Disclaimmer: Los personajes de la siguiente historia pertenecen a Clamp, si no fuese así, Sak y Shao serían novios desde el primer capítulo. La historia es de mi propiedad.
Summary: El día que mi madre decidió que nos mudaríamos con Hien Li, su nuevo novio, creí que era una excelente idea. Pero todo cambio cuando conocí a mi hermanastro. El muy arrogante Syaoran Li y su pequeña y nueva manía de hacerme enojar por diversión, me sacarían de quicio muy fácilmente. ¿Tenía que ser tan condenadamente sexy?
Mis padres se separaron hace dos años, cuando yo apenas tenía 15. No fue un divorcio problemático, más bien con muy buenos términos. Simplemente dejaron de sentir lo mismo por el otro y llegaron a un acuerdo para que ninguno saliera lastimado. Ni siquiera yo. Aún se siguen viendo, charlan como amigos, comparten almuerzos, cenas. Se cuentan como les está yendo en la vida.
Terminé viviendo con Nadeshiko. A mi padre lo veo casi todos los días. Es como si nada hubiese cambiado normalmente.
Hace aproximadamente dos meses mi madre me dio la noticia de que había conocido a un hombre hace un mes, pero que había esperado ver cómo funcionaban las cosas para contármelo a mí. La noche que lo conocí me llevé una muy buena impresión de él. Era alto y de pelo castaño. Tenía una sonrisa amable y un gran sentido del humor. Se notaba a kilómetros que se querían tan solo con ver las miradas que se lanzaban mientras comíamos. Parecían adolescentes.
Su nombre es Hien, y mi padre Fujitaka fue quien le presentó a mi madre. Extrañas vueltas de la vida. Por ende siempre acepto que mis padres se llevarán bien.
Siguió viniendo a casa cada vez que podía, siempre con su gran sonrisa y algún chiste o anécdota para contar. Era muy atento conmigo, se preocupaba por cómo me iba con los estudios, me ayudaba a estudiar, con mis tareas. Incluso me daba consejos que no le llegaban ni a los talones a mi mejor amiga Tomoyo. No paso mucho tiempo para que comenzara a quererlo.
Hoy dos meses después, estoy empacando mis pertenencias. Con Nadeshiko nos iríamos a vivir con Hien, hecho que me resultaba extraño que no haya ocurrido con anterioridad. Estaba feliz de la mudanza que haríamos, no porque no fuera a extrañar mi casa, la extrañaría y a cada uno de los momentos que viví en ella. Era feliz porque dar este paso significaba que mi madre y Hien eran felices y se querían de verdad.
-Sak, linda, ¿tienes las cosas preparadas ya? –oí la voz de mi progenitora proveniente de la planta baja.
-Si ma, ya tengo lo más importante listo –contesté elevando mi tono de voz para que me oyera-, ahora estoy guardando las cosas que buscaré en la semana con ayuda de Tomoyo.
-Hien se ofreció a buscarlas por ti, ¿te lo había mencionado verdad? –había subido y ahora asomaba su azabache cabeza a través de la puerta de mi habitación.
-Si, me has dicho cerca de cinco veces, pero no hace falta, no son tantas cosas ya que los muebles los venderemos, así que no hace falta molestar a Hien.
-Bien, entonces prepárate que en diez minutos nos pasa a buscar –dijo y se retiró nuevamente escaleras abajo.
Esta sería la primera vez que conocería la casa de mi padrastro. Siempre venía él a nuestra casa aunque Nadeshiko ya había pasado por la suya. Según me ha contado en una gran casa con un hermoso jardín. Por lo que tengo entendido es un empresario importante, pero con un perfil sumamente bajo. Si no fuese por haberlo sabido con anterioridad, jamás lo hubiese imaginado.
Se escuchó una bocina proveniente de la parte delantera de nuestra casa. Me levanté de mi lugar en un brinco y rápidamente me asomé por la ventana.
-Buenos días Hien –saludé con una sonrisa y moviendo mi mano amistosamente-. ¿Qué tal la mañana?
-Buenos días para ti también Sakura –me contestó con una sonrisa-, ¿lista para partir?
-Desde hace horas –dije sin ocultar mi emoción del nuevo cambio en mi vida.
Me giré y miré el lugar donde me encontraba. Definitivamente extrañaría ese lugar, pero sabía que debía dejar eso detrás y comenzar de nuevo. Mudarnos no nos sentaría mal, podría seguir viendo a mi padre y todo marcharía más que bien.
Bajé mis maletas por la escalera con algo de dificultad. Eran cuatro en total, con gran parte de mi ropa, calzado, elementos personales y de higiene, fotos y recuerdos. El resto de las cosas que no necesitaba con tanta urgencia como libros, material de estudio, peluches, adornos y demás estaba en cajas arriba. En la semana vendría con Tomoyo y las buscaría.
