Nota: Bueno, antes que nada, quiero que sepan que este es mi primer fic . Al principio tenía un par de ideas en mi cabeza para hacer un fic basado en mi pareja preferida de Resident Evil (León y Claire), pero luego hace poco descubrí este fantástico juego de terror protagonizada por tan maravillosos animatrónicos tiernos y acariciables (?) y bueno, empecé a escribir esta historia en un cuadernito que uso de borrador :3 . Si hay algo mal redactado o quieren darme algún consejo u opinión, estoy dispuesta a aceptarlo sin ningún problema :D.
Otra cosa más: No tengo computadora, lol xD. La que tenía se descompuso . Por ahora estoy usando la netbook de mi hermana. El único problema es que la tiene que dejar en la escuela y sólo se la dan los fines de semana, así que si le dan una oportunidad a esta historia capaz que la suba cuando pueda (no se cada cuánto será eso), pero voy a tratar de que no pase mucho tiempo para subir cada capítulo. Sepan comprender . Y por último, y no menos importante, perdonen si la lectura se les hace larga xDDD.
Disclaimer: Five nights at Freddy's no me pertenece a mí sino a Scott Cawthon.
Guarda que empieza (?
Prólogo:
En una pizzería llamada "Freddy Fazbear" se celebraba un cumpleaños infantil. Habían muchos niños jugando y corriendo por todo el lugar, a excepción de cinco que estaban entretenidos jugando a las escondidas.
- ¡Te encontré Bella! Eres la primera, así que te toca contar en la próxima ronda – dijo un niño de 8 años de edad, cabello castaño oscuro ondulado, ojos marrones claros y grandes, piel blanca un tanto rosada. Vestía una remera a rayas roja y blanca, un jardinero de jean azul y zapatillas Converse que hacían juego con su remera.
- Eeei, ¡eso no es justo! – dijo una niña de apenas 6 años un tanto molesta saliendo de su escondite. Tenía cabello castaño claro con rizos y ondas atados en dos coletas, una vincha rosada con un moño del mismo color adornaban su peinado, ojos color miel con tonalidades en gris, piel muy blanca con un pequeño rubor en sus mejillas. Traía puesto un vestido rosa con mangas cortas en color blanco y zapatillas blancas con abrojos en forma de flor que hacían juego con su vestimenta.
- Bueno, no es mi culpa que seas mala en este juego – dijo su amigo cruzándose de brazos fingiendo molestia.
- Ok, está bien. La próxima ronda cuento yo, pero te advierto que es la última vez porque este juego ya me está aburriendo – dijo Isabella haciendo puchero.
- Jajaja está bien, pero por ahora necesito que me ayudes a buscar a los demás.
- Creo que eso ya no es necesario Marty – dijo un niño de 9 años, cabello rubio oscuro, ojos celestes, piel trigueña. Llevaba una remera negra con un logo de Batman, pantalones del mismo color y unas Converse negras y blancas.
- ¡Ash, Samy! ¿Otra vez? ¡Es la quinta vez que haces lo mismo!
- ¿Qué hay de malo? ¡Chicos, ya pueden salir! ¡El cumpleañero ya no quiere jugar!
- Uy, era hora – exclamó Billy de 7 y medio quién era moreno de pelo negro, ojos marrones oscuros, llevaba camisa morada, shorts de jean azules y zapatillas blancas con dibujos en rojo.
- Oigan tengo hambre. ¿Por qué no vamos por pizza? – dijo la pequeña Chelsea de 5 y medio, rubia de piel pálida, ojos verdes. Tenía el pelo suelto y lacio que le llegaba pasando un poco de los hombros con una vincha color naranja en su cabeza, vestido amarillo sin mangas y zapatillas blancas con medias del mismo color que su vincha. Ella e Isabella eran las más pequeñas del grupo.
- Yo creo que ya es hora de comer. Le preguntaré a mi mamá – dijo Marty y corrió hacia donde estaba su madre.
- Mami, mami, mis amigos tienen hambre. ¿A qué hora sirven las pizzas?
