Lo que no me esperaba
- Parte I -
- ¡No! ¡Suéltame! ¡Esto no puede ser! - decía la joven con sus ojos cristalinos, intentando zafarse de su agarre.
- ¡¿Por qué no? ¡¿Por qué te niegas a esto? ¡¿Por qué te niegas a sentirlo? - le preguntaba el chico acercándola - Sabes que lo quieres, que lo deseas tanto como yo - le dijo en susurro acercando su rostro al de ella, quedando a una distancia casi inexistente de sus labios.
- No… por favor… déjame ir - logró articular casi sin aliento.
- ¿Es realmente lo que quieres? - preguntó el joven rodeando la pequeña cintura de su acompañante sin apartar su mirada de aquellos ojos que lo habían encantado.
-…- las palabras se quedaban atoradas en su garganta. Debía decir que sí y huir, no podía permitir aquello - No - pero estando rodeada por sus brazos sin darle más opción que apoyar sus manos en su fuerte pecho, respirando su irresistible aroma… simplemente no podía pensar coherentemente.
Una masculina mano viajó rápidamente hasta su nuca haciéndola suspirar, esperando anhelante lo que ya sabía que pasaría, lo que había deseado que sucediera desde hacía mucho pero no lo había querido admitir. El joven entusiasmado, hundió sus dedos en la larga cabellera jalando de ella suavemente, logrando que la chica inclinara un poco su cabeza hacia atrás, dándole mayor comodidad para lo que estaban a punto de hacer, pero sin perder ni por un momento la distancia casi inexistente que los separaba. Sus labios carnosos y rosados clamaban por ser probados en ese preciso instante, lo llamaban, lo tentaban, y por fin cumpliría sus deseos. Se fue acercando poco a poco, torturándola, hasta sentir un leve roce disponiéndose a profundi…
- ¡PERFECTO! - se escuchó en el lugar, haciendo que la pareja protagonista se separa al instante - ¡Increíble! ¡Espectacular! - les aplaudía la directora emocionada, con estrellitas en los ojos - ¡La angustia, la pasión, el deseo! ¡EL AMOR! Lo transmiten todo de una manera tan real… - decía suspirando juntando sus manos al nivel de su pecho - Si no los conociera, diría que son una hermosa pareja de enamorados…
El joven castaño parado en el centro del escenario bufó ante tales palabras.
- ¡Una verdadera lástima, harían una pareja tan linda! - comenzó a decir emocionada para cambiar de un momento a otro a una expresión más seria - En fin, Sakura, Syaoran, gracias, será todo por hoy para ustedes - dijo para luego dirigir su mirada a otro punto del lugar - ¡Por favor lo actores de la siguiente escena pasen al escenario!
- Espero que para la noche del estreno lo puedas hacer mejor Kinomoto - le dijo Syaoran a la ojiverde mientras se dirigían al interior del escenario.
- No te preocupes Li, si tenemos en cuenta tu actuación, cualquiera puede ser profesional - le contestó Sakura con una sonrisa falsa. Y sin darle tiempo de contestar se fue rápidamente.
El ambarino se quedó en su lugar mirando fríamente el lugar por donde se había ido su compañera de escenario, pero momentos después su mirada se suavizó sin poder evitarlo, sin darse cuenta.
- Por fin te atraparon, amigo - dijo una voz con burla, haciéndolo reaccionar.
- ¿De qué hablas, Eriol? - le preguntó confundido el castaño.
- ¡Vamos! ¿Me vas a decir que no te mueres por besarla? - insistió el ojiazul.
Syaoran entendió a qué se refería y frunciendo el ceño lo miró seriamente.
- No digas tonterías, jamás me fijaría en una niña como esa - terminó diciendo mientras emprendía su camino a la salida.
- Bueno, no te tiene que gustar para querer besarla, basta con que te atraiga - le dijo Eriol siguiéndolo de cerca - y debo decir que Sakura no está nada mal.
- ¿Te expresas así de tu querida amiga? - le preguntó indiferente.
