La maldición de un sueño
Disclaimer: Este fic usa los personajes del mundo creado por Fujimaki Tadatoshi
Parejas: Aomine X Kise, Kagami X Kuroko, Akashi X Furihata, Midorima X Takao, Murasakibara X Himuro
Palabras: Un regalo para Halloween.
Nota: La arquitectura del lugar descrito esta inspirado en su mayoría en El Hotel embrujado en Salto del Tequendam en Colombia.
Se encontraba sentado en una de las bancas del parque, ahí donde solían reunirse para jugar basquetbol y hoy era uno de esos días en que podían hacerlo; el primer día del inicio de las vacaciones de verano.
Akashi estaba mirando atentamente unos documentos, había llegado con mucho tiempo de anticipación pues había pasado a ver a su padre, en las oficinas de Tokio, vio los documentos en su escritorio y los tomo prestados.
–Buenos días Akashi-kun– el saludo lo distrajo y volteo a ver a los recién llegado
–Buenos días Kuroko– vio a los otros dos chicos que lo acompañaban, uno lo miraba con indiferencia y el otro con un ligero sonrojo claramente nervioso –buenos días Kagami– se levanto acercándose al castaño –buenos días Kouki–
–hey– fue el saludo del más alto
–Buenos días Seijuro-san– se sujetaron de la mano y un rápido beso en los labios como saludo
–¿llegaste muy temprano? – pregunto el peliceleste al comprobar la hora
–Si– contesto jalando al castaño a la banca donde estaba sentado –pase a ver a mi padre y me pidió un favor–
–¿Qué favor? – pregunto viendo las fotos que se asomaban por la carpeta que traía el pelirrojo
–le entregaron a mi padre una casa tipo occidental como pago de una deuda, sus contadores han tenido problemas para valuar los bienes y me ha pedido que vaya a supervisar, me servirá de aprendizaje–
-¿te irás temprano?- pregunto algo decepcionado, pues deseaba pasar todo el día con sus amigos
–no– contesto rápidamente, que aunque su amigo no era muy expresivo, entendió la pregunta –iré en dos días –Se levanto al ver más personas acercarse –mientras me quedare aquí– volvió a tomar la mano del castaño y le sonrió al decirlo.
–Buenos días chicos– un alegre rubio acompañado de un moreno y una pelirosa –llegaron muy temprano–
–Aun estamos en tiempo– agrego el líder del grupo caminando hacia las canchas
–Tetsu-kun– se lanzo la chica al ojiceleste para abrazarlo
–Buenos d…– intento saludar pero le faltaba el aire
–Satsuki no seas tan asfixiante– el ojiazul mientras intentaba despegar a la chica
–¿Estás bien Kuroko? – Kagami le echaba aire
–si gracias–
–miren, ahí vienen los demás– el ojidorado exclamo sacudiendo su mano en saludo a los cuatro que faltaban.
Pasaron varias horas jugando, y ahora los chicos descansaban y discutían a dónde irían a comer.
–Kurochin ¿Qué estás viendo? –
El aludió levanto la cara un momento para ver al que lo llamaba –son unas fotos que traía consigo Akashi-kun–
El más alto se sentó a su lado y tomo una de las fotos –es una bonita casa, mira Muro-chin– el pelinegro se acerco al ser nombrado –¿así son las casa en América?–
Tomo una de las fotos que le acercaron –es más parecida a las de Europa–
–Yo también quiero verlas– el otro pelinegro del grupo –es una casa enorme–
–Funcionaba como hotel– menciono el emperador al ver a todos distraídos con las fotos
–También quiero ver– el rubio se acerco y tomo una de las tantas fotos –está cerca de la playa–
–veo– el moreno paso uno de sus brazos por el hombro de Kise y recargo su barbilla en el otro para ver la misma foto
–¿Qué es ese lugar? – pregunto el de lentes mientras también veía algunas fotos que le mostraba Takao
–Una nueva propiedad que iré a revisar, mi padre quiere que me haga cargo–
–oh vaya…– menciono la chica algo decepcionada –así que está vacía–
–¿Por qué lo mencionas Momoi-san?– el peliceleste volteo a verla
–parece un buen lugar para vacacionar–
–Pero no necesitamos muebles– exclamo el rubio alegremente por la idea –puede ser como una excursión–
–Pero hay gente trabajando ahí– menciono Tatsuya –no creo que quieran tener a un montón de gente estorbando–
Pensando en la idea, y en que podría ser un buen pretexto para pasar más tiempo juntos –solo hay un valuador y dos trabajadores que ya llevan varios días moviendo cosas, solo iré a una última revisión– vio el rostro alegre de todos –iré en dos días, ustedes pueden alcanzarme después–
-yo podría ir contigo– Kouki se le acerco –ayudaría a limpiar un poco mientras llegan los demás
–o ir todos– agrego el pelirrojo más alto, sintiendo que estaban aprovechándose –así podríamos saber desde el principio que podemos mover, y así acomodar todo para que estemos más cómodo, entre más gente mejor–
–Vaya que eres muy amable Kagami– con tono burlón
–No tendrás miedo de un poco de trabajo Aomine– contesto en reto
–claro que no– unas miradas retadoras entre ambos
–¿seguro que no seremos molestia? – el peliverde preocupado
–no lo creo, de todos modos hoy me comunicare con el valuador para conocer la situación y saber porque se han tardado en terminar–
–será divertido Akashin– el pelimorado al ver un gesto serio en el pelirrojo
–sí, así será– se había quedado pensado en lo que podría haber provocado la tardanza en la evaluación de la casa, pero si su padre le pedía el favor suponía que no sería nada grave, quizás solo problemas de orden.
