Disclaimer: Nop, yo no soy rubia, soy morocha, soy una adolecente (¿supongo?) y estoy un poquito (sólo un poco) obsesionada con la pareja de Ron y Hermione, pero no soy una romántica psicópata (sólo para aclarar); así que, como ya se habrán dado cuenta no soy la genio J.K, los personajes no son míos (exceptuando unos pocos) yo sólo juego con ellos sin fines de lucro, diversión tan solo, etc…, etc...

¡Hola! Tenía que hacer un Ronmione antes de morir, son mi pareja favorita y nunca había escrito sobre ellos por miedo a estropearlo todo

Y pues yo aquí, con mi Gryffindor ineccistente y con esta nueva historia cuando debería estar actualizando mi otra historia e.e


Capítulo uno: De llantos, declaraciones y fans.

Por el silencio, cualquiera diría que la Sala Común de Gryffindor está vacía (los Gryffindor suelen ser muy escandalosos), pero no era así: había dos chicos sentados en uno de los sillones, evitando mirarse mutuamente y pareciendo fascinados por la alfombra.

A Hermione le sudaban las manos y apostaría galeones a que se había ruborizado. Miró de reojo a Ron, tenía las orejas rojas y estaba lleno de suciedad y polvo, pero Hermione pensó que se veía realmente atractivo.

Sacudió la cabeza, dejando de lado las locuras de enamorada y se preguntó cómo había llegado a estar a solas con Ron en la Sala Común unas horas después de que la batalla hubiese terminado.

Oh, sí: una pelirroja malhumorada.

—Hermione, mi hermano te necesita, ahora. —Le había dicho Ginny, cuando Hermione se había acercado a ella con la intención de alejarse de Ron

—No lo sé, Ginny. No creo que sea el momento adecuado, además... ¿y sí él no siente lo mismo? —Hermione se arrepintió de haber dicho esas palabras apenas salieron de su boca. Ginny la miró, más exasperada que antes.

—Pensé que eras inteligente, Hermione. —Auch. — ¡Mi hermano está loco por ti!, y yo soy su hermana, lo conozco desde que nací y te puedo asegurar que está enamorado de ti, —La expresión de Ginny se relajó, y volvió a hablar, esta vez con tono de súplica. —...y te necesita, Hermione. Ahora más que nunca.

Hermione ahora se odiaba por acceder a esos ojos de cordero a medio degollar de la Weasley. ¡No sabía ni que decirle a Ron!

Suspiró, decidida a decirle algo, lo que sea, ya no aguantaba tanto silencio. Se acomodó en el sillón de tal manera que pudiera mirar a Ron, el chico al notar que se movía levantó la cabeza para observarla. Hermione abrió la boca para hablar, pero las palabras se ahogaron en su garganta con sólo ver el rostro de Ron: se le veía devastado. A Hermione se le hizo un nudo en la garganta y el corazón se le comprimió un poco.

Rodeó el cuello de Ron con sus brazos y le dio un abrazo, tratando de trasmitir con ese simple gesto aliento a Ron. Sintió algo húmedo caer en su blusa, una gota: Ron había derramado una lágrima. Hermione lo atrajo más a si y le susurró con dulzura frases de aliento.

Ron luchó. Oh, vaya que lo hizo. Pero no pudo evitar que un sollozo rebelde se escapara de su garganta cuando Hermione le dijo que ella estaría con él siempre, y a ese le siguieron muchos otros. Se sentía débil al llorar frente a Hermione, pero simplemente no se puede parar cuando ya has comenzado a hacerlo. Era injusto, Fred simplemente no tenía que haber muerto. No era algo aceptable. Él había dado alegría a muchos durante la guerra, con sus bromas. No merecía morir.

Ninguno de los dos supo cuánto tiempo duraron en esa posición, o si alguien los vio, pero tampoco les importaba. Se separaron cuando Ron estuvo más calmado. Hermione observó su nariz roja de tanto llorar y limpió sus lágrimas delicadamente con su pulgar.

Deseó poder quitar la tristeza de su mirada, traer a Fred de nuevo y que sus ojos azules tuvieran el mismo brillo que antes, pero no podía, no en ese momento, por lo menos. Y justo en ese momento, Hermione juró que Ron volvería a ser él mismo: sarcástico, vago, jugador de Quidditch y el chico alegre de quien se había enamorado.

— ¿Te sientes mejor? —Preguntó Hermione, casi en un susurro. Ron asintió con la cabeza. —Ron, no va a ser fácil para nadie, pero saldremos adelante.

—Era mi hermano.

—Siempre lo será. Fred siempre estará contigo. —Dijo Hermione, con tanta seguridad que Ron le creyó, Fred siempre estaría con él.

Observó a Hermione: sus ojos color avellana que lo miraban con ternura, con amor. Su cabello, mucho más alborotado de lo normal pero que para él parecía hermoso; sus largas pestañas, las pecas que tenía justo en el puente de su nariz, casi invisibles por su piel color té. Y sus labios rosados, ¡Oh, Merlín. Sus labios! Ron tuvo unas repentinas ganas de besarla... y lo hizo.