- Sakura es una gran amiga, pero no estoy ciego, es preciosa y lo sabes - prosiguió fingiendo pesar - lamentablemente nunca entendió mis verdaderas intenciones al conocerla. Es tan despistada que nunca se dio cuenta de que trataba de conquistarla, con ella nunca funcionaron mis galanterías, es muy inocente.
- Daidouji no es ninguna despistada, pero con ella tus trucos tampoco funcionan - le recordó Syaoran sonriendo maliciosamente.
- Mi querida Tomoyo es un caso muy particular - señaló seriamente entrecerrando los ojos. El tema era un poco delicado para él, la joven lo había rechazado ya numerosas veces hiriendo su orgullo, y ninguno de sus trucos daba resultado alguno. Era una mujer sumamente interesante.
- Es demasiado perspicaz para ti - con una leve sonrisa maliciosa mientras se separaba de su amigo y sacaba las llaves de su automóvil.
- Y Sakura demasiado adorable como para que ni tú puedas serle indiferente - le gritó el inglés antes de que el castaño desapareciera dentro del interior de su auto. Lo encendió y lo puso en marcha sin siquiera despedirse de su mejor amigo.
- ¿Aún no te das cuenta de que ya caíste? - dijo Eriol con una sincera sonrisa.
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-¡AH! ¡No lo soporto Tomoyo, no deja de criticarme! ¡Y lo único que he hecho es tropezar con él el primer día! - exclamó Sakura exasperada.
FLASH BACK
Sakura salió corriendo, se le había hecho tarde… de nuevo. Y justo ese día, el día cuando empezaban los ensayos y conocería al famoso Syaoran Li del que tanto habían hablado, su co-protagonista.
No lo creyó cuando le avisaron que había logrado el papel protagónico en la obra "Fantasmas del Pasado", ambientada en la década de los 40 y de la famosa directora, aunque algo loca en su opinión, Nakuru Hiraguizawa. Casualmente era la prima de Eriol, el cual interpretaba el papel de uno de los pretendientes de su personaje. Al conocerlo en las audiciones le pareció alguien muy particular, se comportaba un poco extraño con ella, aunque era muy simpático y agradable. Además era gran amigo de Li, quien según él, era una buena persona y un gran actor.
Al parecer era muy famoso, había participado en algunas famosas películas y en importantes obras, aunque ella nunca había escuchado hablar de él. Solo esperaba que fuera una persona cordial, le costaría mucho trabajar con alguien que no soportara.
Siguió corriendo, ya faltaba poco ¡Y al parecer podría llegar a tiempo! Escuchó como alguien la llamaba, y sin detenerse volteó a ver tropezando con la persona que tenía enfrente, y a la cual no había notado antes, haciéndola caer al igual que ella.
-¡Oh! ¡Lo siento mucho! ¿Cómo se encuentra? ¡Discúlpeme! ¡No vi por donde iba! - exclamó Sakura antes de darse cuenta del apuesto joven con el que había chocado. Era atlético, tenía una gorra pero eso no impedía ver sus cabellos color chocolate. Portaba lentes oscuros que en ese momento se le habían bajado un poco dejando ver unos ojos color ámbar, debía admitir que era muy apuesto…
- Si, ya me di cuenta - …aunque no tanto su actitud. Su respuesta había sido fría y cortante.
- Fue un accidente - le contestó de la misma forma. Ya no le parecía tan atractivo después de todo.
- Genial… tonta, despistada y contestona - dijo mientras se levantaba sin intención de ayudarla a hacer lo mismo.
- ¡Grosero! ¡Maleducado! - le gritó mientras lo veía alejarse ignorándola.
- Sakura, ¿Te encuentras bien? - le preguntó Tomoyo acercándose.
- Sí, estoy bien - contestó un poco molesta levantándose.
- Vamos, o llegaremos tarde -
- ¡Dios! ¡Tomoyo! ¡Ya nos pasamos de la hora! - exclamó preocupada la ojiverde.
