya The Lost Canvas son propiedad de Shiori Teshirogi y de Saint Seiya Clasico son propiedad de Masami Kurumada, en cambio los personas OC'S son de mi autoria.


LA ASCENCIÓN DEL OLIMPO


El Misterio de la Mística Koré


Capítulo 1: "Un mundo lleno de incertidumbre"


- Athena… Athena… - Sasha se encontraba inconsciente dado que su alma como Diosa de la Guerra estaba atrapada en una especie de reloj lleno de arena.

- "¿Dónde estoy?" – Fue lo primero que pensó, abriendo con pesadumbre sus ojos notando que estaba en un lugar misterioso.

- Estas en mis garras Athena… - aclaro aquella voz que resonaba en todo el lugar, la muchacha de cabellos largos y de color lila diviso aquel misterioso lugar, estaba sorprendida pero lo que no podía era hablar con palabras.

- "¡¿Quién eres?!" – la voz no se hizo escuchar dado que la Diosa de la Guerra noto varias figuras rodeando su prisión.

- Ten más respeto con nuestro amo, Athena… - la muchacha de 15 años tenía un semblante serio, ya que no podía comprender él porque estaba ella en ese lugar.

- Sí, porque no sabes lo que te puede pasar si no cumples tu deber, primero no conoces todas las verdades de tu magnifico santuario y de tus caballeros – Sasha noto como su cuerpo era consumido por la arena que caía sobre de ella, su fuerza se hizo presente como también su cosmo.

- "¿A qué se refieren ustedes?" – las entidades eran tres y eso sorprendió a Sasha quien abrió sus ojos grandes al notar quienes eran.

- Nosotras nos referimos de una maldición que te será puesta hasta que tú misma soluciones el dolor de tus santos de manera rápida antes que un igual a ti, atraviese los límites y te maté, si ella se arrepiente de no conocer a su mitad y su… - la entidad del medio se adelantó mostrando consigo una armadura que destellaba colores rojizos y negros, para dar paso a su energía cósmica haciendo que el alma se la Diosa Athena sea arrojada a una especie de hoyo negro.

- ¡Ah! – Sasha estaba perdida, no sentía su fuerza ni su cuerpo. En ese preciso momento notó una canción que se dejaba oír a su alrededor, le parecía triste y sintió como si fuera sostenida por una esencia que no sentía – Es cálido notar esta alma, además la melodía es triste… Tengo el presentimiento que mi deber como Diosa no termino, poseo la fuerza para llamar a todos mis caballeros y ver qué es lo que me tiene perturbada – la joven de cabellos lilas cerro sus ojos para comenzar a desintegrarse en aquel vacío, su cosmos se convirtió en partículas danzarinas que salían mediante un portal hacia el plano que debe estar.


El Santuario estaba siendo un lugar en donde dos jóvenes estaban melancólicos, ninguno podía hablar, ya que a su edad el sentimiento que tenían era la nostalgia de recordar a cada uno de sus amigos y compañeros de armas. Shion de Aries estaba sentado en el trono del patriarca a la espera de que su disputa de ser o no ser el patriarca del santuario; Todo acabo de la peor manera pero lo más desagradable de todo eso era que él no sabía nada al respecto de nadie.

- ¿Por qué no asumes tu rol de Patriarca en este santuario y le damos un punto final a esto? – Dhoko quien estaba de pie y al frente en donde estaba su compañero, ya que debía de estar por partir a Rozan con el fin de custodiar el sello, pero en ese mismo instantes presenciaron algo raro en aquel templo – Shion ¿Sentiste eso?

- No Dhoko… ¿Por qué lo preguntas? – El joven de procedencia oriental se acercó a donde sentía como un ruido, se acercó para fijarse detrás de las cortinas al correrlas notó como una caja pandora se movía de un lado a otro – Dhoko ¿Por qué no me respondes?

- Shion ven y observa esto – El lemuriano dejo salir un suspiro para ver qué era lo que observaba su compañero de armas.

