Hola guapas y guapos, gracias por entrar aquí; hoy les traigo un nuevo Two-shot, espero que les guste.

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Como siempre quiero agradecer a todas las personas que leen mis historias, a las que dejan reviews, a las que marcan mis historias o a mí como favorita y/o siguiendo, y a las que simplemente leen. Para todos ustedes, gracias totales.

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Capítulo dedicado a las personas que me dejaron un review en mi última actualización: Ari Susano N, Lirio-Shikatema, MarFer Hatake, ANABELITA N, Arita Nara, Roronoa Saki, Karma3985 y Nara Paulina. Muchas gracias por comentar, les mando un fuerte abrazo.

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Disclaimer: Naruto y todos sus personajes son propiedad de Masashi Kishimoto. La historia es mía y la publico sin ánimos de lucro.

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Problemática rivalidad profesional

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Capítulo 1.- Maldito Nara.

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La rubia salió echando humo de la sala de reuniones, aún no podía creer que ese niñito con aires de genio se hubiese quedado con la campaña publicitaria de la nueva línea de productos de Konoha Corporation, una de las empresas más grande del país. Nunca se lo imaginó, ni en sus peores pesadillas.

Entró a su oficina, furibunda, y casi la echó la puerta abajo. Apoyó la espalda en ésta, elevando su mirada al techo y pestañó; unas lágrimas cayeron por su bello rostro, arruinándole el maquillaje. Apretó los dientes enrabiada con el mundo, mejor dicho enojada con su jefa, quien hace un momento atrás, los había reunido para entregarles la noticia de quién se quedaría con la dichosa campaña. Aunque si lo pensaba bien, Tsunade tampoco tenía la culpa de nada, ya que ella simplemente dio a conocer el nombre del equipo que el cliente había escogido.

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Flashback

—Bueno chicos, los he reunido porque les tengo una noticia —habló, Tsunade, con su típico tono autoritario—. Konoha Corporation, ya revisó todas sus propuestas. Quedaron muy contentos con todos sus trabajos, y recalcaron encarecidamente que se los hiciera saber. ¡Felicitaciones muchachos!, lo hicieron excelente.

—Ya abuela, no hable más y díganos que equipo se quedará con campaña. Estoy nervioso, dettebayo.

—Callate, Naruto —gritó furiosa, Sakura, ahorcando al rubio, pero luego giró su rostro hacia la mayor, y le sonrió—. Disculpe señora, continúe.

Las risas no tardaron en asomar.

—No sé para qué hace tanto suspenso, si ya sabemos quién se quedará con la campaña— habló con ironía, Inuzuka, mirando de reojo al equipo de la Temari.

—Tengo… una leve esperanza que podemos ganar —articuló en un hilo de voz, Naruto, ya que la de cabellera rosa aún no dejaba de apretarle el cuello.

—¡Silencio! —bramó, la dueña de la agencia de publicidad—. Bueno, si así lo quieren: «Quien se queda con la campaña de Konoha Corporation es: el equipo Nara». ¡Felicitaciones chicos! Eso es todo pueden retirarse a sus casas, ya que la jornada laboral terminó hace más de diez minutos.

La rubia de dos coletas pudo sentir todas las miradas puestas en ellas. No lo soportó. Se levantó furiosa del asiento, y salió como alma que lleva el diablo.

—Espera Temari —gritó Tenten, pero su amiga, ya se había retirado de la sala.

Fin de flashback

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Temari comenzó a recordar todo ese último mes. Tanto que se había esmerado en ese bendito proyecto. Se había quemado las pestañas trabajando para presentar la mejor campaña de toda su vida, junto a sus compañeros. No se podía quejar de su equipo, eran las personas más geniales y más creativas con las que podía trabajar. Tenten y Lee, más que sus compañeros de trabajo eran sus amigos, pero ellos no tenían la culpa de nada, el culpable de su desgracia era él, ese recién aparecido con su grupo, que últimamente le había empañado varias jornadas.

—Maldito Nara —refunfuñó, la rubia, secando sus lágrimas con una de sus manos, y luego suspiró.

Una voz desde el otro lado de la puerta, la sacó de su ensimismamiento.

—Temari, me puedes abrir la puerta, por favor —espetó preocupada, TenTen; pero como su amiga no le abrió, prosiguió—. Sé que no te gusta perder, pero no siempre podemos ganar. Dimos lo mejor de nosotros. La competencia fue muy dura. Todos presentaron excelentes campañas, nosotras las vimos, era de temer, sobre todo la del equipo Nara.

—Vete a tu casa, TenTen —respondió serena, la rubia—. Déjame digerir la derrota frente a los nuevos. Tranquila, estaré bien.

—Segura amiga, si quieres podemos ir a la cafetería de la vuelta, y nos podemos tomar una taza de chocolate con un rico trozo de pastel. Eso te quitará el mal sabor de boca.

