¡Hola!

Disclaimer: Naruto no me pertenece.

Edit.


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Paloma Mensajera

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No acostumbraba a hacer ese tipo de cosas. No entendía por qué rayos Tsunade lo había enviado a él, futuro heredero de su clan (claro si sus dos primas rechazaban el puesto), a hacer ese tipo de tareas, cuando había otros para hacerlo.

Un gennin podría hacerlo. Ni siquiera se necesitaba de un ninja, un simple misceláneo podía hacerlo, sin tener ningún tipo de problemas.

Pero no, el destino, una vez más, se mostraba en su contra.

Desperdiciaba su tiempo, su valioso tiempo. Podría entrenar, meditar, perfeccionar o crear alguna técnica, pero no. Caminaba despacio, ¿para qué hacerlo rápido?, si no tenía ganas de llegar. Inmerso en sus pensamientos, el joven Hyuga avanzaba a través del mercado de Konoha.

Un Hyuga fuera de su inmensa mansión, caminando como un simple mortal por las calles, no era algo que se viera todos los días, por lo que todos y cada uno de los muchos aldeanos de la Villa lo veían con atención.

Las miradas, que más que furtivas eran indiscretas, los comentarios excitados, dedos señalándolo, mujeres que se arrojaban sobre él, hombres que lo miraban de lejos y cientos de vendedores a su alrededor ofreciéndole sus mercancías, pasaron totalmente desapercibidas por el shinobi dueño de la mejor visión.

Está de más resaltar que una de las mejores cualidades de este genio de ojos translúcidos, es su concentración. Cuando Neji se concentra, se concentra.

Durante su recorrido por las avenidas de Konoha, Neji iba concentrado. Pensando por qué tenía que ser él quién informará sobre el regreso a la Aldea de cierto traidor.

No encontraba una razón lógica y eso lo molestaba.

Los habitantes de Konoha, continuaban apiñándose alrededor de él.

Solo, el Hyuga transitaba solo, sin la compañía de ninguna de las dos bestias verdes ni de la muchacha bonita de los moñitos. Tampoco estaba con su prima, ni portaba su uniforme. La duda de los aldeanos aumentaba. ¿Qué hacía Hyuga Neji recorriendo las calles tan tranquilamente?

Mientras que las dudas de Neji, seguían sin respuesta. ¿Qué pensaba Tsunade al encomendarle algo tan incoherente y fuera de lugar? Aún no encontraba la respuesta a esa maldita pregunta que lo había acompañado desde que se reunió con la quinta.

Eso le correspondía a Kakashi.

No a él.

Él no tenía por qué salir de la comodidad de su hogar, interrumpir sus meditaciones, dejar de lado su entrenamiento, perder misiones y reuniones, pero sobre todo desperdiciar su tiempo de esa manera.

A él no le correspondía. Él no era ningún mensajero. Acostumbrado a dar malas noticias, pero jamás entrenado para servir de paloma mensajera. Su rostro reflejaba su molestia, indignación.

¿Qué tiene en la cabeza esa mujer? Se preguntaba frunciendo el ceño. ¿Qué demonios estaba pensando? Ella era la encargada de comunicar el regreso del traidor, como lo veía él. Sin embargo, la vieja puso de excusa el papeleo y lo mandó a él.

Lo mandó a perder su tiempo.

Pudo haber enviado a Shizune, aunque ella se encontraba en una misión en el Hospital, sin embargo, como le hizo ver el Hyuga a la Hokage, la noticia podía esperar, no era de vital urgencia que la muchacha se enterara en ese momento. Shizune hubiera podido ir a informar cuando terminara su misión.

Lo mandó a caminar por las calles de Konoha.

¿Por qué no Iruka?, había preguntado el chico. Según la rubia, se encontraba con sus alumnos.

Lo mandó a tener un largo día.

Otro de los senseis, entonces. Pero la mujer se negó.

Lo mandó a tener un cansado día.

Continuaba con su camino, las miradas aún fijas en él, curiosas, esperando que el Hyuga se transformara en una nube de humo y cuando se disolviera apareciera un ruidoso Naruto exclamando:

-'Bayo los engañé! Se trataba de mí, no de Neji!

Lo que nunca ocurrió, puesto que sí se trataba de Neji, quien cumplía una misión.

Una misión que Ino, Kakashi y Naruto se negaron a cumplir.