-perfecto, mientras hay que ir a comer, ya tengo hambre- un rugido de estomago lo acompaño
–Takao se mas discreto–
–lo siento Shin-chan– una picara sonrisa, mientras todos salían de las canchas
–¿Kuroko estas bien?– el ojicarmin se acerco al verlo tan distraído viendo una de las fotos de la casa –¿Kuroko?– pregunto de nuevo al no recibir respuesta
–¿ah? Lo siento, me distraje un momento– esa fotos le causan una sensación que no entendía, y por más que intentaba descifrarlo más duda le causaba.
Se levanto y una de las fotos cayó, ahí mostraba la sala de estar con varios cuadros, una sala enorme, una mesa de centro, varios mueble con grandes jarrones con flores y el amplio ventanal; lo que se necesita para atrae a la gente al lugar, pero… quizás solo era efecto de luz, pero algo no debía estar ahí.
–Kuroko– lo llamo el pelirrojo más bajo
–Ah si tus fotos– levanto la foto que se cayó y entrego las demás que habían quedado dispersas –lo siento–
–¿Por qué? – cerro el folder
–Ahora tendrás a todos estorbándote, no debí de haberles mostrado las fotos–
–está bien– le sonrió con tranquilidad –así podre estar más tiempo con ustedes–
–¿con nosotros o con Furihata? –
–Conoces la respuesta– una mirada cómplice
–Seijuro-san, chicos apúrense, nos dejan los demás– el castaño a unos pasos de distancia, los demás estaban más adelantados
–vamos– Akashi se apresuro a alcanzarlo
–¿estás bien Kuroko? –
–claro que si Kamagi-kun, ¿Por qué lo preguntas?–
–te veías muy distraído– lo conocía bien, y sabía que era pocos las cosas que le llevaban a distraerse de esa manera
–solo… pensaba– y volteo a verlo, al ver que el más alto no se convencía, lo tomo del cuello de la camisa y bajo su rostro para darle un rápido beso –vámonos o nos dejaran sin nada– intento cambiar el tema.
–si claro– no discutiría mas, ese beso espontaneo le había gustado tanto como para no seguir discutiendo.
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Día 1
El tren los dejo en las orillas del pueblo. Momoi había cancelado pues en su casa habían organizado una salida familiar y no logro evitarlo.
–Akashi no crees que a ese sujeto se le haya olvidado– Himuro pregunto intentando taparse el sol de la cara, todos llevaban casi una hora esperando, el valuador ya había sido informado de la llegada de los chicos y ofreció mandar la camioneta para recogerlo.
Algunos de los chicos habían intentado distraerse recorriendo la estación, pero siendo tan pequeña, no había mucho que ver.
–posiblemente, le marcare– recién saco el celular cuando vieron un vehículo acercarse. El cielo estaba despejado, unas pocas nubes dispersas en el celeste, el alto y verde pasto con su roció resplandeciendo, los pocos árboles se sacudían con la brisa marina que ya se sentía, aunque no se veía el mar.
–Buenas tardes– de la camioneta bajo un hombre bajito robusto, ojos pequeños, de poca cabellera –perdonen el retraso, tuve que pasar a cargar gasolina, y la única cercana no está de camino–
–Bien– Seijuro con gesto duro –parece que esa es su tendencia–
–¿he?– pregunto el hombre confundido –ah, se refiere a la mansión, solo han sido pequeño inconvenientes, nada de qué preocuparse, suele suceder en casa viejas la gente tiende a almacenar muchas cosas con el paso de los años– dijo esto con manos sujetas y claro nerviosismo –Discúlpeme de nuevo– se acerco a las maletas que había quedado juntas –subiré sus cosas– la mirada del ojicarmin le incomodaba –pasaremos primero al pueblo por provisiones–
–Bien–
A escasos minutos estaba el pequeño poblado, muchas personas los veían con interés, al parecer no estar acostumbrados a los turistas. Tras 10 minutos en el vehículo y subir una cresta se logro divisar la construcción de bloques de concreto. Era una casa de dos pisos que contaba con un tercer piso en el lado izquierdo, encima de este un mirador techado con láminas en tono cobre.
Las ventanas y la entrada del primer piso estaban en arco, cinco escalones permitían el acceso al pórtico donde se podía contemplar el grueso portón de madera con detalles de soldadura, el cual se encontraba abierto permitiendo ver un poco el interior.
El segundo piso decorado con balcones de pilares en cada ventana también en forma de arco, la parte central tenía una marquesina más alta al resto de la casa, donde se veían unas buhardillas.
La parte izquierda de la construcción se diferenciaba del resto, con ventanales cuadrados y dinteles lisos en el primer piso, y ventanas salientes poligonales en el segundo y tercer piso; se veían unos escalones en el costado de la construcción, que llevaban a un solar.