Junto con mi madre y con ayuda del castaño pusimos todo en el auto. Subimos y rápidamente comenzamos a dirigirnos a nuestro nuevo hogar.
-¿Cómo van los preparativos para el comienzo de tu último año en el instituto?
-Pésimo Hien, aún no me podido comprar nada y las clases comienzan en dos días, tengo que hablarle a Tomy, para que me ayude.
-Todavía tienes tiempo, no desesperes.
-Lo sé. La mudanza ocupó la mayor parte del tiempo y de mi emoción, es común que me atrasase además –dije riendo. Siempre me caracterizaba por hacer todo a último momento, llegar tarde a todos lados. Era sumamente despistada y quizá un poco dormilona.
Llegamos a la "casa" del novio de mi madre. Más que casa era una mansión. Incluso más grande que la de mi amiga y eso es decir mucho. Cuando bajé quedé deslumbrada con todo. Tenía un enorme parque y con las flores y árboles más hermosos. Su jardinero debía de ser muy bueno. Una fuente decoraba la parte delantera del edificio que contaba con tres pisos. Desbordaba pulcritud y lujos.
Entramos y varias mucamas comenzaron a llevar nuestras cosas a los que deberían ser sus respectivos lugares, lo cual al parecer ya habían sido dispuestos con anterioridad.
Me sentía una reina. Siempre vivimos bien, nos dábamos lujos en nuestras vidas, pero nunca me imaginé estar rodeada de tantas cosas que desbordaban olor a dinero. Cada cosa de ese lugar debía valer más de todo lo que tuve en toda mi vida.
-Ven hija que te muestro tu nueva habitación así te acomodas –dijo Nadeshiko sacándome de mi ensoñación.
Subimos las escaleras, caminamos varios pasos por un largo pasillo lleno de puertas, hasta toparnos con una que mi madre tenía memorizada.
Lo que al parecer sería mi nuevo lugar de dormir parecía más un mini departamento. Frente a la puerta, unos grandes ventanales que llegaban al piso adornaban en su mayoría la pared. Estas eran de un color celeste y de la mitad para abajo todo estaba hecho en madera, incluido el piso. Contra una de las paredes, una enorme cama de dos plazas con un gran acolchado color beige y almohadones de todos colores decorando la cabecera. Al lado de esta un escritorio que por su tamaño también podría usar como tocador.
Frente a la cama a unos cuantos pasos una enorme biblioteca ocupaba todo casi en su totalidad. En medio un gran plasma y debajo de este una enorme equipo de audio. Aún así, me quedaba espacio de sobra para mis libros. Al costado una puerta blanca que conduciría supongo a un baño. En la pared restante un enorme ropero donde tendría que comenzar a acomodar todas mis pertenencia que parecían pocas comparadas con el gran mueble.
En medio de la habitación unos cuantos sillones con una mesita en medio, terminaban la decoración el amplio lugar.
-¿Te gusta cariño?
-Si, es realmente hermosa y espaciosa. Entrarían incluso mis viejos muebles –contesté sin quitar la vista de todo.
-Me alegro. Ahora te dejo tranquila para que acomodes. En un rato subo para ver cómo van las cosas –y así sin más que decir se retiro cerrando la puerta tras de sí.
Me puse manos a la obra y comencé a poner todo en su lugar. Primero la ropa la cual separe por temporada y por tipo de vestimenta. Con un armario así podía darme ese tipo de pequeños lujos. Puse algunos elementos de higiene personal que había traído conmigo en el baño, el cual esta demás decir que también era grande. Mis libros estaban en mi antigua casa, por ende la biblioteca seguiría vacía. Comencé a desempacar las fotos e inevitablemente me detenía en cada una recordando el momento en que habían sido sacadas.
En la primera éramos Tomy y yo. Mejores amigas desde que tengo uso de la razón. Por siempre inseparables. Sabía que su amistad era verdadera e incondicional. Siempre estaba conmigo cuando la necesitaba y viceversa. Cada momento importante de mi vida lo viví con ella y esperaba que fuera así por muchos años más.
Las siguientes dos fotos eran de mi grupo de amigas completo. Rika, Naoko, Chiharu, Tomoyo y yo. En una estábamos en un parque de diversiones que habíamos visitado unos cuantos meses atrás. En la otra, todas con el uniforme del instituto el ultimo día de clases del pasado año.
A medida que las iba sacando y viendo las iba acomodando en el escritorio o en algún estante de la biblioteca. Tendría que mandar a imprimir unas cuantas más ahora que tenía espacio de sobra.
La siguiente era de todo el curso un día de campamento. Fue un fin de semana entero en la playa. Lo habíamos organizado nosotros mismos y nos había salido genial. Somos un grupo muy unido y ese tipo de salidas eran muy comunes entre nosotros.