O.o.O

Ino, la mejor amiga.

Al enterarse de la noticia la rubia de ojos azules se negó a hablarle a Sakura. Sabía que su amiga había cambiado mucho; ya no era aquella niña de frente amplia que se escondía tras ella. Ni siquiera se comparaba con la Sakura de los exámenes chunnin que consiguió destruir su jutsu. Ahora era distinta, más fuerte y más hermosa. Pero ella, su mejor amiga, no tenía la fuerza para mirarla a los ojos y decirle que Sasuke, el hombre que las dos quisieron, había vuelto. Por eso se negaba a aceptar la misión.

Por eso, Neji, ahora, tendría un largo y cansado día, sin entrenamiento.

O.o.O

Kakashi, el maestro.

La mirada del ninja copia era turbia, seria y preocupada. Anticipaba inconvenientes para la aldea. Sin embargo, lo que más lo preocupaba era el regreso de su discípulo. De aquel niño que se había marchado hace ya tantos años, del cual apenas les llegaban rumores de sus hazañas y poder.

-Sasuke-

A ese joven vengador le había confiado el secreto del Chidori, lo había entrenado para ser el mejor, lo había tratado de guiar, de mostrarle un camino ninja.

Después de todo ese tiempo, Sasuke regresaba. No podría hablar sobre eso con su única discípula. No sabría qué decirle, cómo explicarle que sufriría una gran decepción, él no quería verla llorar, de nuevo.

Además, quería estar con Sasuke, comprobar si era tan fuerte como había escuchado, ver su madurez, su fuerza. Para lograrlo tenía que estar presente en el juicio. No en la casa de la muchacha.

Por eso, Neji, ahora, tendría un mal gastado día, sin nada productivo.

O.o.O

Naruto, el mejor amigo.

Era el mejor amigo de Sakura, el mejor amigo de Sasuke. El hiperactivo rubio estaba calmado, impactado. Sasuke volvía. Después de seis años, su rival y mejor amigo volvía.

Él había entrenado mucho, ya no principalmente para ser hokage, sino para ser un shinobi con la habilidad suficiente para obtener misiones de rango S que involucraran a Akatsuki, a la aldea del Sonido y al grupo Hebi.

Todo para luchar contra el Uchiha y convencerlo de olvidar a su hermano. Todo lo hacía por Sasuke y por la promesa que le hizo a Sakura.

Sakura. ¿Cómo se lo tomaría ella? Quería estar con ella, acompañarla, tenderle una mano. Naruto no quería abandonar a su amiga en ese momento. Se habían prometido hacer regresar a Sasuke, ambos habían entrenado juntos, mejorando sus habilidades con el único objetivo de enfrentar a su antiguo compañero y hacerlo entrar en razón.

Durante esos años, su amistad se había fortalecido, al igual que ellos. Quería estar con ella, ofrecerle su hombro si necesitaba consuelo, darle su mano si necesitaba fuerza. Sin embargo, había algo en él, en su interior que prefería ver al Uchiha, después de todo, era su rival.

Se negó a dar la noticia a Sakura. Él tenía que estar presente cuando Sasuke arribara. Lo sentía por la chica, pero en el fondo sabía que el Uchiha lo necesitaba más que ella.

Por eso, Neji, ahora, tendría que decirle a Sakura que el traidor regresó.

O.o.O.

Cualquier otro podría dar aquella noticia.

Cualquiera, pero la Quinta se había esmerado en sacar a Neji de su casa, de su meditación, para que fuera a hablar con la joven con la que hablaba solamente lo necesario. Sus conversaciones, muchas, tal vez, nunca abarcaron otro tema que no fueran las misiones o el trabajo.

Lee, hubiera sido un perfecto candidato para hablar con la chica. Inclusive, Tenten o Hinata, lo harían mejor que él. Estaba completamente seguro que Maito Gai, sabría qué decirle.

Cualquier otro podría hacerlo.

Shino, Kiba, Shikamaru, Chouji, Sai. Cualquiera de ellos podría hablar con ella. Pero Tsunade insistió en que fuera él.

Anko o Kurenai, las mujeres se entienden entre ellas. ¿Por qué no fue ninguna de ellas? Tsunade quería que fuera él.

Hasta la embajadora de la Arena o el maquillado Kankuro, que se habían presentado debido a la urgencia de la situación, tendrían más facilidad de palabra que él.

