Unexpected Feelings
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~ Hermanos
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−Me agrada su cabello.
−Le dijiste que era horrendo.
−Mentí.
Itachi no pudo evitar sonreír. A sus dieciocho años, su hermano Sasuke, no era más que un inútil. Inmaduro como pocos, necio y sumamente autosuficiente –a pesar de que aún no tenía idea de cómo poner a hervir un par de fideos-. Llevaba siempre las de ser superior al resto del mundo, reconociéndose como aquel dios que aún los demás desconocían. Un motivo para su despreciable autoestima, eran las damas, que se encargaban de cuidarlo diario. Si había algo que se presentaba en la vida de Sasuke a montones, aquello eran las mujeres. Esbeltas, de todos los tipos de cabello, y atractivas. A menudo, su hermano mayor tenía el descaro de evaluarlas en silencio, siempre llegando a la conclusión de que el menor tenía el más vulgar de los gustos. Todas tan… parecidas. Simples, y únicamente útiles para el placer carnal. Suspiraban el nombre de su hermano sin razón, y presumían más de lo necesario con los exagerados escotes y las faldas cortas. Sasuke lo encontraba erótico, Itachi penoso. Sin embargo, y a pesar de tantas diferencias, convivían juntos. Sasuke jamás reconocería que dependía de su hermano mayor, pero Itachi lo sabía; y por eso se regocijaba con aquella idea de vez en cuando.
¿Qué serías tú sin mí, pequeño estúpido?
Sirvió algo de jugo en el vaso del menor, y luego en el propio, y se echó hacia atrás en la silla. Luego de la cena, la cuál siempre acostumbraba a preparar él, los hermanos Uchiha solían tener una corta conversación, siempre escasa pero sincera. ¿El tema de aquel día? Sakura Haruno.
−Y ¿qué dice Naruto sobre el asunto?
−Que debería ir por ella y tomar su virginidad antes de que descubra que soy un imbécil.
Hizo el comentario no sin antes soltar una risa, seca y efímera; Itachi negó con la cabeza lentamente al asimilar lo dicho. Por supuesto que sí; Naruto Uzumaki no podría haber dicho algo distinto.
Conocía a Naruto desde que Sasuke lo llevó al pequeño apartamento en el que vivían años atrás, cuando apenas eran niños. Itachi supo que aquel rubio sería un problema desde el principio, pero disfrutó de su compañía cada instante, porque era tan estúpidamente energético que a veces le recordaba que sonreír no estaba mal. Se lo encontraba vagando por su hogar la mayoría de los días, incluso cuando la relación que llevaba con su hermano menor era de las peores, incluso cuando él le ignoraba o solo se dirigía a él para insultarlo. Naruto parecía haberse encariñado con él, el mayor, quien sin duda jamás tuvo queja alguna. Si deseaba quedarse a cenar, era bienvenido, incluso cuando Sasuke no estuviera de acuerdo. "-Naruto es mi amigo" solía decirle burlón. Su hermano siempre chasqueaba la lengua. Aún así, fue cuando maduraron que notó el cambio en la actitud de su hermano, percatándose de que ya no era el único que estaba seguro de que Uzumaki Naruto era fundamental para la vida que intentaba mantener su hermano menor. Indispensable para el menor, y un alivio para el mayor. Si aquel rubio no era felicidad para aquella casa, entonces nada jamás lo sería.
Estaba feliz de que Sasuke hubiera encontrado un amigo así.
−¿Y lo harás?
La pregunta fue de lo más indiscreta, pero asuntos como aquellos no eran algo que no trataran normalmente. Después de todo, para el otro azabache cosas como el sexo eran indiferentes. No importaba con quién, tampoco cuándo, no estaba seguro si dónde. No es como si él pudiera cambiarlo…
−Hmph.
Lucía arrogante y confiado, claramente feliz de que ella estuviese a sus pies; feliz de que solo bastara que chasqueara los dedos para que ella se echase en sus brazos. A pesar de que siempre fue evidente, y de que la de cabellos rosados estuvo intentando disimularlo, estaba seguro de que toda Konoha –incluido su adorable hermano- estaba al tanto de que Sakura Haruno moría por el Uchiha más joven. Y le parecía… absurdo. Absurdo que desperdiciara su vida en el tipo de persona que era su hermano. Albergaba, aún así, la esperanza de que ella lo cambiara, de que alguien lo hiciera, cualquiera.
Porque Sasuke no debía ser como él.
−¿Debo tomarlo como un sí?
El menor sonrió, casi con ironía.
−No eres virgen, Itachi. Caderas tan pequeñas no deben desperdiciarse…
Y a pesar de que lo sabía, y él le había incitado a hablar, sintió deseos de golpearlo en aquel instante. No es porque hubiera dicho algo inapropiado, después de todo, no había nada que él mismo no supiera o que jamás hubiera oído de los labios de su hermano. Tampoco es como si se sintiera molesto porque intentara recordarle que él solía ser la misma clase de animal –predador- que el de cabello corto era.