- Todavía nos quedan quince minutos - consultando el suyo.
- ¡No puede ser! ¡Mi reloj se adelantó! Y yo toda apurada…- dijo Sakura suspirando.
- Míralo por el lado positivo ¡Por fin llegarás a tiempo! - sin poder aguantar una leve risita.
- Muy graciosa, Tomoyo -
Al llegar al lugar se encontraron una gran multitud de jovencitas. Cuando lograron entrar les comentaron que aquellas chicas esperaban poder ver al famoso Syaoran Li.
- ¿Y ya llegó? - preguntó la nívea.
- Sí, entró por detrás - contestó el guardia de seguridad.
Se dirigieron al escenario y cuando ya se encontraban todos reunidos, la directora salió a darles la bienvenida a todos.
- Y para los que no lo conozcan, este es nuestro protagonista, Syaoran Li - culminó Nakuru señalando a un joven que se encontraba un poco apartado junto a otro de ojos azules.
Sakura volteó a verlo. Su suerte no podía ser tan mala, simplemente no podía ser.
- ¿Por qué a mí? - se quejó en silencio al reconocer a Syaoran Li como el mismo sujeto de hacía unos minutos atrás.
FIN DE FLASH BACK
- Ciertamente su actitud hacia ti es muy extraña - para luego susurrar - y muy interesante - sin que la castaña pudiera escuchar - pero no es mala persona.
- No, tienes razón, solo es un antipático, egocéntrico, amargado, maleducado, ¡Insoportable! - se desahogó para luego suspirar - ¡Y lo peor es que tendré que besarlo!
- Muchas pagarían por estar en tu lugar - le dijo con gracia la amatista.
- No hace falta, yo se los regalo -
- Oh vamos, ¿No estás emocionada? Recibirás un apasionado beso del gran Syaoran Li - dijo esto exagerando - todo un verdadero beso, aunque actuado, y de lo que parece ser un verdadero hombre, no como ese intento de novio que tuviste. No sé cómo alguien como tú tuvo a ese patán como único novio.
- No me lo recuerdes, viviendo tan lejos… ¡Y yo esperando un… un beso que me quitara el aliento, que me demostrara lo que me extrañaba cada vez que nos encontrábamos! - ante esta mención se sonrojó, aún la avergonzaban esos pensamientos y más cuando para ella, nunca había tenido lo que consideraba un verdadero beso - y lo único que recibía era un simple roce, cuando a la zorr… a aquella mujer le daba todo lo que podía.
- ¿Y tú querías que también te diera todo? - le preguntó su amiga con malicia.
- ¡Tomoyo! ¡Sabes que no lo digo en ese sentido! - le contestó sonrojándose aún más. Suspiró nuevamente - Y ahora tengo que besarme con… eso.
Aunque debía admitir que cada vez que llegaban a la escena del beso su corazón se agitaba con fuerza y sentía sus mejillas arder. En sí la escena era apasionada, y en el papel Li podía resultar realmente seductor… no creía haber experimentado algo así antes y no lo entendía. ¿Por qué tenía que ser justamente con él?
- Vamos, tienes que admitir que Li tiene lo suyo, tú más que nadie lo sabe - y ante esto la castaña se sonrojó recordando la razón del comentario. Hacía aproximadamente un mes había ido a buscar a su co-protagonista a su camerino, y lo encontró… sin camisa. Sin poder evitarlo lo observó con atención notando un cuerpo bien conservado y definido, y unos brazos bien trabajados. Al instante su rostro se coloró fuertemente. El joven no había notado su presencia debido a que llevaba su cabeza cubierta con una toalla con la cual secaba sus cabellos, y así aprovechó para salir del lugar y tomar un poco de aire.
- B-bueno, sí, tiene lo suyo… -
Se aclaró un poco la garganta, ese día le había costado mirar al castaño a la cara, incluso se le había hecho difícil responder sus ataques…
- Pero igual me hubiera gustado más que Eriol fuera mi pareja, no entiendo cómo puede ser su amigo, Li es un amargado y Eriol todo un caballero - ante su comentario escuchó una risita de burla por parte de la amatista - ¿Qué te hace tanta gracia? Nunca entenderé que tienes contra él, con lo cariñoso y simpático que es.