- ¿Una caja pandora? "Qué extraño, nunca pensé que una simple caja se moviera frenéticamente de un lado a otro… Como si quisiera decir algo, pero" – El santo dorado de Aries negó a lo que supuestamente sostenía su mente, pero descarto aquella alternativa o hipótesis.

Aquella caja tenía el dibujo de un ave que extendía sus alas en alto, pero en si el color de la caja de pandora era de un color plata; Dhoko observo como el santo de la primera casa quien supuestamente sería el nuevo patriarca, se acercaba de a poco ha aquella caja de pandora.

Pero no era mucho lo que dudaba Shion, sino que era ¿Cómo puede una caja moverse tanto? Todo era dudas y más dudas pero antes de que el joven de cabellos verdes tocara la caja esta se paró repentinamente asustando a los dos santos dorados sobrevivientes a la guerra.

- "Inquietante son los movimientos provenientes de aquél objeto, un oscuro augurio parece presagiar el extraño comportamiento de la Caja de Pandora" – Shion se agacho para estar a la altura de la caja para inspeccionarla por dentro y por fuera, para ver si tenía algo raro.


En una lejana y mítica edificación montañosa, la cual pocos conocen su ubicación así como real existencia. Una bella doncella dormía en una habitación que tenía antorchas colgadas en diferentes ángulos del cuarto y con una alfombra llendo de la puerta hasta donde yacía ella, cuando un abrupto sobresalto le hace emerger de su reposo.

- ¡¿Qué fue eso?! – Sasha se despertó al notar que no era su templo sino otro con algunas cosas que le pertenecían a una niña pequeña – "¿Dónde estoy? Que sueño más extraño, es como si lo viviese en carne propia" – La muchacha de cabellos lilas coloco su mano en su frente mientras tenía un semblante tenso y preocupante.

- Jajaja – La joven diosa se puso de pie al momento que escucho unas risas malévolas retumbando en aquella habitación, no sabía porque había bajado a la tierra y menos él porque estaba allí en aquella habitación.

- ¿Quién eres? – Sasha se tensó cuando sintió como el fuego que emanaban las antorchas se apagaban de repente y mostrando en la habitación una sombra de temer.

- Sea bienvenida Diosa Athena – aquella entidad hizo una reverencia sin de dejar de reír malévolamente por lo bajo, ya que la muchacha de cabellos lilas no dejaba de mirarla de soslayo porque ya estaba teniendo un mal presentimiento – Mi nombre es Koré de Apus, y soy una de sus verdugos.

- ¿Cómo dices? "No entiendo lo que anda sucediendo aquí, pero… ¿Ella puede saber porque descendí de nuevo a la tierra?… ¿O no? Lo mejor es intentarlo" – La entidad quien revelo su nombre se acercaba a paso tranquilo a donde estaba Sasha parada.

- Perdone si la he ofendido pero hay cosas que usted debe de saber, una de ellas por qué descendió a este mundo lleno de bastardos que te dan la espalda para seguir con el ideal de protegerla – Sasha estaba sorprendida con el tono que uso aquella entidad, primero no sabía cómo responder porque sentía como si su cosmo energía la alertaba de que su acompañante no estaba en este mundo – Dígame usted… Ya que se hace llamar Athena, la Diosa de la sabiduría y de la guerra justa… ¿Usted sabe porque estoy aquí?

- "¿A dónde quiere ir con esa pregunta esta mujer?" – Sasha no respondió y eso provocó que Koré se acercara a ella para dejarse tomar por el cuello de una manera que no comprendía – Ya… Basta… ¡¿Qué deseas Koré de Apus?! – La susodicha dejo de hacer eso, para mostrarle que todo eso era un mal sueño.


Sasha despertó en ese momento, en su cuarto. Estaba muy sudorosa como también confundida por todo; Trato de reincorporarse por sus propios medios cuando sintió que las puertas de su habitación que estaba iluminada por la luz de la noche, mostrando dos rostros que reconoció al instante.

