Capitulo 1

Si, tengo años enamorada de mi psicólogo. Quiero tener una familia con él, me da igual que me lleve 10 años de diferencia, la verdad no es una diferencia exagerada, sería exagerado una diferencia de 15 o 20 años. Además nadie puede detenerme porque soy mayor de edad, hace tres años de eso, hoy cumplo 20 años. Mi psicólogo es Sabuko No Gaara. Me atiende desde mis 15 años. Él me salvó de la locura del suicidio. Ahora que pude obtener mi independencia, nada fácil debo destacar.

Mi padre nunca estuvo de acuerdo con que me fuera de la mansión, inclusive no quiso que estudiara una carrera, pretendía que me casara con un hombre al que no amo, me parece repugnante; por revelarme a él, me desheredó y me echó de casa.

Por suerte pude contactar con mi madrina, la mejor amiga de mi madre. Me acogió en su casa, gracias a ella pude terminar la preparatoria, y conseguir un trabajo de medio tiempo mientras terminaba mi carrera de periodismo. Hoy es mi graduación. Me preparé con esmero para que él precisamente me vea a mí. Es la primera vez que me pongo un vestido escotado, sin tirantes, y ceñido a mi cuerpo, sin exagerar claro está.

—Hinata, estás hermosa, ya eres toda una profesional.

—Gracias, Kurenai, si no fuera por ti. Lastima que nadie de mi familia pueda venir, ni Hanabi pudo.

—Hoy es tu día, así que nada de pensamientos tristes—la abrazo y ella a mi, es como si mi mamá me estuviera abrazando. Tengo que evitar llorar, no quiero que él me vea con el maquillaje corrido. Dejamos de abrazarnos.

Me siento en los primeros puestos del auditorio, donde van los graduandos. Después de la graduación, durante la recepción, le confesaré mi amor. Espero que venga. Ya va empezar la ceremonia. Me hubiera gustado ser la primera de la clase, así hubiera impresionado más a mi psicólogo. También estoy contenta por Sakura, es muy buena, y sobre todo en periodismo de sucesos, a mí no me gusta, prefiero estar en la radio, nadie tiene que verme. Me gustaría ver si ha llegado, no puedo levantarme, eso sería de mala educación.

Él director de la facultad de periodismo, invita a Sakura a que dé el discurso. Se nota nerviosa, no es para menos, va a hablar frente a muchas personas, la verdad para mi sería imposible, aunque puede superar un poco mi fobia hacia el escenario, esa fue una de las razones por la cual escogí la carrera.

"Hoy es la culminación de un ciclo, y el comienzo del otro. Ahora todos los que nos graduamos de periodistas, tendremos la responsabilidad de informar con honestidad a todos los que esperan una información confiable. En mis años de carrera, aprendí que a pesar de que la verdad pueda ser dura, pegar fuerte, hasta derrumbar tus ideales, es siempre el método más honrado para poder levantarse y seguir adelante, porque sin importa que tan dura sea el contexto, siempre estarás con los pies puestos en la tierra. Ese es el objetivo del periodista, es por eso que debemos ser imparciales y no dejar que las verdades de la realidad social nos afecten, tenemos que ser los pilares de la sociedad para que esta pueda seguir en pie. ¡Felicidades generación XXX!"

Todos nos levantamos para aplaudirla, es por eso que es la mejor, su discurso fue emotivo, preciso, sin rodeos, siempre directa a lo que quiere informar. Ahora más que nunca deseo tener esa tenacidad y confianza que tiene Sakura, a veces me da envidia esa personalidad enigmática, es por eso que me aterra que conozca a Gaara, le he contado sobre él, pero eso no significa que quiero presentárselo, ya ni modo, si mi psicólogo vino, tendré que presentárselo.

Ahora viene la entrega del diploma. Hay van varios amigos, Ino, Kiba, Matsuri, y con Sakura, he tenido una linda familia, a la falta de mi familia biológica, con mis amigos y mi madrina, me siento afortunada. Ya me están llamando. Subo las escaleras, saludos a los rectores, y al director de la universidad, el padrino de mi promoción me coloca la medalla y el director de la facultad me da el diploma, volteo un momento y lo busco rápidamente. ¡Está aquí!, ¡junto a mi madrina!, ¡Qué emoción!, ya tengo que concentrarme, bajo del escenario y me siento en mi puesto.

Después del discurso de cierre del director de la universidad, todos nos levantamos y lanzamos los birretes. Nos abrazamos y votamos algunas lágrimas, lo suficiente para no arruinar mi maquillaje.

Estamos en la recepción, ahora sí que estoy nerviosa, estoy sentada al lado de mi psicólogo. Creo que mis mejillas están encendidas, tengo que acoger los consejos de Ino y Sakura, tomar un respiro, y relajarme, mientras no demuestre nerviosismo no sospechará nada ¡ay!, creo que se dio cuenta, porque me está mirando fijamente.