Toda la arquitectura era extraña, y aunque ya habían visto las fotos, la apariencia que mostraba lo hacía ver viejo y lúgubre, más cuando al ver que dentro de la propiedad no había planta viva alguna, el terreno estaba arrido, aunque la propiedad estaba rodeada de árboles frondosos, y la vegetación cercana era abundante sobre todo por ser temporada de lluvias.
Lejos del edificio principal, una amplia y alta glorieta. El camión los dejo en un amplio estacionamiento cerca de una explanada abierta.
–no se ve como en las fotos– Takao fue el primero en expresar lo que pensaban –parece sacada de una de esas películas de terror–
–Buenas tardes– un hombre un poco más alto que el anterior, de poco bigote, cabello lacio y muy abundante salió de la casa –espero hayan tenido un agradable viaje– se acerco al pelirrojo
–si, gracias– contesto Akashi a la reverencia –ellos son mis invitados–
–Bienvenidos, bienvenidos– el sujeto de cabello negro se veía nervioso –pases, pasen– suspiro intentando relajarse –pasen– nuevamente mirando la entrada de la casa con seriedad –les mostrare el lugar– en eso otro hombre más alto que los otros dos, cabeza rapada, musculoso, salía de la casa con gesto serio –ah sí cierto– se detuvo antes de subir los escalones.
–¿pasa algo? – pregunto Seijuro ante la súbita acción
–nada, nada solo quiero presentarnos, mi nombre es Kuchimoto Sato el valuador, el chofer es Nabeguchi Shou, y el compañero de la entrada es Furugoshi Kenta; para cualquier cosa que necesiten–
–Gracias– contesto con parsimonia Midorima
–¿y la persona que está allá arriba?– Takao tenía rato que había visto a alguien asomarse por una de las ventanas del segundo piso, parecía mirarlos fijamente lo que le llamo más la atención.
–¿ah? ¿eh? ¿Quién? – pregunto aun más nervioso el valuador –nosotros tres fuimos asignados para la evaluación, bueno yo, y ellos me ayudan a mover las cosas–
–pero esa persona…– su vista nuevamente hacia el lugar que señalaba –ah, ya no está–
–Quizás alguna sombra por alguna nube– contesto rápidamente –ah sí, sí, sus cosas– camino a la camioneta ubicándose junto a Shou –hay que sacar sus cosas– parecía querer cambiar de temar
–Puede ser– concluyo pensativo para después ver como el hombrecito se movía de un a lado a otro y hablaba con rapidez sobre la casa.
–Deben estar cansado, les mostraremos sus habitación– cargaba algunas maletas –había algo de polvo porque llevaba mucho tiempo abandonado, pero ya sacudimos, sobre todo las habitaciones– subió los escalones deteniéndose en el pórtico -¿se quedaran muchos días? –
–Siete días– contesto Akashi, los demás estaban por extrañados por la actitud del sujeto.
–excelente, muy bien– se detuvo en el genkan –esta área fue improvisada y es la más reciente, el diseño de la casa no lo incluía por las costumbre de sus primero dueños– se limpio el sudor con un pañuelo que saco del bolsillo de su pantalón –es de laminado con diseño de madera– coloco sus botas en zapateras colocadas a los lados y tomo unas pantuflas –el resto de la casa esta forrada de madera autentica de roble para evitar el frio que da el concreto– explicaba.
–veo que estuvieron trabajando– había varias cajas cerradas en todo el amplio lugar
–así es– justo en la entrada estaba una amplia escalera que doblaba a la izquierda, la luz de la ventana permitía ver con claridad los escalones caoba rojizo y el tapiz desgastado en figuras simétricas en forma de espigas de color beige –lo primero que inventariamos fueron las piezas pequeñas, como retratos, figuras de cerámica, floreros…–
–Entiendo– interrumpió al suponer la larga lista
–Sacamos primero los muebles desgastados, los que ya no servía– volteo a ver a Akashi con gesto nervioso –como lo ordeno su padre–
–claro– y se podía ver que ya no estaba amueblado como recordaban en las fotos
–también habían otras cosas que ya no tenían valor como…–
–si, está bien–
–pero los muebles básicos están bien, así que estarán cómodos–
–Gracias– esta vez contesto Kagami
–ah sí, también tiene todos los servicios, agua, gas, electricidad– prendió y apago uno de los candelabros que colgaban del amplio salón, la cual contenía dos juegos de salas completas y una mesa en el centro de cada una de ellas, aun podía verse una vitrina la cual ya estaba vacía, junto con varias sillas y peanas.
De los amplios ventanales, se podía ver el camino de acceso por el oeste, el mar por el este, y por el sur, a la derecha de la propiedad la zona arbolada junto con un barandal, el cual era unas escaleras para bajar a la playa.