- "Dhoko, Shion" – Ambos caballeros se presentaron delante de ella haciendo la muestra de respeto que le daban, por lo tanto Sasha les respondía con una sonrisa de felicidad al verlos a ellos dos.

- ¿Cómo esta Diosa Athena? – Pregunto con sumo respeto Shion quien levanto su cabeza para encontrarse con aquella sonrisa de su Diosa a la que tanto alababa.

- Estoy bien Shion… - ambos caballeros se pararon al notar que la joven Diosa los miraba de una manera que sus ojos destellaban confusión.

- ¿Sucede algo Diosa Athena? – Pregunto Dhoko, quien observaba con sumo cuidado a la joven Diosa de cabellos lilas.

- Creo que si… Pero, no estoy segura si mi deber aquí en la tierra haya acabado… Sin embargo, quisiera preguntarles algo a los dos – Ambos caballeros dorados se miraron entre ellos, sabiendo que Sasha tenía su mirada puesta en ellos y en nadie más.

- Que nos tiene que preguntar – Hablo Shion con sumo respeto, mientras que Sasha se ponía de pie para después avanzar hacia ellos.

- ¿Están dispuesto a volver a ser caballeros dorados y de ayudarme a revivir a sus compañeros? – Dhoko y Shion tenían un semblante de sorpresa absoluta, y más el custodio de Aries estaba algo aturdidos con aquella pregunta algo ¿Rara? Pero en ese momento se empezó a sentir de nuevo el sonido de una caja moviéndose frenéticamente.

- "¡¿Es encerio?! ¿Desde cuándo una caja te exaspera de esta manera?" – Pensó Dhoko mientras que se daba la vuelta para ir al lugar donde estaba la supuesta caja de pandora.

Sasha estaba algo anonada por el repentino comportamiento de su caballero dorado, pero en cambio, Shion cerro sus ojos y dejo salir un suspiro, para después dirigirse a la reencarnación de la Diosa de la guerra.

- Para ahorrar sus preguntas mi Diosa, hace unos momentos… - Sasha poso su mirada en Shion, quien había bajado su mirada para evitar algún contacto con la deidad – Cuando Dhoko y yo llegamos al templo principal… - La muchacha de mirada verde miro con perspicacia al primer custodio, para posteriormente ponerse de pie y comenzar avanzar con calma hasta el lemuriano – Memorando lo que vivimos durante la guerra santa contra Hades, y Dhoko comenzó a sentir un ruido, y… - En ese mismo instante las puertas de la habitación se abrieron de golpe para así dejar paso al séptimo custodio quien consigo traía la anterior caja pandora, que se suponía se movía por si sola.

- Ya me canso esta dichosa caja – El santo de Libra dejo caer al suelo a la caja que ahora comenzaba a moverse por sí sola de nueva cuenta, pero esta vez Sasha se agacho para mirar con sorpresa aquella danza que estaba haciendo el objeto. En cambio, Dhoko se quedó de pie con el ceño fruncido, ya que estaba enojado con aquella caja.

- Qué extraño – Fue lo que dijo Sasha mientras miraba de todos los ángulos a la caja que de a poco dejaba de moverse, como si la misma respondiese ante la presencia de la deidad – Es la primera vez que veo una caja como esta y de que se mueva por su propia voluntad… "Extraño, pero a la vez inquietante" – Al dejar de inspeccionar el exterior de la caja pandora, Sasha se arrodillo para quedarse mirando el dibujo que tenía grabado en una de las caras de aquel objeto cuadrado - ¿De quién puedo ser el portador? – Sasha fijo su mirada en Shion y en Dhoko quienes volvieron a cruzar miradas, para posteriormente el santo dorado de Aries se llevara una mano a su mentón.

- La verdad Diosa Athena, que no tengo noción o registro de algún caballero o amazona que haya portado esta armadura – Aquella respuesta no le favoreció del todo, ya sabiendo que esperaría a que la respuesta indicada le llegase.

