Capitulo 1: conociendo un poco de la historia.

Sus ojos ambarinos buscaban inquietos la figura de un chico en específico, el chico que ese día se suponía tenía una cita con él. Le había dicho que esperase en ese lugar, que lo más probable es que se llevara más tiempo en su presentación de lo que normalmente hacía. Le había llamado la atención no sólo el tono de voz en el pedido de encontrarse cuanto antes, si no el lugar y más que nada el hecho de que si se suponía no podía a esa hora ¿Por qué insistir tanto en la puntualidad? Y sobre todo… ¿porque citarlo en un lugar que era más que obvio el chico detestaba? No era un sitio que soliesen frecuentar, al menos no el pianista.

Caminó con tranquilidad observando todo el lugar sin intenciones de hacer nada en particular, simplemente sentarse beber un poco y esperar a que su "cita" abordara el lugar. Después de casi media hora comenzó impacientarse–Más que digno de la poca paciencia de Tsurugi– pero esa impaciencia se disipó del todo cuando su nefasta y mala suerte le llevó a cruzarse con él. No es que quisiese estar lo más lejos de Kirino posible, en absoluto, es mas tenía que lidiar con el todos los días en el entrenamiento pero el solo pensar que tenía que darle explicaciones si llegaba a cuestionarle algo lo colocaban en una situación verdaderamente incómoda. Pero a un más importante: ¿qué rayos hacia el pelirosa ahí? Muchas respuestas tal vez…mas lo más seguro ninguna era la correcta.

—Kirino…–Resoplo levemente el de cabello azules. El chico pelirosa volteó al escuchar su nombre, se quedó con la boca entreabierta tan sorprendido como Tsurugi. Admitía que Inazuma era un pueblo chico, y encontrarse con alguien en una discoteca no era nada del otro mundo, pero la situación no podía ser más inoportuna y más por el hecho del golpeteo en su pecho que se hacía cada vez más presente.

—Tsurugi…—se obligó a reaccionar el dorsal tres de Raimon realizando enseguida un leve ademan con su mano invitándolo a sentarse en la mesa junto a él. Porque claro siempre la educación estaba sobre todo. — ¿Hoy no Fuiste a ver a tu hermano? —Le cuestiono kirino, desviando su mirada a diferentes direcciones sin poder aparentar los nervios que crecían cada vez mas especialmente en que el delantero se sentó a su lado observándolo.

—Sí, Hoy fui—Resoplo vagamente Kyousuke. Kirino suspiro—Tuvo su sesión de rehabilitación.

—Ya veo…—Acoto con rapidez kirino mientras unía sus manos en señal de nerviosismo. Definitivamente no era nada fácil entablar una conversación con el pelimorado

— ¿Y tú? Que haces aquí superior—Contrarrestó de inmediato de forma algo indiferente, no era alguien de andar contando sus intimidades así como así, más como todo ser humano la duda lo invadía. Suspiro, Ranmaru enmarco su nerviosismo al saber la pregunta que venía a continuación — ¿Esperas a alguien o sólo estas aquí para matar el rato…?–Solo de pronto el pelimorado observándolo atentamente, casi leyendo al pelirosa con la mirada. Una mirada demasiado penetrante a la manera de ver del ojiceleste. El mayor asintió varias veces seguidas con una sonrisa vaga incluida, Tsurugi pudo deducir por aquello que esperaba a una persona tan importante como la que él esperaba, iba a preguntar mas, seguirle cuestionando, aunque fuera en contra de sus principios de no hablar más de tres palabras por día. Pero la situación lo ameritaba.

Antes de lograr hablar de nuevo el mesero se acercó dejando al ojiambar con las palabras en la punta de su lengua interrumpiéndolo. De mala gana Kyousuke pidió un refresco, era muy temprano para empezar a beber alcohol.

Se sentía extraño, demasiado para su gusto, algo intuía, algo le hacía pensar que había una pieza en el rompecabezas que faltaba, una pieza que hacía falta, una pieza que el mismo había escondido. No pudo evitar susurran en lo más oculto de su mente el nombre de su cita. Por Siempre pasaba eso cuando estaba cerca del pelirosa.

Hace tiempo que Tsurugi había logrado encontrar la estabilidad que había perdido, se había convertido en el delantero de Raimon, prácticamente un jugador común y corriente que se paso de ser su enemigo número uno a transformarse en uno de los pilares del equipo. Aunque claro el de común y corriente no tenía nada su actitud lo había hecho ver de aquella forma frente a cualquiera, pero al menos creía que su vida no podía ser más turbulenta de lo que ya lo era con Tenma revoloteando y molestando siempre al rededor. Craso error. El Capitán del equipo le demostraría lo contrario y de una manera que nunca creyó que alguien lo haría.