–oh, las camas están limpias, y… Shou, Shou ¿Dónde estás? –
–aquí–
–¿trajiste los juegos de cama? –
–si aquí los tengo– junto a él estaba Kenta, ambos cargaban varios bultos
–perfecto, perdonen por no tener todo listo–
–Entendido– digo en tono serio el de ojos heterocromaticos –pero ya no interrumpiremos mas– tomo los bultos y se los paso a sus amigos –pero nos iremos a acomodar–
–si, claro, claro–
–Supongo que arriba están las habitaciones–
–sí, sí; hay diez habitaciones en esta sección y la principal en el tercer piso pero aun no hemos arreglado ahí–
–no se preocupe nos haremos cargo–
–si, si pero quería decirle algo–
–solo dejo mis cosas y bajo de nuevo a hablar con ustedes–
–ah bien, bien, aquí los esperare– vio a los jóvenes subir –aquí estaremos–
Llegando al segundo piso –no había conocido a nadie que hablara tanto–
–mira quien lo dice– Aomine menciono en tono burlón –el parlanchín del grupo–
–Mo, no hablo tanto–
–Definitivamente te ganaron– acompaño con una sonrisa
–mejor ni hablaba Takao– se acomodo sus lentes –que cuando tu y Kise comienzan con sus parloteos, ni quien los pare, pueden estar todo el día–
–No te enojes Shin-chan, siempre tendré tiempo para ti–
–Bakao–
–Ok chicos– interrumpió la plática –vamos a ver cómo nos organizamos–
–ah deje le ayudo– todo se sorprendieron al ver al valuador llegar –hay cinco habitaciones de este lado, tres a nuestra izquierda– un largo y ancho pasillo iba de extremo a extremo iluminado con lámparas en el techo; el lado indicado se mostraba una ventana al final que dejaba ver los arboles –y dos a la derecha todas estas habitaciones tienen vista al mar, mas allá está el área común, una amplia sala, también allí está la escalera al ático, cuarto del tercer piso y el mirador; enfrente de nosotros hay otras cinco habitaciones, todas libres– frente de las escalera un barandal que permitía ver la entrada del hotel –recuerden que el cuarto del tercer…–
-entendemos–
-si, si, claro–
–¿Qué habitaciones están ocupando? –
–todas están libres– contesto rápidamente el del bigote
–¿Cómo es eso? ¿Dónde están hospedados? –
–hay un mesón en el pueblo, y ahí rentamos unos cuartos– sudando nerviosamente
Una mirada indagadora –¿se les autorizo el hospedaje? –
–no, no, bueno,…. Nosotros no quisimos dañar los muebles, así que… bueno–
–Saben– interrumpió la palabrería sin sentido –déjenlo así– en ese momento pensó en la privacidad del grupo –¿Qué habitación quieren?– mirando a sus amigos que se habían mantenido aparte
–Pido la esquina con vista al mar– mirando al pelirrojo más bajo para la autorización
–Ok Kise–
–Vamos Aominechi– a la vez que lo dijo le tomo de la mano y lo jalo por el pasillo
–les recomiendo no pedir el cuarto de al lado– una mirada afilada –haremos mucho ruido– una sonrisa perversa
–Entendido y anotado– Takao en gesto de saludo –nosotros esta también con vista al mar– tomando el mismo rumbo, pero señalando la tercera puerta, a lado de las escaleras –¿te parece Shin-chan? –
–está bien– con maletas en mano se alejaron del grupo
–¿Cuál habitación quieres Kagami-kun? –
–También quisiera una habitación con vista al mar–
–creo que todos queremos– secundo Himuro
–¿y cuál es el problema? Son cinco habitaciones con vista al mar, y me parece que ustedes con cinco parejas– como evaluador tenía buen ojo, y desde que llegaron los chicos los había visto agrupados en pares
–Tomaremos la otra habitación que está al lado de la escalera, porque tendré que estar bajando constantemente– comento viendo al castaño quien contesto con un movimiento positivo de cabeza
–Como Akashin y Furichin harán mucho ruido también, solo quedaran las que no tienen vista al mar– ambos nombrados simularon la pena de ser mostrados de esa manera
–pero no se preocupen por el ruido, las paredes de este lugar son gruesas, no escucharan nada de las habitaciones, al menos claro, que estén abiertas las puertas, nosotros tardamos en darnos cuenta, nos llamábamos y llamábamos y no hacíamos caso–
–Entendido– el pelimorado miro a la derecha donde estaba el arco, no había ventanas en el centro del pasillo, y los pilares del mismo arco creaban sombras, podía verse en el fondo el ventanal y su bahía con algunos cojines –haya no me gusta esta muy oscuro–
–bien, nos quedamos con la habitación del medio– el pelinegro comento al ver el gesto molesto del más alto
–entonces nosotros con la ultima– Kuroko caminando en rumbo contrario puerta seguido de Kagami
–yo lo espero abajo Akashi-san– el del bigote giro rumbo a las escaleras
-si, estaré ahí en cuanto pueda– vio al hombre bajar –yo llevo las maletas Kouki, y avísale de una vez a los chicos, antes de que empiecen cualquier cosa, que los veo en una hora en el comedor–
–claro–
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Habitación 1
–Mira Aominechi– lanzo la maleta a un lado mientras corría a la ventana lateral, tenía un pequeño espacio para sentarse –desde aquí se ven los arboles– abrió la ventana recibiendo la cálida brisa –y por aquí– camino rumbo al balcón, abriendo ambas puertas –que hermoso se ve– la vista completa del azul mar; se recargo en el barandal de cemento, el lugar no era muy amplio, apenas 40cm de ancho, y un metro de largo –seguramente tenemos la habitación mas iluminada, volteo a ver al moreno–