Fue única y simplemente porque le ultrajaba que hablara así, le generaba un desprecio que jamás creyó ir a sentir por su único hermano, lo que restaba de su familia.
Sí, Haruno tenía caderas pequeñas. E Itachi comprendió lo que Sasuke deseaba decir. ¿Pero era esa la única razón por la que estaba considerando aceptarla? ¿Para hacer lo mismo que con el resto? Probablemente, la actitud de ella en aquel instante le recordara al menor a la del resto, otra mujer que deseaba experimentar con él de millones de maneras. Y entonces estaba bien. Porque, después de todo, Haruno lo buscaba. Pero esa idea discrepaba completamente con la que él guardaba de una niña de largos cabellos rosados, y grandes ojos verdes, que solía lloriquear cada vez que Sasuke hacía algo malo –por más que ella no estuviese involucrada-, la misma que de vez en cuando se acercaba para preguntar si su hermano menor se había recuperado de las heridas de la última misión, y la única que se ofrecía voluntariamente a cuidarlo –y esto incluía cocinarle- cuando él estaba fuera. Si esa inocencia seguía en ella, entonces no lo merecía. Y Sasuke estaba siendo un imbécil al solo atreverse a pensar en jugar con ella.
Pero no era asunto suyo.
−Tal vez.
Sasuke se rascó con suavidad la nuca, desordenando su oscuro cabello. Soltó un suspiro, indiferente, mostrándose sumamente relajado con el último asunto. Y luego observó a Itachi.
El mayor arqueó una ceja.
−Esperaba una afirmación.
−Soy un tanto más selectivo que tú, Sasuke.
Tan pronto como le vio encogerse de hombros, fue el otro Uchiha quien arqueó una ceja. ¿Selectivo?
−Me gustan las mujeres esbeltas. No porque una menuda desee estar conmigo voy a cambiar de parecer solo para tirármela.
Sonó ligeramente hostil, sin embargo el otro se mantuvo inmutable, y asintió lentamente unas dos veces, como asimilándolo. Itachi supo que no le importaba en lo más mínimo, y que si su intención había sido ofenderlo –a pesar de que no lo había sido- definitivamente no lo había conseguido.
Después de todo, para el Uchiha más joven, no importaba quién.
−¿Entonces puedo dar por hecho que no has probado una cadera estrecha?
Lejos de sentirse incómodo, avergonzado –como Sasuke esperaba le cayera la pregunta-, Itachi sonrió. Cerró sus ojos, presumiendo unas largas pestañas, y negó con la cabeza suavemente.
¿Es eso realmente importante?
Para Sasuke lo era. Para su orgullo lo era.
El de cabello largo enfocó la vista, clavando unos grandes ojos negros en otros semejantes, y resistió la tentación de inclinarse sobre la mesa hacia el menor.
−Tú lo dijiste. No soy virgen, Sasuke.
En un principio, el otro permaneció quieto, asimilando sus palabras, su expresión inescrutable, y el mismo semblante que llevaba minutos atrás. Eso no decía nada. Pero para Itachi era prueba más que suficiente de que su juego acababa de tomar un camino inesperado, y la respuesta maquinada no era más útil.
−He tocado y probado tanto como tú. Tal vez más.
Sasuke no dijo nada, muy al contrario se mantuvo quieto.
¿Más que él? Parecía imposible.
Porque, claramente, Itachi jamás tuvo su misma fama. O eso creía. Sabía que muchas suspiraban por el mayor, sabía que les encantaba su sonrisa descuidada y el largo cabello azabache. Había oído que algunas se preguntaban cuál de los dos era mejor, y que jamás había una con una respuesta. También sospechaba que en silencio todas los comparaban, y que más de una estaba más satisfecha con la actitud de Itachi. Por ser agradable, suave, y no tan hosco como él lo era.
Pero eso no tenía remedio.
Sabía que su hermano los repudiaba tanto como él; los halagos, las sonrisas, y las falsas atenciones con los restantes del clan Uchiha. Parecieron recordar tarde que habían pasado años desde aquella noche, y solo lo notaron cuando Itachi comenzó a ser más reconocido como ANBU, y él un diamante en bruto bajo el entrenamiento de Kakashi. Hipócritas. Solo alguien tan estúpido como su hermano podía comportarse tan bien con personas que no lo merecían.
Estúpido.
Más allá de eso, la posibilidad de que Itachi hubiera tenido relaciones con la misma cantidad de mujeres que él, era imposible. Sin embargo, de haber su hermano conseguido el silencio de las afortunadas, no parecía tan descabellado… Y de acuerdo a la simpatía y lo muy manipulador que era Itachi…
¿Cómo no lo había notado? Eran familia después de todo.