Y él no pudo hacer que Tsunade reaccionara enviando a una persona más capacitada.

Maldito destino, siempre molestando y enredándolo. Negar una misión, era algo inconcebible en su vida. Así como había aceptado las normas de su familia, su sello, su poder, su debilidad, había aceptado la ridícula misión.

Se acercaba cada vez más a la casa de Sakura Haruno.

Los curiosos se preguntaban que hacía el tercero en sucesión al liderazgo del clan más fuerte de la aldea en una zona residencial tan de clase popular.

-"El Uchiha ha regresado"-pensó antes de tocar la puerta de la casa de cierta mujer de ojos verdes-. "Sin cumplir su venganza".

Las murmuraciones de los vagos que lo habían seguido rompieron el silencio. Neji Hyuga tocaba a la puerta de Sakura Haruno.

Muchos sonrieron, lo veían venir, tarde o temprano, sabían que la mejor ninja médico tendría que estar con el mejor shinobi.

Neji no se percató de los golpes que daba a las puertas, pues se preguntaba cansado por qué Sakura debía enterarse antes de que la noticia fuera totalmente pública. .

—¡¿Hola!?—lo saludó una desconcertada Sakura al abrir la puerta.

Sakura miró extrañada al hombre que estaba tocando a su puerta. ¿Qué había sucedido? Todo parecía normal, no había fuego ni explosiones, sólo unos curiosos que se preguntaban lo mismo que ella.

¿Qué hacía Neji fuera de su casa?

—Buenos días—saludó él.

—Neji…—murmuró ella, y no pudo evitar que sus pálidas mejillas se colorearan de un tenue rosa.

—Haruno—llamó su atención él—, ¿podemos hablar?

Asintió y le dio paso para que entrara a la casa, mientras se preguntaba sobre qué cosa podría hablarle. Notó como varios de los curiosos vecinos soltaban exclamaciones. Los miró molesta, pero, al parecer, Neji no había notado nada.

—¿Quieres algo de tomar?

—No, será rápido—la detuvo el Hyuga negándose a pasar del pasillo.

Sakura lo miró fijo; rostro estoico, ojos inexpresivos, postura recta; nada la hacía imaginar lo que vendría.

—¿Seguro?—preguntó la chica sonriendo.

La nariz del chico se arrugó en signo de molestia. Por supuesto que estaba seguro. Él no actuaba con inseguridad, jamás.

Ella lo miró sorprendida, antes de reír abiertamente.

—No quería ofenderte—murmuró entre risas.

El Hyuga la miró reírse, corrección, burlarse de él. Notó como el brillo de sus ojos verdes aumentaba, y ella pícara, mirándolo detalladamente, sin miedo de reírse en su cara. Al parecer, la chica sí tenía bastante confianza depositada en él. Y la sonrisa de la mujer le pareció sincera y la mirada cálida.

¿Por qué la chica lo veía de esa manera tan agobiante y… molesta?

—Haruno—volvió a decir él, tratando de que la chica se callara.

—Oh, lo siento mucho, Neji—sonrió ella.

—Tsunade me ha enviado—dijo él de pronto.

Sakura lo miró sin comprender.

—¿Se trata de una misión?—preguntó dejando atrás sus risas.

—No, una noticia.

—¿Traes noticias para mí?—preguntó ella sin poder evitar que su voz sonara divertida. Neji pudo notar una mezcla de confusión y euforia en sus palabras.

La sonrisa de la chica se acrecentó. Mientras, que la arruga en su nariz volvió a aparecer. No se explicaba por qué ella sonreía.

Sasuke había vuelto, el traidor del que estaba enamorada había regresado y ella tranquila como siempre. Por supuesto que ella no sabía sobre la noticia, y si por alguna razón lo supiera, Neji se convertiría en otro traidor al acabar con la vida de la Hokage, por hacerlo perder su tiempo innecesariamente.

—¿Por qué vienes tú?—preguntó ella sin darle tiempo de otras explicaciones.

—Tsunade me ha enviado—respondió él.

—Lo sé—sonrió ella—, ¿eres su nuevo mensajero?

Con la cara de Neji, Sakura rio de nuevo.

—No me hagas perder mi tiempo—repuso él serio.

—¿Sabes que cuando te molestas arrugas la nariz?—susurró ella, mirándolo tímidamente.