—Y me aumentará un par de kilos, también.

—Eso es verdad, pero te hará sentir mejor.

—Gracias TenTen, pero no es necesario. Vete tranquila.

—Está bien, amiga, me iré —espetó resignada, la morena, separándose de la puerta—, pero no sigas maldiciendo a Shikamaru. Sé que todas tus malas vibras van dirigidas a él.

—Se lo merece —señaló, la de dos coletas, en un tono frio.

—Yo no sé por qué siempre te has ensañado con él —inquirió curiosa, la castaña —, si no es mala persona.

—Adiós, Tenten.

—Aaarg, ya entendí —chilló molesta, la morena—. Nos vemos, Temari.

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Luego de treinta minutos, Temari abrió la puerta de la oficina. En las dependencias había un silencio sepulcral, recorrió parte de piso confirmando que no había nadie. Tomó su cartera y entró al bañó para maquillarse. Su rostro ya no se veía compungido, pero sus ojos aguamarima, la delataban. Ignorando ese detalle, salió del baño dispuesta a irse del piso, cuando una voz la hizo sobresaltar.

—Temari —susurró el hombre con el que menos quería cruzar palabra: Nara Shikamaru.

—Maldición, tú me quieres matar de un paro cardiaco — espetó molesta, la rubia, girándose para confrontarlo.

—Lo siento, Temari, no quería asustarte — habló, el moreno, en el tono cansino, que tanto la desesperaba, sobándose la nuca—. Yo quería hablar contigo sobre lo que ocurrió en la sala de reuniones.

—Te quedaste con la campaña, Nara, eso es todo —señaló de forma déspota, la mujer, mirándolo fijamente—. No tenemos nada de qué hablar.

Shikamaru tomó una bocanada de aire, y luego la exhaló.

—Yo sé al igual que todos, que querías quedarte con la campaña —el pelinegro le sostuvo la mirada, pese a la molestia que ésta reflejaba—. Y te juro que pensé que te quedarías con ella. Tu equipo es el más consolidado de la agencia, son los más experimentados, son los mejores creati…

—No necesito que me tires flores, Nara —lo interrumpió, Temari, secamente. No tenía ganas de hablar con él, lo quería bien lejos de ella—. Sé muy bien el tipo de profesional que soy, como también sé, los buenos profesionales que son mis compañeros de equipo.

Ella giró su cuerpo en dirección a la puerta de salida, dejando a Shikamaru con la palabra en la boca.

La actitud de ella, le cayó como patada en el estómago a Shikamaru. Él sólo quería transmitirle que no se sentía feliz por haberle ganado. No quería seguir incrementando la rivalidad que él percibía que había por parte de ella, pero la rubia, no tenía ninguna intención de cooperar. Fastidiándolo de cierto modo.

—Tú no tienes un problema con mi equipo — soltó molesto, el moreno, mientras ella caminaba hacia la puerta—, tú tienes un problema conmigo.

—¿Qué estupidez dices mocoso? —espetó ofendida, la rubia, girando nuevamente su cuerpo para encararlo.

—Lo que escuchaste, problemática —aseveró, Shikamaru, recalcando la última palabra. Sabía que este cruce de palabras no iba a terminar bien, pero ya era demasiado tarde para arrepentirse.

Ella frunció el ceño y lo miró con odio.

—No te sientas tan importante, Nara— rebatió crispada, Temari, eres un recién aparecido en esta agencia.

—Ese es problema, mujer —afirmó, Shikamaru, manteniendo la compostura—. No toleras que un recién egresado, se haya quedado con lo que creías que sería tu campaña. Tú llevas casi cuatro años en esta agencia, y yo con suerte llevo ocho meses. Por eso no lo soportas.

—Eres un maldito, Nara —la rabia le salió por los poros, ya no pudo ocultar lo que le provocaba el moreno.

—Creo que di en el clavo, problemática —señaló seguro, Shikamaru, al ver la reacción de la rubia—, pero entiende: somos compañeros de trabajo y queremos lo mejor para la agencia. No siempre tenemos que competir, pero cuando se vuelva a dar, no quiero que me tomes como tu rival, no lo soy.

El pelinegro quiso hacerla reaccionar.

—Para mí, si lo eres, y eso no va a cambiar así como así —la rubia no tuvo reparo en escupírselo en la cara—. Esta no es la primera vez que te quedas con una campaña, donde ambos competimos.

—Pero tú también te has quedados con otras campañas —le replicó, Shikamaru, algo sorprendido —, y te la has ganado en justa competencia.

—Mira niño, no quiero seguir malgastando mi tiempo contigo —espetó con altivez, Temari.

—No seas problemática, mujer, quiero que nos llevemos bien —la forma que la rubia le habló lo comenzó a exasperar.