- Lo que yo puedo aportar, es de que esa armadura es de Ave del Paraíso una de bronce y no de plata – Sasha levanto su mirada hacia Dhoko quien ya había dejado su enojo aún lado para posteriormente optar el mismo semblante pensativo que tenía Shion anteriormente.

- El nombre en griego de esa constelación es Apus ¿cierto? – Los dos caballeros dorados sobrevivientes asintieron a las palabras dichas por Sasha – Ahora se me aclara todo – al decir esto Sasha notó que sus dos caballeros dorados la estaban mirando perplejos.

- ¿A qué se refiere con que se le aclaro todo? – La muchacha de cabellos lilas dejo salir un suspiro para posteriormente mirar con tristeza a sus dos caballeros para evitar tenerlos preocupados y sin entenderla.

- No sé por dónde empezar, pero lo que si deseo es que llamen a los pocos aprendices o caballeros que sobrevivieron a la guerra contra Hades para así sepan que yo he descendido de nuevo a la tierra con el fin de proteger a los humanos – Dhoko sonrió para así mirar a un Shion que no sabía que decir o pensar, porque sabía que él iba a dar el comunicado y no otro, no obstante, Sasha sabía que el santo de Aries estaba confundido o aturdido pero opto por tomar las dos manos del lemuriano para así transmitirle su confianza. – No te preocupes Shion, sé que dirás las palabras exactas ante los pocos santos a mi disposición y que sigan residiendo en el santuario.

- Gracias Diosa Athena – Shion se puso de pie para hacer una reverencia y salir de aquel cuarto en compañía de Dhoko así dejando a la Diosa sola en la habitación de la misma.

- "Será mejor que vaya a la sala del trono para estar segura, porque estando yo sola aquí, haría que mi persona corra peligro" – Al pensar aquello le daba una calma, pero a la vez inseguridad dadas las circunstancias de que vuelva aparecer aquel extraño ente frente de ella.


Ambos caminando en silencio rumbo hasta el descenso por las doce casas, pasando por cada templo las voces y palabras sabias de sus compañeros le daban aliento en todo, más que nada dolor. Eran los únicos caballeros dorados que habían quedado y lucharon hasta que la guerra terminase, pero todo aquello era un precalentamiento a lo que se avecinaba.

Dhoko se gira para mirar el semblante serio y despreocupado que llevaba su mejor amigo, era extraño ver esa apariencia, pero conocía a la perfección a Shion - No vayas a cometer un error Shion – El lemuriano para en seco para abrir los ojos enormemente al escuchar aquellas palabras un poco inofensivas. Dhoko también se detuvo quedando los dos en la sexta casa.

- ¿A qué te refieres con eso Dhoko? – El joven de cabellos castaños cierra sus ojos para después comenzar a reír socarronamente, y esto Shion se percató - ¿Por qué demonios te ríes? –

- Jajajaja… Vamos Shion, parece como si dar un comunicado te haya espantado del susto – El peliverde frunce el ceño fastidiado por el comentario burlón de su compañero y amigo, con su dignidad por los suelos, Shion opto por dejar salir un suspiro y seguir avanzando hasta su casa donde se supondría que estarían los pocos aprendices e integrantes del Santuario a la espera de respuestas.

Ambos continuaron su rumbo hasta por fin quedar al pie de la montaña del zodiaco, viendo toda la cantidad de aprendices y soldados que parecían estar algo expectantes a lo que dirían ellos dos.

- Compañeros les tengo noticias, una de ellas es que salimos victoriosos en la guerra santa contra Hades. – Los aprendices que había se miraron algo felices, pero el discurso de Shion era más largo y Dhoko sabía que pocos iban a entender las circunstancias – Además, un montón de caballeros y amazonas murieron en batalla, haciendo lo posible de que Athena esté segura como también la tierra para así sellar de una vez por todas al Dios del Inframundo – Los murmullos se dejaron oír como también notar como un soldado se acercaba hasta donde estaban los dos santos de oro restantes.

