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El Samezuka, Tú, y Yo
Disclaimer: personajes no son míos
Advertencia: intento de Rintori
Capítulo 1
Sousuke
Mis padres me observaron con tristeza cuando solicité la transferencia a otra escuela. Mi padre pidió que llevase conmigo la venda ortopédica, y no dijo más. Mi madre me despidió con un beso en la frente y me entregó un bento para el viaje en tren. No comí, me lo dormí todo el trayecto, y lo dejé olvidado bajo el asiento. Así fue como empecé el día.
A pocos metros, la cabellera rosada de Kisumi ondeaba en la estación. Me ajusté la visera y caminé más de prisa hasta perderlo de vista. Y solo, me dejé arrastrar por las calles heladas de Iwatobi, algo perdido, muy desorientado, con nada más que un bolso y un papel con el garabato de la dirección de a donde me dirigía.
—Oye ¿esta es la Preparatoria Samezuka? —le pregunté a uno.
—Casi —y luego señaló una placa negra con letras doradas:
«Academia Samezuka»
Los de provincia se creen muy listos. Me eché el bolso al hombro y moví los pies por el camino de cemento, haciéndole el quite a las jardineras con gardenias. Cerré los ojos. Rin debía estar muy cerca.
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Hubo un momento en que no dejaba de especular sobre qué sería de la vida de Rin. Cinco años sin noticias es mucho tiempo. Durante la secundaria baja, subíamos con Gou a la azotea, al sol, y nos lo imaginábamos, tratando de algún modo llenar los espacios de su ausencia. Rin apenas se comunicaba con Gou, y a mí ya no me llegaban cartas. Ni hablar de fotografías. Así que creamos un Rin. O bien, ella lo hizo y yo le seguí. Mejor a que nada:
—Es el chico más apuesto que pueda existir, Sousuke-kun —me explicaba—. Sus músculos son los más definidos, incluso más que los tuyos, porque es un nadador olímpico. Y está más alto, mucho más alto, y más bronceado también. Claro, en Australia hay muy pocas nubes y mi hermano no es de protegerse. Él, ya sabes, tiene otras cosas en su cabeza a las que ponerle atención.
Con esa última frase es que Gou justificaba el silencio de Rin.
—¿Y si se rapó el cabello? ¿Y si tiene acné? ¿Y si está miope y ahora usa gafas? —preguntas superficiales todas que inflaban los mofletes de Gou.
—¡Mi hermano no tiene acné! ¡Jamás!
Yo lo decía porque me gustaba reír. Reír a costa de Rin es lo que siempre había hecho, y a Rin no le hubiese gustado que me deprimiese por su culpa. Además, quien lloraba de los dos siempre había sido Rin y robarle el lugar no estaba bien. Así que junto a Gou jamás dejé de reír, era necesario para el bienestar de ambos. Pero con el tiempo, ella y yo también aprendimos a hablar de nosotros mismos. O algo así.
Nuestras conversaciones se volvieron cada vez más largas, y las despedidas fueron acompañadas por besos a escondidas bajo las sombras de los cerezos. Aunque no tenía la obligación, no se perdió ninguna competencia mía, y se sumó a mi alegría cada vez que un nuevo trofeo coronaba la repisa del salón de mi casa. Con tantos triunfos, era imposible que no me admitieran en Tokio.
—No te vayas —me pidió cuando ya no había opción para decir que no.
—Nos volveremos a ver.
—Entonces prométemelo, Sousuke-kun: ¡no seas como mi hermano!
Eso no era algo que pudiese prometer. Le di un beso en la frente y me subí al tren rumbo a la capital. Lo que sí podía prometerme a mí mismo, lo único capaz de prometerle a alguien, es que si quería volver a ver a Rin, y a Gou, tenía que convertirme en el mejor nadador. No había otra manera, no.
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—Usted debe ser Yamazaki-kun.
En la entrada del Samezuka, se encontraba un hombre de expresión severa y piel cetrina. El típico profesor que da la idea de enseñar japonés antiguo con un harisen bajo el brazo. Llevaba consigo una bolsa transparente con un gakuran blanco en su interior. Solo atiné a asentir.
—Soy el profesor Sugimoto —continuó el hombre—. Me avisaron de su llegada, lo estaba esperando. Si me permite, le mostraré su habitación, y luego de que se cambie y se vista con su uniforme, el cual llevo aquí conmigo, le indicaré dónde está su clase.
Así fue.
Mientras caminábamos por los pasillos del Samezuka y el profesor explicaba algunas normas de la escuela, podía oír el sonido de lápices rasgando el papel proveniente de las salas. Pasábamos puerta tras puerta. Muchos salones de clase, y muchos estudiantes. Comencé a ponerme nervioso. En poco vería a Rin, en uniforme, rodeado de gente a quien no conocía. Tal vez Rin y yo fuimos alguna vez los mejores amigos, pero eso ya hace mucho. Las relaciones cambian, es inevitable. Uno de esos alumnos que tomaban apuntes a gran velocidad, uno de ellos podía ser ahora el mejor amigo de Rin.
Tragué pesado. No tenía sentido mi presencia allí si Rin y yo éramos solo conocidos.
—¿Nervioso? El primer día de clase siempre es complicado. Pero descuide, todos los chicos son muy disciplinados, le tratarán bien.
Miré al profesor Sujimoto de reojo. Disciplinados. Curiosa palabra. Los términos directos con preferibles al momento de evaluar a las personas, pero a la gente le encanta irse con eufemismos.
—Si tiene alguna pregunta, no dude en acercarse a cualquier docente. La sala de maestros está en el primer piso, justo antes del despacho del director. Y a los alumnos les encanta ayudar a los nuevos, el ambiente aquí es inmejorable, ya se dará cuenta.