Pero no fue culpa de nadie en realidad. No hay culpables, ni tampoco víctimas. —Bueno para él la única víctima fue su persona y el culpable el de cabellos castaños, pero tenía que pensar aquello para no ofender al pianista—Simplemente las situaciones se dieron, obligándolos a tomar decisiones que podían pecar de erróneas o incorrectas, moralmente vistas por la sociedad si era necesario decir… pero en el ojo del huracán es difícil pensar con claridad.

Fue una de esas tantas tardes, al término de un entrenamiento, cuando Tsurugi había cometido el error de caer en la cuenta de que Shindou buscaba acercarse a él. De haberlo ignorado, o molestado —como siempre— quizás todo hubiera seguido un rumbo distinto ¡Pero no! Desde que se habían coronado como campeones del Holy Road lo venía notando raro, pero claro el ojiambar estaba entretenido en molestarlo que no se había dado cuenta de aquello. Pero no fue hasta ese día que reparó en el detalle de que el Pianista estaba más pendiente de él que de costumbre y su pregunta era el ¿Por qué? ¿Por que de repente tanta insistencia en su persona? ¡Ni siquiera Matsukaze lo había acosado tanto! Más bien ¿Cuándo es que él se convirtió en la victima de su propio juego?

—Takuto… —Había pronunciado con algo de sorpresa. Todos los integrantes del equipo se habían ido y solo quedaban ellos dos solos. Era más que obvio que el castaño estaba esperando por él, mas por primera vez en mucho tiempo se guardo aquel cometario. Pero para su sorpresa había sido el propio Shindou quien se lo hizo notar.

—Te tardaste Kyousuke, que falta de educación– Bufo el castaño con sus ojos cerrados esperándolo pulcramente recargado en la pared sin inmutarse siquiera por la cercanía del ojiambar. El menor frunció el ceño enfadado, ¿quién se creía Shindou para Hablarle de esa forma? Gruño por lo bajo recordando que el mismo le había pedido ayuda con la materia de lengua que casi reprobaba, pero no habían quedado en nada formal, pero claro se le olvidaba que hablaba con el perfecto y único señorito Shindou Takuto. Había firmado su propia sentencia al pedírselo.

—No gracias–Espeto rápidamente arqueando una ceja con un tono de molestia y bufando por lo bajo. Shindou lo miro amenazante logrando al instante que el pelimorado se detuviera.

—Yo me comprometí y nunca falta a una promesa y para serte sincero prefiero encargarme de eso cuanto antes así que ahora vamos. – ordeno el pianista, el menor solo cerró los ojos con molestia alzando los hombros en señal de desinterés.

— ¿Adónde? —Soltó vagamente kyousuke caminando a su lado en parte resignado, no tenia humor para ponerse a discutir. —Estudiaremos con kirino, es el mejor en lengua de segundo año.

—En verdad, Capitán, no hace falta, con lo que yo sé…–trato de alegar a sabiendas que era imposible ganarle una al pianista, pero se le hacía demasiado incomodo ir a visitar al pelirosa.

—Con lo que sabes si me permites opinar vas a aprobar, Cosa que no puedo permitir porque te necesitamos en el equipo de soccer además por tus resultados deduzco que te falta mucho, apenas entiendes lo básico, ¿en dónde tienes la cabeza?...

–Insisto tu eres bueno en lengua demasiado, entonces ¿para que con kirino?– Fue lo único que puedo alegar de forma rápida, buscando una salida o alternativa que le conllevara a salir de ese lio tan rápido como pudiera. –Vamos a mi casa

–Me niego, además kirino vive solo será más fácil estudiar con el– Se opuso de inmediato el de ojos ámbar, el tan solo imaginarse en la casa del peliazul no le intuía nada bueno. Y simplemente aquello no iba con los planes.

—Si es por eso —resoplo el goleador alzando los hombros y cerrando los ojos—tú también estas solo ¿O no? tus padres están fuera de la ciudad y no lo niegues Matsukaze lo dijo —le afirmo mirándolo fijamente sin intenciones de ceder en aquella casi pelea que se había desarrollado— o que ¿Te molesta invitarme? ¿Es eso? Que mal educado con tus compañeros Takuto…–le insulto. Shindou ante eso frunció el ceño tratando de ignorarlo lo más que podía.

—Sí, no te quiero cerca de mi casa —contestó con rapidez Takuto sin remordimiento y sin la intención de darse por vencido tampoco.