- Exacto, es demasiado cariñoso… con todas -
- Y claro, tú quieres ser exclusiva - contraatacó la castaña con gracia.
- Creo que todas las chicas queremos eso, ¿O no? - le respondió Tomoyo, volviendo la atención al asunto de su ex.
A pesar de todo, la amatista no podía negar que el ojiazul era una gran persona. Después de intentar algo con Sakura no pudo evitar encariñarse con ella y terminaron siendo grandes amigos, de verdad cuidaba y protegía a su amiga, era dulce con ella. Pero con todas las demás, incluyéndola, simplemente quería ser "cariñoso". Había que admitir que era muy atractivo, con un aire misterioso y atrayente, y sabía aprovecharlo. Pero esos trucos con ella no funcionarían.
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"Sus labios carnosos y rosados clamaban por ser probados en ese preciso instante, lo llamaban, lo tentaban, y por fin cumpliría sus deseos. Se fue acercando poco a poco, torturándola, hasta sentir un leve roce disponiéndose a profundizar el beso, tomando sus labios con premura. La chica soltó un leve suspiro de placer haciéndolo sonreír sobre sus labios. Deliciosos, simplemente deliciosos… sería adicto a ellos eternamente. El joven la abrazó mucho más hacia sí con la firme intención de profundizar aún más, pidiendo permiso saboreando sus labios.
La joven se dejó hacer temblando entre sus brazos al sentir como su boca era explorada ágilmente, haciéndola suspirar de nuevo; el joven no quería asustarla pero no podía detenerse, los labios rosados de la chica pedían a gritos ser probados. Y a punto estuvo de perder la cabeza cuando sintió como tímidamente la joven entre sus brazos le correspondía con movimientos inexpertos. Le encantaba, ya no podía negarlo, toda ella debía ser solo para él. Nunca se había sentido así con ninguna otra, su corazón desbocado, incluso sintiendo un calor en sus mejillas.
Se separaron con sus respiraciones agitadas. Las mejillas de la chica se encontraban tiernamente sonrosadas y sus labios se encontraban hinchados provocándolo nuevamente. Pero sus ojos, sus ojos brillaban intensamente aunque miraban hacia otro lado, lo que lo hizo molestar, quería que lo viera, quería que viera cuanto la quería y la necesitaba. La tomó por el mentón y suavemente la hizo voltear a verlo pero seguía viendo otro punto. Sentía que su voz no saldría pero necesitaba llamarla, decir su nombre…
- Sakura - la llamó dulcemente, logrando que los increíbles ojos esmeraldas de la castaña por fin se posaran en él."
Se levantó agitado sin creer lo que había soñado… y con quien. No era siquiera el personaje, sino con ella, con Kinomoto. ¡Maldición! Todo por culpa de Eriol y sus palabras, ¡y de ese maldito beso sin concretar! ¿Cómo aceptó tal cosa? ¡No poder besarse hasta la noche del estreno! Sin saber cómo podría ser, sin poder arreglar cualquier detalle, todo al natural… ¿En qué estaba pensando Nakuru? Probablemente no sentiría esas ganas de cerrar sus labios sobre los de ella de no ser porque tenía que esperar, sino ya se hubiera acostumbrado, no sería ninguna novedad… Y aunque no le gustara admitirlo, Kinomoto era linda… de acuerdo, de acuerdo… era hermosa y sus labios se le hacían realmente tentadores. Desde hacía un tiempo su autocontrol se había debilitado hasta el punto de tener que esforzarse para no besarla. Pero simplemente era eso, tener algo frente a ti que te provoca y no lo puedes probar. Al fin y al cabo, también era hombre.