- ¿Eso quiere decir que los caballeros dorados que quedaban murieron en acción? – Dhoko y Shion agacharon la cabeza tristes, los que estaban allí cambiaron su semblante a uno tristes dado que el duelo iba a ser duro para muchos.

- Y la Diosa Athena ¿Esta bien o? – Las palabras de Teneo se dejaron oír acatando la atención de los caballeros de Libra y Aries.

- La Diosa Athena tiene un comunicado que debe de darles y quiero que los aprendices y caballeros como amazonas, nos acompañen hasta el templo patriarcal para que ella les diga lo más importante. – Amazonas, caballeros y aprendices se acercaron a los caballeros de oro para esperarlos a ellos – Por otro lado, quiero que los soldados que quedan, monten guardia hasta nuevo aviso – Acto seguido todos los soldados que se reunieron asintieron para así volver a sus trabajos.

Dhoko se giró a los que se acercaron para así decirles lo que va a pasar – Gracias por su valentía, a partir de estos momentos tendrán misiones y será una muy importante – Shion les indico el camino a los aprendices para así todos comenzar ascender por las doce casas, rumbo al templo donde estaba la Diosa Athena a su espera.


CUATRO MESES DESPUÉS


La fuente de Athena estaba lleno de médicos y enfermeras, atendiendo a los que habían sido resucitados. En el mes de enero Sasha había traído a la vida a Sage, Manigoldo, El Cid, Hakurei, Aspros, Deuteros y Yuzuriha; todos ellos estaban en buenas condiciones como también hablaron con la Diosa del porque habían sido revividos.

Febrero, faltaba poco para un cumpleaños de un santo de oro, Athena revivió a otros caballeros de oro, en este caso Degel, Kardia, Sysipho, Regulus, Hasgard, Asmita, Albafica y los de bronce, Yato y Tenma, por lo tanto en unas pocas semanas Yuzuriha. Pocos parecían estar felices por su regreso y más para Dhoko y Shion. No obstante, las cosas para el caballero de los hielos eternos su estado no era favorable.

- ¡¿Cómo que no despierta?! – La alteración y enojo de Kardia por su amigo era enorme, dado que Sasha parecía estar afligida por el problema.

- Kardia entiende, que Degel está en un sueño profundo y su despertar es difícil – Hablo Sage con suma calma para evitar gritarle al santo de Escorpio.

- Ya paso más de un mes que fuimos revividos y uno de nosotros no despierta – Asmita se acercó a su compañero de armas para propinarle un golpe en la cabeza provocando que Kardia callera al suelo.

- ¡Ya deja de estar armando un escándalo Kardia! – Sasha levanto su mirada para dedicarle una sonrisa a Asmita quien se lo devolvió con un gesto.

Las puertas de la sala del trono se abrieron abruptamente para dejar paso al médico responsable de los que fueron revividos en ese día. Todos los que estaban allí se voltearon para observar al recién llegado.

- ¡Patriarca y Diosa Athena! Tenemos un gravísimo problema en la fuente de Athena – Todos los caballeros dorados guiaron sus miradas a los representantes del Santuario quienes parecían estar muy preocupados.

- "Qué habrá sucedido ahora… Por Zeus, tengo un mal presentimiento sobre todo esto" – Sasha se puso de pie para tomar a Niké, para alzarlo y tele transportar a todos los que estaban allí hacia la fuente de Athena.


Todos ingresaron portando su armadura dorada, Shion estaban muy desconcertado con la viva imagen de todas las enfermeras y algunas amazonas iban corriendo de un lado a otro. Aspros frunció el ceño al percatarse de que el lugar en donde estaban parecía estar rodeado por otros cosmos que no eran los suyos.