–no está mal– en cuanto entro se había tirado sobre el colchón en la cama
–Hay que tender la cama antes de acostarse–
–para que– giro su cabeza para ver al rubio –no va a durar mucho tendido–
Un sonrisa cómplice recibió de respuesta –aun así, hay que tenderla–
-Hey Kise-chan– se escucho afuera llamándole la atención
–Takaochi ¿a poco no está genial? – volteo hacia el mar con sus brazos extendidos
–si esta genial– desde el balcón de su cuarto –hay que ir a nadar–
–Buena idea– se escucho las puertas del balcón del medio
–Himurochin estas a lado–
–si– giro su rostro para ver a ambos chicos –Akashi con Furihata están en la siguiente y Kuroko con Taiga en la última–
–Ya advertí del ruido– Aomine apareció tomando por detrás la cintura del rubio –después no quiero quejas–
–lo entiendo, pero nos aclararon que son paredes gruesas, solo se escuchara algo si dejamos las puertas abiertas–
–¿Igual para las ventanas? – pregunto el de Shutoku
–no sé, supongo que es lo mismo–
–Entendido– el peliazul jalando a Kise al interior del cuarto y cerrando ambos ventanales –hay que estrenar el lugar– recargado en el vidrio
–primero quería nadar, pero está bien– el rubio cerro la distancia para tomar los labios ajenos mientras se abrazaban; sus pasos retrocedieron al ser dirigido a la cama –la cama aun no…– dijo apenas separando sus labios
–Olvídate de la cama– mientras lo hacía recostarse en ella –solo necesitamos esto– mostro el envoltorio metalizado
–Hola chicos– ambos miraron a la puerta que dejaron abierta
–Hola Furihatachi– saludo el rubio sin cambiar de posición –creo que… llegaste… a tiempo–
–me alegro no haber llegado después–
–¿Qué pasa? – presiono el moreno
– Ah sí, Seijuro-san quiere vernos en una hora en el comedor–
–Entendido– un alegre ojidorado
–Hey espera– llamo el ojiazul al verlo alejarse–cierra la puerta–
Y con un sonrojo hizo lo ordenado.
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Habitación 2
–son habitación amplias, ¿no te parece Atsushi? –
–si algo– comiendo unos dulces mientras cerraba la puerta
–Bueno, que haces tú, ¿arreglas la cama o guardas las cosas?–
–mmm, guardo las cosas, tengo que buscar un lugar para mis dulces–
Con una sonrisa –está bien– puso los bultos en la cama –abriré la ventana para refrescar el cuarto–
–Himurochin estas a lado– escucho el pelimorado al abrir todos buscando el perfecto lugar, giro hacia uno de los buro de la cama, que mejor que tenerlos a la manos.
–Encontraste el mejor lugar, al parecer– en cuanto cerró la puerta del mueble volteo a ver al pelinegro –ven Atsushi, es muy hermoso– tenia la vista hacia el mar
–si, es hermoso– su vista en aquel chico
Tatsuya volteo a ver al más alto, al ver que su mirada no está enfocada en el paisaje supo de inmediato que era un halago a su persona.
Camino al interior de la habitación y se estiro, Murasakibara conocía ese gesto y no dudo en agacharse para recibir los deliciosos labios.
El beso no duro mucho pues se escucharon unos toques en la puerta –ve a ver mientras acomodo aquí– Himuro se dirigió a sacar las sabanas de la bolsa.
En cuanto abrió la puerta y vio quien era –eres muy bajito–
El castaño suspiro, estaba aprendiendo a conocer a todos los chicos –¿Qué pasa Furihata?– se escucho dentro del cuarto
–Seijuro-san nos quiere ver dentro de una hora en el comedor–
–ahí estaremos–
Cerró rápidamente la puerta, no le había gustado la interrupción y quería más de esa boca, vio como el ojinegro tendía la cama.
–hay que usarla– con una mirada deseosa
-¿He? Quieres dormir… ah no es eso– en cuanto vio como era observado –supongo que tenemos tiempo–
Tras esas palabras el pelimorado se apresuro a acercarse y continuar el beso que llegaría a algo más.
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Habitación 3
–No hay muchas cosas– el más bajo ponía su maleta en una de las dos sillas –mira, el baño tampoco tiene tina–
–Pero supongo que cuenta con regadera– el peliverde acercándose a una de las cajoneras
–Tampoco hay toallas– exclamo dentro del baño –solo traje para ir a nadar ¿Qué tipo de hotel es este? –
–Uno que no está en servicio–
–ah cierto, tampoco tengo mi chocolatito en la almohada– con una sonrisa traviesa – pero tiene un balcón– dirigiéndose hacia allá –Hey Kise-chan– miro a su amigo en el otro balcón
El ojiverde había terminado de acomodar sus cosas, y se preparaba a tender la cama, mientras escuchaba la conversación de su pareja desde el balcón.
–Hay que ir a nadar Shin-chan–
–creo que deberíamos ver primero lo de las toallas, ¿Cómo te vas a quitar la arena y el agua salda después?–
–Buen punto– en eso escucharon golpear la puerta, el pelinegro fue a abrir –Hola Furihata-chan, tanto tiempo sin verte– dijo con alegre ironía
–Hola Takao-san– con una amplia sonrisa ante lo dicho –Seijuro-san me pidió que les dijera que nos reuniéramos en el comedor en una hora–
–Si señor– con saludo marcial
–Furihata podrías avisarle a Akashi que no hay toallas–
–si claro– cerró la puerta tras eso
–¿Qué hacemos mientras tanto?–
–Podrías acomodar tus cosas– se recostó en la cama ya arreglada y saco un libro
–no, otra cosa– miro con picardía, no iba a permitir que un libro le quitara la atención del peliverde, con sigilo se acerco a la cama, se subió a ella y lentamente se puso sobre las piernas de Shintaro –vamos a jugar– expreso en cuanto le quito el libro.