- En unos minutos hijo, y diles que ya vengan que va a empezar el show de Freddy.
- Si mamá – y regresó corriendo a donde estaban sus amigos.
Mientras tanto, oculto en el cuarto donde decía "Sólo empleados", se encontraba un sujeto colocándose un traje dorado.
- Espero que esto funcione…
Volviendo a la fiesta…
- Oigan chicos, ¡ya va a empezar el show de Freddy!
- ¡Vamos! – dijeron los otros niños.
- ¡El último es un huevo podrido! – dijo Samy y salió corriendo junto con Chelsea y Billy.
- Genial, de seguro ahora voy a ser la huevo podrido por llegar última – dijo Isabella con frustración.
- Eso no pasará. Ven Bella – y le extendió su mano la cual su amiga aceptó sin dudar, y la llevó corriendo rápidamente hacia Show Stage. Obvio que la pequeña tuvo que tomar el ritmo de su amigo, ya que él corría mucho más rápido que ella.
- ¡Llegamos! ¿Lo ves? Te dije que no serías un huevo podrido – le dijo su amigo alegremente.
- ¡Ay no! – dijo el azabache llegando último. Aún no podía creer como había hecho el dúo dinámico (así le decían ellos a Marty e Isa) para llegar antes que él.
- Ay si, ¡Billy es un huevo podrido! ¡Billy es un huevo podrido! – cantaba la pequeña rubia entre pequeños saltos y risitas; en eso una chica joven se les acercó. Era una de los coordinadores de la fiesta (N/a: Si, en esta fiesta había).
- ¡Vengan niños, vayan sentándose que ya va a empezar el show! – y cada uno hizo lo que la coordinadora les dijo.
Apenas terminado de acomodarse el último niño, otro de los coordinadores apareció en el escenario para presentar a los tres animatrónicos, quienes hicieron aparición en el escenario.
- ¡Hola niños! – dijo el oso Freddy.
- ¡HOLA FREDDY!
- ¿Cómo han estado?
- ¡BIEEEEEENN!
- ¡Wow Freddy! Estos niños nos dejaran sordos – exclamó Bonnie haciendo ademán de taparse las orejas mientras se escuchaban risas por todo el lugar.
- Es que nuestros amiguitos tienen buenos pulmones – dijo alegremente Chica.
- Muy bien amiguitos… - continúo el oso, pero en ese momento fue interrumpido por alguien que acababa de subir a escena.
- ¡Aaaaarrrgh!
- Cielos, ¿qué sucede amigo Foxy?
- Estoy buscando a un pequeño marinero que según escuché cumplía años hoy y que vendría a festejarlo aquí. ¿Lo han visto? – preguntó el pirata haciendo un gesto con su mano como si mirara hacia el horizonte.
- Mmm, a lo mejor nuestros amiguitos lo sepan.
- Buena idea marinero Freddy – y dirigiéndose al público el pirata exclamó: - ¡Mis pequeños marineros de agua dulce! ¿No han visto a un marinero que cumpla años hoy?
- ¡SIIII!
- ¿A dónde está?
En eso Marty levantó su mano y gritó: - ¡AQUÍ, AQUÍ! ¡ESTOY AQUÍ!
- Entonces ven aquí marinero. ¡Ahora todos denle un aplauso al Capitán Marty! – y todos los que estaban allí le aplaudieron.
Luego de cantar el feliz cumpleaños e hicieran el show que lo incluía al pequeño cumpleañero, todos los niños fueron corriendo a sentarse a comer pizzas. Había de muchas variedades de sabores. Marty estaba (como siempre) junto con Isabella probando enormes bocados de su pizza favorita de aceitunas, mientras que a lo lejos los observaba el misterioso hombre en su disfraz de oso dorado.
- Mmm, ¡qué rica!
- Sip, amo la pizza de aceitunas.
- Yo también. Oye Marty, ¡vayamos a Pirate Cove!
- Buena idea Bella, ¡Vamos! – y se fueron corriendo hacia allí.