Una con mis padres que fue colocada en el escritorio y otra con mi madre y Hien en una de nuestras salidas. La última era mía y de mi novio. Ren Komamura. Pertenecía a mi mismo año pero estaba en un curso diferente. Siempre había sido mi gran amor, me la pasaba todo el día pensando en el. Un chico sumamente atractivo. Alto de cabello azabache y ojos grises, la perdición de más de una chica. Llevábamos juntos varios meses, pero últimamente sentía que las cosas no eran las mismas. Ya no salíamos tanto como antes, no me prestaba tanta atención, se preocupaba por cosas más insignificantes y lo peor es que a mí eso no parecía importarme. Prefería eso a tenerlo todo el día pegad eso me hacía recapacitar lo que sentía por él.
Terminé de desempacar todo y a los segundos entró la azabache con una bandeja con jugo y unas galletas.
-Hien ha tenido que ir a Tokio por el trabajo y no vuelve hasta la noche –dijo mientras se sentaba en uno de los sillones y colocaba las cosas en la mesita del medio.
-Ya veo, debe de tener mucho trabajo.
-Empresas Li es sumamente grande y a tenido unos inconvenientes con la cede de aquí en Japón –Si, mi padrastro era algo así como multimillonario.
-Terminé de acomodar todo. Mañana iré a comprar las cosas para el instituto y después por lo demás.
-Me parece bien –dijo haciendo una pausa-. ¿Te he mencionado que tienes un hermanastro? –Mi madre solía ser de lo más despistada, al igual que yo, por eso muchísimas veces solía olvidarse de contarme detalles importantes como este.
-No, otra cosa importante que has olvidado decirme. Y eso que has tenido meses –la regañé en forma de broma.
-Lo sé, tienes a quien salir distraída después de todo –lanzó una sutil risita-. Su nombre es Syaoran. Y es el encargado de la empresa de aquí de Tokio, por eso vive allá en un departamento, razón por la cual casi nunca lo vi, más que algún que otro fin de semana en donde viene a instalarse acá.
-O sea que si es el encargado de la empresa es viejo y casi nunca lo veré. Puedo lidiar con ello.
-No y si. Es tan solo seis años mayor que vos, por ende no creo que debas considerarlo un viejo –comentó riéndose- Además es sumamente guapo –acto seguido me guiñó un ojo. ¿Esta mujer estaba acaso loca?
-Estoy de novia Nadeshiko, no sé si lo recuerdas.
-Si cariño, pero he notado que estas distante con él.
-Si, pero eso no quita que es mi novio y que no puedo estar mirando otros hombres –no quería hablar del tema así que preferí dirigir la conversación al tema anterior-. ¿Y cómo es el hijo de Hien? –pregunté con curiosidad. A quien engaño, apenas estaba enterada de su existencia y ya moría por conocerlo. Seriamos algo así como hermanos después de todo.
-Yo sabía que terminaría por interesarte –me ruboricé completamente y es que a veces ella no sabía cuidar sus comentarios sumándole a que le encantaba verme avergonzada-. Es un joven sumamente guapo y muy parecido a Hien físicamente pero con varios años menos, además de que sus ojos son de un color más claro. Ámbar.
Me fascinaba ese color. Hien era un hombre muy atractivo, si todo lo que decía mi madre era cierto mi hermanito estaría para comérselo. Aún tienes novio Sakura, recuérdalo.
-Por cierto. Esta noche vendrá a comer, así que alístate así le das una buena impresión.
Mi madre pretendía casarme con Li al parecer. Por más que fuese lindo o lo que sea nuestra relación sería algo así como amistosa, no pasaría de eso. El era más grande, seguro con novia y yo tenía mi relación. ¡Además íbamos a ser hermanos! Esperaba al menos poder llevarme bien con él, quizá no lo vería muy seguido, pero era un nuevo miembro de mi familia y porque no un nuevo amigo.
N/A: Aquí un nuevo proyecto de historia. Lo tengo hace varias semanas en mi cabeza y decidí plasmarla en mi computadora. Espero que este pequeño prólogo haya sido de su agrado, ya estoy por terminar el siguiente capitulo. Estos días trataré de adelanter lo más que pueda en escribirla y poder actualizar ya que pronto comenzaré otro año de universidad y no tendré tanto tiempo libre como ahora (debo estudiar igual pero me hago la rebelde :B)
Agradecería de todo corazón su opinión sobre si les ha gustado o no y también sepan que estoy abierta a nuevas opiniones e ideas sobre cosas que les gustaría que pasen en la historia. Recuerden esta en proceso de elaboración asi que cualquier idea será bienvenida ^^
Perdón si algún error de ortografía se me ha escapado y muchas gracias por leer :D
Besitos con sabor a fresas.
LadySuzume-Chan