–¿jugar? – lo vio a relamerse los labios de manera tentadora –pero sería el mismo problema, no podríamos bañarnos después–
–no si solo… ju-ga-mos–
–Ok– dejo el libro en el buro, y con su mano tomo la nuca de su acompañante para acercarlo y así empezaron el juego de besos.
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Habitación 5
–No es como en las fotografías– Kagami dejo las cosas cerca de las cajoneras
–eran fotos de cuando el lugar funcionaba–
–Aun así, el ambiente no es el mismo– entre ambos tendían la cama –aunque si es un buen lugar para vacacionar– miro de reojo la playa –hay buenas olas–
–ah es verdad, Kagami-kun también surfea–
–si, pero no traje mi tabla, así que no será–
–Hola chicos–
–Furihata-kun ¿pasa algo? –
–Seijuro-san me pidió que les avisara que en una hora nos viéramos en el comedor– dijo viendo hacia el pasillo
–¿que ves? – el peliceleste se acerco
–Solo veía esta habitación, parece que todavía no han revisado las cosas de aquí– ambos pasaron bajo el arco, a la derecha encontraron una angostas escaleras con una pequeña ventana en la parte alta, un fuerte olor rancio llego a sus narices.
–Hay mucho polvo– se acerco a una peana de madera que tenía un florero de cerámica oscura, las cosas ahí no se veían movidas.
–Es muy amplio e iluminado– el as de seirin se acerco –hay vista de todo el lugar– camino hasta la bahía de una de las ventanas, uso uno de los cojines para sacudir y se sentó –no está mal–
–después sería bueno dar una vuelta al mirador no lo crees Kagami-kun–
–Buena idea–
–Mientras hay que terminar de acomodar– caminaron de vuelta a las habitaciones
–También me tengo que apurar, Seijuro-san tiene que atender sus asuntos–
De reojo, el pelirrojo se detuvo al ver a alguien en el descanso de la escalera –¿Quién…?– iba a preguntar, pero no había nadie cuando volteo a ver.
–¿Qué pasa Kagami-kun? – noto que se detuvo
–Creí haber visto a alguien arriba– había sido muy rápido el movimiento, que de hecho no le pareció estar seguro haber visto algo.
El ojiceleste se asomo a la escaleras –quizás alguno de los trabajadores–
–sí, quizás– pero el valuador había bajado y nadie había subido con ellos.
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Habitación 4
–Ya les avise a todos– exclamo en cuanto entro, vio que la cama ya estaba tendida y él pelirrojo acomodaba las cosas
–Gracias– cerro uno de los cajones –me apresuro con esto y bajo a hablar con Sato-san–
–me hago cargo de lo demás, tu ve de una vez– tomo las cosas y las metió en los cajones
–Bien, te dejo a cargo– le dio un rápido beso en los labios –me adelanto–
Estando en la puerta –Seijuro-san dice Midorima-san que no tiene toallas en el baño, de hecho, creo que nosotros tampoco– la puerta del baño estaba abierta y se podía ver el interior –creo que ni papel de baño–
–Creo que no pensamos en esas cosas–
–Es como mudarnos a nuestra casa nueva y olvidarnos de esos detalles–
–¿en qué piensas Kouki? – le alegro el sentido que tenía esa frase
–En nada– un obvio sonrojo coloreo su cara –mejor ve abajo te están esperando–
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Una hora después.
–aunque se hayan quedado sin toalla, recuerden que prometimos ayudar el día de hoy– Kagami explicaba desde la cocina abierta; había un pequeño comedor en esa parte, y en la parte opuesta una barra de cantina; dos enormes dinteles de puertas de vidrio permitían el acceso al solar donde se veían unos oxidados muebles de metal con la pintura desgastada.
–aun así, si hubiera sabido que no iba a haber con que secarnos no me hubiera bañado– el rubio con un puchero
–más bien, no hubiéramos hecho nada– una sonrisa de Himuro, ambos tenían el cabello mojado
–Ten Kagami– el castaño llamo –ya están las verduras–
–Gracias Furihata, Kuroko pásame la olla–
–Si– los tres chicos habían bajado antes y decidieron comenzar a cocinar para todos, ya eran las 2 de la tarde
–No, me parece bien– vieron entrar a Akashi con el valuador –necesitamos comprar algunas cosa– viendo al chofer –podría llevarnos a compara toallas y otras cosas–
–Cierto, cierto– de nuevo repitiendo las palabras –desde el principio nos dimos cuenta que los blancos de la casa estaban enmohecidos y percudidos, fue lo primero que tiramos, perdonen por olvidarlo–
–no hay problemas, solo hay que comprar algunos–
–pero será un problemas, las sabanas fueron pedido especial para ustedes, el pueblo solo tiene dos pequeñas tiendas, no sé si tengan abasto para todo–
–bueno…–
–ah, pero a una hora hay un centro comercial, sino encuentran en las tienditas pueden ir ahí–
–Ok, gracias–
–pero también sería bueno continuar, así terminaríamos más rápido, para irnos más rápido–
–Deje me hago cargo– empezaba a desesperarle tanta explicación del hombre –Midorima te encargo las compras, que Shou-san te lleve–
–Yo voy con Shin-chan–
–Bien–
–los demás podrían ayudarnos a mover las cosas, a clasificar por material y uso, también por año; o incluso tirar aquello que ya está roto y desgastado– insistía
–Sí, nos ayudaran– se le veía ya molesto
–arriba falta la sala común y el dormitorio, no hay llave para ese cuarto pero podemos forzarla; abajo esta el cuarto de servicio que esta funcional, pero hay dos bodegas llenas de cosas–
–Ok–
–en el ático no hay problemas, solo hay jaulas, jaulas grandes–
–¿jaulas? – confuso.