- Sysipho – Llamo el caballero de Géminis a su compañero quien se giró para mirarlo, para así ambos quedarse al pie de una habitación que parecía estar abierta y en la cama parecía haber el cuerpo de una joven de cabellos verdes.

- ¿Qué sucede Aspros? – El de cabellos azules inhala un poco de aire para juntar fuerzas para comentar su presentimiento a su compañero de armas.

- Sucede que la fuente de Athena, está rodeada de cosmos ajenos a los habitantes del Santuario – El caballero de Sagitario frunce el ceño algo extrañado para ser él quien compruebe eso y notar que el Geminiano no mentía.

- Hay que avisarle a la Diosa Athena de esto – Aspros asintió para así los dos ir directo hasta donde estaban los demás.

En una habitación, Sasha estaba arrodillada al lado del cuerpo dormido del caballero de Acuario. Transmitiendo su cosmos y rodeándolo al caballero de procedencia francesa, intentando hallar el problema del porque no despertaba y porque levantaba fiebre.

- "Por favor Degel, despierta que todos te necesitamos. Por favor despierta" – En ese momento Sasha se desploma en la cama alarmando a Sage y la mitad de la orden dorada.


No sabía dónde estaba, se miró notando que su cuerpo parecía una luz y después se percató de algo muy importante. Observaba a Degel estando sentado en compañía de una pequeña niña de dos chulitas, quien no mostraba su rostro sino este estaba oculto por una máscara de metal

- Bien Sophi, es mejor que repasemos de como destruir las cosas con un solo golpe – Aquel Degel no parecía ser el que conocía, sino a uno lleno de sentimientos que hacia sonreír y notar la calidez del mismo. Sasha miro con detenimiento hasta posar su mirada en la de una niña levantando su pequeño rostro hacia el caballero de Acuario. – Primero ¿Qué debes de hacer? –

- Elevar mi cosmos, para después enfocar un punto de destrucción y provocar que el objeto o lo que fuera sea destruido – La reencarnación de la Diosa Athena abre sus ojos enormemente por la respuesta de aquella niña para después reparar en el sonido de la risa del santo de oro.

- Muy bien hermanita… - Deshaciendo su asombro, Sasha cambia su semblante por uno de extrañeza dado que Degel había dejado en una mesita de luz un libro que sostenía para posteriormente crear una esfera de luz dorada en su palma – Ahora necesito que crees esta misma esfera, pero en tu pequeña manito – La niña de nombre Sophi o diminutivo, se baja del sillón para poner su manito mirando hacia arriba para crear una esfera de color fucsia con la misma densidad que la del caballero de los hielos – Excelente Sophi, excelente –

- Gracias hermano – Respondió al alago para después acercarse a su único hermano y abrazarlo, al aquello Sasha sonríe cálidamente al observar aquella escena tan tierna y a la vez triste.

- "Es extraño ver a uno de mis caballeros, que es tan serio y demostrando que los sentimientos no valen. Pero ver a Degel con aquella niña, es como sentir su verdadera apariencia como humano, alguien cálido y dulce a la vez… En cambio, ¿Por qué esa niña y él tienen ese lazo tan hermoso como lo es la fraternidad? ¿Qué sucedió en verdad?" – Al formular aquellas preguntas y meditar la imagen, en un abrir y cerrar de ojos ya estaba en donde había estado antes de entrar en trance. Levanto su cabeza con rapidez para notar que sus caballeros estaban todavía allí, casi todos, pero uno de ellos se acercó a ella.


- Señorita Athena ¿Se encuentra bien? – Pregunto Shion mientras ayudaba a ponerse de pie a la deidad.

- Si estoy bien… Pero Degel no – Aquello no acento del todo bien, entre El Cid y Hasgard se acercó Kardia con rapidez para después observar el cuerpo inerte de su mejor amigo y después mirar con preocupación a la Diosa.