- ¡Hola Foxy! – dijeron ambos.
- ¡Aaarrgh marineros! ¿Algún problema?
- Queríamos venir a verte – dijo el pequeño castaño.
- ¿Puedes contarnos una historia de piratas? – preguntó la niña un tanto tímida.
- ¡Claro que si mis pequeños piratas! – respondió el zorro mientras los sentaba a ambos en sus rodillas.
Samy y los demás estaban comiendo sus pizzas cuando un oso parecido a Freddy pero de un tono más claro los llamó.
- ¡Psst, Niños!
- ¡Miren amigos! ¡Es Freddy y nos está llamando! – dijo Chelsea señalando al oso.
- ¿Qué Freddy no era más oscuro? – preguntó Billy un poco dudoso.
- Ay que se yo, vamos a verlo. De seguro tiene regalos para nosotros – respondió el rubio.
- O dulces – exclamó la pequeña rubia.
- ¡Si, dulces! – dijeron los tres y se fueron a seguir al supuesto Freddy.
Mientras tanto…
- ¿Marty? ¿Isabella? ¿Dónde están? – preguntaba la madre del pequeño mientras los buscaba hasta que los encontró muy entretenidos escuchando a Foxy – Con que aquí están mis pequeños. ¿No quieren que les tome una foto con Foxy?
- ¡SI! – gritaron ambos niños y se acomodaron más cerca del pirata para la foto.
Un rato después de la sesión de fotos con Foxy y los demás animatrónicos, el primo de Marty, Kevin, lo buscaba desesperado.
- Marty,¡ Samy y los otros desaparecieron!
- Que extraño. ¿Te fijaste en los juegos?
- Si, pero tampoco están allí.
- Ok, iré contigo a buscarlos
- Marty, ¿qué sucede? – preguntó Isabella un tanto preocupada.
- Samy y los demás desaparecieron. Bella, tú quédate aquí y si mi mamá pregunta por mí, dile que ya regreso.
- Ok, está bien – respondió su amiga. Claro que ella no quería que él la dejara sola. Más bien quería acompañarlo porque tenía un presentimiento de que algo horrible iba a suceder.
- Aaamm ¿Martín?
- ¿Si?
- ¿Me prometes que volverás?
- Claro, te lo prometo – le respondió para luego depositarle un pequeño besos en la mejilla, haciendo que la pequeña castaña se ruborizara. Luego de esto, su amigo se fue corriendo con su primo en busca de sus amigos. Isabella nunca se imaginó que esa sería la última vez que lo vería.
Horas después de haber terminado la fiesta, su madrina Irene, madre de su mejor amigo, había salido en la búsqueda de los 5 niños, junto con otros padres. Más tarde, habían hallado a Kevin inconsciente en un callejón. Traía múltiples heridas de arma blanca y un disparo en su brazo izquierdo. El niño les había contado que había ido junto con su primo a buscar a los demás, y que luego un hombre vestido de Freddy los había agarrado con la intención de hacerles daño. Días después de lo ocurrido, la policía había detenido a un sospechoso que había estado involucrado en la desaparición de los niños, confesando también que los había asesinado a sangre fría, y que jamás encontrarían los cuerpos. La madre de Marty al enterarse de la mala noticia estalló en llanto y desesperación. No les quedó más remedio que sedarla; mientras tanto, Walter y Elizabeth, los padres de Isabella, tuvieron que buscar las palabras correctas para decirles a su hija que su mejor amigo había muerto. Claro que la pequeña a pesar de la edad que tenía era muy inteligente, y comprendió tristemente lo que sus padres le habían ido a decir.
Desde ese día, la pequeña Isabella soñaba todas las noches con su amigo pidiéndole ayuda, y con un hombre vestido de oso que se lo llevaba a la fuerza.
- ¡No, no te lo lleves! ¡Por favor, suelta a mi amigo! ¡Deja a Martín en paz! ¡NO! ¡MARTÍN! - en eso la niña despierta sudando frío y llorando desconsoladamente abrazada a sus piernas.
