Traducción autorizada del fic "Was&Gone" de Heart Iconography ID 5246590.
Disclaimer: Todo lo relacionado con The Walking Dead pertenecen a Robert Kirkman y la cadena AMC.
Esta historia, sus personajes, sus voces, sus sentimientos son obra de la autora. Yo me limito a traducir sus palabras.
Disfrutad de la historia.
Advertencia propia: Esto no va a ser un camino de rosas, en absoluto. Pero merece la pena.
Advertencias: Violencia, Violación, abusos...
Beth ya nunca cantaba. ¡Maldita sea, ya prácticamente no hablaba! No ofrecía su ayuda a extraños, o se paraba para admirar los raros momentos bellos entre los restos desagradables de lo que le rodeaba.
Beth ya no hacía muchas cosas. La chica que una vez fue, era un vago puzzle en su cabeza que parecía ser más ficción que realidad esos días. ¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Un año? ¿Tal vez dos? Había perdido la cuenta. Los días y las noches habían comenzado a juntarse hasta el punto en que era difícil distinguirlos unos de otros, pero su cuerpo sufría por el desarrollo y la perdida, percibiendo el paso del tiempo y las estaciones.
Decían que nadie podía sobrevivir por su cuenta, pero exactamente eso era lo que Beth había estado haciendo. Nunca permaneció en un mismo sitio por mucho tiempo. Siempre moviéndose. Siempre buscando. Sus piernas parecían moverse por su propia voluntad, como los propios caminantes. Beth sabía que no había nada mejor ahí fuera, había visto una buena parte de lo peor. El mes pasado había clavado el cuchillo en el cráneo de un bebé que le recordó mucho a Judith, casi dolía. Pero aún así, ¿qué más se podía hacer?
Se abrió paso entre ciudades, entre bosques y carreteras comarcales con grandes extensiones de cultivo a ambas orillas. Nunca se molestó en averiguar dónde se encontraba exactamente. Si Beth se topaba con una señal, o un mapa, nunca atraía realmente su atención. Siendo adolescente siempre había querido viajar, ver el mundo, nunca había imaginado que sería de esta manera, sudando y corriendo, cubierta en sangre y suciedad, despellejando conejos y rebuscando bayas para comer. La vida no era un cuento de hadas, no iba a haber un final feliz para Beth, una lección que le había llevado demasiado tiempo por terminar de aprender.
Beth no podía evitar sino mirar hacia su pasado con desdén. La granja, su matrimonio, la negación, todos jugando, fingiendo y cerrando sus ojos, con la idea de que si mantenían su esperanza intacta todo volvería a la normalidad. Entonces llegó la prisión; todo el tiempo que había desperdiciado imaginando convirtiéndose en la tía del bebé que Glenn y Maggie se suponía tendrían, proyectando una vida para su anciano padre, y encontrando la felicidad detrás de la seguridad de las vallas.
Ya nada podía mantener la realidad lejos.
Así era el mundo ahora. Matabas o te mataban. Dormías dónde y cuándo pudieras, comías lo que fuera que estuviera a tu alcance, y rezabas a Dios para que no rodaras sobre tu propio cuchillo en mitad de la noche. O tal vez, eso sólo le pasaba a Beth. Te acostumbrabas a ser perseguida por los muertos vivientes, te acostumbrabas a las salpicaduras de sangre oscura cuando los matabas, te acostumbrabas a ver caer la carne de sus huesos sobre ti. No había espacio ni tiempo para la duda, y sobre todo no había tiempo para sentir asco. Matar o morir. Pelear o huir. Apuntar con certeza. Nunca pensárselo dos veces.
Beth miró hacia la linde de los árboles sin llegar a ver nada. Intentó no pensar en la gente que llegó a conocer. Todos estaban muertos o se habían ido. Maggie, Glenn, Rick, Michonne, Carl… Todos eran fantasmas. Cerró los ojos, obligándose a sí misma a añadir un nombre más a esa lista, el nombre que le había brindado consuelo y pena por mucho tiempo. Daryl.
El fuego frente a ella crepitaba mientras intentaba acallar su voz diciéndole que corriera. Corre, Beth. ¡Corre! No debió haberle dejado atrás. Clavó sus uñas en sus piernas, intentando serenarse con el dolor. Pero pronto comenzaron los recuerdos, el calor, el calor sofocante del maletero del coche. Se obligó a regresar, apretando los dientes hasta que su mandíbula crujió por el esfuerzo. No. Beth no iba a volver a hacer esto de nuevo. Había terminado. Había pasado. Había sobrevivido.
Bueno, la mayor parte de ella había sobrevivido, las partes que había necesitado, aquellas que nunca había usado antes. Las fuertes y rudas. Brillaba como una fría piedra en la noche. Beth había abandonado a aquellos que una vez quiso, en el pasado al que pertenecían. Se había dejado a sí misma allí también. La chica que fue, pequeña, delicada y cantando canciones tontas. Pero Daryl… Él nunca se quedó donde ella le dejó. Ella podría pensar en él y decirse "es" después de una semana diciéndose "era".
Pero aun así, en ocasiones se despertaba entre sueños escuchándose decir "Tú serás el último hombre en pie. Lo eres". Los primeros meses por su cuenta ella había estado furiosa, tan furiosa… Daryl, tu debías ser el último superviviente. Yo no soy lo suficientemente fuerte para esto. Se suponía que ibas a ser tú. Debías ser tú quien me recordara a mí. Solamente otra chica muerta, pero no estoy muerta, ¿verdad, Daryl? Todo el mundo se ha ido, y algún día yo tampoco estaré, pero hoy no. Hoy no, Daryl, ¿me escuchas?
Tras apagar el fuego, Beth se tumbó en la dura tierra y miró hacia las estrellas en el cielo. Solía encantarle mirarlas en el gran porche de madera de su vieja casa, pero ya no encontraba ningún consuelo en ellas, ningún significado profundo, ni Dios, o al menos ninguno al que mereciera la pena rezar. Las estrellas parecían parpadear, encendiéndose y apagándose, como su propio corazón. Lleno y vacío. Dañado y fuerte. Era, se dijo a sí misma tratando de conciliar el sueño.
"Ya no está" se susurró a sí misma en voz baja.
Llevo leyendo fics en inglés ni sé el tiempo pero esta es la primera vez que me lanzo al ruedo de la traducción de uno. Toquemos madera.
Lo primero de todo muchísimas gracias a HeartIconography por permitirme haceros llegar esta historia que a mí, me tiene enganchada. Thank you very much Heart Iconography for letting me translate your story. I really appreciate it.
Espero que os guste a vosotr s también y disfrutéis del viaje.
Le haré llegar a la autora cualquier comentario que dejéis por aquí. Sentíos libres de hacerlo.