Se acercó a ella lentamente y al ver que Hermione no se alejaba aun, unió sus labios con los suyos. Primero fue un roce, pero Hermione se acercó más haciendo que en realidad fuera un beso. Era un beso dulce, sus labios se movían con ternura y algo de torpeza que pronto se fue. Ron la trataba con delicadeza, como si fuera una fina pieza de cristal que se podía romper en cualquier momento. Hermione sintió algo húmedo rozando su labio, abrió un poco los labios permitiendo que la lengua de Ron entrara. Primero fue un roce de lenguas que hizo que algo se extendiera por todo el cuerpo de Hermione y la hiciera estremecerse, como una honda eléctrica.

El beso se volvió más apasionado, aunque no dejaba de ser delicado y cuando el oxígeno reclamo su lugar y se separaron ambos tenían las mejillas sonrojadas y los labios hinchados.

—Hermione... —Murmuró Ron. La chica levantó la mirada y Ron hizo un esfuerzo descomunal por no perderse en su iris color avellana: sabía que podía durar una vida observando sus ojos y no aclarar nada. —...yo, bueno... Er... Nosotros...

Hermione lo miraba expectante, esperando. Y eso hacía que Ron se sintiera aún más torpe y estúpido. Merlín, no podía decir una frase coherente.

Se aclaró la garganta, en un débil intento de encontrar las palabras adecuadas.

—Los dos hemos sido amigos durante mucho... Mucho tiempo. —Incluso Ron se sintió un poco viejo con eso. — Bueno, eso no... Lo que quiero decir es...

— ¡SON RON WEASLEY Y HERMIONE GRANGER!

— ¡OH, POR DIOS!, ¡QUÉ GUAPO ES!

— ¡HERMIONE!, ¡SOY YO, NOS CONOCIMOS EN PRIMERO!, ¡TE AMO!

— ¡DAME UN HIJO!

Las cámaras fotográficas casi dejaron ciegos a Ron y Hermione. Una marea de fans rodeaban a la pareja, gritando incoherencias (Hermione juraría haber escuchado a una joven reclamándole a Ron la paternidad de un supuesto hijo) y algunos periodistas que lanzaban preguntas al aire.

— ¿Es cierto que tienen planes de boda?

— ¡RON, TE AMO!

— ¿Qué?.. Nosotros...

— ¿Están saliendo usted y el famoso Harry Potter?

— ¿Qué hicieron en todo este año?

— ¡HERMIONE!, ¡HERMIONE!

— ¿Son reales los rumores de que se unieron a las filas de Quien-tú-sabes sólo para sacarle información?

— ¿Qué? —Exclamó Hermione, haciéndose oír. — Eso es absurdo. No contestaremos ninguna pregunta, gracias.

Todos, al unísono, como si estuviera ensayado, miraron con reproche al autor se dicha pregunta.

Hermione tomó a Ron del brazo y lo jaló hasta salir por el hueco del retrato. Atrás de ellos la gente empezó a empujarse para salir por el hueco. Los jóvenes corrieron y no pararon hasta que llegaron al lago; porque claro, ¿qué sería de una historia romántica Potterhead sin el pintoresco jardín de Hogwarts?

Llegaron jadeando. Tardaron un poco en recuperar el aliento, pero cuando lo hicieron sólo se quedaron allí, de pie uno frente al otro, mirándose.

Ahora o nunca, ¿no?, pensó Ron, antes de tomar aire y hablar.

—Hermione... Somos amigos desde los once años, y yo... Conforme pasaron los años, bueno... Tú me gustas, Hermione. Desde hace años y fui endemoniadamente idiota... No me di cuenta de que te quiero, no... Es más que eso, te amo y me gustaría que... Si tú quieres, por supuesto... Tú...Yo... Bueno, ya sabes..

Ron dijo todo eso con la mirada clavada en el pasto, levantó la mirada para ver a Hermione con una ancha sonrisa que hacía que sus ojos se entrecerraran y se viera, si era posible, mucho más bonita.

—Ron, eso es tan... —Pero lo que era Ron nunca lo supo, pues Hermione se había interrumpido a si misma para darle un tierno beso. Se separaron después de unos segundos. —Yo también te amo, Ron.

Los dos se sonrieron mutuamente.

Tal vez muchos magos lo ignoraban, pero justo en ese momento, allí, en Hogwarts, el lugar más mágico de Londres, había iniciado una bella relación entre un pelirrojo y una castaña; dos tercos y estúpidamente valientes jóvenes.


Okay, creo que este capítulo es corto, sí. Pero, sinceramente, no sabía qué más ponerle, pensé en un poco de Hanny, pero eso será en los otros caps.

Bien, uhm, quise hacer esta historia porque amo el Ronmione y por ellos conocí el mundo de los fanfics, buscando un poco más de la pareja que dejó ver mi lado cursi, que ni yo sabía que tenía... Bien, espero que les gustara, y no sean crueles, es mi primer "romántico", ya que no soy muy aficionada a ese género.

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Nos vemos pronto, mas tarde que temprano pero nos leeremos...

Atte:

I. Ailsa