Neji no supo qué responder. En realidad, no sabía qué hacía en la casa de Sakura. Además, nunca nadie le había dicho que arrugaba la nariz cuando se molestaba, nunca nadie le había dicho algo tan personal sin resultar herido, nunca nadie se había atrevido a hablar con él de esa manera tan natural. Un extraño sentimiento lo estremeció.

La miró de nuevo, examinándola. Una hermosa sonrisa iluminaba el rostro de ella. Una sonrisa sincera que no pudo dejar de mirar. No la comprendía, pero algo en ella le gustaba: ¿inocencia, ingenuidad? No. Era algo similar a la felicidad.

—¿Tengo algo en la cara? ¿Por qué me miras tanto? ¿Te entretienes viendo mi cara?—espetó ella sonriente.

—Lo mismo puedo preguntarte.

—Hazlo—lo retó ella.

Esta vez, Neji no arrugó su nariz, al contrario, sonrió. Le devolvió el reto con una sonrisa que muy pocas personas habían visto.

La sonrisa de ella aumentó. Había logrado verlo sonreír y se propuso a volver a hacerlo.

—¿Quiero saber qué haces en mi casa?—preguntó ella.

—Tsunade quería que te diera una noticia importante.

—Oh, ya veo. Si tiene que ver con alcohol, ¿puedes decirle que Shizune lo escondió?—lo interrumpió ella—. También dile que no he terminado su bebida para la resaca, estará lista pronto, mañana seguramente.

—No tiene que ver con alcohol—repuso él algo cansado. No era un mensajero. Era un shinobi, uno de los mejores de la aldea. Se juró a sí mismo no volver a aceptar misiones que incluyeran mensajes a mujeres que no cerraban la boca.

—¿Ah no?, pues el papeleo lo tendré listo para pasado mañana.

—No es eso.

—Gaara mandó el comunicado ayer…

—Déjame hablar—la detuvo él. No quería desperdiciar más su día.

Sakura sonrió apenada y asintió.

—Bien, ayer Sas…

¡Ping!

Un extraño sonido proveniente de la cocina interrumpió al Hyuga, que arrugó su nariz.

—¡Es la comida!—exclamó la muchacha y echó a correr hacia la cocina, dejando al Hyuga con las palabras en la boca y solo en el pasillo.

Neji nunca había arrugado tanto su nariz.

Ese, verdaderamente, no sería su mejor día.

—Por cierto, ¡lo volviste a hacer!—exclamó la chica desde su cocina—. ¡Volviste a arrugar tu nariz!-.

Neji la escuchó reír y no pudo evitar volver a hacer la mueca que según la chica hacía. Hizo unos ejercicios de respiración mientras esperaba que ella regresara, pero pasaron unos segundos y ella seguía en la cocina. Neji era paciente, pero no le agradaba la idea de estar más tiempo en la casa de ella; así su impaciencia se apoderó de él.

Se acercó a la cocina, donde un delicioso aroma de comida tradicional inundó sus pulmones. Realmente Sakura cocinaba muy bien.

—Neji, ¿te gustaría quedarte a almorzar?—preguntó ella, sonriéndole, mientras sacaba unos platos—. No soy muy buena cocinando, así que he decidido probar la comida precocinada, ¿podrías darme tu opinión?

Neji miró a las latas y paquetes de comida. Lo único que ella hizo fue marcar números en el microondas. Le reconocía una buena habilidad para combinar los alimentos, pues olía delicioso.

—No—se negó, a lo que la chica lo miró decepcionada—. Sólo quiero decirte…

—Siento mucho que hayas perdido tu mañana y no puedas disfrutar de un delicioso almuerzo—lo interrumpió ella con una sonrisa y con la fe de convencerlo a quedarse.

El Hyuga parpadeó. Nunca nadie lo había interrumpido tantas veces, nunca nadie había colmado su paciencia sin resultar herido, nunca nadie lo había mirado de esa manera tan alegre y confiada. ¿Qué demonios estaba pasando con él? ¿Por qué las palabras de la Kunosihi lo dejaban sin habla? ¿Por qué tenía que seguir con los rodeos?

—No estoy para estos juegos, Haruno.

—No son juegos, sólo quería recompensarte—le respondió ella algo ofendida—. Sé que no te agrada estar aquí, pero si Tsunade te ha enviado quiere decir que es importante…

—Lo es—la interrumpió él.