Y ahora que lo pensaba, uno un tanto… ¿posesivo tal vez? Últimamente ver a la ojiverde con algún otro hombre lo ponía un poco - muy - de mal humor. Bueno, si él no había tenido la oportunidad de besarla, no era justo que otro viniera y le arrebatara su derecho. Era lógico ¿no?
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- ¡Tomoyo! ¡Qué hermosos trajes! -
- Gracias, Chijaru - le dijo la amatista agradecida mientras terminaba de arreglar uno de los vestidos. Se escuchó la voz de la directora llamando a los actores del siguiente acto.
- ¡Oh! Ya me toca. Nos vemos luego, Tomoyo - le dijo saliendo rápidamente del lugar.
Se encontraba tan concentrada en su trabajo que no se dio cuenta que una masculina figura la observaba desde la puerta. No la sintió hasta que la misma se posó a su lado muy cerca de ella. Ese aroma, pudo reconocerlo enseguida.
- ¿Ahora te gusta la costura, Hiraguizawa? - preguntó sin verlo.
- Si así puedo trabajar con mi diseñadora favorita… - le dijo susurrándole al oído.
Tomoyo ni se inmutó. Se enderezó para luego dirigirse hacia una mesa buscando unas hojas.
- También le decías eso a tu actriz favorita, ¿No? -
- Si bueno, aunque Sakura se lo tomaba de otro modo, se sentía bastante halagada - rió levemente recordando los primeros días - encantadoramente despistada…
- Muy cierto, y al final logra ganarse a cualquiera… aunque crea que haya una excepción -
- Él también es un poco despistado, no se ha dado cuenta. Espero que lo haga pronto o puede que luego sea demasiado tarde, ella debe pensar que la odia - dijo el níveo con sinceridad.
- Pues tal parece que se encuentran en la misma situación - haciendo una pausa mientras miraba una hoja con atención.
- Tal vez podríamos… -
- ¿Y perder la diversión? - preguntó con gracia la amatista.
- Humm… Buen punto - le contestó riendo levemente.
Algunas veces se daban ese tipo de conversaciones entre ellos en las cuales hablaban como si fueran verdaderos amigos y eso le agradaba a la amatista, pero él siempre lo arruinaba. Pronto sintió como unas manos se apoyaban en la mesa a sus costados, acorralándola.
- Pero basta de hablar de ellos… -
- ¿Puedes apartarte? Necesito seguir trabajando - le dijo como si nada, sin voltearse.
- Vamos, preciosa - le susurraba seductoramente - sé que te gusto. Solo admítelo y déjate llevar - le apartó un poco el cabello y se dispuso a darle pequeños besos en el cuello.
La amatista evitó un sobresalto intentado calmar el mar de sensaciones que estaba sintiendo, nunca había llegado hasta ese punto, siempre se había quedado con un coqueteo y lo que podría llamar acoso. Su tacto era eléctrico, debía detener eso. Sonrió levemente, ella también podría jugar el mismo juego.
- Tienes razón - dijo suavemente encarándolo, dejando sorprendido al ojiazul. Posó sus manos sobre su pecho - He… he tratado de negármelo a mí misma pero ya no puedo evitarlo - le decía mientras lo empujaba levemente haciéndolo retroceder poco a poco hasta chocar contra una pared.
Eriol estaba desconcertado, no había previsto esa reacción. Nunca había estado en una situación como esa en la que él era el acorralado, bueno, no sin él buscarlo; pero no solo eso, justamente era ella la que lo estaba haciendo. Y era ella quien lo había dejado sin palabras, con el corazón latiéndole a mil y con sus defensas por el suelo, no entendía porqué se sentía así, nadie lo había hecho sentir así.
- Aunque me mantengo firme, por dentro muero de ganas porque me mires, porque toques, porque me beses… - lo miraba intensamente acercándose más a él. Le hacía gracia verlo así, casi indefenso, y al mismo tiempo le extrañaba tanto, no se lo hubiera imaginado. Por alguna razón se encontraba fascinada.