- Isa, princesa, ¿qué te pasa? - pregunta su madre entrando con su padre en la habitación.
- Es mi culpa mamá, es culpa mía de que él esté muerto - respondió la niña entre sollozos.
- Claro que no. No es tu culpa hija - le respondió su madre mientras se sentaba en la cama a su lado.
- Sí no fuera porque le hice caso... Si tan sólo hubiera evitado que se marchara... - la niña enterró su cara en sus pequeñas manos mientras su madre trataba de consolarla.
- Ay princesa, ven aquí - le dijo su padre - Sabes que odio verte así - le dijo mientras le acariciaba su pequeña cabeza - ¿Quieres que mamá y yo pasemos la noche aquí contigo?
La niña sólo pudo asentir, así que ambos se recostaron a cada lado de su pequeña y la estrecharon entre sus brazos.
Al día siguiente, y aprovechando que Isabella había ido a la escuela muy temprano, Walter conversaba con su esposa.
- No lo sé querido. Además, ¿qué dirá nuestra pequeña cuando se lo digamos?
- Será algo nuevo para los tres, Lizzie. Además ambos sabemos que es lo mejor para ella. Alejarnos de aquí por un tiempo.
- Sí, pero eso también incluye alejar a la niña de su lugar favorito.
- ¿Te refieres a la pizzería de Freddy? - su esposa de brazos cruzados sólo asintió como respuesta.
- Supongo que no pensé en eso, pero ya veremos que hacer. Ahora lo único que hay que hacer es hablar con ella y ver sí está de acuerdo.
Ese misma noche, los padres de Isabella hablaron con ella sobre la mudanza, claro que a la niña no le gustaba para nada la idea, pero en cuanto su madre le había dicho que sería lo mejor para ella termino accediendo, aunque un poco de mala gana.
- Ei marinera, ¿por qué la cara larga?
- Me voy Foxy, me mudo muy lejos de aquí.
- ¿Y es por eso que estás triste?
- Sí, porque no voy a volver a verlos a ustedes - dijo la pequeña castaña rompiendo en llanto.
- No llores pequeña - dijo Freddy acariciando su cabellera - Eem mira, Chica te va a preparar una rica pizza para que te sientas mejor, ¿sí?
- Si - respondió la niña secando sus lágrimas.
Más tarde...
- Gracias, estuvo muy rica - dijo satisfecha - los voy a extrañar mucho.
- Nosotros también - dijo Bonnie.
- Vamos, un abrazo de grupo - dijo Chica mientras abrazaban entre todos a Isabella. Luego de ese momento, la niña le pidió al pirata que la llevara a Pirate Cove para que le contara alguna de sus historias por última vez. El zorrito acepto con una sonrisa, pero al mismo tiempo con un dejo de nostalgia ya que no volvería a ver ese hermoso par de ojos color miel que lo alegraban cada vez que lo visitaban.
- ¿Me prometes que no me olvidaras marinera?
- Jamás. Eres mi mejor amigo, pirata Foxy - y luego se abrazaron.
Al día siguiente en casa de los Smith, mientras terminaban de empacar las últimas cajas, los padres de Isabella la llamaron para decirle algo muy importante.
- Isa, tenemos algo que decirte y es muy importante - le dijo su mamá.
- ¿Qué cosa mami?
- Estuvimos hablando con papá y llegamos a un acuerdo de que podrías venir aquí de vez en cuando a quedarte con tu madrina Irene.
- ¡Wow! ¿De verdad? - ambos asintieron ante la pregunta de su hija - ¡Gracias! - dijo la niña muy contenta mientras le depositaba un beso en la mejilla a cada uno.
Un par de horas después de empacar, los tres subieron al auto rumbo a su nuevo hogar. Claro que la pequeña Isabella extrañaría su hogar y el vecindario, pero por otro lado se encontraba muy contenta porque después de todo seguiría viendo a su madrina y eso además implicaba el poder seguir viendo a Foxy y sus amigos animatrónicos.
Continuará…