—No voy a robarte, ni a hacerte llorar de nuevo lo juro —replicó divertido al ver la mala mirada que le dirija el pianista. —Además, no es correcto ir a molestar a un superior sin ninguna justificación, Shindou ten mas modales. –Le volvió a requerir más divertido que antes, mientras Shindou solo guardaba silencio y un largo suspiro salía de sus labios.

¡Si alguien le hubiera dicho a Shindou que Kyousuke era tan estúpido no lo crearía

—Soy su mejor amigo de infancia no veo el problema–se defendió de inmediato el rey de la estrategia. Kyousuke llevo sus manos a sus bolsillos chasqueando los dientes.

—Pero él no tiene que estudiar esta materia, puede tener cosas que hacer y le quitas el tiempo que mal amigo…

— ¡Ya! ¡¿Cual es el Maldito problema? —Alego el pianista al ver perdida la serenidad de lo que era dueño ¿tan difícil era ir a casa de kirino? Pues quisiera el o no irían. Así lo había decidió y así se haría.

—Es que…la verdad prefiero estudiar a solas con usted capitán…–susurro obstruyendo su paso para mirarlo directo a sus ojos chocolates. Esa frase desarmó al pianista haciéndola retumbar en su cabeza varias veces. Su mirada lo vencía y lo hacía estremecerse, Shindou intentó acotar algo que lo sacase de esa situación, pero no encontraba nada para hacerlo, su boca tartamudeaba y su anterior seguridad había desaparecido de golpe ¿por qué tenía que decirle eso? ¿Por qué parecía que aquellas palabras eran las que más quería oír desde hace tiempo? Negó varias veces con la cabeza, definitivamente hace tiempo se había resignado.

Shindou también prefería estar a solas con él, pero ni aunque su vida dependiese de eso pensaba decírselo. No pudo decir o alagar nada, por lo que Tsurugi se le había adelantado:

—No te preocupes si tienes miedo a que haga algún destrozo o algo parecido no lo hare, me concentrare a estudiar de verdad necesito aprobar.

—No es eso Tsurugi– arremetió de inmediato el pianista bajando su mirada al piso mientras de su boca salía un gran suspiro.

— Y ¿Entonces?

Y "entonces" terminaron en la casa del pianista. Shindou había guardado silencio en todo el camino guiándolo a paso lento a un no sabía ni como lo había permitido, pero a medio camino termino por tomar un rumbo distinto al planeado al principio. Las cosas no le estaban saliendo nada bien. No era así como se suponía que debían darse. Suspiró; Juntar a Kirino y Tsurugi era más difícil que hacer que Kariya dejara de molestarlo. Nunca supo como su mejor amigo se termino enamorando de alguien como el delantero de ojos ámbar.

En su interior le pidió perdón a Ranmaru. Al final se daba cuenta que, definitivamente, su amigo estaba muy equivocado: Él era el peor celestino de la historia. Porque claro, el plan no era terminar los dos solos en su departamento y sin embargo ahí estaba con kyousuke a solas en su casa.

Ese fue un día extraño, que le sirvió a Tsurugi para caer en la cuenta de algo que venía sospechando desde antes. Y es que en medio de una batalla uno no puede —o no debe— reparar en ciertos detalles. Le llamaba la atención que en el día a día Shindou fuese ese chico rayano lo insulso, para pasar a ser un estratega extraordinario cuando estaba en pleno campo de soccer. ¿Se había fijado en esa magnificencia por primera vez en ese día? Tal vez si pero no tenia humor para ponerle a tención a detalles secundarios. No estaba seguro de cómo o cuándo pasó, pero lo veía explicándole lengua y cayó en la cuenta de que si Shindou fuera mujer no duraría en intentar acercarse a él. O ella en su caso, pero claro… Shindou era hombre, con todo lo que eso implicaba.

Le agradaba su personalidad, pese a que le sacaba de sus casillas. Siempre le daba guerra, siempre tenía algo para decirle o refutarle, siempre lograba hacer que él reparase en su existencia. Al final, siempre acababa pensando en él. Fuera en algo dicho o hecho ese día por el Pianista. En la noche, cuando no podía dormir por culpa de las pesadillas, terminaba pensando en él. Definitivamente Takuto había marcado su vida.

Continuara…

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Bien aquí les dejo el primer cap. de 6 que conformaran este fic, si muchos habrán notado en la descripción que no es normal por el simple hecho de que se trata de un "trió" que verán desarrollarse a lo largo de estos. ¿Con quién se quedara al final Takuto? Será una gran sorpresa. Sigan este fic de cerca que prometo actualizarlo cada tres o dos días. Dejen sus comentarios, quejas y sugerencias en los reviws que serán bien recibidos por que es lo que impulsa a un actor a seguir escribiendo.

Hasta la próxima…