El joven la observaba embelesado. Vio como tomaba sus lentes y los colocaba a un lado. Sintió una de las manos de la nívea en su mejilla, su tacto era suave, exquisito. Luego sintió la otra y entre ambas delineaban delicadamente su rostro, haciéndolo cerrar los ojos. Su frente, pasando por sus ojos hasta su recta nariz; tocaron suavemente sus mejillas bajando lentamente hasta sus labios, acariciándolos con cuidado.
Lo vio abrir sus ojos y en ellos había algo parecido al… ¿cariño? ¿Anhelo? No lo entendía, ¿Cómo podía engañarla de esa forma? Pero en ese momento no le importaba, nada le importaba. Eriol alzó una mano acariciando el rostro de porcelana con el dorso de la mano delicadamente, como temiendo que pudiera romperla. Después posó su palma en la mandíbula femenina, acariciando su mejilla y labios con el pulgar en un movimiento lento.
Acercó su rostro un poco más al de ella esperando su rechazo, pero al contrario vio como la chica se acercaba hasta hacer la distancia casi inexistente. Se miraban fijamente.
- Eriol - susurró Tomoyo cerrando los ojos mientras el inglés unía sus labios a los de ella en una delicada caricia. Un suave y leve roce que al joven le supo a gloria.
La amatista tuvo que obligarse a regresar a la realidad. Había caído en su juego y había perdido, pero era hora de levantarse, no dejar que eso llegara a más. Se separó bruscamente de él dándole la espalda, necesitaba un momento para recuperarse. Eriol la miraba anhelante y aturdido.
- Tomoyo… - pero se detuvo al escuchar una risita sínica por parte de la morena, haciéndolo fruncir el ceño.
- Eres más ingenuo y crédulo de lo que creía, Hiraguizawa - dedicándole una mirada burlona lo suficientemente creíble como para engañar al inglés en ese momento. Luego se dirigió a la puerta y sin dedicarle otra mirada salió de la habitación. Y él se quedó ahí, sin moverse. Ya lo había rechazado antes, no entendía por qué esa vez le dolía.
Se había centrado tanto en ella que desde hacía un tiempo no miraba a ninguna otra, y si lo hacía no podía evitar compararla con Tomoyo, pero no le daba importancia, una vez que lograra conquistarla todo eso pasaría. Nunca había tenido que hacer tantos esfuerzos por lograrlo, en cualquier otro caso lo hubiera dejado así, pero ella se le hacía tan interesante, diferente, inalcanzable… simplemente irresistible, que no podía evitarlo, tenía que hacerlo.
Pero con lo ocurrido, ahora dudaba totalmente de sus intenciones incluso desde el principio: conquistarla, pasar un buen rato con ella, como ella lo haría con él y después decir adiós. Era un desgraciado, lo sabía, pero hasta el momento ninguna se había quejado ¿Lágrimas? Sí, hubo algunas lágrimas, pero al final todo resultaba bien… Pero con Tomoyo, ahora dudaba de las razones de su obsesión por conquistarla.
¿Pero eso qué importaba ya si ella…? No, ella no sería capaz de confundirlo de esa forma. Al principio lo sorprendió y al mismo tiempo había quedado encantado con su supuesta actitud, pero luego sus caricias, el pronunciar su nombre… el beso. En sus ojos lo vio, vio que era real… ¿o no? ¿O ella le había seguido el juego y él había salido perdiendo? ¿Y es que acaso él…?
- Maldición… - susurró para sí mismo pasándose una mano por su cabello.
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- ¡Mírame y dime que no me amas! - exclamó el joven acercándose poco a poco a la chica.
- ¿Por qué me haces esto? Yo estaba bien, ya había superado tu muerte… - decía ocultando su rostro entre sus manos - ¡Estoy comprometida!
- ¡Pero no lo amas! -
- ¡Sí lo amo! - le respondió encarándolo.
- ¡No! - le dijo sujetándola por los brazos - No lo haces porque sabes muy bien que a quien amas es a mí.