- ¿Qué le sucede a Degel, Athena? – Sasha agacho la cabeza y juntar sus manos para llevárselas a su pecho, que de él sentía un enorme nudo de dolor provocado por aquella imagen que desprendía la tristeza y arrepentimiento que parecía estar experimentando en un sueño el caballero de Acuario.

- Parece ser que Degel no desea despertar, dado que en su mente vaga la imagen o escena donde esta él de pequeño en compañía de una niña de cabellos verdes con dos chulas altas, en donde él le estaba dando lecciones de como destruir las cosas con el cosmos – Kardia retrocedió con horror al ya notar por qué su amigo no despertaba, dudaba que "no deseara despertar", pero había algo que obstruía aquello.

- "Entonces ¿Qué le habrá sucedido a Sophi?" – Tenia su mente en blanco y con aquella pregunta flotando, él tenía la viva imagen de aquella niña alegre y cariñosa con todos, más con su persona y con su hermano mayor, en este caso con Degel. En ese preciso instante se siente como alguien hipando - ¿Quién está hipando? – Pregunta Kardia guiando su mirada desconcertada hacia sus compañeros y en ese momento se le ve a Regulus arrodillado en el piso con su mirada fija en el suelo y con su mano al pecho tratando de recobrar el aire.

- "No… No puede ser… ¿Ella? Sophi… mí amada Sophi…" Prin… Princesa… La… niña de cabellos… verdes… es… - Sysipho se acercó a su sobrino para ayudarlo pero en pocos segundos el caballero de Leo pudo recobrar el aire en sus pulmones y de dejar hipando.

- Parece que nuestro compañero tiene una hermana menor y se entiendo que iba a ser una amazona – Acoto Albafica despreocupadamente, tomando asiento en la ventana y enfocando su mirada celeste en el horizonte.

- Ay por todos los Dioses juntos – Exclama Manigoldo fastidiado por todo aquello, más enfocando su mirada en el santo de Leo quien miraba con tristeza a un punto vacío – No conozco a una mocosa y menos de que Degel tuviera una hermana menor, encerio Diosa Athena ¿Está segura de lo que vio? – Sasha asintió a la pregunta realizada por Manigoldo y levanto su mirada para observar a cada uno de sus caballeros.

- No te atrevas a llamar mocosa, a la pequeña ¡SOPHI! – Ahora sí, Kardia se lanzó hacia Manigoldo provocando que ambos comenzaran a pelear infantilmente, todos observaron aquella pelea infantil entre el cuarto custodio y el octavo, sobre todo a Shion, Dhoko y a Regulus prestar atención aquella escena inmadura que les asombrara.

- "Ah… Parece ser que este día va a ser el más largo de todos" – Pensó Sage mientras se acercaba aquellos dos santo dorados quienes se pegaban algo duro, al acercarse les aviso vía cosmos a los otros caballeros y a la Diosa pidiéndoles que se retiraran del cuarto; Acto seguido, todos se retiraron, Albafica se esfumo por la ventana, El Cid en compañía de Aspros custodiaron a Sasha hasta la salida del recinto, y Sysipho ayudo a su sobrino para así todos salir de allí. – ¡MANIGOLDO DE CÁNCER Y KARDIA DE ESCORPIO, YA DEJEN DE ESTAR PELEANDO Y LOS QUIERO EN MENOS DE UN MINUTO EN MI OFICINA! –


Todos a fuera del recinto y la mayoría disfrutando de los gritos de Sage hacia los dos caballeros de oro quienes peleaban. Pero antes de estar afuera, Regulus al pasar al lado de la habitación donde estaba el cuerpo de una joven de cabellos verdes tendida en la cama, para mirarla desde su lugar notando que alguien lo llamaba en su cabeza en un tono dulce y cariñoso.

- "Regulus… Regulus… Regulus" – El quinto custodio se adentró a la habitación, cerrando la puerta para que nadie lo viese en el cuarto, al darse la vuelta y acercarse al cuerpo noto la belleza de aquella muchacha, sobre todo percatarse de quien era – No puede ser… ¿Sophi? -