Arqueó ambas cejas al terminar de asimilarlo.
−Tú y yo no somos tan diferentes.
−Jamás dije que lo fuéramos.
Sasuke soltó otra risa irónica.
Y el mayor un suspiro. Porque no deseaba que fueran semejantes.
Se puso al cabo de unos segundos de pie, con intenciones de ya ir a lavar los trastos. Notó que el otro le observaba, sin intenciones de ayudar, como era costumbre. Y se pasó la diestra por los largos cabellos azabaches, dejando sus dedos correr por entre su sumamente sedoso cabello. Y se preguntó si Sasuke maduraría pronto. Y supo que el término no era madurar, sino cambiar. Realmente deseaba saber si él notaría su error, si se corregiría a tiempo. Y supo que la respuesta no existía.
El menor bebió un poco de su vaso antes de volver a dirigirse a él con sorna:
−¿Qué hay de ti?
Itachi arqueó una ceja.
−¿Pasarías una noche con ella?
La inquisición fue extraña, jamás creyó que su hermano le preguntaría algo como ello. Y es probablemente por esa misma razón por la que nunca se atrevió a siquiera pensarlo, porque ella pertenecía al juego de Sasuke. Desde siempre. A pesar de que el menor nunca fuera a admitirlo. Itachi lo sabía. La pregunta le pareció absurda. No tenía intenciones de meterse con una cría. Pasaba de eso, completamente. Muchachitas como Haruno solo eran adecuadas para su hermano.
Sin embargo...
Era una niña exótica, alegre, histérica en ocasiones, pero de buenas intenciones. Era un tanto menuda, pero su cabello rosado era algo por lo que, juraba, podría alguna vez haber llegado a sentirse atraído. Tenía unos grandes ojos verdes, y unas facciones dignas de un ángel. Lucía tan frágil y delicada, femenina, que solía ser abrumador verla golpear al rubio, arrastrarlo, de un lado hacia otro cuando se la topaba por la aldea. Era claramente impredecible, y todo lo opuesto a lo que aparentaba. Y, por alguna razón, siempre que creía llegar a conocer todos sus aspectos, hacía algo que le impresionaba. Supo que Haruno era una caja de sorpresas cuando volvió de los chuunin con el cabello corto y enmarañado. Desde entonces, intentó no volver a sorprenderse. Y aún así lo hacía. Era inteligente, y de una voluntad mucho más fuerte de lo que cualquiera pensaría, -o así lo era para él- y por supuesto debía reconocerla como la niña más testaruda del mundo -lo cual le agradaba porque las detestaba sumisas-.
Pero eso era Haruno.
Una niña.
No se atrevía aún así a etiquetarla como inmadura...
−¿Quién sabe?
pues, insistía, no sabía que esperar de ella.
−Después de todo, es Sakura Haruno.
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¿Reviews?
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¡Hola! Prometí este ItaSaku meses atrás.
Estoy cumpliendo con mi promesa.
Llevo un par de semanas pensándolo, y fue durante la madrugada de hoy que decidí que era momento de completar un primer capítulo y ver qué tanto interés despertaba en mis lectores. Así que aquí está. Creo que a medida que lo redactaba, la idea básica fue distorsionándose, sin embargo me agrada mucho para comenzar. ¡Espero que a ustedes también!
No quise presentar a un Itachi estúpidamente semejante a Sasuke, de actitud seca y desesperantes monosílabos, sino al que yo vi durante toda la historia. Es decir, dios santo, ¡Itachi dejó con vida a Sasuke! Era lo que más amaba, un tipo así no puede ser seco y siempre hosco. Siquiera con su hermano, a quien salvó, debe ser cariñoso. Siempre imaginé a Itachi mucho más suave de lo que lo presentó la historia, incluso creo que Kishimoto lo veía así -a pesar de que no tuvo la oportunidad de presentarlo completamente en ese ámbito- así que espero que les agrade con esta actitud.
Por otro lado, por si no ha quedado claro, la masacre de los Uchiha sí es parte de esta historia. Pero esta vez no fue Itachi quien la ejecutó. Itachi y Sasuke viven juntos desde entonces, solos, y contra el resto del mundo. Habrá más adelante más información sobre la noche en la que el clan Uchiha desaparece, excepto por los dos hijos de Fugaku. Así que espero sean pacientes.
Además de esto, quiero que sepan que la historia tendrá un muy ligero SasuSaku, a pesar de que es claramente un ItaSaku. Así que... no sé, espero que les agrade.
Dependiendo de los reviews, será que la continuaré o no así que... ustedes sabrán si quieran un segundo capítulo :D
¡GRACIAS POR LEER HASTA EL FINAL!
Por favor, ¡DEJEN REVIEWS!