La joven lo miraba sin moverse mientras él se acercaba poco quedando a solo milímetros de su labios. Pero antes de poder terminar con la distancia, una bofetada lo hizo retroceder.
- ¡No te atrevas a ponerme una mano encima de nuevo! ¡Tú te fuiste y me hiciste creer que habías muerto! - lo miró con frialdad para proseguir - Me obligaste a seguir adelante y ahora que soy feliz no pretendo volver atrás, no pretendo volver al pasado y menos pretendo volver a ti.
- Estuvo algo mejor - dijo Syaoran con indiferencia.
- ¿Algo mejor? A ti nada te satisface ¿Cierto? - le respondió Sakura molesta.
- No cuando las cosas no se hacen bien - le dijo con frialdad poniéndola de peor humor. No sabía por qué pero desde que tuvo el sueño y la vio aquella mañana se sintió molesto por ese nerviosismo que lo invadió y por esa frustración que sintió hacía unos momentos por no poder besarla cuando la tuvo tan cerca. ¡Estar en esa situación lo molestaba! Por suerte en dos días era el estreno y todo eso acabaría.
- Tú… eres un… y un… - estaba tan enfadada que no lograba decir lo que quería. Sin duda era un actor increíble, pasar de un personaje romántico, atractivo, cariñoso, que además la hacía sonrojar, a una persona amargada, ególatra que la hacía enojar todo el tiempo… Y parecía ser solo con ella, ¡Con todos los demás se comportaba decente, con Eriol incluso sonreía! Y debía admitir que se veía bien, muy bien cuando lo hacía… pero era un idiota ¿Qué tenía contra ella? - ¡AH! ¡No te soportó!
Dio media vuelta y se dirigió con rapidez a la salida de la habitación. Tomó la manilla de la puerta e intentó abrirla, pero nada sucedió. Volvió a intentarlo y nada, siguió y siguió terminando por desesperarse, de verdad quería salir de ahí, pero la puerta parecía atorada.
- ¿Ya no te quieres ir? - le preguntó el castaño con burla.
- Ya quisieras… la puerta no abre - le respondió haciendo que el chino la mirara con seriedad.
- Déjame intentarlo -
Sakura se apartó mientras Li se acercaba a la puerta. Después de varios intentos y algunos golpes se resignó suspirando.
- Está atorada -
- ¿En serio? No me había dado cuenta - le respondió Sakura con sarcasmo siendo fulminada por la mirada del castaño.
Para su mala suerte, Sakura había dejado su celular con sus cosas en los vestidores y a Syaoran se le había quedado sin batería. Habían elegido ese lugar para practicar precisamente porque no se escuchaba ruido alguno desde afuera, por lo que no había ventanas de buen tamaño por donde pudieran salir. Estaban atrapados ahí, los dos solos, hasta que alguien se diera cuenta de su ausencia.
- ¿Y ahora? - preguntó la castaña.
- Ahora, a esperar que nos busquen - le respondió Syaoran mientras se sentaba en el suelo.
- ¡Pero… pero yo tengo que salir de aquí! - exclamó la ojiverde notándose un poco desesperada.
El chino la observó interrogante ¿Cuál era su prisa? ¿Es que acaso tenía una cita o algo? Quería salir de corriendo de su lado… para encontrarse con otro… Por alguna razón ese pensamiento no le sentó nada bien, se sintió… irritado.
- ¿Por qué la prisa? ¿Alguien fue lo bastante estúpido como para invitarte a salir? -
De inmediato se arrepintió por haber dicho eso. La mirada que le dirigió la joven estaba llena de odio y al mismo tiempo de dolor, lo miró por unos instantes pero no abrió la boca. Sakura volvió su vista hacia la puerta y suspiró con pesar. Solo quedaba esperar a que alguien se diera cuenta de que habían desaparecido, y esperaba que fuera pronto…
Se separó de la puerta y se sentó en el lado opuesto al ambarino, bien lejos de él. No le dirigió la palabra, ni una mirada, y Syaoran no se atrevió a cambiar la situación. Después de un largo rato, a través de una pequeña ventana en la parte superior de la habitación, observaron como se desataba una fuerte tormenta. Con un fuerte trueno el castaño notó como, después de mantenerse inmóvil con la cabeza baja, el cuerpo de la ojiverde se estremecía.
