Olvidarlo será imposible, olvidar cuantas naves de descenso llegaron... Será un sueño, un lindo sueño olvidar ese terror. Las fuerzas de la UNSC no estaban preparadas para semejante ataque, siempre creyeron que lo tenían bajo control, pero estaban equivocados, demasiado... Si los buenos y mejores capitanes viviesen nada de esto habría sucedido, pareció una conspiración entre humanos y alienígenas, pues la caída fue tan rápida... No había suficientes armas, los cañones no funcionaban, nuestras defensas orbitales estaban prácticamente muertas y los spartans... Ojala ellos hubiesen tenido los suficientes recursos para derrotar al Covenant. Pero ¿Qué era lo que buscaban? Esta vez no eran los anillos, no nos querían destruir, solo querían vengarse, ¿Cómo? No extinguiéndonos, no desapareciendo de la galaxia, sino dominándonos. Los élites y otras especies que mantenían tregua hicieron lo posible, pero se no hubo mucho que hacer, sin la fuerza de la UNSC en buen estado nuestra sentencia estaba firm9ada. Durante la guerra, con suerte, unos humanos lograron escapar con ellos, en especial spartans, todavía lo recuerdo... Desde el momento en que subí a la nave como nos miraban, desesperados, suplicantes, gritando que aunque fuese les matásemos. No podíamos, eso no, matar a esas personas... Quizás era mejor estar muerto que bajo el dominio de un ser extraño, pero no, no podíamos matarlos. Con la mirada baja, los ojos brillosos y algo rojos me di la media vuelta y caminé hacia una zona donde se encontraban mis demás compañeros, ahí nos pondríamos de acuerdo sobre qué haríamos de ahora en adelante, seguir con esta incansable lucha o dejarnos ganar y ser dominados por otra raza… no… eso no… no es algo que alguien quiera, nadie quiere ser dominado, nadie quiere vivir bajo la sombra y ordenes de alguien más, solo queremos ser libres… ¿Es mucho pedir ahora? La respuesta es sí.

- Eso no puede pasar, me niego, debemos de luchar así sea lo último que hagamos.- decía con desesperación Ethan.

- No tiene sentido ir a la batalla cuando sabemos que esto está más que perdido, no tenemos suficientes armas, tampoco fragatas, y las instalaciones que protegían el planeta están prácticamente muertas, además contamos con pocos soldados, a penas logramos escapar unos cuantos lo mejor sería retirarnos al planeta de los élites que nos apoyan, reagruparnos, organizarnos y… hacer un plan o estrategia para poder recuperar el planeta.- opinó Juliet.

- Sabemos que eso es casi imposible, admitámoslo, el planeta está perdido.- comentó Mike con mucha calma mientras se encontraba recargado sobre una pared.

- No seas pesimista.- dijo una voz femenina desde el fondo, los presentes voltearon a ver al lugar de donde provenía la voz, si, era ella.