–jaulas… y cadenas– una sonrisa nerviosa –las dejamos ahí porque no le vimos caso moverlas, están en buen estado–
–Entendido– viendo a los chicos –después de comer nos dividiremos en dos grupos, como seguramente abajo habrá más cajas…–
–Arriba también habrá que mover muebles pesados– hizo una pausa al ver la mirada dura que le dirigían –abajo también habrá espacios reducidos– paso saliva –solo… decía–
Kise y Takao tuvieron que contener una risa por la mirada asustada del señor, realmente se atrevía interrumpir.
–Aomine, Kagami, Kise y Kuroko irán con Kenta-san al sótano. Sato-san, usted, Kouki, Himuro, Murasakibara y yo ayudaremos arriba; y no quiero más interrupciones–
–e…está bien, bien– y se dispusieron a comer.
Después de la comida.
En la parte central de la planta baja, había un baño común, Himuro salía de ahí pasando un área abierta, supuso que ahí organizaban bailes, pero ahora estaba lleno de cajas y papel de embalaje, había varias sillas dispersas y un Karaoke que parecía descompuesto; iba a pasar el arco cuando el golpe de unos cristales le llamó la atención.
Uno de los candelabros del techo se sacudía rápidamente, provocando ese tintinear, un frio viento lo envolvió por un momento; iba a dejarlo pasar, pero se dio cuenta que todas las ventanas de la planta baja estaban cerradas y era el único de los dos candelabros que se movía.
No tenía mucho sentido.
–Muro-chin– el repentino llamado lo asusto brevemente –¿pasa algo? –
Su vista pasó del pelimorado al candelabro que ahora estaba inmóvil –no, nada–
–tenemos que subir cajas y bolsas para guardar las cosas de arriba–
–Ok, vamos–
.
Al anochecer
–¿Quién me va a ayudar a cocinar? – Kagami se colocaba un delantal negro
–que lo haga Tetsu– Aomine se dejo caer pesadamente en una de las sillas, el peliceleste no estaba muy avispado en su silla
–ya me ayudo en la tarde– comenzó a sacar cosas del refrigerador –todos tienen que ayudar–
–estamooooos muuuy cansadoooos– en tono exagerado el ojidorado –además, ni te ilusiones, eres el único que sabe cocinar, nadie te quitara el puesto–
-estoy consciente de eso– dijo con resignación –pero alguien me tiene que ayudar–
–Vamos rubia– pateo la silla donde estaba sentado –te toca– seguía pateando
–Ya, ya– se levanto fastidiado –te ayudo Kagamichi– con su típica sonrisa
–yo también– Himuro y el resto de los chicos llegaban
–¿no ha regresado Midorima y los demás? – pregunto mirando por todos lados; el cielo ya se coloreaba en tonos rojizos
–Creo que acaban de llegar– se escucho el ruido de motor –iré a ayudar a bajar las cosas– el valuador se apresuro a salir
–Espere– Akashi lo siguió con paso calmo. Al llegar a la entrada vio como las compras ya estaban dentro.
–Kenta-kun sube estas– ordenaba rápidamente mientras separaba la compras –Shou tu lleva estas a la cocina– ambos hombres se movieron rápidamente. Y con la mirada esquiva se dirigió a Akashi –ya tenemos que irnos–
–¿tan pronto? La cena esta casi lista–
–ah no, no, no, cenaremos en el mesón, hay que aprovechar la luz del día–
–¿Aprovechar? – para que necesitar la luz del día
–Listo– los otros dos hombres salieron
–Vendremos mañana temprano, en cuanto salga el sol–
–Ok, que les… vaya bien– el valuador salió rápidamente y abordo la camioneta, sobre la cual no tardaron en alejarse.
–si que tenían prisa– comento Midorima que junto con Takao se mantuvieron a distancia
En la camioneta
–debimos decirles–
–¿decirles que? No nos van a creer–
–aun así–
–si mañana comentan algo, les diremos–
.
