¿Acaso puede existir un amor como la guerra? Voldemort ha desaparecido y el séptimo año en Hogwarts después de la batalla comienza un poco difícil, Voldemort planea un ritual de magia oscura para poder hacer magia sin varita, lo conseguirá?
odio, guerra, muertes y sacrificios y una sola mentira verdadera... AMOR
Hola, aquí esta este Draminoe, espero disfruten de los capítulos tanto como yo he disfrutado haciéndolos para ustedes, no soy de las que dejen muchas notas, pero espero en verdad que les guste y si quieren, dejen criticas u opiniones, enserio me ayudaría mucho saber lo que piensan de la historia.
Quiero aclarar también que los personajes, hechizos y lugares no me pertenecen son de JK Rowling La autora de los libros de Harry Potter, esta es una simple historia que surgió de entre muchas ideas que tengo, saludos a las lectoras. (Por cierto si me falla la redacción pido una disculpa de antemano espero la disfruten.
El titulo de esta historia lo tome de una canción que me gusta mucho, se las dejo por si quieren escucharla.
Un amor como la guerra-All Time Low
y comencemos
CAP 1: Aroma-Recuerdo
Un rayo de sol daba directamente en la cara de Harry, molesto, se removió entre las cobijas, los ronquidos de Ron tenían eco en el cuarto haciendo vibrar los vidrios de la ventana. Viendo que era imposible seguir durmiendo, se levanto y bajo a la cocina descansando los oídos del molesto concierto. La madriguera estaba en completa calma, al parecer solo él estaba despierto, el Sr. Weasley y Percy aun seguían en el ministerio pues desde la desaparición de Voldemort estaba sumido en un completo caos; en el Profeta nada habían escrito de la batalla en Hogwarts y eso irritaba profundamente a Harry, lo que faltaba, que después de todos los muertos y el ardua lucha, el ministerio haya ocultado la realidad y aunque la comunidad mágica sabia acerca del incidente, jamás se tocaba ese tema en público.
Un crujido en la madera saco a Harry de su ensimismamiento, obligándolo a voltear para conocer a su acompañante.
-¡Hola Harry! No creí que te fueras a levantar tan temprano- fue el saludo de Hermione que terminaba de bajar las escaleras y caminando hasta llegar a su lado.
-Es imposible seguir durmiendo con Ron como compañero- se quejo Harry, los dos sonrieron, no necesitaban decir más, pues incluso hasta la cocina llegaba un leve murmullo de los ronquidos que salían del cuarto del amante de los Cannons.
-¡Buenos días!- la Sra. Weasley había entrado en la habitación sonriendo y ataviada con una bata rosa con muchas flores que a Harry le recordaba a un mantel de su tía Petunia.
-¡Hola Molly!-Harry y Hermione devolvían la sonrisa.
Pronto, la cocina de los Weasley estaba abarrotada, sería el ultimo día de vacaciones (si así pudiera decirse), después de la batalla, habían ayudado a reconstruir el castillo, así que no hicieron exactamente descansar. El ministerio veía primordial esta actividad pues quería que el colegio siguiera en funcionamiento para calmar a la comunidad mágica, la profesora McGonagall había sido nombrada directora de Hogwarts y aunque no compartía en su totalidad la opinión del ministro, no veía opción alguna, y dudaba que Voldemort volviera a aparecerse por la escuela.
La orden seguía en pie, la mansión de los Black aun era el cuartel, aunque rara vez hacían reuniones pues el ministro de magia Scrimgeour los vigilaba muy de cerca pues temía que alertaran a la gente de que el peligro continuaba y él perdiera el control de las cosas, mantenía a Tonks a Ojoloco y a Kingsley en extrema observación, así que las juntas eran esporádicas y desde la batalla solo se habían reunido una vez para decidir que harían a partir de ese momento. En algunas ocasiones Harry y los Weasley iban a revisar que todo estuviera en orden, pues Kreacher embrujaba las camas para que se movieran sin control alguno destruyendo todo a su paso.
Dieron las nueve y media de la mañana y Harry, Ron, Hermione y Ginny, estaban listos con sus baúles y la señora Weasley con su capa de viaje. Todos estañan preparados para usar la red Flu para ir al callejón Diagon y de allí a la estación Kings Cross donde tomarían el tren hasta Hogwarts.
Llegaron al andé con tiempo de sobra, aunque todo parecía en calma y aparentemente la guerra había acabado, las huellas de ésta se veían reflejadas en las personas. El andén jamás había estado tan vacio, en silencio todos se despedían de sus familiares temiendo que fuera la última vez que se vieran.
Los cuatro se despidieron de la Sra. Weasley quien pedía le escribieran cada semana. Subieron al tren y a las once en punto ya estaban en camino hacia el colegio. El viaje lo hicieron en silencio, solamente roto por uno que otro comentario, estaban demasiado preocupados como para pensar en otra cosa que no fuera saber el paradero de Voldemort, lo que planeaba hacer y cómo acabar con él. Después de la batalla se habían dedicado a buscar logares en los cuales estuviese resguardado, pero hasta ahora no tenían ni idea, sabían que estaba débil pues los horrocruxes los habían destruido, sabían que planeaba hacer un ritual de magia oscura para obtener poder y ser invencible. Eso fue lo último que Severus Snape les dijo antes de desaparecer junto con Voldemort.
El tren termino su viaje y todos bajaron, Hogsmade parecía tranquilo a esa hora de la tarde-noche. Los griffindors esperaban las carrozas que los llevarían hasta el castillo, observaban la vereda en tensión y completo silencio.
-¡Miren a quien tenemos aquí!- se escuchó decir desde atrás, no necesitaron voltear para saber quién era el dueño de la voz. -¡Pero si es Potty, la comadreja y la sangre sucia! Dime Potter, ¿Después de tu encuentro con El-señor-tenebroso mojas la cama de nuevo?- Pregunto Malfoy con burla y una sonrisa arrogante en los labios mientras su compinches Crabbe y Goyle reían, como los estúpidos que eran. Colgada del brazo del rubio, una chica de cabello negro soltaba risitas mirando de boba manera a su acompañante.
-¡Calla Malfoy!- contesto Harry evidentemente irritado-¿Acaso tu padre no te enseño a saludar primero?- La sonrisa se borro inmediatamente de los labios del platino, quien miraba a Harry con todas las ganas de lanzarle una maldición asesina, ¿Cómo se atrevía ese a nombrar a su padre? Era una escoria al igual que esa Granger. Fulmino al trío de oro con una mirada llena de odio y paso junto a Hermione golpeándole con el hombro a propósito y siguió su camino, pero ya no furioso, sino consternado pues al golpear a la castaña percibió un aroma dulce y fresco que le recordó a ese verano que había pasado en Italia cuando era muy pequeño, estaban a las orillas del rio Po cerca de Venecia y mientras él veía a los peces encontró una flor flotando cerca de él, le pareció muy bonita, era blanca y pequeña, la tomo y olió, disfrutando de la sensación que esto le producía y del delicado aroma que impregnaba su infantil nariz. Decidió conservarla y durmió con ella en su mano durante días porque el aroma era completamente delicioso, como el de Granger.
Espero haya sido de su agrado este primer capitulo. Pronto subiré el segundo
con mucho cariño
André
