Hola esta es una historia alterna, algunos presonajes son inventados, pero los principales pertenecen al grupo CLAMP. Es solo un ensayo de como me imagino que seria el tratar de mezcar las dos versiones de las Guerreras Magicas, estoy aprendiendo ha hacer esto por favor dejen sus consejos, gracias.

Zephiro

El agua cristalina corría a la orilla del castillo de Zephiro. El canto de las aves se escuchaba a lo lejos, y el sol se filtraba por una de las habitaciones del castillo, ahora lucia diferente. Después de la dura lucha que enfrentaron contra las Diosas de la tierra, y esa difícil batalla en la que Lantis sacrifico su vida para ayudarlas, nuestro mundo ha vuelto a ser mejor que antes. El creador había cambiado el sistema de regir Zephiro, ahora es rígido por el Pilar. Gracias a sus oraciones, la gente tenía nuevamente paz. Esmeralda por ser de voluntad más fuerte había sido elegida para orar por nosotros y yo siendo el mago más poderoso, fui consagrado para velar del pilar, soportar la base, y ser el espíritu de nuestro planeta. Cuando volvimos del mundo místico como ahora la historia lo cuenta, El Creador nos llenos de Bendiciones pero a la vez nos maldijo por haber puesto en peligro este mundo. Recuerdo como se dirigió a nosotros nos encontrábamos aun en trance por el fin de nuestra lucha cuando vimos una luz brillante y una voz como de trueno.

- Esmeralda, Esmeralda, - fue llamada con autoridad.

- ¿Quien eres y que deseas? – dijo la aludida aun dolida por saber que Zagato había sido manipulado por su hermano Eagle y sacrificado.

- Yo soy aquel que siempre ha sido, - guardó silencio por un segundo – Yo cree este mundo y a todas sus creaturas mágicas, veo con gran tristeza como destruyeron y abusaron de los regalos que les fueron proporcionados. - dijo ahora tomando una figura media humana parecía mas bien un espíritu, pues su cuerpo era semitransparente, era un anciano de largos cabellos, blancos, ondulado, rodeado por una fina areola alrededor de la cabeza y con adornado de las joyas mas exquisitas, zafiros, rubíes, amatistas, diamantes, esmeraldas, ente otras, sus ojos parecían dos llamas de fuego, de mentón firme, su mano izquierda sostenía un báculo similar al de Madoshi Clef, pero solo que en la parte superior parecía una esfera luminosa de cristal y en su mano derecha se encontraba Mokona. Vestía una túnica blanca, y sus pies estaban desnudos. Parecía suspendido en el aire, era una vista maravillosa atrás de el se encontraban jóvenes hermosamente vestidos de blanco , y doncellas vestidas con hermosos vestidos, al ver tan espectacular visión Esmeralda, Madoshi Clef, Ferio y Eagle cayeron de rodillas. Con su mirada fija en el suelo.

- Padre creí nunca volver a verte. –murmuro el mago.

- Obelix o mejor dicho Clef, así es como te haces llamar, me imagino que no les has dicho en realidad quien eres, Hijo mío, que has hecho del mundo que te regale por ser el mas amado. – este se acerco mas a Madoshi Clef. -Te dote de los poderes mas inimaginables, y me has decepcionado.

- Señor has de mi lo que tu consideres que merezco, pero te imploro por ellos, en especial por ella, que fue victima de las circunstancias. – dijo con la mirada aun en el suelo.

- Levante, ningún hijo mío debe estar postrado en la tierra. – dijo el anciano con un movimiento de manos, el mago se levanto pero su cabeza aun seguía baja, los demás guardaba silencio, de pronto se escuchaba el cantar de las doncellas, y entre ellas se acerco una de cabellos dorados largos hasta el suelo su cabeza estaba adornada por una corona de rosas, de mirada dulce, etérea, delgada, cubierta por una túnica blanca sujetada por dos anillos de oro en los hombros uno mas en la cintura sus manos estaban adornadas por brazaletes del mismo material, sus pies estaban cubiertos por unas sandalias doradas, al acercarse al Creador le sonrió, este asintió y entonces ella descendió lentamente hacia el mago.

- Obelix es hora de volver a casa con los tuyos, he esperado por ti siete siglos,- dijo la joven con una voz celestial, y acercando su mano al rostro del aludido.

- Adara... - su voz parecía un susurro.