Ella lo miró expectante.

—Se trata de Sasuke.

Perfecto, ningún microondas, u otro electrodoméstico lo interrumpió.

Neji se enfocó en la mujer. ¿No se suponía que él era el de rostro estoico y mirada impasible? Entonces, por qué el semblante de la chica no había cambiado mucho, sólo había adoptado un ligero tono de seriedad, el cual siempre que se le requería para una misión, adquiría.

—Ha vuelto.

Ningún microondas, ni llantos, ni gritos, ni siquiera un suspiro.

El silencio de la chica, que tenía los ojos clavados en él, lo invitó a continuar:

—El Uchiha llegará pasado mañana escoltado por un grupo de Anbus para un juicio, presidido por la misma Hokage, que definirá su futuro.

—Oh… ¿y eso no podía esperar?—preguntó ella algo desconcertada.

Neji no notó ningún cambio en la voz de ella, le hablaba con normalidad, aunque tal vez había un poco de molestia en su tono.

Lo mismo se preguntaba él. En fin, la Hokage lo había enviado y quién quería desobedecer a la vieja.

—¿Quién más lo sabe?—preguntó ella.

—El Consejo, clanes y señores feudales—respondió él.

—¿De mis amigos?—inquirió ella curiosa.

—Kakashi, Naruto e Ino.

—Ninguno de ellos pudo venir…—susurró la chica para sí misma, lanzó un largo suspiro—. Lo siento mucho, Neji. Siento que te hayan molestado por esto.

Se estaba disculpando. Realmente no esperaba una disculpa ni la actitud de ella.

o.O.o

Sakura se sentía traicionada.

Después de esos 6 años, aún sus mejores amigos la consideraban débil. No importaba la habilidad médica que había ganado, ni su poder, ni su perfecto control de chakra. Nada de eso importaba, ni que fuera la discípula de la Hokage, ni que sus fuerzas se comparan con las de esta, ni su excelente rendimiento en todo tipo de misiones. Nada, para los ojos de muchos ella seguía siendo la parte débil del equipo siete, la que siempre necesitaba protección, la que no podía valerse por sí misma, la que necesitaba un trato especial.

o.O.o

Neji achicó los ojos. La mujer irradiaba enfado y cuando ella se molestaba arrugaba la frente y tensaba la mandíbula.

o.O.o

Su maestro, su maestra, sus amigos. Las personas a las que más quería, aún la veían como una inútil enamorada de doce años, débil, incapaz de salir adelante.

Había cambiado, había madurado. Sasuke se había ido, a pesar de sus esfuerzos y de los de sus amigos, se había ido. Lo había comprendido. Sasuke estaba fuera.

Durante ese tiempo, ¿acaso no había demostraba ser una mejor Kunoishi, una excelente ninja médico? ¿No habían visto su cambio? ¿Por qué la seguían tratando así? ¿No merecía un poco más de respeto? ¿No se lo había ganado? ¿Todos sus arduos entrenamientos, su poder, su conocimiento, no la convertían en una mujer fuerte que ya había superado su amor por el Uchiha, un amor pasajero, que se convirtió en obsesión y que la hizo humillarse ante el chico?

Todo lo que había ocurrido hace ya más de 6 años, lo guardaba en su corazón, en su mente, como aquella lección dura de aprender que le demostró su camino ninja: ser fuerte para no volver a ser subestimada.

Pero nadie vio su cambio, nadie notó que ya Sasuke no era la luz de su vida. Eso había quedado atrás.

o.O.o

Neji siempre observaba a sus rivales y estaba sorprendido de la reacción de la mujer. Primero, sus hombros se habían tensado, ahora iniciaba la respuesta que esperaba: los ojos verdes se tornaron oscuros y ligeras lágrimas recorrieron las pálidas mejilla.

O.o.O

No lo podía evitar, la ira la dominaba. No poder detener su llanto, la enfurecía más. Por eso lloraba, su impotencia se veía reflejada en cada una de sus lágrimas.

o.O.o

Pronto Neji se dio cuenta que esa no era la reacción que esperaba. No se trataban de lágrimas de alegría, de emoción, ni de nostalgia, de recuperar un amor o de miedo al futuro.