Ambiente inmejorable era una expresión todavía más curiosa. Asentí respetuosamente y entré al salón tras el profesor. Apenas eché un vistazo, mis manos, ansiosas, comenzaron a sudar del nervio. Sabía que Rin estaría por allí, pero nunca me lo imaginé realmente como compañero de salón. Lo que vi me dejó estupefacto.
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No era como si no hubiese visto a Rin antes. El año pasado, luego de meses incomunicados, Gou me mandó un mensaje al móvil, avisándome que su hermano había regresado. El bolígrafo con el que jugaba en ese entonces resbaló de mis dedos.
—Yamazaki-kun ¿qué sucede? Estás más pendiente del celular que de tus ejercicios. No lograrás aprobar con esa actitud holgazana.
El chico a mi lado me arrebató el móvil. Ese día en particular, me dolía demasiado el hombro como para intentar recuperar nada. Los chicos de Tokio no tienen respeto por los bienes ajenos, esa es la verdad. Y los senpai que son tutores siempre se creen con la autoridad de confiscar celulares solo para cotillear. Yo no entiendo nada.
—¿Gou y Rin? ¿Y ellos quiénes son?
—Amigos de Sano.
—Ah —el chico se quedó callado un momento, leyendo los mensajes tres o cuatro mensajes que tenía. Y después de un rato, su cara se volvió toda maliciosa. Estaba ya acostumbrado a esto que se vendría:— Ese chico Gou debe ser un gran amigo si te cuenta de su hermana ¿Y esa Rin está buena? ¡Preséntamela! Siempre he tenido curiosidad por saber cómo serán las chicas de provincia. Las de Tokio están todas perdidas en la vida.
Siempre era la misma canción si se trataba de Gou y Rin. Rin, de haber escuchado aquello, habría desintegrado a mordiscos al imbécil ese sin respeto.
—No. La chica es Gou, y Rin es su hermano. Y es más apropiado llamar a Rin extranjero que provinciano porque estudió cerca de cuatro años en Australia.
—Ah. ¿Y esa Gou está…?
—¡No! —le interrumpí antes de escuchar algo que me haría a mí destrozarle el pescuezo ese sujeto.
Pero luego de esa conversación me quedé pensando. Nostalgia. Quise ver a Rin. Finalmente había vuelto. Por otra parte, también me sentía furioso: ¿por qué me tenía que enterar por Gou y no por él? Pensé en escribirle algo. «Desgraciado ¿para qué avisas que vuelves?», eso era lo que deseaba enviarle. Y lo escribí, pero nunca le mandé el mensaje.
Al poco tiempo Gou volvió a escribir, que Rin había clasificado a las regionales.
«Y luego, cuando mi hermano pase a las nacionales, podrá nadará contra ti. De seguro que tú también estás muy ocupado con esto de la natación, lo entiendo.»
El mensaje de Gou me llenó de impotencia. Gou acababa de justificar mi silencio ¿por qué ella tenía que soportar eso? Y además: De seguro que tú también estás muy ocupado. Eso significaba que Rin todavía seguía ignorándola. Rin y yo, dejándola a un lado, otra vez. Le pedí al capitán del equipo de natación la fecha de las regionales, y el día de la competencia de Rin, falte al kine y tomé un tren rumbo a Iwatobi.
No supe qué opinar de lo que vi.
Rin herido. Rin furioso. Rin enérgico. Rin feliz. Nanase y los chicos del Iwatobi abrazando a Rin. Gou suspirando con su mano en el pecho. Y una carrera de relevos increíble.
Rin siempre ha sido de lágrima fácil, pero verle llorar no es algo a lo que me llegue a acostumbrar. Rin parecía haber sufrido, esa era a verdadera explicación tras su silencio prolongado. Quise darle una patada en los huevos en ese momento. Pero me contuve, y me decidí finalmente a nadar a su lado. Así sería.
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Estando a escasos metros de distancia de Rin, pude apreciar bien su cambio físico. Los ojos de Rin se abrieron de par en par debido al asombro, y por su expresión, supe que también pensaba lo mismo que yo: ¿por qué el cuerpo siempre nos recuerda que ya no somos niños?
Yo era un hombre alto, ancho, y grande. Rin había cambiado en una dirección diferente a la mía.
Sus rasgos se habían afinado y estilizado, su rostro ya no era redondo y sus pómulos sobresalían de su rostro. Delgado. De nariz afilada, manos delicadas, y figura esbelta. Su cabello rojo caía por su rostro en armonía. Sus dientes puntiagudos se veían absurdos en un cuerpo tan bien cuidado.
Pero el carácter, pude constatar al instante de volver a hablar con él, seguía siendo el de un perro fétido.
—Así que Sousuke… ¿y cómo fue que lograste pasar por la puerta?
Rin rio de manera maliciosa y todos sus dientes afilados vibraron. Le asesté un golpe en el brazo, ya más aliviado. No, no había cambiado. Al menos no en lo importante. Rin, frotándose las manos con regocijo, prosiguió:
—Ya quiero ver las caras que pondrán los miembros del equipo cuando te vean. Ellos se emocionan con muy poco, te darás cuenta. Te verán como un nadador profesional. Bueno, y si te reclutaron, es porque debes serlo ¡Estoy deseando nadar contigo!
Ante una afirmación así, solo me quedaba sonreír.
Notas
Holas! Primero que todo, gracias por leer. Hace algo vi un post de tumblr donde alguien preguntaba cómo Sousuke vería la relación entre Rin y Aiichirou. Mi cabeza se quedó pensando la pregunta, y en algún momento, tomó forma de fic. He dejado el link del post en mi profile por si a alguien le interesa cotillear (la respuesta que da el user es muy graciosa)
Y eso sería (de momento). Nos leemos, adieu !
Japiera Clarividencia