—Hinata, ¿bailamos?

¡Ay, no, no, no!, no esperaba esto, nunca practiqué un baile, tengo dos pies izquierdos, voy a pisarle los pies, me caeré, tropezaré con el vestido, montaré una penosa escena y…

—Si, me gustaría—ya no hay vuelta atrás Hinata Hyuga.

Me levanto junto con él, me toma de la mano, camino hasta la pisa, es una pieza lenta, su mano está en mi cintura, y la otra sujeta mi mano, y yo tengo mi otra mano en su hombro, le sigo el paso, el ritmo. No es tan difícil, me acerco un poco más a él, ¿qué estoy haciendo?, otro de los consejos que me dieron mis amigas es ser osada pero no lanzada. Será que si pego mi cuerpo junta al suyo, ¿seré lanzada?, poco a poco voy haciéndolo, y suelto su mano, y voy acercándola hasta el cuello, ahora estoy abrazando su cuello, él está abrazando mi cintura, apoyo mi rostro en su hombro. Me gusta el perfume que lleva, es tan varonil, tan excitante, como quiero estar en una cama con él, entregarme a él, ser su mujer, ser suya para siempre, que él sea mío para siempre. La música ya no se escucha, me separo de él rápidamente. Como quisiera besarlo, tengo ganas de besarlo, ¿si me atrevo?

—Bailas bien, Hinata.

—Si, usted También. Baila muy bien.

—¿Quieres algo de tomar?, ¿te sientes bien?, estas roja.

—Si, solo un poco mareada—no he comido desde la mañana, si Kurenai se enterase, me regaña y me obligará a comer, quería verme también este vestido para él, que me dije que no comería nada hasta que se acabara la recepción. El sonrojo de mis mejillas no es por falta de hambre—es que no he…

—Mmm…Gaara…mmm…Gaara, te necesito…Gaara.

—Estoy aquí—no es un sueño, siento que me agarra la mano. Esto tiene que ser realidad porque siento su mano. No quiero despertar, se que no es real, me gusta esta sensación, sus labios. Tengo abrir los ojos. ¡Joder!, ¡me está besando!, ¡Kiba! Lo empujo, me incorporo, ¡no puede ser!, ¡primer beso!, ese puesto era solo para Gaara.

—¿Estas loco?, ¿por qué me besaste?.

—Es que estabas tan tierna y pues, Hinata, estoy enamorado de ti, desde hace mucho tiempo, y se que amas a otra persona.

—¿Cómo lo sabes?

—Si, Gaara, tu psicólogo. No puedo creer que estés enamorado de un viejo.

—No es un viejo, solo me lleva diez años y tenemos los mismos gustos.

—Polos iguales no se atraen, en cambio que los polos opuestos sí.

—Eso es ciencia, el amor no lo es. No te voy a perdonar esto, Kiba, nunca, ese fue mi primer beso, quise que fuera Gaara el merecedor de ese beso. Ahora no lo será porque tú te lo robaste.

—Jamás tendré oportunidad contigo, ¿cierto? Estas tan embelesada por ese tipo, que no te das cuenta que a él le gusta a otra.

—Cállate, eso es mentira.

—Pues te sugiero que veas lo meloso que está con tu madrina. Y cuando te des cuenta que ellos dos se llevan bien, por si decirlo, espero que no te olvides de mi.

Se fue, me dejó con una duda horrible, odio a Kiba, lo odio, tuvo que sembrar dudas en mi. No pensé que fuera así. Era uno de mis mejores amigos, y lo arruinó. Nunca podré verlo igual. ¿Qué hago en la enfermería?, ¿qué me pasó? Tengo que salir de aquí, es mentira, lo que dijo sobre mi madrina y mi psicólogo es mentira.

Todavía estoy mareada, tengo mucha hambre, antes de comprobar que lo que me dijo Kiba es mentira, iré por algo de comer. Voy a la entre mesa, cojo un plato, me sirvo panecillos, unos cuantos pedacitos de queso. Veo el ponche. ¿Será de fresa?, dejo el plato a un lado, echo un poco de ponche en el vaso de plástico, tomo un sorbo y…

—¡Aaaaah!, ¡Hinata estás loca!—¿qué es esto?, ¡ay no!, escupí a Sakura. Esto sabe mal, asco, no puede ser, dejo caer el vaso y miro el ponche. No puede ser. Es sangre.

—¡Aaaaahhh!—otra chica grita—¡aaahhh!, ¡aaahhh!—varias están gritando, miro a mi rededor, y veo caras de espanto, volteo a ver la mesa, y hay gusanos saliendo de la comida, y el pate tiene forma de cerebro, ¡ojos!, ¡ojos junto a los huevos de codorniz!, y otros órganos varias parte regados en la mesa. No aguanto creo que voy a vomitar, ¡arrgg!