- Amado mío vuelve que aun sigo esperando por ti. – su voz sonaba a suplica.-

- Pero yo…- el se volvió a ver a sus amigos que aun se encontraban de rodillas y que escuchaban en silencio, parecía que estaban bajo alguna especie de hechizo ya que no decían palabra alguna. – ellos me necesitan. Quiero ayudarlos a reconstruir este mundo.

- Vuelves a rechazarme. – ellas se poso de rodillas aunque su cuerpo nunca toco el suelo. – Zenos tu hijo me ha vuelto a rechazar, mi padre no lo perdonara y conoces las profecías.

- Obelix, he escogido entre todas las doncellas a la mas bella y virtuosa solo para ti, por que la rechazas. – dijo con voz calmada sin importar el tono de reproche de Adara.

- Padre, perdona si no acato tus designios pero si he de tener una compañera para la eternidad, permite que yo la elija, - y viéndola agrego. – Lamento si mi rechazo te lastima, pero por favor comprende, he visto cosas que tu aun ignoras y he conocido emociones, sentimientos… desearía que me comprendieras, eres una hermosa doncella, pero no soy un hombre para ti.

- Que has dicho, hombre… acaso te comparas con seres inferiores, eres hijo de un Dios, por lo tanto eres un Dios. Zenos creo que tu hijo ha enloquecido. – ella se puso en pie, - has pasado demasiado tiempo lejos de nosotros que has olvidado por completo lo diferentes que somos, creo que después de todo no deseo unirme a alguien que se compara con un humano.-

- Cuidado Adara Zephiro fue un regalo de mi padre, y adoro este mundo, y ellos no son inferiores, fueron creados por un Dios supremo, poseen poderes que muchos en Eternia jamás tendrán, y no olvides que poseen también inmortalidad. - luego miro a su padre – Quiero de vuelta a todos aquellos que desaparecieron en la batalla Padre. Yo los amo y no los quiero ver perecer.

- No abuses de mi amor por ti, eres mi único hijo varón, tus hermanas ya han crecido y sido desposadas por seres de bien, y te exijo que comiences a comportarte como lo que eres un Dios.

- Padre te lo ruego, devuélvemelos, prometo cuidar mejor de ellos, no quiero regresar a Eternia, aquí soy feliz. – En sus ojos se veía su decisión, el anciano lo miro por largo tiempo, en verdad su hijo estaba madurando, sabia que era una locura, y no deseaba que la profecía se cumpliera ya que seria el inicio de una lucha entre Dioses, bueno en realidad no rechazaba ha Adara por un humano, eso seria el desastre total y la desgracia para su hijo, el destierro, jamás seria aceptado nuevamente en Eternia, seria repudiado, pero por otro lado admiraba la valentía de que el demostraba. Bien así seria.

- Bien será como dices pero tendrán nuevas reglas y condiciones,

- Como tu digas,

- Te devolveré de nuevo tus creaturas y su gente te devolveré con todo su esplendor, pero ahora tendrán un sistema nuevo para mantener tu mundo. Crearemos un pilar y tu serás la base, su espíritu, y aquella que provoco la perdición de tu Sacerdote supremo será la encargada ahora de orar por el bienestar del planeta, borrare de su memoria todo recuerdo de su amor por el, permanecerá en su cuerpo de niña hasta que llegue el tiempo del cambio. Y tu tendrás todo el poder serás llamado el gran maestro y no habar mago mas poderoso que tu. Solo recuerda nunca olvidar que eres un Dios y que no se te esta permitido amar a nadie que no pertenezca ha Eternia. No lo olvides. – Sin esperar respuesta de Obelix Mokona se libero del brazo de Zenos, y fue a donde el mago – Tu cuidaras de mi hijo, Creaturas Místicas, Seres dotados de poderes aparezcan ante mi, yo los invoco.

Nuevamente apareció una luz y en el suelo aparecieron, Zagato, Lantis, Ascot. Alisione, un animal en forma de Lobo blanco, una chica de cabellos rubios recogidos en una cola de caballo, y creaturas personas y Zephiro comenzó a brillar, en lugar del castillo anterior apareció uno de cristal con tres enormes torres entonces Zenos levanto su báculo haciendo que todos se pusieran de pie y lo miraban con su mano derecha hizo un conjuro haciendo que Obelix se posara a su derecha cambiando su vestimenta obscura por una blanca con morada y azul con incrustaciones doradas. Su cuerpo cambio al de un niño de nueve años, en su cabeza apareció una corona con una piedra color azul celeste en forma de cuerno su báculo conservaba su forma original, de igual manera Esmeralda fue elevada y su cuerpo cambio al de una niña de 9 años, en su cabeza descansaba una corona con un zafiro en el centro y piedras diferentes a los lados, Su vestimenta era de un blanco brillante decorada con hilos de oro y joyas, entonces Zenos hablo con uno a cada costado.

