Una Historia de Amor

Disclaimer

Todos los personajes involucrados en esta historia pertenecen a J.K. Rowling. Una Historia de Amor participa en el reto Grageas de Todos los Sabores en el foro El Escorpión que Coleccionaba Rosas. Los tres sabores que me tocaron son manzana, rabano picante y chocolate.


Manzana

Me encuentro en el Gran Comedor, sentada a la mesa de Ravenclaw. La profesora McGonagall termina su discurso anual sobre las reglas del colegio y la comida aparece repentinamente en las cinco mesas de la estancia. Me sirvo una rebanada de Tarta de Melaza y varios Bollos de Path, entre otras cosas.

-¿Me puedes dar una manzana? -pregunta alguien a mi costado. Estiro la mano, cogo una manzana de un recipiente de cristal, se la entrego sin mirarle y sigo comiendo.- No me gustan las manzanas rojas. Dame una verde, por favor -me dice la misma persona. Suelto mi cuchara de manera estruendosa y le miro con el ceño fruncido. Un chico de cabello rubio platino y ojos de un gris brillante me devuelve la mirada con una sonrisa en la cara.

-¿Olvidaste el camino hacia tu mesa, Scorpius? -le pregunto al mejor amigo de Albus intentando parecer indiferente ante su presencia, pero las manos me empiezan a sudar y siento como mis mejillas se sonrojan, por lo que oculto mi cara detrás de una cortina de cabello rizado.

-Necesito hablar contigo, Ro -me dice con un tono serio, colocando un mechón de cabello rojo fuego detrás de mi oreja.

-¿Sobre qué? -le pregunto extrañada y luego bebo un poco de jugo de calabaza para aclarar mi garganta.

-Quiero que sepas que, bueno, que te... -me dice Scorpius con nerviosismo, jugueteando con su manzana, pero no logro escuchar todo lo que dice porque un chico lo interrumpe.

-¿Qué hace él aquí? -pregunta un prefecto de Ravenclaw, mirando a Scorpius con desprecio. Varias miradas curiosas se posan sobre Scorpius y yo.- Vete antes de que le quite varios puntos a los Slytherins por tu culpa.

Scorpius, fulminando al prefecto con la mirada, se para del asiento. Él alza su varita y por un segundo pienso que va a atacar al prefecto, pero apunta hacia la manzana que tiene entre las manos. Luego me la entrega, me dirige una tímida sonrisa y se va hacia su mesa murmurando cosas inteligibles.

Miro la manzana, buscando que hechizo le ha hecho, y veo unas palabras talladas en letra cursiva. Cuando leo lo que dice mis mejillas se sonrojan por segunda vez y se acelera mi corazón como nunca.

"No sé cuándo ni cómo, pero me enamoré de ti".