Eran lágrimas salidas de lo más profundo del corazón, de las verdaderas emociones que salían a flote. Lágrimas de rabia, que él conocía. Esas lágrimas que no se pueden controlar, que explotan y fluyen queriendo ahogarte, saladas y pesadas, cargadas de desesperación y cobardía, muestras de incompetencia, de inutilidad, que recorren el rostro marcándolo y produciéndole dolor, un dolor que no se cura, que quema y arrastra a la ira y al rencor.

Eran lágrimas de frustración, que aparecen cuando las cosas se escapan de tus manos, cuando a pesar de las injusticias y los males, no se puede hacer nada, de cuando quieres solucionar algo, pero nadie está ahí para ayudar, ni siquiera tú mismo.

Lágrimas de miedo. Porque nada de lo que has hecho hasta el momento funciona, porque sabes que nada de lo que hagas funcionará.

Y no sabes cómo reaccionar.

o.O.o

Lloraba, las lágrimas la escocían cruelmente, quemándola. Lloraba, porque su esfuerzo no valió la pena.

o.O.o

—Maldición, no quiero seguir siendo una inútil—exclamó ella de pronto.

—No se necesita un trato especial, soy como los demás… no necesito que envíen a alguien para avisarme sobre esto.

—No huiré con él, no haré nada con él.

—¿Por qué?

Los ojos de la chica buscaron a los opalinos del Hyuga.

Buscaba una respuesta en aquel chico que había tenido la desdicha de ser el mensajero.

Una respuesta que Neji no tenía.

—He cambiado—murmuró ella, Neji pudo notar cómo la chica dudaba, pues rápidamente agregó—... ¿Verdad? No salí corriendo tras él, no estoy esperando que él me ame, soy buena en lo que hago.

Sus frases parecían preguntas, las lágrimas la ahogaban a momentos y ella seguía esperando la respuesta.

—¿Por qué? Se supone que deben creer en mí—repetía dolida.

Las lágrimas no cesaron. De pie, ambos, en la cocina con aroma alimentos precocinados, a una distancia que se acortó cuando Sakura dio un paso hacia él buscando su consuelo. Un consuelo que el chico le negó. No era un pañuelo de lágrimas. Ya tenía suficiente con todo el rollo para tener que ensuciar su ropa.

El sollozo de la chica aumentó. No valía nada. Seguía siendo la misma niña de hace 6 años.

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La sombra de la preocupación cubrió los ojos del hombre cuando rechazó el abrazo de la mujer. Comprendía cómo se sentía ella. Él sabía lo que era ser menospreciado y sabía que costaba superarse, pero debía negar su hombro. Porque esa era la única manera para que ella se levantara.

O.o.O

Sakura no tardó en entrar en razón. Sus lamentos se silenciaron, de pronto, cuando ella captó la enseñanza de Neji. El supuesto acto de indiferencia era su respuesta: ella necesitaba fortaleza.

Lo había hecho por su bien. El Hyuga la comprendía, se estaba preocupando por ella y la cuidaba. Negándole su apoyo le había demostrado que a veces es necesario tragarse el llanto y enfrentar a la vida con todas las de ganar.

Negándole un simple abrazo, que Ino le habría dado desde el principio, que Naruto y Kakashi le habrían ofrecido, Neji le enseñó que debía ser fuerte y levantar su rostro para poder demostrarle a todas las personas que la consideraban débil, que no lo era.

Podría afrontar la ida y la llegada de Sasuke cuantas veces fuera, porque lo había superado. Era su compañero de equipo, pero no pasaría a ser algo más.

Neji con su aspecto frío y sin siquiera tocarla la había puesto de nuevo en pie.

—Se trataba de eso…—murmuró ella, miró al Hyuga de nuevo directo a los ojos—, ¿quieres almorzar?

El Hyuga frunció el ceño. Reconoció que no se trataba de una patética enamorada de un imposible. Reconoció que había mujer fuerte en frente de él.

Tal vez su día no había estado tan mal.

El largo y tedioso camino valió para algo.

Ser paloma mensajera le abrió los ojos.

Había mucho por descubrir y toda una mujer por conocer.

Después de todo, quién entiende las razones del corazón.

Sonrió, y la tímida sonrisa que la chica le devolvió, le encantó.


¡Listo!

¿Qué les pareció?

Espero puedan darme su opinión.

Un abrazo muy grande a todas, y muchas gracias por leer. :)