En el comedor
–que rico huele– el pelinegro entro
–vaya que se tardaron, seguro fue pretexto para no trabajar– un malhumorado Aomine
–Kao-chin es un tramposo– el ojimorado con signos de cansancio
–claro que no, solo que tuvimos que pasar a varios lados, para conseguir todo– se sentó en una de las mesas, seguido de peliverde –pero saben de que me entere–
–No empieces Takao– regaño Midorima
–oh vamos, es muy interesante–
El rubio se acerco con varios platos –¿Qué es interesante?– Kagami y Himuro también traían platos con comida
–Me contaron– hizo una pausa viendo a todos –que este lugar– otra pausa intentando ser misterioso –esta–
–Ya dilo Takao– un fastidiado Kagami
–Que poca paciencia– una picara sonrisa –bueno, me dijeron que– su cara mostro seriedad –este lugar esta embrujado–
–no a todos los lugares abandonados los catalogan de embrujados– contesto Akashi sirviéndose comida al igual que los demás
–no lo arruines, quería espantar a todos–
–a mi no me gustan esas historias– Kise acercando su silla a la de Aomine
–Tampoco me gustan– Furihata sacudiendo la cabeza intentado alejar cualquier pensamiento que le asustara
–¿a nadie le gustan las historias terror? –
–Cuéntaselo a Tetsu, le encantan, es más, desde que mencionaste "embrujado" revivió de su cansancio– el moreno tomando bocados de su comida.
–¿es verdad Kuroko-chan? – mirando al mencionado
–Más si es buena historia–
–si se trata de historias, a mí también me gustan– agrego el otro pelinegro
–Ok, se los voy a contar–
–Sino queda de otra– el ojiazul con sorna
–así es– una mirada enojada –se dice que los primeros habitantes, los que construyeron este lugar, habían llegado con varios esclavos a los cuales torturaban, les hacían tanto daño que morían del dolor causado por las heridas–
–Eso es cruel– el castaño agrego
–llenos de dolor y arrepentimiento, cuando sus amos fallecieron atraparon sus almas antes de que viajaran al mas allá en venganza por todo lo que les hicieron– guardo silencio un momento –y desde entonces se pueden ver sus fantasmas vagando por la propiedad buscando algo o a alguien que los libere–
–Me recuerda a la historia de una película– el rubio pensativo
–no creo que la gente del pueblo vea muchas películas como tu– se defendió
–¿quieres decir que realmente alguien del pueblo te lo conto?– indago Seijuro
-así es, hubo un momento que me separe de Shin-chan y Shou-san para buscar más rápido, ahí me encontré a un simpática pareja de viejecitos que me lo conto–
–Así que esta casa si tiene su historia– Midorima interesado
–También dicen que cuando funcionaba como hotel, llegaba haber tres muertes en el mismo periodo, y llego a suceder cinco veces en los 20 años que estuvo en funcionamiento–
–15 personas han muerto en este lugar– decirlo causo mas temor de lo que había pensado Himuro
–¿Explica lo de las muertes Takao-kun?– el peliceleste muy interesado
–bueno, no me lo explicaron a fondo, pues solo saben de a oídas–
–Pues dinos lo que te contaron Kao-chin– Atsushi ansioso
–tiene un orden, es un homicidio, una muerte por enfermedad y un suicidio; las tres personas estar relacionadas, o son cercanas entre ellas–
–entonces es: alguien se enferma, o ya está enferma, otra persona cercana a ésta es asesinada; y mientras la primera es vencida por su padecimiento, la tercera, perdiendo a sus seres querido se suicida por el dolor ¿sería algo así? – explico Akashi
–supongo–
–a mi me parece algo triste– exclamo Ryouta –quizás no tenga que ver con la maldición, solo sean meras coincidencias–
–Demasiadas coincidencias– comento Kagami
Todos guardaron silencio un momento, pensando en lo que se había dicho y algunos en las cosas raras que habían presenciado.
–Estamos pensando de más, nadie está enfermo, y dudo que alguno de nosotros sea homicida– se puso de pie –como es aun temprano, vayamos a escuchar algo de música, me explicaron como activar el Karaoke– saliendo del comedor
–siii, vamos– el rubio fue el primero en seguirlo
Tras varias canciones, anécdotas y chistes, todos subieron a sus habitaciones.
.
Habitación 1
–Ne Aominechi ya termine de tender la cama–
–ya voy– balbuceo por estar lavándose los dientes, se agacho para enjuagarse, y cuando levanto el rostro para ver su reflejo en el espejo, lo que encontró provoco que retrocediera varios paso girando al mismo tiempo, intentando encontrar a la persona con el rostro desfigurado que se mostro detrás de él –¿Qué…?– termino chocando con la pared
–¿Te paso algo?–el rubio se apresuro a acercarse al escuchar el golpe –¿Aominechi?– pregunto al verlo tan interesado en el espejo
–Ah, no nada– al no ver nada raro en el espejo, y con la intención de no dejarse influencias por las historias de Takao –vamos a acostarnos–
–¿acostarnos? – una voz y mirada seductora –creí que alguien deseaban pasarla bien conmigo– volteo sacudiendo ligeramente sus caderas –supongo que no– con movimiento gatunos se subió a la cama
–no te confundas– se quito la playera –dije acostarnos– ver a su novio completamente seductor, borro cualquier otro tipo de pensamiento de su mente –el dormir, tardara en llegar–
–eso espero–
En la planta baja, aquello que habitaba el lugar miraba con ansiedad y desesperación el lugar donde estaban los chicos; pronto todo comenzaría otra vez.
Continuara
Nota: Espero no este muy aburrido este primer capitulo, pero intento crear el ambiente, el terror llegara pronto.