- ¿Tienes miedo? - soltó sin más.
- ¡Yo no…! - pero un trueno la hizo callar mientras en ese preciso instante el lugar se quedaba sin luz. Sakura emitió un grito ahogado mientras se abrazaba a sus piernas.
- No seas tonta, es una simple tormenta… - le dijo indiferente, pero la joven simplemente no le contestó. Con otro fuerte estruendo su cuerpo comenzó a temblar, escuchándose leves gimoteos.
El ambarino, sin poder evitarlo, se sintió conmovido y la necesidad de abrazarla, de protegerla lo invadieron. Nunca había soportado ver a una mujer en esas condiciones, recordaba bien situaciones similares con sus hermanas… la diferencia era que en ese momento se sentía terriblemente tentado a hacerlo, se sentía emocionado, incluso nervioso, quería hacerlo. ¿Qué diablos le estaba sucediendo?
Sus pensamientos fueron interrumpidos por otro relámpago que anunciaba la llegada del trueno. La castaña se preparó en la oscuridad mientras Syaoran, sin pensarlo demasiado, se levantó. Ante la llegada del fuerte estruendo, Sakura sintió como era rodeada por unos brazos y apoyada inevitablemente en lo que dedujo, era el pecho del chino, era el único además de ella en la habitación.
- ¿Qué… qué haces? - preguntó la castaña agradeciendo la oscuridad que escondía el gran sonrojo que cubría sus mejillas en ese momento. Su corazón latía desbocado, se sentía nerviosa, no entendía la razón, pero además se sentía cómoda, se sentía… bien, muy bien de hecho, al estar entre sus brazos. Otro fuerte estruendo se escuchó e inconscientemente se abrazó a Syaoran - Lo… lo siento.
Él no contestó. Sakura seguía apoyada sobre su pecho y cuando se calmó un momento pudo escuchar los latidos acelerados del joven ¿Tendría miedo también? Su curiosidad la obligó a levantar la mirada hacia él. El castaño no la miraba pero su rostro no expresaba ni pizca de miedo ¿Y entonces?
Lo que ella no lograba ver gracias a la oscuridad, eran las mejillas coloradas del joven. Tenerla tan cerca… sí, la tenía en una posición más comprometedora cuando actuaban, pero en esos momentos enfocaba toda su concentración en hacer su trabajo, aunque en los últimos días le costara más de la cuenta. Pero ahora, ella se aferraba a él, sin ningún tipo de obligación… ¿En qué más podría enfocarse? Y más aún si su dulce aroma y su cuerpo abrazado por el suyo lo estaban atontando… No pudo evitar recorrerla con la mirada ¡Pervertido! Pero antes de seguir reclamándose mentalmente notó como la camisa de Sakura se encontraba un poco levantada, dejando ver un poco de su abdomen... Y el inicio de una cicatriz que seguía más allá. No pudo evitar fruncir el ceño mientras la examinaba con atención.
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¡Buenas! ¿Cómo están? Bueno, aquí está esta historia que originalmente iba a ser un oneshot pero terminó siendo una historia de cuatro partes, porque a medida que iba escribiendo resultaba más y más largo de lo que era en mi cabeza xD Es una idea que me vino hace muuuucho, y que me ha tomado muuuucho terminar, la inspiración es una cosa muy seria y por momentos no sabía como continuar, así que retomaba y la dejaba, retomaba y la dejaba, y así fue por bastante tiempo, además mi computadora anterior se daño y llegué a pensar que no podría recuperar el archivo, así que la historia no iba a ver la luz nunca… Pero lo recuperé y desde ese momento decidí que lo terminaría for good! xD No será la mejor historia, pero tampoco la peor jajajaj Así que bueno, aquí les dejo la primera parte. Espero que les guste.