La rubia no quiso seguir escuchándolo y avanzó hacia la puerta. El pelinegro al ver la reacción de ésta, se indignó, por lo que la siguió rápidamente y la tomó por el brazo. La forma de actuar del moreno, ya no era racional, sino que visceral.

—Suéltame, mocoso —espetó furibunda, la rubia. Sus ojos echaban literalmente chispas.

—Deja de decirme, mocoso, porque la única infantil aquí eres tú —señaló, el moreno, más que molesto. Ella se merecía que le dijeran unas cuantas verdades.

Temari abrió los ojos de forma exorbitante, y luego frunció el ceño

—Te llamó como me plazca, y te recuerdo que soy mayor que tú —espetó con rudeza, la rubia.

—Pero tú actitud no lo demuestra —el pelinegro le rebatió.

—No me busques, Nara, porque me vas a encontrar, y te advierto que te arrepentirás de cada palabra dicha.

—¿Me estás amenazando, mujer?

—Tómalo como quieras.

—¿Y qué me vas hacer?, ¿me vas a echar arsénico en el café matutino? Madura Sabaku no Temari, somos personas adultas, actúa como tal.

Roja de rabia, Temari le aventó una bofetada, la cual no alcanzó a tocar el rostro del moreno, ya que éste le sostuvo la mano.

—No te gusta que te restrieguen las verdades en el rostro, ¿cierto?

Ella quiso zafarse del agarre del moreno, pero éste no la dejó.

—Suéltame, imbécil.

Pese al forcejeo, Shikamaru no la soltó. Algo le impedía soltarla, pese a que estaba irritada, su belleza se mantenía intacta. ¿Por qué en ese momento se le pasaba esa absurda idea por la mente?, quizás porque cuando llegó a trabajar a la agencia, encontró que Temari era una mujer muy bella, aunque algo problemática.

—Te digo que me sueltes —Temari aprovechó ese instante de ensimismamiento del pelinegro, para zafarse de su agarre y retrocedió un par de pasos —. Mocoso idiota, esto no se va a quedar así.

Escuchar otra vez esa palabra, lo sacó de quicio, por lo que no dudo en tomarla de nuevo del brazo, pero esta vez la atrajo hacia él.

—Vuelve otra vez a llamarme mocoso, y lo lamentará, mujer.

—No te tengo miedo, mocoso —recalcó, Temari, la última palabra, desafiándolo con la mirada.

Él no aguantó más la rabia, y se desahogó. Tomó a la mujer por el rostro y la besó.

Temari abrió los ojos exorbitantemente, no lo podía creer. Estaba siendo besada por ese niño idiota, cosa que nunca espero. Sin embargo, no lo podía alejar, su estado de estupor se lo impedía, había quedado tiesa como una estatua.

Shikamaru presionó bruscamente su boca sobre los labios de la rubia, y luego los succionó, pero… ¿por qué diablos lo estaba haciendo?, ¿quería desquitarse de ella, por llamarlo mocoso?... sí… eso debía ser…quería demostrarle a Temari, que no era ningún mocoso.

Luego de unos segundos de haber atrapado la boca de la rubia, el moreno le soltó el rostro y se separó de ella.

—¡¿Por qué hiciste eso?! —la rubia se limpió la boca con la mano y lo miró ofendida.

—No soy un mocoso, Sabaku no Temari —le advirtió desafiante, el pelinegro, —, y te lo puedo demostrar.

La mujer quedó de piedra. Ese idiota primero la besaba, y ahora le estaba haciendo una propuesta pecaminosa. Sin embargo, a los pocos segundos, reaccionó, y su semblante cambió. No podía dejar que ese niño la pusiera en jaque, ¡claro que no!

—¡Vaya, que te tienes fe, Nara! —le respondió con malicia, Temari, mostrándole la mejor de sus sonrisas—, sin embargo yo no apostaría ni un peso por ti. Soy mucha yegua para tan poco jinete.

Sus palabras lo hicieron sulfurar.

—Tú te lo buscaste, problemática —la jaló con fuerza hacia él, y arremetió sin contemplación contra su boca.

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CONTINUARÁ…

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Gracias por leer, espero que les haya gustado.

Cualquier cosa que quieran decirme, pueden hacerlo a través de un review, me encanta leerlos y responderlos.

Mmmm… supongo que no les gustó donde hice el corte…, pero me vi obligada hacerlo. Originalmente era un One-Shot, pero si lo dejaba en un capítulo único, iba a ser muy largo :D

No olviden comentar, que eso siempre me motiva y me alegra el alma.

Próxima actualización: Sin arrepentimientos.

Quiero desearles una muy feliz navidad a todas las personas que leen mis historias. Mis mejores deseos para ustedes. Le mando un fuerte abrazo y un beso desde Chile.

Disculpen las posibles fallas ortográficas. La verdad es que hice una sola revisión, pero la próxima semana, las corregiré. Saludos.