- Gente de Zephiro de hoy en adelante ustedes serán reconocidos por el planeta de los deseos, y su magia, todo lo que desee se podrá realizar siempre y cuando lo deseen con la fuerza de su corazón, e aquí sus gobernantes Esmeralda será desde hoy princesa y pilar de Zephiro. Y el su Gran Maestro Madoshi Clef, a quien le entregare el libro de la creación y los secretos de este mundo. – dicho esto ante el apareció un libro enorme con grabados de oro, sellado - tu serás el guardián de este planeta, y decidirán quienes los sucederán. Solo algo mas, tu Eagle serás desterrado de Zephiro por causar tanta destrucción, te enviare a otro planeta, tendrás poder pero no magia, y de entre todos serás el que morirás. Tu Ferio lo sustituirás.

Dicho esto Zenos y toda la gente de Eternia desapareció, y todos fueron devueltos a sus antiguos hogares, esmeralda desapareció de la vista de todos, y los seres mágicos llevados al interior del castillo.

- Si, todo esto lo recuerdo como si halla ocurrido ayer, lamentablemente nadie mas lo recuerda, - el hechicero que se encontraba en el balcón de su estudio suspiro con melancolía, Zephiro se encontraba de nuevo en paz.

De pronto alguien llamo a la puerta, Madoshi Clef se volvió preguntándose quien podría importunarlo en ese preciso momento, levanto su mano derecha y con un pequeño conjuro la puerta se abrió.

- Maestro lamento interrumpirlo pero hay algo de lo que le quiero hablar – Un joven alto de largos cabellos negros, anudado con un anillo de oro a la altura de la espalda, su cabeza era adornada por una corona de oro en tres picos con piedras de diferentes clases. Su atuendo consistía en un pantalón blanco y camisa blanca sobre ellos los cubría un ropón del mismo color abierto por el frente bordado en oro, con una capa igualmente blanca con dorado, era el Sacerdote Supremo.

- Zagato, ¿'que ocurre '?– su tono de voz denotaba preocupación, como si pareciera saber de que le hablaría.

El sacerdote le dio la espalda y bajo su rostro, parecía como si estuviera buscando las palabras adecuadas para poder explicarse.

- Solo dilo… -lo alentó –lo que sea buscaremos una solución.

- Me temo que no la hay, y si existiera no la acepto.

- ¡¡Zagato!! – el mago se sorprendió.

- Maestro ha ocurrido lo impensable y solicito ser removido de mis deberes, he fallado. – dijo este con la vista baja aun no se atrevía a mirarlo de frente.

- Lo solucionaremos, solo dime de que se trata. – ahora el se acercaba y tocaba ligeramente su brazo, era pequeño tal vez especialmente al lado del el sacerdote pero sabia que en esos momentos su discípulo necesitaba de todo su apoyo.

- No he fallado, y no quiero ser el causante de una desgracia, - dicho esto s volvió a su maestro cayendo de rodillas Madoshi Clef toco ahora su cabeza. – Me he enamorado.

- Pero eso no es malo.

- Por supuesto que si, lo hice de la persona equivocada.

- ¿Qué dices?

- Me he enamorado de aquella a quien jure lealtad, respeto y mi vida entera, trate por todos lo medios de evitarlo, pero me ha sido imposible- lagrimas comenzaron a rodar por los hermosos ojos violetas. – no quiero condenarla y ser el causante de …

- No lo digas eso no ocurrirá, buscare una solución, ya lo veras.

- No te engañes sabes que no la hay quiero ser destituido, ese es mi deseo.

- No puedes hacerlo, además eso no solucionara el problema y lo sabes.

- Entonces recurriré a la antigua tradición ..

- De que hablas…- dijo el gurú sorprendido.

- El sacrificio.

- No jamás lo permitiré, jamás. – que ocurría de diferente circunstancias pero volvía ha ocurrir porque sabia que Esmeralda sin decirlo correspondía a esos sentimientos. Quedaba algo más que hacer. Pero el no podía siquiera pensarlo no de nuevo.

- Maestro no hay nada que puedas evitar…- sin esperar respuesta se puso en pie y camino hacia la puerta antes de salir y sin voltear a verlo – será como tenga que ser.

- Zagato…- pero este ya había salido dejando un aire frio.

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